Foto: Pablo Sánchez. Aquí estoy con mi Canon 5d Mark III y el Tamron 70-200mm f/2.8 VC. Este objetivo lo compré después de vender el Canon 70-200mm f/2.8 IS versión 1, que ofrece menos calidad que el Tamron y a un mejor precio. La calidad va asociada a cada modelo, no a la marca. Más de uno podría sorprenderse de que tuviera un Tamron en vez de un Canon, pero los resultados están ahí.
Tanto si eres aficionado a la fotografía como si eres profesional, todos nos planteamos en cierto momento comprar un nuevo objetivo.
Si eres de los que están empezando, lo más probable es que tengas el objetivo que venía con el kit. Rara es la vez que un aficionado se compra un objetivo determinado con su primera cámara, básicamente porque desconoce cuáles son las características que estos tienen y porque piensan que tampoco es algo tan importante.
Poco a poco uno se va dando cuenta de que el objetivo que utilizamos depende muy mucho del tipo de fotografías que queremos hacer. Y que llegado el momento no tenemos más remedio que comprar un nuevo objetivo.
No es algo raro disponer de varios objetivos, de hecho, es casi lo normal, y dependiendo del día, si queremos ir más o menos cargados, si estamos trabajando o nos vamos de viaje, elegiremos uno u otro, o incluso todos.
Cuando uno ve que no puede hacer las fotos que quiere con el objetivo que tiene, es el momento de plantearse si debería comprarse un objetivo y empezar a mirar opciones en el mercado.
Lo primero que tenemos que saber es que el objetivo que compremos tiene que ser compatible con nuestra cámara. Esto no significa que necesariamente tengamos que comprar un objetivo de la misma marca que nuestra cámara.
Existen segundas marcas que se dedican a fabricar objetivos para otras marcas. Por ejemplo, marcas como Tokina, Tamron o Sigma, son algunas de las segundas marcas más conocidas que hay en el mercado.
Por lo tanto, si mi cámara fuera Canon, no tendría por qué comprar exclusivamente un objetivo de la marca Canon. Lo que sí hay que tener en cuenta es que las segundas marcas fabrican el mismo modelo para varias marcas, por lo que tenemos que asegurarnos que estamos comprando el modelo para nuestra marca.
Es decir, si queremos comprar un objetivo Tamron 70-200mm f/2.8 y nuestra cámara es Canon, tendremos que pedir ese modelo pero con montura para Canon.
Esto sucede porque cada cámara tiene un tipo de conexión con los objetivos diferentes. La parte de la cámara donde se conecta el objetivo se llama bayoneta y es donde están los contactos que permiten la comunicación entre el objetivo y la cámara.
La Calidad
Lo primero que hay que decir es que lo normal sería pensar que los objetivos de las marcas son mejores que los objetivos de las segundas marcas.
Y esto, en muchos casos es cierto, sobre todo hace unos años. Pero todo esto ha cambiado y para bien.
Anteriormente, marcas como Tamron o Sigma eran segundas marcas que ofrecían un producto barato con una calidad aceptable. Digamos que eran las marcas para los aficionados que no querían o no podían desembolsar grandes cantidades de dinero. Por lo tanto, era habitual ver cámaras Nikon y Canon con objetivos todoterreno de Tamron, que les permitía fotografiar cualquier cosa.
Obviamente, la calidad se resentía, y se sigue resintiendo en los objetivos todoterrenos. Pero en los últimos años, la calidad de los objetivos de las segundas marcas ya no tienen nada que envidiar a los objetivos de alta gama de las primeras marcas.
Marcas como Sigma, con su serie Art, ha incluso desbancado al rey de los objetivos, el 50mm f/1.4, poniendo el suyo en primer posición.
Visto el avance que estas segundas marcas iban teniendo, no es difícil encontrar en internet análisis donde se comparan estos objetivos como los profesionales, saliendo ganadores en más de una ocasión las segundas marcas.
Tamron es otra marca que ha sabido mejorar la calidad de sus objetivos manteniendo un precio contenido. Hasta tal punto de que muchos profesionales, como es mi caso, hayan vendido objetivos de primeras marcas para adquirir un Tamron.
Esto no significa que debamos olvidarnos de las primeras marcas, ni mucho menos, pero lo que hay que tener en cuenta es que la marca, a priori, no determina si un objetivo es mejor que otro. Hay que analizar bien las características de cada uno, ver los test realizados y consultar las reviews que abundan en internet.
Estas comparativas suelen poner a disposición de los lectores, archivos fotográficos de alta calidad para que puedan descargarlos y comparar. Incluso algunas páginas te dejan descargar archivos raw para poder editarlos.
Existen páginas como DxO mark, donde podemos encontrar test más técnicos, donde se analiza de una manera más teórica que práctica las características de objetivos y cámaras.
Otra manera de saber la calidad en teoría de un objetivo es a través de las gráficas MTF. Estas gráficas nos dicen la nitidez y contraste que tiene un objetivo a diferentes aperturas, tanto en el centro como en las esquinas.
El Precio
El precio suele ser el principal factor que determina qué objetivos nos acabamos comprando. Por norma general, los objetivos de las segundas marcas suelen ser más baratos, ofreciendo productos con una calidad/precio insuperable.
Es cierto que tanto la calidad como el precio se han incrementado en los objetivos de las segundas marcas, llegando a superar el precio de las primeras marcas, como por ejemplo el Sigma ART 50mm f/1.4, que cuesta más de 700€, cuando el modelo de Canon cuesta 350€ o el de Nikon más de 460€.
Sin embargo, objetivos como el Tamron 70-200mm f/2.8 Di VC ahora cuesta unos 1.300€, siendo superior en calidad al Canon 70-200mm f/2.8 IS versión I que cuesta más de 1.800€.
¿Necesitas el autofocus?
Una característica que suele ser necesaria es el autofocus. Antes comentaba que el tipo de conexión tenía que ser compatible con la cámara, precisamente para que el autofocus funcione, o podamos modificar el diafragma.
Sin embargo, hay ocasiones donde no es tan necesario disponer de esta funcionalidad, que incremente el precio. Por ejemplo, en fotografía nocturna, donde no suele haber luz para enfocar, se suele utilizar la hiperfocal, situando el anillo del enfoque en una posición determinada para que todo salga enfocado. También en paisaje, donde queremos la máxima profundidad de campo normalmente.
El hecho de no disponer de motor de enfoque abarata el precio del objetivo y puede ser una muy buena opción. Para ello tenemos la marca Samyang, cuyos objetivos son de enfoque manual con una calidad óptica muy buena.
Las primeras marcas disponen de objetivos con autofocus por lo que a la hora de competir en precios, marcas como Samyang tienen mucho terreno ganado.
Adaptadores de objetivos
Por último, quería comentaros que existen una serie de adaptadores que nos permiten utilizar ciertos objetivos en nuestra cámara. Hay que tener varios aspectos en cuenta antes de lanzarse a comprar un adaptador.
Tenemos que saber que existen adaptadores de muchos tipos. Lo que tenemos que saber es el tipo de montura que tiene nuestra cámara y el tipo de montura del objetivo. Hay ciertas incompatibilidades que no nos van a permitir utilizar ciertos objetivos, por lo que recomiendo buscar bien en internet y asegurarse que son compatibles.
Esto nos da la opción, tanto de utilizar objetivos de otras marcas, o incluso objetivos antiguos, eso sí, perdiendo la funcionalidad del autofocus.
Otra desventaja es que si el objetivo no tiene un anillo para modificar el diafragma, no podremos abrirlo o cerrarlo.