Las sesiones de fotos con bebés, en general, son un deleite para cualquier fotógrafo/a al que le gusten los niños. Pero cuando tienen entre 3-6 meses y ya pueden empezar a interactuar con nosotros, son además tremendamente divertidas.
En este artículo te daremos las claves para conseguir realizar una sesión de fotos satisfactoria con bebés de menos de 6 meses, desde la preparación del set y del equipo, hasta las poses más habituales y algunos trucos de revelado.
Los Bebés en esta Etapa (3-6 meses)
A diferencia de la fotografía de recién nacidos, donde trabajamos con un bebé completamente dormido, en esta etapa ya lo fotografiamos despierto y eso significa que no tendremos tanto control sobre nuestra sesión de fotos.
A medida que un bebé crece, es más difícil fotografiarlo porque se mueve, ¡y mucho! Pero, esa es precisamente la magia de esta etapa en la que un niño empieza a desarrollar su personalidad y nos dedica más gestos y sonrisas. Por eso, nuestro reto será capturarlas.
Pero bueno, lo importante es que te quedes con que lo de '3 a 6 meses' es orientativo. Como sabes, cada bebé evoluciona a un ritmo diferente y algunos alcanzan hitos mucho antes que otros. Nosotros nos referimos a antes del que bebé sea capaz de sentarse, cuando a lo sumo se voltea hacia abajo él solo o se agarra los pies, llevándoselos a la boca.
Las sesiones de fotos 'Baby Sitter', donde ya vemos a bebés sentados con total confianza o incluso gateando, se realizan más adelante. Normalmente, para conseguir esas tomas tendremos que esperar hasta que el bebé ya tiene entre los 7 y 10 meses de edad.
Preparación del Set
Nosotros vamos a realizar esta sesión en una habitación con un pequeño soporte y un fondo de estudio, pero también puedes hacer lo mismo en tu salón o dormitorio. Si tienes espacio para colocar y mover las luces, puedes situar al bebé sobre el sofá o la cama y poner una tela o sábana de fondo.
Sea como sea, lo primero que haremos, como siempre que trabajemos con bebés, será aclimatar el espacio. Para ello necesitaremos conectar un radiador, calefactor o similar y conseguir una temperatura cálida para que el niño no pase frío, sobre todo si no va a estar muy abrigado.
Ahora colocaremos el fondo que vayamos a utilizar, en mi caso voy a optar por un fondo marrón de 150 x 200 cm con textura, que lleva incorporado un entarimado de madera en la parte inferior. Pero, puedes optar por cualquier fondo de color pastel o incluso con motivos y dibujos infantiles.
Podemos emplear una mesa para elevar al bebé porque será lo más cómodo para nosotros. Tendrá que ser una mesa bastante grande y robusta para que sea un espacio seguro para el niño. Aun así, si no vas a contar con la ayuda de otra persona para vigilar que el bebé no se caiga, deberás realizar la sesión en el suelo.
No será tan confortable porque tendremos que estar sentados o incluso tumbados para realizar nuestras tomas, pero será lo más fiable. Eso sí, coloca una superficie acolchada como una manta gruesa o una colchoneta para que el bebé no se haga daño ni esté en contacto directo con el frío suelo de la estancia.
Atrezzo y Vestuario
Para estas sesiones se suele buscar un estilo de indumentaria más clásico que en las sesiones de recién nacido. Aquí, en lugar de dar prioridad a la desnudez o al uso de disfraces graciosos como protagonistas de la foto, la ropa quedará más en un segundo plano.
Queremos que el que destaque sea el bebé, por lo que elegiremos algún conjunto de ropa bonito que tengamos en el armario u optaremos por unos peleles. Estos últimos suelen ser los que más se usan en este tipo de tomas porque dejan al aire las piernas, que en esta etapa suelen ser muy regordetas y adorables.
En realidad no nos hace falta nada más, pero podemos añadir más complementos: como un gorrito, una corona de flores, una cinta o unas medias caladas que completen el outfit que lleve. Y también, por qué no, podemos añadir algún objeto, como un juguete, un osito o cualquier cosa que pueda agarrar con las manos.
Para esta sesión puedes prescindir de props o recipientes donde colocar dentro al bebé, porque no queremos restringir su espacio ni sus movimientos. Nos interesa más que se voltee, se gire y adopte poses a su libre albedrío sin que se sienta limitado. Como mucho, podemos agregar alguna tela o tejido para colocar sobre el suelo y añadir algún contraste de textura en los planos cortos.
Equipo y Parámetros
En cuanto a equipo fotográfico, voy a utilizar una focal fija para retrato, como el 35 mm o el 50 mm. El pequeño se va a mover, pero todavía no podrá irse muy lejos, sino que se quedará más o menos dentro de la zona que nos interesa. También puedes optar por una lente zoom para tener mayor versatilidad, sobre todo en espacios más pequeños.
En cuanto a parámetros, vamos a tener que elegir una velocidad de obturación rápida, para que cuando el bebé mueva sus manos o pies de forma brusca no los pillemos trepidados. Eso significa que necesitamos usar 1/250 como mínimo (si trabajamos con luz natural o continua) y 1/200 si optamos por el flash.
