No tengo ninguna duda de que todos los que estamos aquí reconocemos el valor de una buena herramienta fotográfica a la hora de hacer fotos. Amamos nuestras cámaras, en las que invertimos tiempo, dinero y pasión. Pero estoy seguro de que también reconocemos que en ciertas ocasiones nos cuesta llevarlas con nosotros, aun sabiendo que querremos hacer una foto. No hablo de un trabajo o sesión fotográfica, hablo de todas esas ocasiones del día a día donde tomamos fotos y, desde luego, queremos que sea de la máxima calidad posible, pero no al precio de llevar una réflex encima.
Pues bien, a la vista de todas las soluciones y la evolución de las opciones fotográficas que tenemos en los últimos años, yo me he hecho la pregunta de hasta qué punto estas nuevas cámaras pueden sustituir a mi pesada réflex y en qué condiciones, para ver si realmente me pueden dar la alegría de otorgarme imágenes a la altura de mis -altas- exigencias cuando lo necesito.
He intentado hacer una comparativa lo más justa posible, y quiero compartir con vosotros mis resultados porque estoy seguro de que no dejarán indiferente a nadie. Sin duda habrá mucho debate aquí, pero prefiero que cada uno saque sus propias conclusiones. ¿Estás listo? ¡Pues aquí va!
Los candidatos
Para esta comparativa he querido enfrentar 3 opciones, de más pequeña (y menos profesional) a más grande (y profesional). No mencionaré marcas, he tomado estos candidatos porque son los que tengo disponibles y creo que son muy buenos representantes de sus respectivos segmentos.
- Smartphone: es un terminal de gama alta de 2016 con una de las supuestas mejores cámaras en un móvil actualmente, como ejemplo de lo que es capaz de conseguir un smartphone actualmente.
Precio: sobre 400€. - APS-C sin espejo + objetivo analógico: una combinación representante de las nuevas cámaras que caben en un bolso pero que prometen la calidad de una gran réflex, y que mucha gente usa aprovechando sus objetivos analógicos o comprándolos muy baratos. Ésta, en concreto, es de gama baja y quería comprobar si hay diferencia respecto a una cámara mucho más cara.
Precio: sobre 450€. - Full Frame réflex + objetivo gama alta: la opción clásica y profesional que tomaremos como referencia del máximo al que puede aspirar una cámara actualmente.
Precio: unos 2000€.
Es decir, vamos a comparar los resultados que podemos esperar del móvil que llevamos en el bolsillo, frente a una cámara avanzada pero compacta y barata, y frente a una cámara réflex de gama alta, con resoluciones parecidas. Pero hay que ser comprensivo con que, dada su diferente naturaleza, es imposible someterlos a exactamente iguales condiciones, pues para eso deberían tener el mismo objetivo, misma sensibilidad nominal, distancia focal… Por eso voy a intentar obviar todos los tecnicismos para centrarme en el resultado que podemos esperar en el día a día y en las condiciones más parecidas y típicas posible.
La cámara del móvil ya no es sólo de “apuntar y disparar”
Antes de entrar en los resultados quiero romper con los prejuicios que pueda haber de “la cámara del móvil no sirve para nada”. Si bien en los primeros teléfonos móviles con cámara incluida ésta sólo tenía una presencia anecdótica, creo que no se le escapa a nadie que actualmente son las cámaras más utilizada alrededor del globo, y esto ha forzado a los ingenieros a mejorarlas a una velocidad como nunca antes se ha visto en una tecnología. Hoy en día cualquier móvil monta un sensor de alta resolución y ofrece un completo menú de configuración de parámetros como velocidad de obturación, ISO, balance de blancos, compensación de exposición, HDR, ráfaga, estabilizador, histograma… También montan sensores muy avanzados y lentes cada vez más cuidadas, además de guardar en formato DNG (el formato RAW más estándar). Es decir, cada vez tienen menos límites creativos y técnicos. Por supuesto, pocos pueden ofrecer todavía distancia focal y apertura de diafragma variable, pero sin duda cada vez son menos las diferencias que podemos encontrar entre estos terminales y cámaras mayores.
Los -¿sorprendentes?- resultados
Para comparar en diferentes escenarios conté con una preciosa y fantástica modelo lo bastante valiente como para aparecer en fotos sin edición y ampliando al detalle. Fotografié en 3 condiciones de luz diferentes, para ver cómo se comportan las cámaras en las situaciones más comunes del día a día. Una de mucha luz, con sol directo; otra en sombra, con luz suave pero suficiente para seguir disparando a ISO bajo; y finalmente una con poca luz, que fuerce a subir a ISO alto. Por supuesto, son imágenes obtenidas directamente del RAW, sin procesar más que el balance de blancos y sin forzado de nitidez.
