¿Crees que todos los fotógrafos profesionales usan únicamente el modo manual de sus cámaras? Pues no, no siempre es así. Cada modo tiene su función y es el más indicado para según qué tomas. Por lo que lo importante no es obsesionarte con emplear siempre el modo manual, si no saber cuándo es oportuno utilizar cada modo.
Eso sí, para poder sacarle partido a estos modos frente a los modos automáticos que ofrece tu cámara es fundamental conocer las peculiaridades de cada modo y seguir una serie de pasos para lograr un buen resultado. ¿Quieres saber cuáles son esos pasos?, ¡no te pierdas este artículo!
#1. Analiza la Escena y Elige el Modo más Apropiado
Mira que la tecnología ha avanzado y las cámaras hacen auténticas maravillas, pero, afortunadamente, aún no eligen el modo de disparo por ti. Al contrario, la cámara te pide que, a través del dial de selección de modo, seas tú el que decidas optar por uno u otro modo.
Para poder elegir uno los tres modos que estamos manejando en este artículo, presentaremos las características de cada uno y el tipo de tomas para las que está pensado.
- Manual (M). Te permite controlar de forma independiente los tres parámetros que determinan la exposición: sensibilidad ISO, velocidad de obturación y apertura. Es un modo especialmente indicado para situaciones con condiciones muy específicas, en las que tienes suficiente tiempo para preparar la toma, o buscas resultados diferentes gracias a poder contar con pleno control de todos los parámetros.
- Prioridad a la Apertura (A en Nikon, o Av en Canon). A través de este modo es posible definir la sensibilidad ISO y la apertura del diafragma, eligiendo la cámara el tiempo de exposición para lograr una exposición correcta. Es el modo apropiado en aquellas situaciones en las que quieres tener pleno control de la profundidad de campo de la toma, por ejemplo, paisajes o retratos.
- Prioridad a la Velocidad de Obturación (S en Nikon, o Tv en Canon). En este caso, controlas la sensibilidad ISO y el tiempo de exposición, mientras que la apertura es elegida por la cámara para adecuar la exposición de la toma. Es el modo idóneo para situaciones en las que deseas congelar el movimiento, realizar un barrido u otro tipo de técnicas en las que el tiempo de exposición es fundamental.
Por tanto, el resultado de este primer paso será haber tomado la determinación de en qué modo dispararás: manual, prioridad a la apertura o prioridad a la velocidad de obturación.
#2. Selecciona el Valor de Sensibilidad ISO en Función de la Escena
También en función de la escena (movimiento e iluminación de esta), deberás optar por un valor de sensibilidad ISO de partida. Puede que luego lo varíes, si necesitas más luz, o te sobra. Pero inicialmente deberás partir de un valor.
No olvides que en cualquiera de los tres modos el valor de sensibilidad ISO es uno de los ajustes que tú como fotógrafo debes determinar. Para ello, puedes tener en cuenta estos consejos:
- El valor más bajo posible siempre conllevará evitar la aparición de ruido en la fotografía.
- En escenas con suficiente iluminación no te muevas de ISO 100 o 200 (el nativo de tu sensor), salvo que necesites un tiempo de exposición muy reducido.
- En escenas con iluminación más deficiente, sube a 1.600, 3.200 o incluso más (si tu cámara lo permite) En función de los resultados que ofrezca tu sensor con estas sensibilidades, deberás establecer una ISO máxima recomendable a partir del que no convendrá pasar.
El objetivo de este paso es haber determinado el ISO más apropiado para asegurar que los otros dos parámetros nos permitirán una adecuada exposición, nitidez y profundidad de campo y, también, para garantizar un nivel de ruido contenido.
#3. Determina el Elemento Principal: Movimiento o Profundidad de Campo
Es posible que a esta pregunta ya le hayas dado respuesta en el primer paso, no obstante, ahora sí deberás determinar qué es más importante en la escena: la profundidad de campo, en cuyo caso habrás optado por el modo manual o el modo de prioridad a la apertura, o bien el movimiento, en cuyo caso habrás optado por el modo manual o del de prioridad a la exposición.
La respuesta a este paso determinará qué parámetro será el siguiente que definamos: bien la apertura, bien el tiempo de exposición. Y, en función del modo elegido, se tratará del último parámetro elegido (en los modos semiautomáticos), o bien el penúltimo (pues en modo manual habrá que fijar el otro parámetro para lograr el resultado deseado).
En la fotografía de arriba, como puedes ver, se tomó la determinación de lograr ese aspecto fluido de las estelas de luz de los vehículos a través de la fijación de un tiempo de exposición prolongado. Lo lógico para lograr esta fotografía habría sido emplear el modo manual, o bien el modo de prioridad al tiempo de exposición.
