“¿Cuál es tu equipo fotográfico?” nos preguntan, y pensamos inmediatamente en nuestro cuerpo de cámara, las lentes, flashes, incluso trípode y mochilas… ¿Pero acaba ahí nuestra inversión en fotografía? Me temo que no, al menos no si hablamos de fotografía digital.
El ordenador o computadora, el laboratorio de revelado del siglo XXI, es también parte esencial del equipo fotográfico, sin el que no podremos obtener la foto final de los archivos RAW que genera nuestra cámara. Y como tal, debemos prestarle la misma atención y elegirlo con el mismo detenimiento que los objetivos que compramos, de manera que se adapte a nuestras necesidades y, deseablemente, ahorrando lo máximo posible.
Por eso, en este artículo voy a intentar daros unas pautas sobre qué le deberíamos exigir a un ordenador orientado casi exclusivamente a la edición y revelado fotográfico. Voy a evitar en toda medida el debate de si es mejor Windows o Mac, partiendo de que ambos sistemas sirven perfectamente para este propósito. Me centraré en los componentes que conforman el ordenador para orientaros en los frecuentemente liosos nombres y explicando qué papel desempeña cada uno. Si os resulta interesante, continuemos.
¿Sobremesa o portátil?
Aquí la respuesta se obtiene rápido contestando a “¿necesito de verdad el poder llevármelo conmigo a todos lados?”. Si la respuesta es no, si siempre vamos a trabajar con él en nuestra casa, entonces es indudablemente mejor un equipo de escritorio. A igualdad de precio, nos permite configurar un equipo más potente, que se puede actualizar fácilmente en un futuro, y que tiene una pantalla mucho mayor en la que trabajar cómodamente, algo fundamental.
Es cierto que hay gente que tiene un portátil al que le conecta en la salida de vídeo una pantalla grande para trabajar en casa. Es una buena solución de compromiso, aunque sabiendo siempre que ese portátil no podrá ser tan potente como su equivalente en sobremesa.
Procesador y memoria RAM
El procesador es el componente más importante del ordenador, el “cerebro” que va a trabajar toda la información. Hay dos grandes fabricantes de microprocesadores: Intel y AMD. El primero es el más vendido y actualmente posee los procesadores más potentes, aunque AMD tiene algunos modelos con una relación calidad/precio realmente buena. Asumiendo que optamos por chips de Intel, como muchos sabréis posee tres gamas principales que, de menos a más potente, se llaman i3, i5 e i7, y que a su vez tienen dentro de cada uno de ellos varios submodelos que varían sensiblemente en rendimiento y precio.
Intentaremos optar siempre por modelos i5 o, si nuestro presupuesto nos lo permite, i7. ¡Pero mucho ojo, porque el número de 4 dígitos que lo acompaña a continuación es muy importante! Éste determina el submodelo dentro de cada gama, pero también a la generación a la que pertenece. Y es que los procesadores de Intel llevan llamándose i5 o i7 desde hace más de seis años, y huelga decir que nada tiene que ver el rendimiento de los modelos más antiguos a los más nuevos. Así, a fecha de 2016, intentaremos buscar siempre modelos 6XXX, es decir, que el primer dígito sea un 6 (6ª generación, la más nueva), de manera que los procesadores sean los 6400, 6500, 6700 y evitando que nos cuelen modelos 3XXX ó 4XXX.
Sobre la RAM, nos fijaremos en dos cosas principalmente: cantidad y tecnología. Para edición en Photoshop deberíamos montar, al menos, 8GB de memoria RAM. Dado que es un elemento relativamente barato y fácil de ampliar en equipos sobremesa, si trabajamos con muchas capas y vemos que se nos quedan cortos, podremos ampliar a 16GB en cualquier momento. Y sobre su tecnología, intentaremos en la medida de lo posible que sea DDR4. Este tiempo de memoria es más rápida y consume menos que su predecesora DDR3, y los procesadores Intel de 6ª generación ya vienen preparados para aprovechar todo su potencial.
Disco duro
Aquí voy a ser tajante: no podrás hacer mejor inversión que montar un disco SSD. Lo garantizo. Llevo repitiéndolo desde hace años a todos los que me piden consejo, y aquellos que lo siguen siempre se alegran. ¿Qué ventajas tiene? Consumen mucho menos, no hacen ruido, no emiten calor ni vibraciones y, lo más importante, son unas 5-6 veces más rápidos que un disco convencional. Y eso se nota muchísimo.
Verás, así como invertir 100€ extra en un procesador que sea más potente puede hacer que hagas algunas tareas un 20-40% más rápido, invertir 100€ (o menos) en montar un SSD acelerará tareas tan usuales como arrancar el equipo, abrir archivos grandes o ejecutar programas un 500%. Por ello es una inversión casi obligada.
