Cuando realizamos fotografías a plena luz del día, con o sin la ayuda de accesorios externos como flashes u otras fuentes de iluminación distintas de nuestro querido sol, podemos distinguir, básicamente, 3 condiciones: día soleado, día nublado y, en cualquiera de estos entornos, sujeto en la sombra.
Estas tres situaciones, aunque se produzcan a la misma hora del día, ofrecen características lumínicas completamente distintas, haciendo que los resultados que puedas conseguir en cada una de ellas difieran de forma considerable. Por ese motivo, para ayudarte a conocer cómo es la luz ambiente en cada de una de ellas, he preparado el artículo de hoy. Así sabrás cómo sacar partido a las mismas. ¿Estás preparado?
¿En Base A Qué Parámetros Podemos Describir La Luz?
Para hablar de la luz, la describiremos haciendo uso de los 5 atributos que utiliza José Antonio Fernández en sus dos magníficos libros: Sin miedo al flash y Sin miedo al retrato. ¿Cuáles son éstos parámetros? Intensidad, calidad, cobertura, color y dirección.
Brevemente, aunque lo cierto es que esto daría para varios artículos, os describiré a qué se refieren cada uno de estos atributos.
- la intensidad mide la cantidad de luz que está arrojando la fuente y llega al sujeto, que determinará los parámetros de tiempo de exposición, apertura de diafragma y sensibilidad ISO que tendremos que elegir para exponer correctamente nuestra imagen. Para entender este parámetro, puede ayudarte este artículo sobre Números Guía y la ley inversa del cuadrado. Aunque es un artículo sobre luz artificial, creo que aplica perfectamente.
- la calidad de la luz permite establecer la dureza o suavidad de la luz y, a diferencia de lo que se suele pensar, no está relacionada con la intensidad de la luz, sino con el tamaño relativo de la fuente de luz, frente al sujeto iluminado.
- la cobertura determina el ángulo que es capaz de cubrir la fuente de luz, se trata, por ejemplo, del parámetro que tratamos de variar cuando modificamos el zoom de la antorcha de nuestro flash.
- el color y la dirección son más claros, ¿no? El primero mide la tonalidad de la luz -más cálida, o más fría-, describiendo ésta a través de la temperatura de la luz y su valor en grados Kelvin. Mientras que el segundo se refiere a la dirección que toma la luz cuando ilumina al sujeto -lateral, frontal, de contra, etc.-
Pues bien, una vez definidos todos estos parámetros, pasaremos a describir la luz que nos vamos a encontrar en las tres situaciones comentadas. Así sabrás cómo tratarla y lograr los mejores resultados posibles, ¿de acuerdo?
#1 La Luz En Un Día Soleado
La luz en un día despejado varía mucho en función de la hora del día y de la estación del año en que nos encontremos. Por lo que deberemos hacer algunas reflexiones sobre estos factores a la hora de hablar de ella con respecto a los 5 parámetros comentados. Allá vamos...
A nivel de intensidad, se trata del escenario en que mayor potencia tiene la luz, por lo que deberemos utilizar diafragmas cerrados y tiempos de exposición bajos. Eso sí, si disparamos al inicio o al final del día, esta intensidad bajará significativamente.
Desde el punto de vista de la calidad de la luz, se trata de una luz muy dura, y como consecuencia de ello, existe una transición muy abrupta entre luces y sombras en los sujetos. ¿Por qué? Pues porque aunque el sol es muy grande, está muy lejos y su tamaño relativo frente al sujeto es muy pequeño. Para reducir esta dureza puede venir bien el uso del reflector 5 en 1 en modo de difusor, o bien el uso de flashes o reflectores para rellenar las sombras.
La cobertura de esta iluminación también es muy amplia, pero como se trata de una iluminación muy direccional, es fácil incorporar sombras o reducir la incidencia del sol a través de banderas y otros modificadores similares. Algo que no podremos hacer, por ejemplo, en días nublados, donde la iluminación viene de todas direcciones.