#4. Ajusta la Apertura, la Velocidad de Obturación, o bien Ambos
Como comentaba en el apartado anterior, en función del modo elegido, deberás seleccionar el valor adecuado del parámetro específico de cada modo.
- Si te decantaste por el modo de prioridad a la apertura, deberás fijar un número f adecuado para lograr la profundidad de campo que deseas (suficientemente amplia, o muy reducida para sacar partido al bokeh de tu objetivo y centrar la atención en el sujeto enfocado). La cámara elegirá por ti el tiempo de exposición para lograr una exposición correcta.
- Si, por el contrario, optaste por el modo de prioridad al tiempo de exposición, seleccionarás el tiempo de exposición adecuado para congelar el movimiento o permitir cierta fluidez. La cámara elegirá por ti, en este caso, la apertura de diafragma con el objeto de lograr una exposición adecuada (teniendo en cuenta el metering y la posible compensación de exposición que hayas seleccionado).
- Si optaste por el modo manual, primero fijarás el parámetro más importante para el resultado que deseas obtener y a continuación determinarás el otro, eso sí, no perdiendo de vista la ayuda del exposímetro de tu cámara, quien en todo momento te mostrará información sobre la exposición que lograrás con la combinación elegida.
#5. Revisa las Advertencias de tu Cámara y haz los Últimos Ajustes
Después de haber seguido todos estos pasos es posible, especialmente en los modos semiautomáticos, que no hayamos elegido bien los ajustes teniendo en cuenta la situación. Te pondré dos ejemplos:
- Una escena a plena luz del día, seleccionado el modo de prioridad a la apertura y con los siguientes parámetros: ISO 800, f/1.8. Tu cámara se irá al menor tiempo de exposición posible o directamente te mostrará una señal de aviso (demasiada iluminación, aún optando por el menor tiempo de exposición posible).
- Una escena con escasa iluminación, seleccionado el modo de prioridad al tiempo de exposición y con los siguientes parámetros: ISO 100, 1/1000 seg. En este caso, tu cámara optará por la mayor apertura posible, sin embargo, salvo que tengas un objetivo muy luminoso, es probable te advierta de que no hay luz suficiente.
En estos ejemplos, la cámara te estará advirtiendo de que la imagen acabará sobre o subexpuesta, respectivamente. Sólo deberás estar atento a sus indicaciones y realizar los cambios oportunos para evitar que se produzcan estos errores.
#6. No te Fíes. Hay Situaciones en las que se Equivoca
También habrá otras situaciones en las que, si bien la cámara no lo hará, tú debes ser consciente de posibles resultados no deseados. La cámara desconoce si habrá movimiento en la toma, si la profundidad de campo será suficiente, si tienes más o menos pulso, etc.
Te pondré otros dos ejemplos:
- Deseas realizar un retrato nocturno o en una situación de no demasiada iluminación, para ello optas por el modo de prioridad a la apertura con estos ajustes ISO 400, f/4. La cámara ofrece sólo 1/20 seg como tiempo de exposición para lograr una exposición adecuada, pues la iluminación es escasa.
- Quieres congelar el movimiento de un automóvil y optas por prioridad al tiempo de exposición con los siguientes ajustes: ISO 800, 1/1000 seg. La cámara tiene acoplado un objetivo muy luminoso, así que como la iluminación es bastante escasa, propone una apertura de f/2,8.
En ambos casos, el hecho de que la cámara elija por ti el tiempo de exposición y la apertura, no debe significar confiar ciegamente en esta decisión. En el primer caso, podría dar lugar a una imagen trepidada ante el más mínimo movimiento del sujeto (como en la fotografía de la derecha), y en el segundo a una profundidad de campo escasa si el enfoque no es muy preciso, o si el objeto es muy voluminoso.
Tu papel deberá ser revisar estos valores, considerar si son adecuados o es necesario modificar los ajustes originales y, solo en caso de que estés de acuerdo con todos los ajustes, proceder a encuadrar, enfocar y disparar.
Ya no Tienes Excusa para Manejar Todos los Modos de Disparo
Con estas 6 claves y considerando que sabes cómo funciona cada modo y el tipo de situaciones en las que es más apropiado su uso, estoy seguro de que poco a poco irás dominando su uso y le sacarás un gran rendimiento a tu cámara.
Además, así también lograrás abandonar los modos automáticos y centrarte en estos tres modos a través de los que extraer todo el potencial de tu equipo y también de tu capacidad como fotógrafo/a.
¿Has seguido todos los pasos?, ¿Echas de menos alguno?, ¿Te sobra otro? Cuéntanos qué te parecen estos pasos y si tienes dudas o consejos a este respecto. Como de costumbre, el artículo no está ni mucho menos terminado, faltan tus comentarios y aportaciones.