Hace ya cerca de tres años que me armé de valor -y del suficiente dinero- para incorporar a mi equipo un objetivo macro. Se trataba del Sigma 105mm F2.8 EX DG OS HSM y, aunque cuando lo compré sólo tenía en la cabeza utilizarlo para fotografías en las que precisase un alto nivel de magnificación, con el paso del tiempo he descubierto que se trata de una de las lentes más versátiles que tengo en mi mochila.
¿Quieres saber para qué uso yo este objetivo y por qué lo considero como uno de los objetivos más versátiles que tengo? Pues no te pierdas este artículo en que te hablo de las 6 tomas en las que me parece un objetivo difícilmente mejorable. ¿Estás listo?
#1 Para Macrofotografía, Por Supuesto
La primera razón y con la que primero comencé a probar fue, por supuesto, con fotografía de aproximación. Un objetivo macro nos permite reducir considerablemente la distancia mínima de enfoque.
En estas condiciones, somos capaces de captar un universo que parece nuevo, porque no tendemos a observar así la realidad. Las texturas, las formas y los colores de elementos de reducidos tamaños cobran una mayor importancia y se muestran como auténticos gigantes al mirarlos a través de nuestros objetivos macro.
También existe la posibilidad, si somos capaces de retirar todo el contexto, de obtener sorprendentes fotografías abstractas. Y, a través de ellas, sometemos al observador al interesante juego de imaginarse qué objeto es el que, al verse ampliado, ofrece las formas y texturas que incluye la imagen.
#2 Para Comida
Si queremos una fotografía con luz natural y en la que destaquen, nuevamente, características como las formas, texturas y colores -características todas ellas que perseguimos al realizar fotografías de comida- entonces nos vendrá muy bien contar con objetivos luminosos, con una amplia distancia focal y con un enfoque preciso. Exacto, todas estas son características de un objetivo macro.
Haciendo uso de estas características, lograrás captar todos los detalles de la comida fotografiada y reducir la profundidad de campo para evitar que otros elementos resten importancia al plato. Y, de este modo, conseguir una magnífica fotografía de comida o repostería.
#3 Para Flores, Plantas y Setas
Todo lo dicho sobre motivos culinarios aplica exactamente igual cuando lo que queremos retratar son flores. Sus colores, formas, texturas y volúmenes son también las principales características que nos interesa destacar al fotografiarlas.
Del mismo modo, en fotografía de flores también resulta fundamental conseguir una estrecha profundidad de campo para centrar la atención sobre las flores. Por este motivo, y como podías imaginar, los objetivos macro también resultan muy adecuados para fotografía de flores o plantas.
Por supuesto, al decir fotos de flores o plantas, también aplica perfectamente a fotografía sobre micología. Esta última disciplina, con un objetivo macro, se puede disfrutar mucho, te lo digo por experiencia.
#4 Para Animales Diminutos y Muy Activos
Cuando el tamaño de lo que queremos fotografiar es reducido, es lógico pensar en objetivos macro. Si además de un tamaño reducido, estamos hablando de animales que están en continuo movimiento, el uso de un objetivo macro se convierte en una obligación.
La imagen superior pertenece a una serie de fotografías que tomé de un conjunto de libélulas. El disponer de un objetivo con una focal de 105mm y con un sistema de enfoque (HSM) de una gran rapidez, me permitió conseguir magníficos resultados.
#5 Para Fotografía de Producto
Otra de las disciplinas a través de las que he sacado mucho partido a mi objetivo macro ha sido la fotografía de producto. Especialmente cuando hablábamos de artículos de joyería o electrónica, de dimensiones reducidas.
Gracias a la magnífica nitidez de los objetivos macro, es posible mostrar todos los detalles del producto y conseguir que el futuro comprador se quede sorprendido del acabado y estética del artículo.
#6 Para Retratos
Quizás la gran sorpresa cuando compré mi objetivo macro fue descubrir que se trataba de un magnífico objetivo también para retratos. ¿Por qué? Pues porque tiene una longitud focal muy apropiada para retrato y porque, además, el fabuloso nivel de nitidez del objetivo hace que los retratos gocen de un fantástico detalle.
Si a estas características le añadimos que la apertura máxima del objetivo es f/2.8, tenemos también un magnífico objetivo incluso para retratos en interior. Lo he utilizado en retratos dentro de casas o edificios, incluso sin flash, y el resultado ha sido fantástico.
Eso Sí, No Todo Son Ventajas
Imagino que dirás: ¿es que no tiene nada malo este objetivo? Pues lo cierto es que sí. Aunque déjame que haga un resumen de los puntos positivos antes. Recuerda es un objetivo fantástico porque tiene:
- Excelente nitidez.
- Amplia apertura máxima (f/2.8).
- Capacidad de lograr una reducida profundidad de campo.
- Bokeh muy suave.
- Amplia magnificación (1:1).
- Sistema de enfoque de gran calidad (HSM).
- Compatibilidad con cámaras FX y DX.
Pero no todo son ventajas, también tiene un par de inconvenientes que no quiero pasar por alto:
- Es un objetivo pesado, por lo que debes utilizar un tiempo de exposición reducido, o bien trípode para evitar la trepidación.
- La distancia mínima de enfoque es superior a los 30 cm (31,2 cm).
En función del tipo de imagen en que estés pensado, debes valorar estos dos inconvenientes, por si es preferible usar otro objetivo.
¿Conoces Algún Objetivo Más Versátil?
¿Qué?, ¿a que no imaginabas que un objetivo macro podía resultar tan útil en disciplinas tan diversas? Si te digo la verdad, yo tampoco. De hecho, me ha costado casi tres años descubrir los múltiples usos de este magnífico objetivo.
¿Y tú?, ¿has descubierto la versatilidad de los objetivos macro?, ¿utilizas tu objetivo macro para algún uso adicional a los que hemos contemplado aquí? ¡Cuéntanos! Seguro que hay algo más que he pasado por alto.