Cuando vamos a tomar una fotografía nos fijamos en la medición que nos da la cámara para los valores actuales de apertura del diafragma, velocidad de obturación y sensibilidad ISO. Es decir, en que el triángulo de la exposición nos vaya a dar como resultado una fotografía bien expuesta.
Sin embargo, esta lectura variará en función del modo de medición que tengamos configurado en ese momento. En el artículo de hoy te voy a explicar por qué la medición puntual es la más exacta y por qué nos sirve para evaluar la luz en cualquier tipo de situación ¿Quieres saberlo?
El Fotómetro y el Exposímetro
La palabra fotografía proviene del griego y está compuesta por los términos foto (Phos) que significa luz, y grafía (Graphis) que significa escribir. Es decir, que fotografía significa escribir con luz, lo que da una idea de cuál es el principal elemento con el que debe contar un fotógrafo, o sea, la luz.
Es muy importante saber cómo se comporta la luz y tratar de entenderla para ser capaz de reproducirla si utilizamos luz artificial, o prever cómo se va a comportar en un momento dado.
La medición de la luz o el brillo de una escena, por tanto, es un paso esencial para determinar bien la exposición, sobre todo cuando el contraste de una escena es elevado. En fotografía, para medir la luz utilizamos fotómetros.
Las cámaras disponen de un fotómetro integrado que es el encargado de realizar la medición de la luz. En función de la luz que tenga nuestro encuadre, el fotómetro integrado nos devolverá una lectura u otra.
Dicha lectura la observamos a través del exposímetro, que es ese gráfico que todos conocemos, en el que aparecen varias rayitas y unos números que suelen ir desde el -3 hasta el +3 pasando por el 0.
La mala noticia es que el fotómetro integrado dentro de nuestra cámara no es lo suficientemente preciso, porque mide la luz reflejada sobre el objeto o sujeto fotografiado, pudiendo ocasionar capturas sobreexpuestas y subexpuestas.
Por eso, es más recomendable utilizar un fotómetro externo o de mano. Estos últimos miden directamente la luz que incide sobre el motivo y son mucho más precisos.
Sin embargo, aunque nuestra cámara no sea capaz de medir la luz de forma exacta, podemos echarle una mano eligiendo un modo de medición.
Los Modos de Medición
Como decía antes, la medición que nos devuelve el exposímetro está condicionada por el tipo de medición que hayamos configurado. Dependiendo del fabricante tendremos unos u otros modos de medición, con nombres y símbolos diferentes, aunque hagan lo mismo.
Personalmente, pienso que los fabricantes deberían unificar criterios y poner siempre los mismos iconos para no marearnos, pero bueno, como ves abajo varían un poco de unos a otros.
No obstante, existen dos o tres modos de medición que suelen aparecer en todas las cámaras. Cada modo de medición analiza la luz que hay en cada zona de nuestro encuadre de manera diferente y devuelve un valor.
Por ejemplo, el modo de medición matricial, evaluativo o multi divide el encuadre en una matriz y evalúa la luz que hay en cada casilla, devolviendo como resultado una media de los valores de cada casilla, dando la misma importancia a cada una de ellas.
Hay otro modo de medición, conocido como medición ponderada al centro, muy parecido al anterior, pero que da más importancia a los valores de las casillas que se encuentran en el centro del encuadre.
Por último, tendríamos la medición puntual, que da importancia únicamente a una zona muy pequeña de nuestro encuadre, entre un 3% y un 5% dependiendo del fabricante, descartando el resto.
Existen más modos de medición que pueden incluir otras cámaras, como el famoso modo parcial de Canon, pero esos tres digamos que son los más habituales que solemos encontrar en todas las marcas.
Medición Puntual: el Modo más Infalible
Hace ya mucho tiempo que mis cámaras tienen fijo el modo de medición puntual. Una vez entiendas cómo funciona y practiques con él en distintas situaciones, verás que no necesitas cambiar de modo, te lo digo yo.
Este modo solamente va a tener en cuenta una pequeña parte de nuestro encuadre. En algunos modelos de cámaras podremos ver a través del visor una especie de círculo en la parte central. De manera que el exposímetro medirá la luz que haya sobre la zona en la cual situemos dicho círculo.
