A lo largo del tiempo, en dZoom os hemos dado muchos consejos y técnicas para hacer mejores retratos. Pero hay algo que, por muchos consejos y técnicas que se lean previamente, no se podrá evitar: los miedos y nervios de las primeras sesiones de fotos.
En este artículo vamos a ver los conceptos más básicos de la fotografía de retrato para que, llegado el momento de empezar a adentrarte en el fascinante mundo del retrato, sepas poder defenderte.
¿Sabías que algo tan pequeño como el ángulo desde el que está tomado una fotografía puede transformar completamente el significado de la imagen? ¿Lo importantes que son los espacios, los fondos o la relación con el modelo? ¿Eres consciente de que se pueden hacer retratos sin que en ellos aparezca la cara de nuestro retratado?
El Ángulo de la Toma
Siempre hemos dicho que el punto de vista des del que se toma una fotografía es muy importante: nos puede regalar imágenes muy espectaculares por el simple hecho de mostrarnos las cosas de otra manera. En el retrato es igualmente importante: según el ángulo des del que tomemos la fotografía, transmitiremos un mensaje u otro:
- Tomar la foto desde arriba. Cuando tomamos una imagen desde un punto más elevado que el de nuestro modelo, le estamos mirando desde arriba. Esto significa que él o ella (evidentemente) se encontrará en una posición más baja. El picado, por lo tanto, nos puede ofrecer imágenes en las que el espectador se sienta superior al retratado y coloque, a éste, en una situación de inferioridad, de sentirse pequeño, de ser vulnerable. A la hora de hacer retratos es muy efectivo utilizar un ángulo picado muy ligero (apenas unos centímetros por encima de la altura de los ojos) para conseguir resultados más bonitos: si le decimos a nuestro modelo que mire directamente a cámara, conseguiremos que estire el cuello (evitaremos, así, la aparición de papada) y que abra un poco más los ojos (obteniendo una mirada más limpia y directa). ¡Eso sí, asegúrate de que la pose que adquiere el/la modelo es natural y no demasiado ortopédica!
- Tomar la foto desde abajo. Situando la cámara por debajo de los ojos de nuestro modelo. Con esto podemos conseguir que nuestro protagonista tenga cierto aire de superioridad, de poder, de estar por encima de nosotros. Lo que tenemos que tener claro es que no todos los retratados pueden quedar bien desde este ángulo pues hay imperfecciones que serán más visibles: narices grandes, barrigas, papadas... ¡Tenlo en cuenta!
- Tomar la foto a la altura de los ojos. Es la opción más segura: el espectador de la foto establecerá una relación de igualdad con el protagonista de la foto y evitaremos hacer demasiado evidentes algunos defectos.
Como siempre: decide qué es lo que quieres transmitir con tu foto y construye tu composición en consecuencia.
El Espacio
Cuando hablamos de espacio no hablamos del entorno en el que vamos a realizar la fotografía, si no del aire que vamos a dejar en nuestra composición. Hay ciertos elementos que necesitan disponer de un aire para que la lectura de la fotografía sea la más agradable para el espectador. Estos elementos son, sobre todo, la mirada y el movimiento.
La regla de la mirada es una de las reglas de composición más básicas. Si nuestro sujeto mira a algo (esté esto dentro del encuadre o no), dejaremos en nuestra composición cierto aire para invitar al espectador de la foto a seguir esa mirada y descubrir qué es lo que el protagonista está mirando.
Pasa más o menos lo mismo con el movimiento: cuando el retratado hace un movimiento hacia un dirección, deberías dejar aire en esa dirección para que el movimiento resulte más natural. Si no dejas ese espacio vacío, estarás cambiando el significado del movimiento: pasará de ser un movimiento "haciéndose" o "por hacer" a ser un movimiento "ya hecho".
El espacio vacío en las imágenes es muy importante y nos puede ayudar a expresar muchos sentimientos y sensaciones. No hace falta abarrotar toda la imagen con elementos para llenar una fotografía de significado. Un espacio vacío colocado estratégicamente alrededor del sujeto puede transmitir desde libertad hasta soledad, ¡úsalo bien!