Respecto al diafragma, no podemos apurar demasiado con aperturas muy amplias. Es mejor optar por un diafragma de f/3.5 a f/5.6 para asegurar que no se pierda el foco en la zona que nos interesa, sobre todo sabiendo que el bebé va a estar en continuo movimiento. La sensibilidad ISO cuanta más baja mejor, pero podemos subirla más si es necesario.
Por último, la iluminación. Puedes emplear uno o dos focos de luz continua e ir alternando entre dos o tres esquemas de luz. Trata de situarlos lo más bajo posible para que estén a la altura del niño y un ángulo más bien cenital. Si colocan unos paraguas o unas ventanas softbox conseguirás difuminar la luz, que será menos intensa y mucho más homogénea.
Sesión de Fotos
Una vez lo tenemos todo preparado, llega el momento de empezar a hacer fotos. Cada niño tendrá un nivel paciencia, pero te recomendamos que no extiendas la sesión más allá de los 15 minutos. Los bebés se suelen cansar muy deprisa, por lo que es mejor que paremos en cuanto notemos que empiezan a agobiarse.
El mejor momento para la sesión será aquel que no interfiera en la rutina diaria del niño. Es decir, en un rato libre entre una toma y una siesta, pero nunca cuando le toque comer o dormir porque probablemente no tendrá ganas de colaborar.
Lo más recomendable para una sesión de este tipo es que esté presente la mamá o el papá. Le pediremos que se coloque a nuestro lado para que el bebé esté tranquilo y dirija su mirada hacia nosotros. Además, es imprescindible que alguien se ocupe de evitar que se caiga y pueda atenderle rápidamente si se pone nervioso.
Un bebé de esa edad ya empieza a tener su propio carácter y sus padres han aprendido todos los trucos necesarios para saber cómo llamar su atención o sacarle una sonrisa, así que también utilizaremos ese recurso. Aun así, puedes usar algún juguete o sonajero que haga ruido para atraer la mirada del bebé hacia ti.
Vamos a ver algunas de poses que podemos intentar tomar en nuestra sesión. Fíjate que digo 'intentar' porque, probablemente, no siempre podrás conseguir hacerlas todas. Así que, no te frustres y trata de recrear aquellas en las que veas que el bebé está más cómodo, porque él será el que marcará el ritmo de la sesión fotográfica.
#1. Primeros Planos
Puedes empezar a 'romper el hielo' haciendo algunas fotos al bebé desde arriba. Para ello, coloca una manta o una tela con textura para que se genere cierto contraste (como serán planos cortos, no necesitas que sea demasiado grande).
Este es el mejor momento para sacar algunos primeros planos de su rostro sonriendo porque el niño aún no se habrá estresado. Si esperas hasta el final de la sesión para hacer estas fotos, probablemente el pequeño ya esté agotado y no tenga muchas ganas de hacerte carantoñas.
En cuanto al esquema de luz, empieza colocando un foco a 45º y el otro a -90º con respecto al sujeto. Es importante que la luz de relleno lateral tenga menor intensidad que la principal para suavizar las sombras, pero no matarlas del todo. Si no puedes regular la luz del foco, simplemente sitúala un poco más alejada.
Para que la cabeza o el rostro del bebé no salgan deformados, ten a mano un taburete para subirte encima y colocarte lo más cenital posible. Puedes aprovechar para darle también juguetes u objetos que pueda agarrar con las manos y llevárselos a la boca o incluso que los coloques de atrezzo y formen parte del encuadre.
#2. Boca Arriba Agarrándose los Pies
Esta es una de las poses más clásicas de bebé. De hecho, a esta edad algunos ya son capaces incluso de meterse los pies en la boca. Por eso aprovecharemos para captar ese momento, aunque seguramente se moverá mucho: primero agarrará un pie, después los dos y luego se girará hacia nosotros. Así que, ten paciencia (y mucho cuidado).
Nos ayudaremos de un sonajero o de las palabras de papá y de mamá (en este caso de ambos jeje) para llamar la atención del nene y que mire a cámara. Podemos tratar de corregir su postura y ayudarle a que de nuevo agarre sus pies, pero tendremos que ir acoplándonos a los movimientos del niño, que será quien realmente dirija la sesión.
En cuanto a los esquemas de luz, ve alternando entre varios. Puedes probar un esquema clásico de luces a 45º y después moviendo una de las luces a -90º. Así lograrás un semicontraluz que te dará algo de volumen y que realzará la silueta del peque.
No es necesario que el bebé siempre nos mire, también podemos captarlo mirando a sus padres o hacia otra parte. Habrá muchos estímulos y estará continuamente observándolo todo o metiéndose las manos en la boca, así que captúralo haciendo todo tipo de muecas y gestos naturales.
#3. Boca Abajo
Por fin, hemos llegado a la pose estrella de esta etapa. Ahora los bebés ya tienen fuerza suficiente como para levantar la cabeza y parte del tronco cuando están boca abajo. Seguramente, el propio niño ya se dará la vuelta él solo cuando lo pongamos boca arriba y podremos aprovechar entonces para captar estas tomas.