Tenemos que saber que en fotografía digital realizamos la medición teniendo en cuenta las altas luces, tratando de no perder el detalle en los tonos claros. Un ejemplo sería si estamos fotografiando un paisaje y no queremos que las nubes aparezcan como una mancha blanca.
Por lo tanto, a la hora de medir la luz situamos el punto central de nuestro encuadre sobre la zona más clara de la escena. Una vez obtenemos la lectura del exposímetro es cuando configuramos los parámetros de diafragma, velocidad e ISO.
Si disparamos en formato RAW tenemos que utilizar la técnica del derecheo del histograma. Esta consiste en sobreexponer tanto como nos sea posible sin que el histograma (tonos claros) sobresalga por la parte derecha. De esta manera estamos consiguiendo la máxima información posible en nuestro archivo.
Por esta razón, el modo de medición puntual es el más exacto, ya que nos permite medir la luz sobre el punto que nosotros queramos, en este caso, la zona más clara de nuestro encuadre sin tener en cuenta el resto.
Si medimos sobre una zona que no sea el tono más claro de la escena y sobreexponemos, lo que sucederá será que el tono más claro perderá detalle (se quemará) y el histograma se saldrá por la parte derecha. Esta información la habremos perdido y no podremos recuperarla ni siquiera teniendo un archivo RAW.
Lo importante de aprender a medir la luz de esta manera es que da igual si estamos delante de un contraluz, si estamos fotografiando una pequeña zona iluminada, si estamos fotografiando la nieve, o si nuestro sujeto va vestido de color oscuro. Es decir, nos sirve para medir la luz en cualquier situación, puesto que siempre mediremos sobre el tono que más nos interese (normalmente el tono más claro).
Cuando utilizamos otros modos tenemos que tener en cuenta si hay muchos tonos claros, muchos tonos oscuros y a partir de ahí compensar la exposición, de manera que nuestra manera de medir cambia en función de la luz que tengamos.
Hay pocas cámaras que no disponen de este modo de medición puntual. Si esto es así habría que utilizar el modo que dé más importancia al centro del encuadre.
La única dificultad que tiene este método es la de aprender a identificar cuál es el tono más claro de nuestro encuadre, cosa que a priori parece fácil, pero que en alguna que otra ocasión nos equivocaremos.
Pero no pasa nada porque, si nos equivocamos, una vez hayamos disparado la primera fotografía bastará con revisar el histograma y corregir los parámetros, ya sea para sobreexponer o subexponer la fotografía.
Los Puntos de Enfoque también Sirven para Medir
Normalmente, cuando seleccionamos la medición puntual, el exposímetro medirá la luz que hay en el centro de nuestro encuadre, pero esto en ocasiones es poco práctico. Nos vendría bien poder modificar el punto de medición sin tener que reencuadrar, por ejemplo, cuando estamos fotografiando sobre el trípode.
La mayoría de las cámaras actuales ya permiten utilizar el punto de enfoque seleccionado para realizar la medición puntual. De esta manera, si desplazamos el punto de enfoque hacia un lado, la lectura del exposímetro corresponderá a la luz que hay en dicha zona.
Curiosamente, en algunas cámaras Canon, para poder tener esta funcionalidad hay que cambiar al modo de medición evaluativa o matricial. Se puede hacer la prueba fácilmente.
Para ello basta con dejar fijo el encuadre sobre una escena con mucho contraste y mover el punto de enfoque, pasando de una zona muy clara a otra muy oscura. Enseguida se puede ver cómo el exposímetro varía la medición.
En multitud de ocasiones he podido leer y escuchar que es mejor utilizar un tipo de medición concreta para hacer cierto tipo de fotografía. Incluso los propios manuales de las cámaras te recomiendan utilizar un modo u otro en función del tipo de luz que vayamos a fotografiar.
Y digo yo, con la cantidad de parámetros que tenemos que configurar a la hora de hacer una fotografía, ¿no sería mejor dominar un solo tipo de medición con el que podamos enfrentarnos a cualquier escena sin preocuparnos de tener que cambiarlo?
¿Qué piensas tú? ¿Discrepas o coincides conmigo en que con el modo de medición puntual no necesitamos ninguno más? ¡Te leo!