En cuanto al color de esta luz, se trata de la luz más neutra, situándose en torno a los 5500K, la misma temperatura de los flashes, por lo que si queremos complementar esta iluminación con iluminación artificial, podríamos hacerlo sin ningún tipo de gel que modificase su color. No obstante, si nos desplazamos a las horas iniciales o finales del día, cuando empieza a entrar en juego la conocida hora dorada, resulta muy adecuado el uso de geles tipo 1/8 CTO, 1/4 CTO, o incluso 1/2 CTO para no desentonar con esta iluminación ambiental.
Por último, en lo que se refiere a la dirección, obviamente depende de la hora del día y de la posición del sujeto con respecto al sol. De este modo, durante las horas centrales del día tendremos una iluminación cenital, poco favorecedora y que convendrá complementar para suavizar sombras, mientras que a medida que el sol vaya cayendo, según cómo situemos al sujeto, podremos variar entre iluminaciones frontales, laterales, de corte y trasera, haciendo posible con este último esquema la obtención de atractivos contraluces.
Y parecía que cuando fotografiábamos en medio de un día soleado apenas teníamos que tener nada en cuenta, ¿verdad?
#2 La Luz En Un Día Nublado
Si pasamos de la situación descrita en el punto anterior, a otra en la que un difusor de cientos de km2 se antepone a la acción del sol -las nubes no dejan de ser un difusor muy grande :)- entonces las condiciones de la luz cambian drásticamente. Analicemos la luz en esta situación.
La intensidad de la luz en un día nublado también será grande, aunque no tanto como en un día despejado, pudiendo bajar entre 1 y 3 pasos, por lo que los valores de diafragma, tiempo de exposición y sensibilidad ISO deberán adecuarse para no obtener una toma subexpuesta.
La calidad de la luz será de una suavidad extrema, ya que la fuente de luz habrá dejado de ser el sol para convertirse en las nubes que nublan el día. ¿Esto que significa? Que el tamaño relativo de la fuente con respecto al sujeto habrá crecido significativamente, originando una luz suave al incidir sobre el sujeto desde múltiples direcciones.
A nivel de cobertura, un día nublado también ofrece una cobertura amplísima, con la diferencia frente a un día despejado de que si queremos bloquear la iluminación, no nos bastará con una bandera, ya que la luz es multidireccional, a diferencia de lo que sucedía cuando la fuente de luz era el sol.
El color de la luz en un día nublado es más frío. De este modo, si seguimos manteniendo la temperatura a 5500K, obtendremos una toma con una dominante azulada. Para evitarlo, deberemos subir la temperatura a valores cercanos a los 6000-6500K, o utilizar el ajuste de temperatura para días nublados que incorporan algunas cámaras. Si quisiésemos complementar esta luz con iluminación artificial, convendría utilizar geles de tipo 1/8 CTB, o 1/4 CTB, para no desentonar con la iluminación ambiente.
La luz en un día nublado es omnidireccional, ya que las nubes proyectan luz hacia la escena desde múltiples puntos. Esto hace que sea muy difícil la creación de sombras que aporten volumen a nuestras imágenes. Si queremos lograr esto, nos veremos obligados, bien a utilizar iluminación artificial para incrementar el nivel de iluminación de unas zonas de la imagen, o bien a utilizar banderas u otros bloqueadores cercanos a las regiones sobre las que queramos generar sombras.
Por tanto, la luz en un día nublado resulta ideal en términos de calidad y cobertura si queremos lograr una imagen con una luz suave. Pero muy poco apropiada, salvo que empleemos otros accesorios, para obtener imágenes en que se destaque el volumen de los sujetos fotografiados.
#3 La Luz En La Sombra
Sí, aunque parezca una contradicción, hay luz en la sombra. Por supuesto, no se trata de la luz directa del sol, sino de la iluminación que reflejan el cielo y otras superficies -en los que sí incide el sol- sobre la región situada a la sombra. Analicemos las características de esta luz.
