Cada verano (o invierno) es la misma cantinela: "oye Javi, tú que sabes algo de cámaras, ¿qué cámara me recomiendas?".
Y si se trata de gente que lleva ya algo de tiempo en la fotografía, las siguientes preguntas que me hacen son: "¿qué es eso del RAW?, ¿necesito que dispare en RAW?", "¿no es demasiado engorroso para lo que me ofrece?"
Hasta ahora, lo que hacía al tratar de contestar a estas dos últimas preguntas era buscar argumentos sobre las múltiples ventajas que tiene disparar en RAW, frente a sus reducidos inconvenientes: el peso de las fotos y la necesidad de postproceso.
Pues bien, a partir de ahora, les remitiré a este artículo, y más concretamente al gráfico que podrás ver a continuación. En el que se ponen de manifiesto las diferencias y lo que supone el disparo en RAW frente a JPG (y también frente a TIF). ¿Quieres ver a qué gráfico me refiero?
Recordando Qué Es El Formato RAW
Hace ya bastante tiempo, en dZoom te hablamos de las diferencias entre RAW y JPEG.
Por si te pillo un poco en fuera de juego al hablarte del formato RAW, te recordaré que se trata no de un formato, sino de una familia de formatos: NEF, CRW, CR2, ORF, PTX, DNG, etc.
Cuya definición, como bien recoge la Wikipedia podría ser: "El formato de imágenes RAW (traducción de "No Alterado" o "Forma Natural"; en el caso de las imágenes, entiéndase como "Formato de Imagen sin Compresión" o "Crudo") es un formato de archivo digital de imágenes que contiene la totalidad de los datos de la imagen tal y como ha sido captada por el sensor digital de la cámara fotográfica".
Y ya, como bien se aprecia en dicha definición, se indica que se recogen la totalidad de los datos de la imagen del mismo modo que los recoge el sensor de la cámara.
¿Acaso cuando disparamos en JPG esto no es así? Pues, efectivamente, no. Ya que cuando optamos por disparar en este formato hay una serie de acciones que trabajan sobre lo captado por el sensor y nos ofrecen un archivo, por decirlo de algún modo, elaborado.
En lugar de ofrecernos la información en bruto, como sí lo hace el disparo en RAW (de ahí su nombre, raw es crudo en Inglés).
Lo Prometido Es Deuda: Aquí Tienes El Gráfico Que Compara Ambos Formatos
Te había prometido en la introducción que te ofrecería un gráfico aclaratorio de por qué optar por RAW. Pues aquí lo tienes. Se trata de un gráfico esquemático de las operaciones que tienen lugar en el interior de tu cámara cada vez que disparas y eliges entre los tres formatos más habituales: RAW, TIF o JPEG.
Poco más hay que añadir, si optas por JPG tienes que tener en cuenta que la cámara aplicará el balance de blancos, los ajustes de enfoque, los ajustes de saturación y contraste en el momento de generar la fotografía.
Y, además, si no generas un fichero TIF, también tendrás que tener en cuenta la compresión (mayor o menor según tus preferencias) que se aplicará al fichero JPG.
Bueno, ¿Y Dónde Está El Problema?
Puede que pienses que el que la cámara realice todos esos ajustes (salvo el de la compresión) es positivo, te quita trabajo. De hecho ésa es la razón por la que aún muchos eligen disparar en JPEG, la comodidad de no tener que postprocesar.
Sin embargo, qué me dices si te equivocaste a la hora de elegir alguno de esos ajustes, o peor aún, si tu cámara ni siquiera te deja elegir dichos ajustes y aplica los que le viene en gana.
En ese caso, la única opción es retocar la imagen para tratar de corregir esos valores. Sin embargo, aquí está el problema: no hay color entre postprocesar un fichero RAW (con toda la información de la captura y en la que no se ha tomado ninguna decisión sobre ajustes) y prostprocesar un fichero TIF o JPG, que ya fueron generados con dichos ajustes y para los que todo lo que conlleve una modificación de los mismos originará perder información.
Es ahí donde está el meollo de la cuestión y el motivo de que seamos ya muchos los que, cada vez que nos preguntan, aconsejamos comprar cámaras que permitan el disparo en RAW.
Las Opciones Para Los "Vaguetes"
Lo sé, ni con esas. Aún hay muchos a los que el trabajo extra que supone el tener que postprocesar todas las imágenes para poder visualizarlas les supone un esfuerzo que no están dispuestos a realizar.
Aunque ello suponga la pérdida de información que estamos comentando y el menor margen de maniobra a la hora de editar y tratar de corregir posibles errores de ajustes en la toma.
Aún así, sigue disparando en RAW y opta por una de las dos soluciones para obtener JPGs de forma sencilla que te voy a comentar a continuación. Pero siempre a partir de un RAW que conservarás, por si en un futuro quieres editarlo y aplicar distintos ajustes.
Opción 1: Utiliza el modo RAW + JPG que cada vez más cámaras incorporan. Así tendrás el JPG, pero además, dispondrás del RAW que ha originado dicho JPG.
Opción 2: Disparar en formato RAW, conservar dicho RAW, pero, tras volcar las imágenes al ordenador, realizar un trabajo de postprocesado masivo de imágenes con una herramienta como, por ejemplo, DCRAW.
Estás Advertido...
Por último, lo que siempre acabo diciendo al que me pide consejo: ya te he contado todos los pros que tiene el disparo en RAW, si aún así optas por seguir disparando en JPG, sólo puedo decirte que ya sabes lo que te pierdes...
¿Y tú qué?, ¿eres de mi opinión?, ¿hace cuanto descubriste los formatos RAW y no has dejado de usarlos desde entonces?, ¿aún no lo has hecho?...
O, a lo mejor, eres de los que no le compensan las ventajas con respecto al tiempo que se debe invertir (y, precisamente, no se dispone de dicho tiempo) para poder postprocesar las imágenes.
Sea cual sea tu caso. Como siempre, estaremos encantados de escuchar tu opinión y de resolver tus dudas o prestar atención a tus consejos. ¡Es tu turno!