En el mundo de la fotografía profesional de alto nivel, existe un tipo especial de cámaras, que curiosamente se parecen mucho a las antiguas cámaras de placas de vidrio.
Todos hemos visto estas cámaras en alguna película, ese armatoste que el fotógrafo del pueblo cargaba, con un fuelle tras la lente, y donde se ocultaba tras una tela negra al grito de “MIRAD AL PAJARITO”, seguido de una explosión de magnesio procedente de un rústico flash. Y pensaréis, ¿Qué nos viene a contar este tío de un trasto tan antiguo?
Pues resulta que este trasto tan antiguo, se sigue utilizando hoy en día (Obviamente muy mejorado, ya no usamos flashes de magnesio, ni nos escondemos detrás de una tela. Y quien se saque el pajarito, se lleva una denuncia, mirad a Terry Richardson).
Este tipo de cámaras, hoy en día, se llaman cámaras de banco óptico, o simplemente, cámaras técnicas.
Pero, ¿Qué son estas cámaras? ¿Para qué se usan? ¿Qué ventajas puede tener algo así?
Vamos a verlo, quedaos con nosotros.
Estructura Básica de una Cámara Técnica Moderna
- Montante delantero: En él se coloca la óptica. Cualquier movimiento que se haga en él, afectará al punto de vista y el enfoque de la imagen resultante.
- Montante trasero: En él se coloca el respaldo digital (Lo que viene siendo el sensor), o las placas, si trabajamos en analógico. Cualquier movimiento que se haga en él, afectará a la perspectiva de la imagen resultante.
- Fuelle: Impide que la luz entre en el espacio entre los montantes. Es extensible y flexible. En caso de necesitar más espacio, pueden empalmarse varios fuelles, y en caso de necesitar menos, puede sustituirse por uno más corto, o de otro tipo (Fuelles de balón).
- Controles de cámara: En este modelo (Sinar P3), los controles de cámara son ruedas. En otros modelos, y otras marcas, pueden ser simples fijadores que “suelten” o fijen los montantes, que se moverán al empujarlos con la mano. Los posibles movimientos de los montantes son tres:
- Avance sobre el raíl
- Inclinación hacia delante o hacia atrás
- Giro sobre un eje vertical (Con respecto al raíl)
- Raíl (O banco óptico): Sostiene toda la estructura de la cámara. Permite moverse libremente a los montantes. Pueden colocarse prolongaciones para enfocar cada vez más cerca.
- Ópticas: Las ópticas de gran formato tienen un círculo de imagen mucho más grande que las de réflex, ya que tienen que llegar a un área mucho más amplia, por los posibles movimientos de cámara. Además de su calidad óptica, tienen integrado tanto el diafragma, como el obturador, siendo ellas mismas un organismo autónomo.También es posible colocar en la cámara otros mecanismos, como un obturador mecánico secundario, o un disparador remoto de flash, que iría conectado al propio respaldo digital, o al objetivo.
Sí sí, vale, pero ¿Qué Características Diferencian Estas Cámaras de una Réflex Corriente?
- Distancia de enfoque: Las cámaras réflex son estructuras fijas. Es decir, una vez que el objetivo se monta en el cuerpo de la cámara, ahí se queda. La distancia de la lente al sensor, así como su ángulo de incidencia, siempre es el mismo. Esto produce que los objetivos tengan una distancia mínima de enfoque.Esta limitación, en una cámara de banco óptico, simplemente no existe. El fuelle de la cámara puede alargarse tanto como lo necesitemos (O incluso empalmar varios fuelles).El problema está en el enfoque a infinito con ópticas muy voluminosas. Podemos encontrarnos con situaciones en las que no podemos acercar más los dos montantes, por puro contacto físico.