Por contra, también tiene dos desventajas. Su precio es más alto y su capacidad más baja que los discos duros clásicos, lo que hace que tengamos que hacer un combo de ambos tipos: un disco SSD, típicamente de 120 ó 240GB (que actualmente se mueven entre los 50 y 100€) para el SO y los programas, y un HDD de varios terabytes de capacidad para guardar todos los pesados archivos que vamos almacenando, bien interno o externo al ordenador. Es quizás una configuración extraña para alguien que nunca ha tenido un ordenador así, pero merece la pena acostumbrarse. Y la segunda desventaja es que, si un SSD se estropea, es imposible recuperar la información, por lo que será conveniente tener siempre copias de seguridad en otro disco.
¿Tarjeta gráfica?
Y llegamos al punto en el que más me voy a mojar. Y es que, dado el espectacular avance de las gráficas integradas en los últimos procesadores de Intel, que generan hasta imagen 4K y permiten jugar a videojuegos a calidades medias, opino que en un ordenador cuyo principal uso va a ser únicamente la edición y revelado fotográfico, una tarjeta gráfica dedicada es prescindible.
Porque, si bien es cierto que tanto Photoshop como Lightroom disponen de la opción de aceleración por procesador gráfico, gracias al cual pueden relegar ciertas tareas a la tarjeta gráfica para que trabaje paralelamente, realmente la mayor parte del trabajo son cálculos de procesador. Por ello, si hemos optado por un microprocesador de gama alta que además incluye un chip gráfico aceptablemente solvente, deberíamos poder trabajar de manera fluida sin problemas.
Por supuesto, ésta es mi recomendación en el caso de que queramos ajustar el presupuesto al máximo. Si éste no es un problema o si queremos un equipo mucho más capaz para jugar a videojuegos o trabajar con edición de vídeo (donde sí es fundamental el trabajo de la tarjeta gráfica), siempre será mejor montarla. Pero opino que, de querer recortar de algún elemento, la tarjeta gráfica sería el más prescindible.
Pantalla
Otro elemento importantísimo pero en el que cuesta hacer la inversión necesaria. Y es que dos pantallas de igual tamaño, resolución y velocidad de refresco pueden costar 100€ u 800€ simplemente por una pequeña pero importante diferencia: la fidelidad de representación del color. Marcas como Nec o Eizo son especialistas en esto.
Empezando por lo primero, si tenemos un portátil con pantalla de 15” o menos, deberíamos exigir al menos una resolución FullHD, esto es, 1920x1080 píxeles. Eso nos garantizará una densidad adecuada para ver nuestros detalles con nitidez.
Si nuestra pantalla es externa, podremos lanzarnos a por tamaños más grandes y cómodos para trabajar. Para una pantalla de entre 22” y 25” es aceptable también una resolución FullHD. ¿Cómo? ¿Pero ésa no era la resolución que exigíamos a una pequeña pantalla de 15”? Sí, pero es que las pantallas externas se usan a mayor distancia de nuestros ojos, con lo que la densidad que podemos exigir disminuye.
¿Y las pantallas 4K? Son el sueño de cualquier fotógrafo por la cantidad de detalle que ofrecen, aunque tienen un precio altísimo aún. Una buena opción intermedia son las pantallas 2K ó 1440p, que es el doble de resolución que FullHD, y tienen un precio moderado para la nitidez que ofrecen en diagonales de 25-28”.
Y por último, como he adelantado, está la gama de color representado, la desviación delta y el calibrado. Es un tema tan complejo que daría para todo un post, pero adelanto que, de ser posible, deberíamos buscar un monitor “calibrado de fábrica”. La gama Ultrasharp de Dell es una opción interesante.
Tableta gráfica
A muchos les cuesta dar el salto, pero los que la prueban una semana ya no vuelven atrás. La tableta digitalizadora nos permite editar con un cómodo lápiz con el que tenemos más precisión de movimientos y control de presión, aumentando nuestra velocidad de trabajo y comodidad en la muñeca tras horas de edición.
Como muchos sabréis, la marca por excelencia es Wacom, que tiene modelos de todas las gamas y son siempre una garantía. Si no estáis seguros de que las tabletas gráficas sean para vosotros, podéis empezar por una básica Wacom Bamboo, pero permitidme sugeriros otra marca: Huion. Este fabricante chino se está asentando en el mercado gracias a unos modelos con una calidad sorprendente a unos precios varias veces inferior a la competencia. Yo he tenido modelos Wacom, y ahora con una Huion Pro de tamaño grande y de algo más de 75€ no echo de menos mis anteriores tabletas.
Espero haberos ayudado a aclarar algunas ideas sobre este mundo en vertiginosa evolución. Si tenéis cualquier otra duda o sugerencia dejadlas en los comentarios, intentaré responder a todo lo que pueda y serán bienvenidos todos los aportes sobre vuestras experiencias.
Enlaces Relacionados
- Descubre la Tableta Wacom Intuos Pen & Touch Creative y Olvidarás para Siempre a tu Ratón
- Toma de Contacto: Análisis de la Tableta Grafica Wacom Bamboo
- Conociendo Algunas de las Características de los Monitores de Gama Alta de Manos del EIZO Coloredge CG223W
- Los 10 Aspectos Clave en la Compra de Un Monitor Para Fotografía