Te recomiendo que no hagas las fotos de forma completamente frontal, sino colocando al bebé un poco cruzado o incluso de lado. Conseguirás tomas más bellas y también veremos el cuerpo del bebé con una buena proporción.
Los esquemas de iluminación de nuevo podemos ir alternándolos, Cuando situemos al bebé totalmente de lado, también podremos probar con un esquema de dos luces completamente laterales para ver qué resultados obtenemos. Y al colocar una sola luz a -90º a modo de semicontraluz, la situaremos ligeramente ladeada para que sea suave y marquemos ligeramente su contorno.
Con esta pose deberás tener en cuenta dos cosas, una que el bebé se moverá mucho más, tanto brazos como piernas, por lo que deberás subir más la velocidad de obturación. Y la otra cosa, es que babeará mucho y deberás tener a mano una muselina para limpiarlo tanto a él como al fondo.
Revelado
Una vez hechas las fotos, llega el momento de dedicar tiempo al procesado y la edición y primero, trabajaremos con un programa de revelado. Reencuadraremos la composición y enderezaremos el horizonte si se nos ha quedado un poco inclinado. También realizaremos todas las correcciones asociadas a la distorsión de la lente, así como la eliminación de halos o de aberraciones cromáticas.
Aplicaremos ajustes tonales para corregir la exposición, subiendo las sombras y bajando las altas luces. También mejoraremos el enfoque general, bajando un poco la claridad y la estructura para suavizar la piel y los rasgos del bebé, dando una apariencia más algodonada a la toma.
En cuanto a ajustes cromáticos, elegiremos una temperatura y un matiz a nuestro gusto. Normalmente, en fotografía de bebés se suele optar por enfatizar los tonos cálidos y rosáceos, sobre todo en las sombras, pero puedes modificarlo según tu propio estilo personal.
Si revelas con Capture One, puedes crear otras capas de ajustes locales para seguir mejorando la imagen en áreas concretas como: filtros radiales para destacar al sujeto, añadir un viñeteado en los bordes que focalice la atención o mejorar el brillo y la saturación del iris de los ojos.
También ajustar el tono de piel del bebé. Para ello tendremos que crear una capa con una máscara sobre el rostro y cuello del pequeño, sus brazos y sus piernas. Ahora seleccionaremos el tono de la piel con la pipeta y modificaremos la Cantidad y la Uniformidad para agregar luminosidad o modificar la saturación y el matiz.
Retoque
Ahora ya pasaremos a realizar algunos retoques. Seguramente también podrás hacerlos con tu programa habitual de revelado, pero a mí me gusta más exportar la foto en formato TIF y acabar de retocarla en Adobe Photoshop. Aquí trabajaremos, sobre todo, en la corrección de imperfecciones.
Empezaremos por el fondo, donde se ven demasiado las líneas de doblado. Con la herramienta 'Parche' y el 'Pincel Corrector Puntual' las quitaremos rápidamente. De igual modo, en la parte que corresponde al suelo también podemos eliminar las pinzas de sujeción, las manchas u otras arrugas que puedan aparecer.
Seguidamente, nos centraremos en eliminar las imperfecciones en el bebé. Si hay pliegues en la ropa podemos usar la herramienta Filtro/Licuar y tratar de disimular esos defectos. Después, con el 'Pincel Corrector Puntual' y el 'Tampón de Clonar' podemos quitar arañazos, legañitas, brillos o babas que el bebé pueda tener.
Finalmente, aplicaremos un viñeteo personalizado. Es muy sencillo. Solo tenemos que crear una capa nueva, seleccionar el color del fondo con la pipeta y pintar una viñeta. Te aconsejo que bajes la Opacidad y el Flujo del Pincel y aumentes su tamaño para que sea más fácil pintarlo.
Ahora aplica un Filtro/Desenfocar/Desenfoque Gaussiano con el radio de píxeles que desees para añadir un poco de desenfoque al viñeteo y focalizar aún más la atención. Recuerda que si el efecto viñeta que has creado es muy intenso, también puedes bajar la opacidad de la capa entera para atenuarlo.
¡Atrévete con los más Peques!
A medida que mi hijo va creciendo, yo también voy creciendo a su lado como fotógrafa de retrato y la verdad es que cada vez me gusta más practicar este género fotográfico. Sin duda, los papás y mamás fotógrafos encontramos en esta disciplina un combo magnífico, porque pasamos tiempo con nuestros peques y a la vez nos enriquecemos como artistas.
Antes no me había atrevido a trabajar con niños por las dificultades que todos sabemos que entraña no tener el control de la situación. Pero, a veces, que cueste más conseguir una buena foto es mucho más satisfactorio que trabajar con un/a modelo experimentado/a con el que tenemos la toma perfecta asegurada.
¿Y a ti? ¿Te gustaría hacer este tipo de fotos? ¿Has probado a realizar una sesión con un bebé de 3 a 6 meses? ¿Cuál ha sido tu experiencia? ¡Déjanos un comentario y cuéntanoslo!