Siempre es recomendable procesar tus fotografías si quieres sacarles el máximo partido. Sobre todo si disparas en RAW, la edición se hace totalmente obligatoria. Esto no significa que tengas que retocar una foto en exceso, tan solo es aplicar manualmente los ajustes que tu cámara aplicaría de manera automática al generar el archivo JPG.
Cuando estamos empezando a descubrir el mundo del retoque es normal que tendamos a sobreprocesar nuestras imágenes. Sobre todo en fotografías de paisaje solemos pasarnos con los colores, los contrastes y los efectos. Sin embargo, algo que en principio pueda parecerte muy atractivo, en realidad podría estar arruinando tu fotografía. Recuerda que en la moderación está el gusto.
Independientemente de que te guste retocar más o menos tus fotografías de pasaje, existen diversos signos que deberás tener en cuenta para advertir cuando te estás pasando de la raya con el procesado. ¡Vamos a repasarlos!
1. Pérdida de Información en las Sombras
Aumentar el contraste puede resultar muy atractivo, y sobre todo cuando estás empezando es posible que se te vaya un poco la mano a la hora de contrastar tu fotografía. Sí, es cierto que gana más fuerza, pero a la vez también estás oscureciendo demasiado las sombras de la fotografía.
Un signo inequívoco de que te estás excediendo con el contraste es la pérdida de información en las sombras. Cuando las zonas en sombra terminan siendo zonas negras sin ningún tipo de información, te has pasado. Sé moderado.
Ejemplo práctico:
Si te fijas en las ampliaciones, en la primera fotografía hemos contrastado tanto que las sombras se han empastado, es decir, se han quedado completamente negras, perdiendo la mayoría de información que había en ellas. En cambio, en la segunda fotografía hemos sido más moderados con el contraste, y se nota: las sombras siguen manteniendo sus matices y textura.
Como puedes ver, la segunda fotografía también tiene mucha fuerza, también está contrastada. Pero no tiene un contraste tan exagerado como para perder esos detalles importantes.
2. Sombras Demasiado Claras
También ocurre el caso contrario, querer aclarar tanto las sombras que termines por eliminarlas. Si esto ocurre, obtendrás una fotografía plana, sin volumen.
Aclarar las sombras ligeramente es una buena idea, para ganar más matices en las zonas más oscuras. Sin embargo, siempre tiene que haber una diferencia clara entre las zonas iluminadas y las zonas oscuras, sino la fotografía perderá tridimensionalidad.
Ejemplo práctico:
Al aclarar tantísimo las sombras en la primera fotografía hemos perdido fuerza en la imagen, y además ha quedado muy plana. La profundidad y tridimensionalidad de la segunda foto son mucho mayores tan solo por el hecho de tener unas sombras más equilibradas.
Por supuesto, puedes decidir dejar tus sombras algo "lavadas" para darle a tu fotografía un aire vintage, pero no tanto como para perder todo el volumen de la imagen.
3. Altas Luces Grisáceas
Muchas veces quemar alguna zona de altas luces es inevitable, e incluso puede no ser un error hacerlo; esto ocurre por ejemplo con el sol y sus reflejos más potentes. Pero sea o no sea un error, lo que nunca deberás hacer es reducir la exposición de las altas luces hasta el punto en que se vean grisáceas.
Cuando una zona está quemada, debe quedar blanca. Si bajando las altas luces no consigues recuperar información en esa zona, no sigas bajando, porque lo único que conseguirás son unas altas luces apagadas de una manera totalmente artificial.
Ejemplo práctico:
Como puedes ver, en la primera fotografía hemos bajado tanto las altas luces que el sol y hasta las nubes quedan muy poco naturales.
Aunque el punto central del sol haya quedado quemado, siempre será preferible eso a que quede grisáceo. Unas altas luces grisáceas no son naturales y harán que tu fotografía se vea extraña.
4. Bordes Dobles en las Texturas
Darle un toque de enfoque en el procesado a tus fotografías es prácticamente imprescindible si disparas en RAW. El JPG aplica automáticamente un ajuste de enfoque, así que es normal que al disparar en RAW notes una falta de nitidez. Además, en fotografía de paisaje tenemos otro inconveniente más: los objetivos gran angular suelen tener también una ligera falta de nitidez.