El Fondo
El fondo siempre está en un segundo plano pero es una parte importantísima de una fotografía. Un fondo da profundidad, contextualiza o aporta información extra. Por norma general, en los retratos suelen funcionar mejor los fondos más simples. Por una razón muy sencilla: de esta manera el fondo no roba protagonismo a la persona que estemos retratando. Pero si crees que el entorno en el que estás fotografiando puede ayudarte a definir a tu protagonista, no dudes en añadirlo en tu imagen.
¿Un Retrato Sin Ojos?
Ya sabemos que los ojos son el reflejo del alma y que, por lo tanto, son imprescindibles en un retrato. A menudo, cuando empezamos a hacer retratos, caemos en el error de fotografiar a la persona en cuestión de manera que siempre se le vea la cara: en el fondo, es lo que más la define.
Pero esto puede cerrarnos puertas creativas, una persona no es sólo su cara. Hay detalles, gestos, posiciones... que también pueden explicar cómo es aquella persona y, por lo tanto, regalarte grandes fotos. Es cierto, depende de cómo puede ser que termines por alejarte del retrato en su más estricta definición, pero puede ser un muy buen complemento a las fotos propias de la sesión.
Respecto a la Iluminación...
¿Qué vamos a decir de la iluminación de una fotografía que no se haya dicho ya?
Que es otro de los (muchos) elementos imprescindibles que nos ayudarán a conseguir el resultado deseado. Sin embargo, hay un problema: si queremos trabajar con iluminación artificial y no sabemos muy bien cómo manipularla, podemos llegar a destrozar lo que iba a ser una buena foto por culpa de luces inadecuadas o sombras no deseadas. Mi consejo personal: si no dominas la luz artificial, utiliza sólo la luz natural.
Salir al aire libre y colocarte en una sombra te proporcionará una luz muy suave y agradable, y los contraluces cuando el sol se encuentra en una posición más baja, bien realizados, pueden quedar muy dulces.
No tengas miedo de decir que no tienes experiencia en iluminación y que, por lo tanto, prefieres hacer tus retratos al aire libre. El resultado final hará que haya merecido la pena. Y si quieres empezar a experimentar y a aprender con la luz... prueba con un reflector.
Y por Último, el Modelo
Es el último punto, pero no por ello el menos importante. La manera que tengas de tratar un modelo determinará en gran medida el resultado final de la sesión de fotos. Seguramente, cuando empieces a realizar retratos no tendrás mucha soltura en la dirección de modelos. Lo más importante que debes saber:
- El modelo no se toca. Lo ideal es que mantengas un clima profesional, de confianza y de respeto. Así que evita tocar físicamente el/la modelo. Si quieres arreglar un mechón de pelo que se ha descolocado o quitar una arruga que se ha formado en alguna prenda de ropa, pídeselo al modelo o, si dispones de un asistente y/o estilista, a ellos.
- Órdenes claras y sencillas. "Pon el brazo así", "mira a ese punto". Esas instrucciones son las mejores: ayudarán al modelo a saber lo que quieres y a realizarlo de manera rápida. Si usas tu propio cuerpo como ejemplo para enseñar lo que esperas de tu retratado, mejor aún.
- Sé agradable. Como en todos los aspectos de la vida: muy importante. Te ayudará a crear el clima de confianza y respeto que mencionábamos anteriormente. Preocúpate de sus necesidades: si tiene sed o calor, si está cómodo... Y ayúdale en todo lo que puedas.
- Enseña algunas fotos. No todas, sólo las mejores. Aquellas que vayan a motivarle a seguir trabajando. Te ayudará a transmitir seguridad en tu trabajo y a enseñar que todo está saliendo correctamente.
Eso Sí, No lo Olvides
Lo que necesitas para hacer mejores fotos no es otra cosa que disparar, disparar y disparar.
Práctica con familiares o amigos o, incluso, contigo mismo realizando autorretratos. Todos los consejos, técnicas, conceptos básicos que puedas leer en dzoom o en cualquier otro medio, te servirán como base teórica.
Esto significa que te ayudarán a conseguir fotos correctas pero las fotos "buenas" sólo puedes hacerlas tú. ¿Cómo? Practicando mucho, dominando tu cámara, conociendo el lenguaje fotográfico y, sobre todo, siendo creativo.
¡Bienvenido al maravilloso mundo del retrato!