La fotografía tiene tantos escenarios como personas, ciudades, paisajes o animales existen en el mundo. Algunos autores tienen una visión tan amplia de la vida y la fotografía que ya han descubierto los secretos de todas sus modalidades. Otros, sin embargo, deciden especializarse en retrato, bodegones o la cada vez más practicada macro-fotografía.
Si eres de los que se deja sorprender por los encantos del micro-mundo y estás pensando en cambiar de cámara, éste es tu artículo. Lógicamente, la elección de la cámara irá en función de nuestro bolsillo pero no resulta un aspecto determinante a la hora de practicar la macrofotografía, de hecho, la verdadera importancia recae sobre los objetivos y accesorios. Sin embargo, existen ciertos aspectos que podrían ayudarnos en nuestras sesiones macro-fotográficas en el medio natural, ¿los vemos? ¡Sigue leyendo!
El Por Qué de tu Elección
¿Qué mejor que deducir por ti mismo la cámara que necesitas? Para conseguir concluir una decisión acertada debemos atenernos a los principales inconvenientes que presenta su práctica.
Dificultades Técnicas
Considero que existen cuatro inconvenientes principales a la hora de practicar macro: la luz (habitualmente escasa), la estabilización de la cámara, la escasa profundidad de campo y el viento.
- Luz escasa: La utilización de teleobjetivos sumada a condiciones de luz habitualmente escasas (a ras de suelo, jardines o en el interior de bosques) nos obligan a emplear ISOs medios-altos. Solución: Cámara con sensor grande y de buena respuesta ante dicho parámetro.
- Estabilización: Comprende una dificultad fácilmente salvable mediante el uso de objetivos con estabilizador de imagen o trípode, sin embargo, pudiera darse el caso en el que no dispusiéramos de ninguna de las opciones, lo que nos obligaría irremediablemente a elevar la velocidad de disparo. Solución: Cámara con sensor grande y de buena respuesta ante ISOs altos.
- Escasa profundidad de campo: Aproximaciones cercanas a 1:1 reducen la PDC a su mínimo exponente, obligándonos a cerrar diafragma y reduciendo un más la luz disponible. Solución: Cámara con sensor grande y de buena respuesta ante ISOs altos
- Viento: La habitual presencia de viento resulta una de las grandes dificultades en la práctica de la macrofotografía, obligándonos en numerosas ocasiones a disparar con velocidades de obturación desorbitadas y reduciendo todavía más la luz disponible. Solución: Cámara con sensor grande y de buena respuesta ante ISOs alto
La elección de la cámara perfecta para la práctica de macro-fotografía parece tajante: Sensores grandes que obtengan buena respuesta a ISOs altos.
Dificultades Prácticas
Como disciplina especializada que es, seguro que vamos a vernos inmersos en situaciones en las que la accesibilidad sea complicada (setas, flores o pequeños animales a ras de suelo). ¿Qué características deberíamos tener en cuenta para salvar estas situaciones?
- Sistema live view: Obligarnos a ver la escena a través del visor cuando tenemos el cuerpo en el suelo es incómodo. Si le sumamos que determinadas sesiones pueden demorarse durante largos periodos de tiempo nuestro trabajo puede resentirse. El sistema live view nos permite despegar el ojo del visor y poder ver la escena en la pantalla.
- Pantalla abatible: Los argumentos a favor de una cámara con pantalla abatible corren en la misma línea que en el apartado anterior, permitiéndonos ver la escena sentados en el suelo y evitando posiciones de nuevo incómodas.
- Visor en ángulo: Este peculiar accesorio no estará incorporado en nuestras réflex pero sí constituye una pieza de gran utilidad al practicar macro. Tienes las ventajas de la pantalla abatible, es decir, comodidad en el momento de visualizar la escena, con la ventaja de que se evitan reflejos al tratarse de una prolongación del propio visor.
- Estanqueidad del cuerpo: El grado de estanqueidad y sellado del cuerpo no supone una característica imprescindible a la hora de decantarnos por una u otra cámara, sin embargo, sí que otorga un plus de seguridad en nuestras sesiones en plena naturaleza. Tened en cuenta que el suelo, sobre todo en bosques, posee una gran cantidad de humedad contenida, por no hablar de polvo y tierra en tomas que precisen colocar la cámara sobre caminos o zonas áridas.
Otras Opciones Igualmente Viables
Hasta ahora hemos enumerado los principales inconvenientes en la práctica de la macro-fotografía y cómo solucionarlos de la manera más fácil, es decir, a golpe de talonario (entiéndase con cámaras de alta gama, sensores de calidad, estancas…) Y es que, si podemos permitírnoslo, resultan la mejor opción.
Sin embargo, con un poco de “ingenio” también podemos solventar las carencias de cámaras de menor gama.
Mi Experiencia con la Panasonic Lumix DMC FZ30 + Raynox DCR-250
Suena raro tratándose de una cámara híbrida o “bridge” donde bajamos varios peldaños en cuanto calidad, pero mi experiencia con ella fue de lo más enriquecedora.
¿Qué me aportaba y qué me faltaba? Lo primero que he de especificar es la obligatoria utilización de una lente de aproximación para poder emplearla como cámara macro, permitiéndonos así reducir la distancia mínima de enfoque en todo su rango focal. Algunas de sus características estrella eran el perfecto estabilizador de imagen (la utilizaba habitualmente a pulso), el completo rango de focales (desde 35mm a 420mm) y la comodísima pantalla abatible.
Su gran inconveniente era el sensor, donde las imágenes tomadas a partir de ISO 400 resultaban prácticamente inservibles. Parece evidente cuál era el talón de Aquiles de éste “kit” macro pero, si se tiene un poco de imaginación, la luz podría dejar de ser un problema. Fabriqué un “tubo” reflector con cajas de leche que colocaba en vertical acoplado al flash frontal y cuyo ápice acababa en una perfecta lámpara difusora de luz, ¡voilá! Ya no tenía que aumentar el ISO mas allá de 200 y el problema de la luz estaba resuelto.
Con ésta reflexión me gustaría que aprendiéramos a discernir cuál es “nuestro” equipo perfecto para macro-fotografía en función del presupuesto que dispongamos. Ya apuntábamos al inicio de ésta conclusión que ojala pudiéramos optar siempre por el mejor equipo pero, desgraciadamente, estamos enamorados de una actividad que, a menudo, hace temblar nuestras huchas.