Por eso, sí será necesario aumentar un poco el enfoque al editar la fotografía, pero con mucho cuidado. Aumentar el enfoque en exceso también implicará un aumento del ruido y la aparición de bordes dobles en las texturas. Así que procura subirlo con precaución.
Ejemplo práctico:
Si te fijas en el recorte de la primera fotografía se puede observar claramente cómo alrededor de todos los bordes de las texturas más marcadas han aparecido remarcadas como unas líneas. Esto son los bordes dobles, y se generan cuando añadimos más enfoque del necesario.
A la segunda fotografía también le hemos añadido un efecto de enfoque pero siendo moderados conseguimos que las texturas ganen nitidez sin arruinarlas.
5. Pérdida de Texturas
Otra de las herramientas de procesado que más problemas puede causar es la reducción de ruido. Usada con cabeza, esta herramienta nos ayudará mucho a reducir el ruido en nuestras fotos con ISOs altas, pero a cambio también nos restará nitidez.
Deberás encontrar un punto medio entre ruido y nitidez. Si te pasas reduciendo el ruido, destrozarás las texturas de tu fotografía y acabará pareciendo más una pintura al óleo que una foto.
Ejemplo práctico:
Es cierto que la segunda fotografía tiene más ruido que la primera. Pero a cambio la primera ha perdido mucho detalle en el cielo y absolutamente toda la textura de las rocas. En el recorte puede verse claramente que las rocas parecen una pintura más que una fotografía. Por eso mismo hay que aplicar la reducción de ruido con mesura y saber encontrar un punto medio entre ruido y nitidez.
6. Demasiado Resplandor
El efecto Orton es un efecto que se usa bastante en fotografía de paisaje. O aunque no sea exactamente este efecto, también se aplica "glow" usando otras herramientas como claridad o presets que le otorgan a la fotografía ese resplandor onírico que tanto gusta del efecto Orton.
Este efecto resplandeciente o "glow" puede quedar interesante, ya que dota a nuestras fotografías de paisaje de un ambiente fantástico y mágico. Pero como siempre, en la moderación está el gusto. Si te pasas con este efecto no solo perderás nitidez en tu fotografía, sino que quedará tan artificial que perderá encanto.
Ejemplo práctico:
Como puedes comprobar, la diferencia entre estas dos fotos es sustancial. Y lo único que las diferencia es la cantidad de glow que les hemos añadido. La segunda, con mucho menos glow, tiene un ligero resplandor que queda atractivo. Le da un toque de ambiente, que perfectamente podría ser creado por la propia luz del sol.
En cambio, la primera fotografía, al tener tanto glow queda artificial, empastada y poco nítida. Casi parece que la lente se hubiera empañado, ¿verdad?
7. Colores Empastados
Subir la saturación o la intensidad para hacer los colores más vibrantes siempre es una opción atractiva para potenciar los colores de la fotografía. Sin embargo, aumentarlas en exceso no solo hará que los colores queden demasiado irreales sino que también podrías llegar a empastarlos, haciendo que pierdan textura y que la gradación se vea rara.
Observa sobre todo los colores más vibrantes de tu fotografía, para asegurarte de que no se empastan al aumentar la saturación. También puedes optar por aumentar la saturación tan solo de ciertos tonos usando herramientas como la Corrección selectiva de Photoshop o el panel HSL de Lightroom. Así podrás afectar solamente a los colores que veas más apagados, sin afectar a los que ya son vibrantes de serie.
Ejemplo práctico:
Hay colores que se empastan más rápidamente que otros, como por ejemplo los rojos o los azules. En este caso, al subir la saturación de toda la fotografía en general los rojos han reventado, es decir, se han sobresaturado tanto que han perdido todo matiz o textura. Además el gradiente de naranja a rojo se ha destrozado por completo, dando lugar a un borde rojo duro que separa la zona más anaranjada.
En cambio, en la segunda fotografía hemos aumentado tan solo un poco la saturación de los verdes, para que los rojos no quedaran tan empastados. Si te fijas en el recorte, aquí sí podemos apreciar matices de color y la textura del pétalo.
