A veces, cuando tomamos fotografías, corremos el peligro de querer enseñar todo aquello que estamos viendo, ya sea por afán documentalista o, simplemente, porque aquello que tenemos delante nos gusta tantísimo que no queremos perdernos ni un solo detalle. Sin embargo, a veces no es necesario capturarlo absolutamente todo con nuestra cámara. ¿Quieres saber por qué?
Observar Bien Para Saber Qué Dejar Fuera del Encuadre
A veces, el hecho de hacer una fotografía en la que se vea todo lo que queremos enseñar es la opción más fácil y puede ser tentador. El hecho de plantearnos qué podríamos dejar fuera del encuadre puede ser un buen ejercicio fotográfico con el que entrenar un poco nuestro ojo.Nos obligará a observar bien nuestro motivo, a analizar las posibilidades fotográficas que nos ofrece para decidir, en última instancia, qué es lo que quizás sea más atractivo a la hora de hacer una fotografía espectacular.
Además, observar tu sujeto de esta manera puede incluso descubrirte detalles que, de otra manera, te habrían pasado desapercibidos, especialmente si hablamos de monumentos o grandes edificios. La cuestión es que pararte a observar y a pensar cómo podrías conseguir una mejor fotografía hará que termines realizando una imagen más "reflexionada", más trabajada y esto también es aprender fotografía.
La Mejor Composición, a veces, No Es la que Más Enseña
Esto va relacionado con el punto anterior y es que el hecho de observar bien el sujeto que vamos a fotografiar no es sólo para descubrir aquellos detalles que, de otra forma, no habríamos visto. También lo podemos hacer para encontrar la mejor manera de fotografiarlo. Y es que, a veces, la mejor composición no es aquella que enseña el sujeto completamente.
Los detalles y las formas geométricas que pueden darnos una composición más atractiva visualmente pueden esconderse en planos más generales, de manera que pasen desapercibidos. Utilizar una focal más larga, acercarnos al sujeto o, simplemente, dejar parte de éste fuera del encuadre para dejar entrar en la fotografía otros elementos que también pueden ser interesantes puede ayudarnos a conseguir mejores fotografías.
Por supuesto esto no significa que aquellas fotografías en las que aparezca todo el sujeto al completo tengan una composición menos atractiva o más pobre, ¡en absoluto! Si una fotografía con un plano más general se hace bien, puede ser tanto o más atractiva que una en la que se ha buscado el detalle. Sin embargo, el hecho de buscar detalles y formas geométricas nos puede dar más libertad a la hora de crear planos de información y maneras de conducir la mirada del espectador por la fotografía porque no estaremos determinados por el entorno en el que se sitúa nuestro sujeto sino que nos centraremos en las posibilidades que nos ofrece el sujeto en sí.
Deja Espacio a la Imaginación
La mente humana se aburre con mucha facilidad. Si se encuentra con una imagen demasiado evidente, que no presenta secretos o que es demasiado evidente, es probable que nuestro cerebro no se sienta atraído por ella. Por esto, el hecho de no enseñar todo lo que podrías puede llevarte a hacer fotografías que llamen más la atención porque conseguirás que las personas que vean esas imágenes tengan que invertir un poco de su tiempo para entender qué representa la imagen que tiene delante.
Es como un rompecabezas, como un reto fotográfico que deberás resolver para que la fotografía que tienes delante de los ojos se llene de significado. Puedes plantearlo como un juego con tus "espectadores" o, simplemente, quedarte con los detalles que más te interesen o buscar la fotografía abstracta. Sea como sea, el hecho de dejar parte del sujeto fuera del encuadre puede darte una imagen más atractiva y original.
¿Estás Siendo Demasiado Repetitivo?
Las fotografías con patrones repetidos pueden ser muy interesantes pues suelen tener un ritmo visual muy atractivo. Sin embargo, a veces, con enseñar una parte es suficiente. La persona que vea la imagen ya interpretará qué es lo que está viendo y sabrá valorarlo.
En algunas ocasiones, si optamos por intentar hacer entrar todo en la imagen, lo que podemos conseguir es ser demasiado repetitivos y por lo tanto, cansar. A la hora de tomar la fotografía, plantéate si todos aquellos detalles que estás incluyendo en la imagen tienen algo que contar o si, por el contrario, sólo rellenan. En este último caso, quizás es buena idea sacrificarlos dejándolos fuera de encuadre para, así, centrarte en otros detalles que pueden ser más interesantes o, incluso, liberar un poco de espacio para que la imagen final disponga de un poco más de aire.
Busca Tu Propio Ángulo de Visión
En el fondo, cuando hacemos fotografía, todos intentamos buscar nuestra propia manera de ver las cosas. Si todos usáramos el mismo ángulo de visión en nuestras fotografías, todas las imágenes serían iguales y, por lo tanto, enseñarían lo mismo. Optar por ver el sujeto que tenemos delante de una manera diferente no es otra cosa que decidir qué vamos a potenciar y qué vamos a tratar de esconder. Así que, como ya hemos dicho en otras de las razones del artículo: observa bien el sujeto que vas a fotografiar para descubrir qué es lo que más te interesa enseñar de él y cómo hacerlo.
Consigue Engañar al Espectador
Debo reconocerlo: he dejado esta razón para el final porque es mi favorita. Hacer fotografía es pura magia en este aspecto. Si sabes seleccionar bien qué quieres en tu foto y qué no, podrás ser capaz de engañar al espectador de aquella imagen respecto al sujeto que en ella aparece. ¿Dónde hiciste la foto? ¿Y cómo?
Cualquier sitio y momento es bueno para hacer fotos si sabes aprovechar aquello que tienes delante, si sabes elegir qué usar para tus imágenes y qué no de todo lo que tienes disponible ante tus ojos. No perdamos de vista que un fondo completamente borroso a causa de una profundidad de campo pequeña ya es "no enseñarlo todo", ¡así que no todo es cuestión de quedarnos con detalles de nuestro sujeto!
En Conclusión...
Evidentemente, el hecho de enseñarlo todo o no dependerá completamente de cada imagen y también del momento, del lugar y del sujeto que en ella aparezca. Pero, por norma general, cuando vayas a hacer una foto, párate a pensar cómo quieres que sea. No tengas prisa por tomarla, la tranquilidad suele sentarle bien a la fotografía. Decide bien qué quieres enseñar y que deseas ocultar.
Utiliza las oportunidades que te brinda el sujeto que tienes delante para tu beneficio fotográfico y no te conformes en hacer clic a todo lo que tengas delante: esta clase de decisiones son las que, al final, terminarán forjando tu propio estilo fotográfico.