Notaréis algunas diferencias en la perspectiva y compresión de los planos al intentar encuadrar igual, pero usando diferentes distancias focales. También será llamativa la diferente profundidad de campo, consecuencia inevitable de usar sensores de tamaños tan dispares (recuerda, a igual distancia focal equivalente, un sensor más pequeño da mayor profundidad de campo). Factores que no afectan a las fotos para el propósito que intentamos analizar.
Sol directo
Sin mirar las notas al pie de cada foto, ¿podrías distinguir qué foto se ha hecho con qué cámara? Puede que pienses que viendo en pequeño tamaño es normal que no se puedan distinguir, así que te muestro ahora un recorte al 100%, es decir, a nivel de píxel. Recuerdo que las tres cámaras tienen resoluciones parecidas:
Se ven diferencias en la gestión del color, donde el smartphone satura más los colores a pesar de proceder del DNG, y se puede apreciar mayor contraste en las fotos de la sin espejo y la réflex. ¿Y en cuanto a la nitidez y detalle? Bueno, aquí quisiera destacar el espectacular resultado del terminal móvil, donde observando detalles del pelo creo que rivaliza con el conseguido por mi réflex con objetivo gama alta trabajando en su punto dulce. ¿Qué opinas tú?
Sombra
Pasamos ahora a condiciones con menos luz, pero aún suficiente para trabajar a ISO nominal.
¿Se ven diferencias de calidad entre las tres? En la obtenida por el smartphone vemos de nuevo cómo tiende a sacar colores más saturados y menos contrastados, frente a las opciones con objetivos intercambiables que dan colores más naturales y mayor contraste. ¿Y en cuanto a la nitidez y ruido?
Aquí, a pesar de trabajar a ISO nominal, parece que el móvil genera muy ligeros artefactos que estropean un poco los colores. La carencia de contraste también es evidente, a pesar de mantener la nitidez. La calidad obtenida tanto por la cámara sin espejo APS-C y la réflex full frame me parece muy pareja, con colores naturales y una excelente nitidez.
Noche
Y vamos ahora a por el examen final, donde se les exige de verdad a los sensores. El móvil aquí sigue trabajando a su apertura única, que es f1.8, mientras que las cámaras con objetivos intercambiables tienen el diafragma al máximo de su apertura.
Aquí ya sí se ven diferencias incluso sin ampliar. Pequeñísimo sensor del smartphone se ve en clara desventaja y palidece mostrando un fuerte ruido visible incluso a tamaño completo.
Ampliando vemos mejor esto:
El color inhomogéneo provocado por el ruido en la primera foto estropea los detalles, pero aun así parece tener bastante detalle como para ser aprovechable para según qué propósito. Y en cuanto al resultado arrojado por las otras dos, diría que son muy muy similares a pesar de ser el sensor de la cámara full frame considerablemente más grande y jugar con ventaja frente a la APS-C. Sí se aprecia una imagen más blanda y menos nítida en la obtenida por la sin espejo, al trabajar el viejo objetivo en su máxima apertura. Aquí el objetivo digital de gama alta se comportó mejor manteniendo la nitidez.
Mis conclusiones
Espero que nadie se lleve las manos a la cabeza con ellas, pues simplemente me baso en la experiencia contrastada. Y es que, en mi opinión, la presupuesta superioridad de los resultados de un equipo profesional se ve cada día más en entredicho en muchos escenarios. Hasta hace no mucho, grandes imágenes nítidas y llenas de detalle era algo sólo posible con grandes cámaras, pero la tecnología ha evolucionado para cambiar esto. En situaciones de mucha luz como puede ser de día en la calle, los resultados de mi móvil han demostrado que pueden ser prácticamente iguales a los de mi mejor equipo fotográfico si me vale la distancia focal ofrecida por el móvil.
E igualmente sorprendente me han parecido los resultados de mi pequeña y barata cámara sin espejo, pues con una combinación de precio 4 veces menor, ha demostrado dar una calidad comparable a la de una cámara full frame incluso a ISO 1600. En ISO 6400 sí que se comporta mejor su hermana mayor, pero desde luego, a la vista de esta comparativa, entiendo por qué cada vez son más los profesionales y semiprofesionales que superan el dogma de “cámara más grande es mejor” y apuestan por cámaras sin espejo con la certeza de que la calidad de fotos seguirá a la altura. Yo, por mi parte, para salir a la calle y hacer fotos de mi día a día ya casi nunca cargo con la cámara réflex.
Bonus: recuerda, la cámara es lo de menos
Y no quería perder la oportunidad para recordarte que lo realmente importante es el ojo, no la cámara. Ésta sólo nos podrá dar más píxeles, menor ruido o más nitidez. Pero ninguna foto ha pasado jamás a la historia por su calidad de imagen. Así que, tras ver esta comparativa, queda más claro que nunca que no tener una gran cámara es importante, pues la mejor cámara que tendrás en tu vida es la que tienes en tus manos en ese momento, y todas las demás no importan.
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