En lo que se refiere a la intensidad, la cantidad de luz en la sombra puede ser muy similar a la que encontramos en un día nublado, por lo que aplica todo lo comentado a este respecto en el escenario anterior. Por tanto, habrá suficiente intensidad, pero no tanta como cuando recibimos incidencia directa del sol.
La calidad de la luz en la sombra es mucho más suave que al sol, ¿por qué? Pues porque, como sucedía en el día nublado, estamos cambiando de fuente de luz. Ahora ya no es el sol, puesto que su incidencia está bloqueada por el objeto que genera la sombra, sino por el resto de superficies que rodean a la región en sombra y que sí están recibiendo la incidencia directa del sol. Por esto se recomienda, en días muy soleados, llevar a los sujetos a la sombra para obtener una iluminación más agradable y no tan dura.
La cobertura en zonas de sombra también es muy amplia, porque las superficies que rodean a esta región -especialmente el cielo- y que sí que están siendo iluminadas por el sol, envían luz hacia la sombra en todas direcciones. Así que, nuevamente, la cobertura será grande y similar a la que se produce en un día nublado.
La dirección de las fuentes de luz que se percibe en una fotografía a la sombra también es muy parecida a la lograda en un día nublado. La iluminación es omnidireccional, lo que resta tridimensionalidad a la imagen. Si es lo que buscas, perfecto. Si quieres dar algo más de volumen, entonces tendrás que recurrir a iluminación artificial, modificadores, o bien buscar los extremos de la sombra para tratar de que algunas direcciones de iluminación prevalezcan.
He dejado para el final el hablar del color a propósito. De partida, la temperatura de color en la sombra es más fría incluso que en un día nublado, situándose en valores cercanos a los 7000-7500K. Esto es así porque es el cielo el que está contribuyendo en mayor medida como fuente de luz y, por tanto, ésta es bastante azulada.
Si además del cielo hay otras regiones cercanas a la sombra que podrían estar incorporando alguna dominante adicional a la imagen, entonces no sólo la temperatura, sino también el matiz podrían variar sustancialmente. Por este motivo, yo siempre utilizo una Color Checker Passport o una simple tarjeta de grises, ya que los valores de temperatura y matiz estarán muy afectadas por las superficies situadas alrededor de la región de sombra.
Contar con un accesorio de este tipo para ajustar perfectamente el color de la iluminación, en mi opinión, es fundamental. Y no sólo a la sombra, también puede serlo en días nublados y soleados, pues siempre puede haber superficies sobre las que incida la luz del sol o de las nubes y que estén reflejando luz sobre el sujeto, originando una variación de temperatura y matiz -los dos parámetros que determinan el color- de la luz original del sol, o de las nubes.
Como resumen sobre este último escenario, ya sabes, las condiciones de iluminación a la sombra serán muy similares a las de un día nublado, salvo en lo que se refiere al color, que probablemente sea más frío y pueda verse afectado también por las dominantes que incorpore alguna superficie cercana.
¿Te Habías Parado Alguna Vez A Pensar Sobre Estos Tres Tipos de Luz?
He elegido estos tres escenarios porque representan las situaciones más cotidianas en que vas a encontrarte cuando fotografíes a plena luz del día, la noche ya es otra historia.
Quizás hasta ahora nunca habías reparado en las diferencias entre estas condiciones, pero espero que tras este artículo, reflexiones sobre todo esto y puedas empezar a utilizar y manejar la luz ambiente a tu antojo para lograr los resultados que deseas. O que incluso, en otras ocasiones, puedas saber esperar a unas condiciones -climatológicas, o de hora del día- más adecuadas para el tipo de foto que tienes en tu cabeza.
¿Nos cuentas qué te ha parecido el artículo?, ¿si alguna vez habías reflexionado hasta este nivel?, ¿o si hay alguna otra situación sobre la que creas oportuno conocer las características de la luz? Somos todo oídos y ojos :)