- Tamaño del sensor: El gran formato, como cualquier aficionado sabe, cuenta con más tamaño de sensor que una réflex full frame. Esto se traduce en mayor calidad de imagen (Y por lo general, también más tamaño de imagen). Para que os hagáis una idea, los nuevos respaldos de PhaseOne, disponen de unos 80Mpx útiles. Muy bizarro.
- Posibilidad de mover los montantes: Aquí es donde empieza lo bueno, la créme de la créme, el orgasmo múltiple de cualquier freak de la óptica. Tanto es así, que se merece una sección solo para esto.
Posibles Movimientos de los Montantes
Al mover los montantes, podemos alterar tanto el enfoque como la perspectiva, de maneras que una réflex jamás nos permitiría. Por ejemplo, es posible hacer una fotografía a un edificio desde su base, dejando las líneas verticales totalmente paralelas. Vamos a ver un ejemplo:
Esto se ha conseguido dejando el montante trasero paralelo a la fachada del edificio, mientras que con la lente, apuntábamos hacia arriba, para coger el encuadre deseado.
Y esto solo es una de sus posibles aplicaciones… si nos ponemos tontos, podemos hacerlo al revés, y convertir una pelota de golf en un huevo. ¿Mola verdad?
Vamos a ver otra posible aplicación:
Una ley de la óptica (llamada ley de Schiempflug), dice que si el plano de la lente, el del objeto, y el del sensor, convergen en la misma línea, la profundidad de campo es infinita. ¿Os imagináis?
Pues resulta que es verdad, miradlo por vosotros mismos:
Esto quiere decir que podemos manipular el plano a partir del que se expande la profundidad de campo a nuestro antojo.
En algunas ocasiones, incluso podremos manipular las dos características (manejo de perspectiva y de enfoque) a la vez, y así conseguir resultados como este:
Bueno, vemos que esto de las cámaras de banco óptico tiene cada vez más ventajas, pero… Algún inconveniente tiene que tener, ¿no?
Inconvenientes de la Cámara de Banco Óptico
Existen dos inconvenientes principales para el uso de este tipo de cámaras.
El primero es el tamaño. Son grandes, y son pesadas. Requieren en muchas ocasiones de trípodes especiales para sostenerlas, y su manejo requiere de precisión y paciencia, osea que es muy complicado, si no imposible, utilizarlas para algo más allá que la fotografía de objetos estáticos, o paisajismo.
El segundo, y más importante, es el precio. Las cámaras de banco óptico son caras, muy caras. Cada cámara es distinta, y cada elemento se ha de adquirir por separado, la lente, los marcos, el fuelle, el banco, el soporte, el trípode…
Y todo eso sumado es extremadamente caro. Pero lo más caro de todo, es el respaldo digital. El sensor, para entendernos.Uno de estos, de una calidad media, puede rondar entre los 15.000€ y los 30.000€. Totalmente prohibitivo para la mayoría de los fotógrafos.
Este tipo de cámaras son la herramienta habitual en los estudios de fotografía publicitaria de alto nivel, y es raro verlas en cualquier otro entorno.
¿Entonces has estado perdiendo el tiempo leyéndome? ¿Te he timado y merezco morir? No no, tranquilos todos. No llaméis aún a los sicarios. Existen ciertos objetivos con montura de réflex (o de medio formato), que permiten aprovecharnos de todos estos principios, aunque no con la amplitud que permite el banco óptico, son los objetivos Tilt Shift.
Objetivos Tilt Shift
Este tipo de objetivos permiten descentrar la lente con respecto al cuerpo de la cámara, y también permiten el giro de la misma. Veamos un ejemplo:
Existen objetivos para réflex comunes que tienen también estas características, podéis echar un vistazo en Amazon y encontrar cositas como este Samyang.
Con estos objetivos y los conocimientos adecuados, podemos conseguir cosas como el “efecto maqueta”, que son muy llamativos.
Si tenéis la oportunidad de haceros con uno, no lo dudéis, y probadlo, aunque sea de alquiler, seguro que os sorprenderá.
¡Ánimo!