Y diréis... Este tío es imbécil. ¿Cómo me voy a sentir orgulloso porque me roben una foto? Y es verdad. Robar suena muy fuerte, muy delictivo, muy... moralmente incorrecto.
¡Pero eh! Y si cambiamos el verbo robar por, digamos, "seleccionar". O incluso "utilizar". Por supuesto, sin ningún tipo de retribución ni permiso explícito. Eso ya suena menos malo, ¿A que sí? Pero es exactamente lo mismo. Vamos a empezar por lo básico.
Nota: Los nombres de las imágenes que ilustran el artículo han sido pixelados para proteger sus identidades. Este artículo no está pensado como una caza de brujas.
¿Qué es robar una foto?
Lo sé, lo sé, parezco un idiota definiendo cosas tan obvias. Pero creo que es totalmente necesario para el desarrollo total de mi argumentación.
Vamos a dejar de lado la copia, o el plagio de fotografías. Porque eso es lo que es, copia, o plagio.
El robo de una fotografía implica su uso sin permiso del autor. En cualquier ámbito.
Da igual si te mencionan. Da igual si enlazan tu página web. Y da igual si no hacen nada de eso. Si no te han pedido permiso, te han robado tu foto.
Es decir, si tú trabajas para una empresa, o para un particular, y haces fotos para ellos, lo que les entregas además de las fotos, es su derecho de explotación (Ojo, no los derechos de autor, esos son intransferibles). Por tanto, tienen todo el derecho del mundo a usar tus fotos cuando les venga en gana, en el período acordado, que suele ser para siempre.
O si tienes tus fotos a la venta en cualquier agencia de venta de stock o microstock, cualquiera que compre esa foto, puede usarla cuando le venga en gana. Hasta aquí los pasos lógicos.
¿Pero qué pasa cuando alguien ve una foto tuya, la guarda en su disco duro, y la usa para sus propios fines? Para montar un vídeo musical, para poner una frase muy profunda sacada de cualquier wiki en facebook. O incluso para montar una campaña publicitaria a nivel mundial.
Penalmente, estas tres acciones no tienen nada que ver. Pero moralmente, es más de lo mismo.
Es la idea de que "si está en internet, pertenece a todo el mundo".
Yo, personalmente, he perdido la cuenta de cuántas veces se ha utilizado la imagen que encabeza este post sin mi permiso, y en la mayoría de veces, sin siquiera nombrarme. En algunas, incluso se le ha puesto la firma de otro.
Y aclaremos que no tengo ningún problema en compartir mi trabajo personal, cuando me piden permiso, suelo darlo el 100% de los casos, pero cuando no me lo piden... bueno, suelo montar en cólera. Y considero que justificadamente.
¿Qué otras cosas pueden ser consideradas un robo?
Fijaos en la siguiente imagen:
Ya no voy a entrar en la copia descarada del concepto y la pose, allá la moralidad de cada uno, y lo que se considere, copia, plagio, inspiración, o como se le quiera llamar.
Fijaos bien en la bayoneta del ojo. Este "artista", ha recortado un trozo de mi fotografía original, y la ha pegado en el suyo. Esa acción en sí, es un robo. No ha robado una imagen entera, pero sí ha robado uno de sus elementos.
No me entendáis mal, es genial que a alguien le gusten mis imágenes. Es genial inspirar a otros, y es genial que mi trabajo se difunda. Lo que no me gusta, es que se aprovechen de mí.
¿Por qué tomar acciones legales, o de algún otro tipo?
Porque están obteniendo beneficio de tu trabajo, sin tenerte en cuenta, independientemente de si ese beneficio es en forma de dinero, de likes, de difusión, de visitas, o de ventas de sus propios productos o servicios.
Como digo, que una imagen esté en internet, no significa que sea libre para utilizar, alterar, o subir a donde cualquiera considere. Quien la haya producido ha pasado su tiempo y su esfuerzo con eso, como para que alguien se apropie de su esfuerzo y genere visitas (o dinero) en su propia página a su costa.
Y ya fuera de eso, y lo grave de verdad, es que muchas imágenes (Y entre ellas las mías), están registradas con copyright, y por tanto, su uso sin licencia es un delito. Y es un delito, porque se está utilizando un bien que es propiedad de otro, que no se ha comprado, y por tanto, que le hace perder dinero a su autor.
Existen fotografías con un tipo de licencia Creative Commons, que dependiendo de la sub-licencia que tengan, son libres de distribuir, distribuir y alterar, o distribuir, alterar y vender, siempre mencionando a su autor original.
Si este tipo de distribución te interesa, por las razones que sean, puedes encontrar más información en la web oficial de Creative Commons España.
Por otra parte, al administrar una página de "inspiración", sin ánimo de lucro, hay muchas maneras de compartir contenido de terceros sin necesidad de permiso explícito:
- Desde Facebook: La opción "Share" desde la propia página del autor
- Desde galerías online (Flickr, 500px, Instagram, Pinterest,etc): La opción "embed image", permite que la imagen en sí no sea un copia / pega, sino un enlace a la galería original. Es decir, que al hacer click sobre ella, o al deslizar el cursor encima, aparecen las opciones originales de la galería a la que pertenecen.
- Desde las webs de los autores: Puedes copiar y pegar el link a su página, y muchas de ellas incluyen la opción "embed image"
Caso real, tristemente
¡Pero eh! Es que lo han hecho sin mi permiso, pero me han nombrado y mis visitas suben
Entonces... ¿Todos tienen el mismo derecho? Quiero decir, si alguien utiliza una foto tuya en un ranking, digamos... Los 10 mejores fotógrafos del planeta. Y te nombran. Y se te hincha el pecho de orgullo.
Pero resulta que otra web hace otro ranking, digamos... Las 10 personas más feas del planeta. Y también te nombran. Esto ya no mola tanto...
¿Veis por dónde voy? Tú, y solo tú, como autor, tienes el derecho a decidir dónde se muestra tu obra, por quién, y con qué fin. Más aún cuando no te están pagando por ello. Y cualquier otro uso es una absoluta falta de respeto por ti, por tu opinión, y por tu obra.
¿A dónde nos lleva todo esto?
Pues todo esto nos lleva a que las empresas, visto lo visto, buscan imágenes gratuitas. Esas imágenes que están ahí para todo el mundo. Las empresas obtienen beneficios, y no los reparten con nadie. (Hay incluso revistas a las que pagas por que te publiquen, muy bizarro). Y esto lleva, inevitablemente, a la devaluación de la profesión del fotógrafo. Y no sólo a la profesión. Sino a la devaluación de la fotografía en sí.
Cuando vamos a comer a un restaurante, nadie piensa que ese maravilloso plato ha aparecido ahí por arte de magia. Sabemos que hay un cocinero, y que hay un camarero. Es obvio.
Pero cuando se utilizan fotografías de terceros... bueno, es que estaba en google. Es que la vi en otra página. Es que esto lleva circulando por ahí mucho tiempo... Estoy seguro de que os suena.
No permitamos esto. No permitamos que nos mangoneen, que nos usen, que nos humillen.
Y por supuesto, no nos sintamos orgullosos de ello.