Siempre me ha llamado la atención lo cambiante y variable que puede llegar a ser un entorno natural o urbano cuando nos vemos arropados por la magia de la niebla.
Seguro que muchos de vosotros, al igual que yo, habéis explorado vuestra ciudad o entorno natural más próximo en busca de lugares con encanto y en el noventa por ciento de los casos habéis desechado numerosas localizaciones porque algún elemento o conjunto de ellos resultaba molesto: una fila de coches con poco interés, contenedores de basura, señales de tráfico o una maraña de árboles que entorpece la lectura de nuestro motivo principal.
En éste artículo vamos a centrarnos en la niebla como recurso para eliminar todos esos elementos que intervienen en escena dificultando una composición limpia, vamos a centrarnos en cómo potenciar el minimalismo de nuestras imágenes aprovechando el factor niebla.
La Búsqueda de lo Esencial
El minimalismo constituye una corriente artística en sí misma, el arte de lo mínimo, lo esencial y busca suprimir todos aquellos elementos de una escena que, o bien resultan superfluos o bien cargan la imagen compitiendo en protagonismo con el motivo principal que hemos elegido.
Por tanto, en una fotografía minimalista encontraremos un motivo principal muy definido que servirá por sí solo para ilustrar y transmitir, acompañado o no de ciertos elementos pero siempre constituyendo el total y absoluto centro de atención dentro de una composición especialmente cuidada.
Este último punto resulta de vital importancia dentro de la fotografía minimalista, debemos cuidar con especial esmero la composición de la imagen, evitar aburrir en su lectura y provocar reacciones en el espectador.
Redescubre Tu Entorno Más Cercano
Siendo conscientes del efecto de la niebla sobre la profundidad de los diferentes planos en una determinada escena, es el momento de plantearse el redescubrir tu entorno más cercano. Tu ciudad ya no es la misma, ahora ese hombre que paseaba por un puente y sea veía inmerso en una infinidad de detalles arquitectónicos camina solo, hacia un fondo blanco, acompañado únicamente por una carretera y un pequeño conjunto de árboles que emergen de un río, a su derecha.
En la imagen que sirve como ilustración podemos observar la increíble transformación que sufre el paisaje. Abandonamos toda referencia del fondo para dejarnos llevar por un conjunto de luces, líneas e insinuaciones apoyándonos en un paseante como elemento principal de la fotografía.
Los paisajes con agua como ríos, lagos o pequeñas charcas también resultan de especial interés a la hora de fotografiar bajo la influencia de la niebla. Es curioso cómo podemos transportar al espectador a lugares remotos, convertir un paisaje urbano en algo completamente salvaje.
En ésta imagen tomada a un islote en el Río Guadiana, a su paso por Badajoz, podéis observar igualmente la transformación de la que venimos hablando en este artículo. El ambiente se torna sutil, delicado, perdemos la referencia del horizonte urbanizado para centrarnos únicamente en la isla, su reflejo, un pequeño cormorán volando y su reflejo.
Aprovecha el “Efecto Espejo”
Otra de las características que lleva implícita la niebla es el denominado “efecto espejo”. La ausencia de viento es algo habitual en la mayoría de los escenarios que la presentan y, si a esto le añadimos agua, tendremos una infinidad de reflejos con los que deleitarnos.
En la siguiente ilustración podéis observar la perfecta nitidez del reflejo en presencia de niebla (ausencia de viento) contrastado con el turbio reflejo de la imagen de la derecha.
Presta Especial Atención a…
- Calles, avenidas, plazas o parques en zonas amplias por las que paseas habitualmente, pueden convertirse en lugares que os proporcionen algunas de las mejores imágenes de vuestro porfolio.
- Lugares elevados tales como murallas, edificios o pequeños cerros, probablemente dispongáis de algún primer plano en el que centraros quedando el resto del escenario sutilmente dibujado.
- Personas. La simplicidad que nos brinda la niebla necesita en numerosas ocasiones de sujetos móviles para fijar un centro de atención: alguien paseando, corriendo o pescando podría servirnos.
- Árboles solitarios y bosques, uno de los motivos más buscados en esta corriente artística. Los bosques, por la densidad de árboles que contienen son difíciles de fotografiar en ausencia de niebla, existen demasiados planos superpuestos.
- Animales de gran tamaño como caballos o determinadas aves pueden ser elementos protagonistas o ayudar a complementar la imagen aportando ambiente.
- Entornos con agua. Tal y como comentábamos anteriormente, dichas localizaciones resultan especialmente atractivas a la hora de fotografiar con niebla: ríos, lagos o pequeñas charcas suelen albergar islas, troncos o incluso conjuntos de ramas que podrían apoyar nuestra composición.
Sí, pero… ¿Cuándo y Dónde Puedo Encontrar Niebla?
Son muchos los tipos de niebla y variados los entornos que albergan nieblas a lo largo del año, dependen de numerosos factores atmosféricos y geográficos.
En climas templados, como el de la península ibérica, suele presentarse desde otoño (sobre todo en lagos y mares, cuando el agua aún mantiene el calor del verano) hasta finales de invierno (cuando la superficie de la tierra se enfría y el agua presente en el aire, más cálido cerca del suelo, se condensa).
Diciembre y Enero son los meses con mayor actividad de nieblas en la península, y son los meses que debéis de esperar con mayor impaciencia si queréis poner en práctica los consejos tratados en éste artículo.
Inspírate en algunos de los fotógrafos minimalistas de mayor reconocimiento.
Después de este viaje a través de paisajes y ambientes neblinosos, la búsqueda de lo esencial y la reducción a lo mínimo, quizá quieras inspirarte en algunos de los fotógrafos minimalistas de mayor reconocimiento.
Y recordad, nunca sabemos lo que nos vamos a encontrar o, mejor dicho, lo que no nos vamos a encontrar cuando redescubrimos nuestro entorno en presencia de niebla, menos es más.