8. Ajustes Locales Visibles
Los ajustes locales nos vienen genial para retocar tan solo ciertas zonas de la fotografía. Sin embargo, deberás tener cuidado con ellos porque si no hacen una buena transición con el resto de la fotografía se pueden percibir como un pegote que desentona del resto de la foto.
Para que no se note esta transición, asegúrate de que el desvanecimiento del efecto es suficiente y procura no aplicar cambios demasiado notables tan solo en una zona, para que no se vea demasiado diferente del resto.
Ejemplo práctico:
Éste es uno de los ejemplos más comunes de este tipo de error: intentar darle al cielo un tono cálido cuando originalmente no lo tenía. Intentar fingir un candilazo es una tarea complicada y es difícil que quede realista. Aun así, sí podemos darle a nuestro cielo un toquecito cálido (sin pasarnos) usando los ajustes locales.
Sin embargo, deberás tener en cuenta que aplicar un ajuste local que cambie tan radicalmente tu fotografía puede hacer que se note excesivamente el corte por donde pasa. Si te fijas, en la primera fotografía se ve claramente el óvalo del filtro radial que hemos aplicado en Lightroom.
Pero en la segunda fotografía este efecto ha quedado más natural, ¿por qué? Simplemente porque los límites del ajuste local no se notan. Con las máscaras de rango de Lightroom hemos aplicado este tono cálido tan solo en las altas luces. Así, el resto de nubes no se ven afectadas y conseguimos evitar ese corte que producía el ajuste local.
9. HDR Exagerado
El HDR es una técnica muy usada en fotografía de paisaje porque nos permite "ampliar" el rango dinámico de nuestra cámara, pudiendo así captar más matices tanto en las sombras como en las altas luces de la imagen. Sin embargo, pasarse con esta técnica puede llegar a arruinar tu fotografía.
Un HDR será demasiado exagerado cuando genere halos en las texturas o alrededor de ciertos elementos. Fíjate bien en los bordes de todos los elementos de la fotografía para evitar este efecto, pues suele quedar muy feo y poco realista.
Ejemplo práctico:
En este ejemplo puedes ver 2 HDR muy distintos. El primero muy exagerado y el segundo mucho más sutil. El HDR tiene que ayudarnos a compensar un gran diferencia entre luces y sombras como, por ejemplo en este caso, la luminosidad del cielo frente a la oscuridad de la parte de atrás de la cascada.
Al haber tanta diferencia entre ambas zonas, si usamos un HDR demasiado exagerado dejaremos la fotografía muy plana y además se notarán cambios bruscos entre las zonas. Por otra parte, los halos en los bordes, concretamente en el borde de la montaña, son muy visibles en la primera foto.
En cambio, el HDR de la segunda foto consigue su función: compensar las zonas más oscuras y las más claras para ofrecer una fotografía equilibrada, ni más ni menos. Los efectos exagerados no suelen sentar bien a tus fotografías, no lo olvides.
10. Viñeteado Extremo
Darle a tu fotografía un ligero viñeteado puede ayudar a centrar la atención e incluso puede dotarla de un aire nostálgico o cinematográfico. Sin embargo, la gracia del viñeteo es que no se note a simple vista.
Un viñeteado demasiado marcado llamará la atención, que es precisamente lo que no debe hacer. El viñeteado está pensado para quitarle protagonismo a los bordes de la foto y centrar la atención en lo que enmarca. Si es tan evidente que llama la atención por sí mismo, estará justo consiguiendo el efecto contrario a lo que se pretendía: que te fijes en él antes que en el resto de la fotografía.
Ejemplo práctico:
Ambas fotografías tienen un viñeteado, pero hay una gran diferencia entre ellas: el viñeteado de la primera fotografía se nota a simple vista y el de la segunda no se advierte tan fácilmente.
El viñeteado de la primera fotografía es tan marcado que nos distrae de la cascada. Inevitablemente acabas mirándolo, sobre todo en la zona del cielo, que es donde más contrasta.
En cambio, aunque no se note, el viñeteado de la segunda nos está ayudando a centrar la atención en el centro de interés, la cascada, oscureciendo levemente el resto de la fotografía. Pero al ser un viñeteado tan suave y gradual no se percibe a simple vista y, por lo tanto, no distrae.