¿Recordáis cuáles fueron vuestras primeras fotos con una cámara? Sí, la cámara réflex. O la compacta tal vez. Creo que podría adivinarlas: unos retratos a tu pareja, que andaba distraída por ahí. O a un buen amigo que se prestó para que le hicieras fotos. Fotos que ahora notarías un tanto subexpuestas, con el punto de foco errático en varias de ellas. Tal vez por ahí también habría algunas fotos de atardeceres. Y de gatos o palomas callejeras. ¿Qué cómo lo sé? Porque todos hemos empezado así.
¿Y desde entonces? ¿Han variado tus fotos? El caso es que muy a menudo no varían tanto. Es común que nos quedemos en lo conocido y lo que tenemos más a mano, repitiendo lo mismo porque nos ha gustado desde el principio. Vamos aprendiendo algunas cosas nuevas para mejorar esas fotos. Retratos. Y atardeceres, con suerte. Pero, ¿y todo lo que te estás perdiendo?
La importancia de tu base
Al igual que en toda profesión y campo de estudio, la base de conocimientos sobre la que ejerces toda actividad es la que determinará tu capacidad de responder ante una situación nueva o resolver una que ya se ha dado pero con otros matices. Por ello un ingeniero estudia todas las ciencias, desde Química hasta Electrónica, aunque en su desarrollo profesional sólo vaya a dedicarse a las Estructuras. Y un médico, durante los años de su residencia de especialización, rota por todos los departamentos, desde Cardiología hasta Traumatología, aunque su especialidad sea Interna. ¿No preferirías que te atendiera un médico que conoce de todo antes que uno que sólo ha estudiado una cosa?
Pues pasa igual con la Fotografía. Aunque nos especialicemos en una disciplina, tener una sólida y completa base de todas las posibilidades fotográficas nos hace mejores fotógrafos por la amplia perspectiva que nos aporta. Aunque te dediques, por poner un ejemplo, a la fotografía de retrato, ¿crees que no tiene nada que aportarte el saber buscar las líneas y la geometría de la fotografía de arquitectura? ¿O que no puedes aprender nada sobre la búsqueda de la máxima nitidez propia de la fotografía de paisajes? ¿O sobre el control de la iluminación y el ruido que se aprende de la exigente fotografía nocturna? ¿Alguna vez has forzado la imaginación tanto como para aportarle un significado conceptual?
Si te sale todo bien a la primera, es que no estás haciendo nada nuevo
Por ello, aunque tu portfolio muestre aquellas fotos de las que te sientes más orgulloso y sirvan más al propósito del cliente al que te muestras, creo que es muy importante que el archivo de fotos “personales” o el de “probando cosas nuevas” esté lleno de fotos de todo tipo, aunque sean malas. Que esté lleno de intentos fallidos, de pruebas de esa técnica rara que leíste por internet, de imágenes inútiles pero instructivas de aquella vez que le diste la vuelta al objetivo para ver qué pasaba, de aquélla que probaste un tubo de extensión para fotografiar un insecto, usaste un filtro inventado por ti, saliste a la calle con una vieja cámara de los 50, hiciste fotos a las estrellas con flash y sin flash e intentaste sin éxito imitar ese efecto intenso de Photoshop que viste a un fotógrafo famoso.
Todo ello, aunque no puedas mostrarlo para demostrar que eres un buen fotógrafo, te hace mejor fotógrafo. Aumenta tu conocimiento y expande tus posibilidades. No se trata de cambiar tu estilo, pues encontrar tu propia seña de identidad es una máxima a perseguir, sino de nutrirlo de nuevos elementos. Nuestra creatividad será la que decida con qué dejarse influir y qué descartar, pero lo fundamental es no privarla de tener esa oportunidad de avanzar. Y, quién sabe, quizás descubras que esa disciplina que al principio no te llamaba nada la atención, después resulta que te gusta mucho más que todo lo que hacías hasta ahora.
Por supuesto, nadie puede ser un experto en todos los campos. Ni puede, ni le gustarán todos los tipos de fotografía. Tras explorar la gran variedad de tipos que hay y habiendo sentado las bases de nuestro conocimiento, nuestro gusto por unas más que otras hará que le dediquemos más tiempo y nos enfoquemos en las que disfrutamos. Y que con el tiempo acabemos convirtiéndonos en todos unos expertos del tema, llegando a ser identificados con un estilo personal dentro de esa especialidad.
Pero quien mucho abarca poco aprieta
Sin embargo, por otro lado hay quien opina que la especialización debe comenzar cuanto antes y enfocarte únicamente en tu estilo de fotografía. De hecho, es la filosofía que se inculca en la inmensa mayoría de las academias y escuelas de Fotografía que he conocido, donde se enseñan apenas fundamentos de funcionamiento de la cámara, iluminación y tratamiento de imagen y poco después ya te dirigen hacia una única vertiente, normalmente moda o reportaje. Su objetivo es la pronta profesionalización y conseguir que sus alumnos sean más competitivos en el difícil mundo laboral de los fotógrafos.
Y es muy cierto que para poder ser un fotógrafo de profesión y vivir bien de ello, hay que destacar. Tener un portfolio brillante y lleno de experiencia en el campo que pide tu cliente, y a éste, si es de una firma de ropa, muy probablemente no le importen ni interesen tus fotos de paisaje nocturno. Y si es una pareja que busca fotógrafo para su boda, seguramente tampoco le interesen tus fantásticas fotos conceptuales. Luego, ¿para qué perder tiempo en hacer estas fotos cuando lo podrías invertir en la disciplina en la que te interesa ser el mejor? Cuanto más tiempo le dediques a un estilo concreto, mejor serás en ello.
Es una postura que, personalmente, comprendo y respeto, pues efectivamente hay grandes profesionales, muy buenos en su campo, que no hacen más que fotografías de lo suyo. Pero, ¿cuánto se están perdiendo? ¿Cuánto se están limitando? ¿No corren el riesgo de encasillarse?
Para quien lo que le gusta es el camino y el disfrutar de la Fotografía, poner límites a su práctica es como levantar muros a los lados de la carretera: quizás llegarás a tu destino antes, pero te habrás perdido la inmensidad y belleza de los distintos paisajes que hay hasta llegar al él. Y si es tu caso el de que amas la Fotografía como un placer, te invito a conocerla desde la perspectiva más alta posible.
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