Son varios los artículos en los que te hemos hablado de la velocidad de obturación, uno de los tres pilares fundamentales que conforman el famoso triángulo de la exposición. Pero un concepto tan importante requiere de mayor atención, ¿verdad?
En esta ocasión, hemos querido dedicar un par de artículos para practicar con la velocidad de obturación mediante la realización de diferentes ejercicios. Este será el primero de ellos. ¿Te quedas a practicar con nosotros?
Practicar para Entender la Velocidad de Obturación
Antes de empezar con la práctica hagamos algo de memoria. La velocidad de obturación, a la que también solemos referirnos como tiempo de exposición, es uno de los parámetros esenciales que nos ayudarán a exponer adecuadamente nuestra fotografía. Pero no solo eso, sino que también tiene otros efectos, cómo el de conseguir congelar o no el movimiento de un objeto o sujeto, o el de llegar a afectar a la nitidez de la toma debido a la temida trepidación que podemos causar al mover la cámara cuando disparamos nuestras fotografías.
Toda esta teoría ya la hemos visto con anterioridad en los siguientes artículos:
- Velocidad de Obturación: Qué Es y Para Qué Sirve
- Cómo Capturar el Movimiento y Dominar el Tiempo de Exposición
- Aprende a Dominar la Velocidad de Obturación en Cualquier Situación
- Velocidad de Obturación y Fotos Movidas: Cómo Dominar la Trepidación
Como te decía, en esta ocasión queremos centrarnos en mostrarte una perspectiva mucho más práctica sobre este concepto para ver de manera más clara cómo funciona y cómo afecta a nuestras capturas. Para hacerlo, te propondremos un par de ejercicios distintos que veremos paso a paso. ¡Empecemos!
1. Ejemplo Práctico Cascada en el Parque
Para el primer ejemplo hemos acudido a una localización que tiene un salto de agua. El agua es un motivo fotográfico que en escenarios como este está en continuo movimiento, por lo que dependiendo de la velocidad de obturación con la que trabajemos, nuestra foto tendrá una apariencia u otra.
Primero vamos a probar a disparar nuestra foto con una velocidad de obturación rápida para congelar el movimiento del agua. Veamos la prueba en el siguiente fragmento de fototip, que ya sabes que podrás disfrutar al completo en nuestra Zona Premium.
Después de ver estas imágenes, recuerda que una velocidad de obturación rápida es lo mismo que tiempo de exposición corto. Decimos velocidad rápida porque la cortinilla del obturador se va a abrir y cerrar de manera muy rápida, lo que al mismo tiempo implica que este deje pasar luz al sensor durante un tiempo de exposición muy breve.
Para este caso hemos utilizado una lente zoom 15-85mm, y en nuestro encuadre recogeremos tanto el salto de agua como un poco de agua estancada que hay en la zona. Si hacemos memoria, recordaremos que por norma general, a partir de una velocidad de 1/60s estamos hablando de velocidades rápidas. Aunque obviamente el movimiento de aquello que fotografiamos y la focal con la que trabajamos pueden afectar a que ese valor aproximado varíe.
Pongamos un ejemplo. Si disparamos una foto a pulso con una focal de 15mm a 1/60s, obtendremos un resultado aceptable en cuanto a nitidez. Sin embargo, si lo hacemos cerrando el encuadre hasta los 85mm y disparamos a la misma velocidad (1/60s), el resultado en cuanto a nitidez no será válido.
La segunda foto sale trepidada, y esto se debe a la ley de la focal inversa. Esta ley, que nos ayuda a garantizar que nuestras fotografías van a salir nítidas, nos indica que disparando a pulso nunca debemos bajar de una velocidad que sea inversa a la focal que estamos empleando. Así pues, en el caso de la primera foto la imagen ha salido nítida porque hemos disparado a una velocidad mayor que la que nos indicaría esta regla que sería 1/15s. Sin embargo, en el segundo caso no hemos llegado a esa velocidad mínima que sería de 1/85s, con lo que cualquier movimiento a la hora de hacer la foto, por leve que sea, se notará en nuestra toma produciendo un resultado inadecuado.
Una vez matizado este punto, sigamos con el ejemplo práctico. Decíamos que íbamos a empezar primero por disparar nuestra fotografía con velocidad alta. Como vamos a disparar con una distancia focal de 35mm, veamos qué ocurre si disparamos con 1/40 segundos. Para ello seleccionaremos el modo manual de nuestra cámara y elegiremos también el resto de parámetros para obtener una exposición equilibrada fijándonos en el exposímetro. Hacemos la toma y obtenemos el siguiente resultado.
