No tengas miedo a acercarte para encontrar fotografías especiales e íntimas. Seguro que si leíste el artículo que publicamos sobre los diferentes tipos de plano que existen en fotografía, descubriste que uno de ellos es es primerísimo primer plano. Aunque ya vimos sobre él pequeñas pinceladas, en el artículo de hoy lo abordaremos en profundidad para que puedas sacarle provecho y sepas cuándo utilizarlo. ¡Quédate conmigo!
¿Qué Entendemos por Primerísimo Primer Plano?
Cuando hacemos un retrato tenemos varias maneras de limitar el encuadre de nuestra fotografía. No es que estos encuadres, a los que nos referimos como tipos de plano, sean los únicos, pero sí que son los estándares básicos que nos sirven para referirnos a la escala de un retrato. Uno de esos tipos de plano es el primerísimo primer plano, conocido también con las siglas de PPP en la jerga del mundo audiovisual, o como big close up en inglés.
El primerísimo primer plano es aquel que en un retrato va desde la frente del sujeto hasta la barbilla aproximadamente. Se trata de una ampliación del primer plano, con el que ganaremos cierto grado de intimidad y dramatismo, ya que estaremos muy próximos a la mirada de nuestro retratado, y eso nos hace ganar en proximidad y cercanía.
Por supuesto, este y el resto de tipos de plano no solo podemos aplicarlos a la temática de retrato, aunque es cierto que para poder explicarlo resulta más claro utilizar de ejemplo el retrato de una persona. Para extenderlo a otras temáticas, solo deberemos fijarnos en la relación del tamaño del sujeto u objeto respecto al marco de la fotografía.
¿Horizontal o Vertical?
El formato del encuadre para un primerísimo primer plano puede ser o bien horizontal o bien vertical.
- En el caso del formato vertical, el plano será aproximadamente desde la frente hasta la mitad del cuello.
- En el caso del formato horizontal, el plano irá desde mitad de la frente a mitad de la barbilla aproximadamente.
¿Qué Podemos Conseguir con un Primerísimo Primer Plano?
¿Y qué implicaciones emocionales tiene un primerísimo primer plano? Pues entre otras, podemos decir que...
- Al ser el rostro el total protagonista de una foto de retrato, la expresividad que marque y su expresión facial va a ser un punto clave del plano. La emoción que exprese (ya sea de sorpresa, duda, miedo, felicidad, amor, enfado, tristeza, ira...) es lo que va a resaltar, mientras que la pose que haga con su cuerpo poco influirá en la toma.
- Al acercarnos tanto al sujeto se genera tensión y dramatismo, ya que por una parte estamos demasiado cerca de él, y además no sabemos en qué entorno se encuentra ni qué es lo que le rodea.
- Nos acercamos tanto al sujeto que nos permite de algún modo meternos en la mente del retratado.
- Este tipo de plano capta nuestra atención desde el primer momento.
- Este plano tan delimitado marca muy bien hacia qué lugar tiene que dirigir la mirada el espectador. No hay elementos que distraigan la atención de lo importante.
- Gracias a la cercanía al rostro, se revelan detalles del sujeto y sirve para enfatizar algún rasgo de la cara, como una intensa mirada o unos bonitos labios por ejemplo.
- También nos sirve para ocultar elementos del escenario que no queremos incluir en el encuadre.
Factores Importantes a la Hora de Fotografiar un Primerísimo Primer Plano
No es lo mismo fotografiar un plano con una escala muy amplia, como el gran plano general, que un primerísimo plano. Para cada uno de ellos deberemos cuidar la forma de componerlos y llevarlos a cabo de una manera distinta.
¿Qué Objetivo Utilizo?
Una de las primeras cosas que debemos dejar claro es que un primerísimo plano no solamente se puede hacer con un teleobjetivo. Tendemos a pensar que solo podemos acercarnos a un sujeto con una lente, pero también puedes realizar un primerísimo primer plano con un objetivo más angular y acercándote tú físicamente a él.
Claro está, utilizar una lente u otra tendrá una sería de implicaciones, ya que cada focal tiene sus propias características. Así pues, captar un primerísimo primer plano con un objetivo angular puede funcionar muy bien para tomas en las que queremos que el sujeto salga asustadizo, mientras que utilizaremos focales más largas, e incluso focales fijas, para retratos que sean más dulces.
Cuidado con la Profundidad de Campo
Cuando hablamos de retratos también pensamos mucho en las focales fijas, como el 50 mm f/1.8. Estas lentes son muy luminosas, lo cual nos permite conseguir profundidades de campo reducidas que nos ayudan a darle protagonismo al rostro del sujeto y a dirigir la mirada de quien observa la fotografía.
Pero ojo, porque una profundidad de campo reducida implica mayor riesgo de que nos salga desenfocada una zona que queríamos que saliera nítida.
En este sentido, para realizar un primerísimo primer plano, por normal general, pondremos el foco en los ojos del sujeto (concretamente lo situaremos en el iris), ya que a través de ellos conseguiremos expresar diferentes estados emocionales.
Para comprobar que el foco es correcto, siempre puedes utilizar un enfoque puntal, el live view de tu cámara y hacer zoom sobre los ojos, ya que de lo contrario puede que sin darnos cuenta el foco se vaya a las pestañas o a otra zona que no nos interesa.
Y por supuesto, puede que intencionadamente no desees sacar los ojos enfocados, sino que quieres situar el foco de la imagen en otra zona del rostro para destacarla, como son por ejemplo unos bonitos labios. En este caso, para comprobar que el foco es el adecuado, utilizaremos el mismo método que con los ojos.
No Hagas Todos los Retratos Frontales
Cuando pensamos en retratos la primera imagen que nos viene a la cabeza es un retrato frontal, en la que el sujeto mira directamente a cámara. Pero cualquier retrato, incluso en un primerísimo primer plano, puede estar hecho también de perfil y sin mirar a cámara, o dirigiendo la mirada hacia fuera del encuadre.
Juega con la Iluminación
La iluminación a la hora de hacer un retrato es de vital importancia, y nos puede ayudar a conseguir transmitir una emoción u otra, como ya sabes.
Si a eso le sumamos la carga emocional que tiene el primerísimo primer plano, la fuerza que podemos transmitir con nuestros retratos es increíble.
Fíjate en este ejemplo. Trabajando con la misma modelo, y con el mismo tipo de plano, observamos que en la primera toma la luz y los tonos que la acompañan son mucho más suaves. Además, su sonrisa consigue que el retrato parezca mucho más dulce, mientras que en la segunda toma, gracias a una iluminación en clave baja, con unos contrastes muy marcados y reforzados por una expresión de ira, el retrato tiene un significado totalmente distinto.
¡Acércate a Tus Motivos Fotográficos!
¿Conoces la famosa frase de Robert Capa que decía que Si tus fotos no son lo suficientemente buenas, es por no que estabas lo suficientemente cerca? Pues esto lo podríamos aplicar de algún modo al primerísimo primer plano.
Puedes acercarte tú físicamente, o usar lentes que te permitan aproximarte, pero lo importante es que te adentres en el mundo del propio sujeto u objeto al que le hagas el primerísimo primer plano.
¿Y tú? ¿Tienes fotografías hechas con este tipo de plano? ¿Qué es lo que más te gusta de él? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!