Si nos fijamos bien veremos que el agua está congelada, pero aún podría estarlo más. Así que repetimos la misma operación subiendo un poco más velocidad, hasta 1/250s, 1/1000s, 1/4000s y 1/8000s. Si comparamos los resultados, veremos cómo a medida que utilizamos velocidades más rápidas, el movimiento del agua cada vez se congela más, pudiendo ver incluso las gotas.
Ahora pasemos a ver el caso contrario, el de la velocidad de obturación lenta. Para empezar, ya sabes que disparar a pulso no es una opción, así que contaremos con un trípode y un disparador remoto para evitar que nuestras fotos salgan trepidadas. Partiremos de una velocidad de 1/10s y compensaremos el resto de variables. Este es el resultado.
En esta foto apreciamos cómo el agua parece que fluye. Vamos a llevar esto más al límite, y configuraremos la velocidad con 2 segundos de exposición. Hacemos la prueba, y a pesar de que tratamos de compensar la exposición con el resto de parámetros, nos damos cuenta de que hay demasiada luz en el ambiente y nuestra toma sale sobreexpuesta. Para solucionar esto, no podemos bajar la cantidad de luz que emite el sol, pero sí que podemos reducir la que le llega a la cámara empleando un filtro de densidad neutra. Por lo tanto, colocaremos dicho filtro delante de nuestra lente y así la exposición de la imagen sí que quedará equilibrada.
Ten en cuenta que hay filtros de diferentes densidades neutras. Cuánto mayor sea el tiempo de exposición con el que quieres disparar, más luz deberá restar el filtro. Como nuestro filtro es un ND 1000, es decir, resta hasta 10 pasos de luz en la cámara, vamos a trabajar con una velocidad que sea todavía más lenta, como por ejemplo 15 segundos. Si comparamos las 3 fotografías hechas con velocidades lentas, observamos cómo a medida que la velocidad con la que trabajamos es más lenta, el agua parece fluir más, produciendo lo que se conoce como efecto seda. Ten presente también que si en el encuadre aparecen otros elementos que se muevan durante el tiempo que estés haciendo la captura, estos también saldrán movidos en tu imagen.
Y ahora, comparemos la toma en la que hemos logrado congelar más el movimiento del agua, con aquella en la que más sedosa ha salido. ¿Cómo cambia una misma foto utilizando velocidades distintas verdad?
2. Ejemplo Práctico de Fotografía Nocturna
Vayamos ahora con el segundo ejemplo. En este caso una fotografía nocturna. Como ya imaginarás, aquí la velocidad de obturación que escojamos va a servirnos sobre todo para lograr la exposición adecuada de nuestra captura, ya que en entornos oscuros la apertura y la sensibilidad ISO no serán suficientes para conseguir que en nuestra fotografía se vea algo.
Si disparamos la fotografía a pulso en una noche oscura con el modo automático de nuestra cámara, lo único que conseguiremos es una foto oscura. Si lo hacemos en modo manual, lo más probable es que pueda apreciarse algo, pero la imagen saldrá desenfocada y trepidada por la falta de estabilidad a la hora de lanzar el disparo. Con mucha suerte, si nuestra cámara soporta bien los ISOS altos, podremos ver algo, pero con una cantidad de ruido que será inaceptable.
Es por ello que para fotografía nocturna se hace esencial trabajar con tiempos de exposición largos. Además, será necesario configurar la cámara en modo manual para poder controlar la exposición en su totalidad, y emplear un trípode y un disparador remoto para evitar que nuestras imágenes salgan trepidadas, ya que estamos hablando de que trabajaremos con tomas que durarán entre 10 y 30 segundos. Al dejar pasar luz durante más tiempo, por fin podremos obtener nuestra imagen con la exposición deseada.
¿Te Has Quedado con Ganas de Más?
En el presente artículo hemos podido entender un poco mejor cómo actúa la velocidad de obturación en el resultado de nuestras imágenes mediante la realización de dos ejercicios prácticos distintos. ¿Pero son estos dos ejercicios suficientes?
Como sabemos que puedes haberte quedado con ganas de más, hemos preparado una segunda entrega con otros cuantos ejercicios. Porque aprender practicando es una de las mejores maneras de acabar de interiorizar los conceptos y entender la teoría, ¿no crees? ¡Mantente atento porque pronto podrás disfrutar de ellos!