Hace unos días una persona me realizaba una pregunta: "Próximamente voy a hacer un curso de fotografía, y he decidido cambiar de cámara. Aunque he estado mirando ya algunos modelos de cámaras réflex, me gustaría saber cual me recomiendas tú". Cuando le respondí, me dijo: "Muchísimas gracias. Me habían dicho muchos modelos, y millones de cosas técnicas que ya me estaban mareando. Pero me recordaste lo básico de la fotografía, y eso es lo que más me vale!". ¿Quieres saber qué le conté? Probablemente te sirva también a ti.
Antes de nada, ¿necesitas una cámara reflex?
Lo primero que debes saber es si realmente necesitas o no una cámara réflex. Tengo amigos que después de pasarse al mundo de la fotografía réflex no sacan nunca la cámara porque les resulta engorroso y prefieren seguir con su vieja compacta porque con ella pueden ir a cualquier parte y retratar cualquier situación.
Si no tienes claro si quieres o no una reflex, te recomiendo que leas los artículos 7 Razones por las que NO Deberías Comprarte una Réflex Digital y 7 Razones por las que SI deberías hacerlo.
Si tu motivación es aprender fotografía en serio, o vas a dar un curso de fotografía, creo que la reflex es tu opción, ya que independientemente de que haya cámaras compactas que también cuentan con controles manuales, las reflex suelen ser las que mejores prestaciones dan en general.
¿Qué marca elegir?
El mercado de las cámaras es un mundo, y hay modelos para todos los bolsillos, pero realmente para aprender se necesita bien poco: poder mirar por el visor (aquí reconozco que soy un nostálgico) y que disponga de controles manuales.
A nivel de marcas, tengo mis propias manías, pero reconozco que mis preferencias probablemente no tienen una base técnica sólida que las sustente, y desde luego no tengo nada en contra del resto de fabricantes. Por el momento, el mundo de la fotografía reflex sigue controlado por unos pocos fabricantes, pero todos ellos son a mi entender lo suficientemente serios. Las cámaras réflex no son aún un producto de consumo en el que haya fabricantes genéricos como existen en otras áreas de la electrónica de consumo.
Así que, si esperabas que te recomendara un determinado fabricante, siento que te lleves la primera decepción. Me temo que por ese lado no vas a poder acotar tu búsqueda.
Indaga, no obstante, cómo de fácil o dificil podría resultar ampliar luego el equipo para la marca que elijas.
¿Qué necesitas mirar en esa cámara?
Asumo que la cámara que quiero elegir cuenta con controles manuales. Controles que me permiten elegir el tiempo de exposición y la apertura del diafragma que quiero utilizar, bien por separado o bien conjuntamente.
Los fabricantes no hacen más que abrumarnos con datos técnicos como megapixels, frames por segundo y cosas así.
De hecho, elementos más importantes que los megapixels en sí como puede ser el tamaño del sensor no son datos que se utilicen en las campañas de marketing que hacen, y a veces puede resultar complicado encontrar esta información.
Partiendo del hecho de que los megapixels actuales ofrecidos por cualquier cámara son más que suficientes para realizar una impresión en tamaños estándar con una calidad óptima aún realizando un recorte previo para reencuadrar, tendríamos que pensar si el número de frames por segundo que ofrece nuestra posible futura cámara es suficiente para las situaciones en las que vayamos a utilizar el disparo en ráfaga.
Mi requisito número 1: Que sea cómoda en su manejo
Lo mismo no lo has pensado nunca, pero seguro que en otro tipo de elecciones te ha ocurrido o lo tienes perfectamente asimilado.
Cuando te vas a comprar unos zapatos, seguro que miras que sean bonitos, que te gusten estéticamente.
A partir de ahí, te los pruebas, ¿cierto?
¿Y no te ha pasado nunca que unos zapatos bonitos no te resultaban cómodos puestos en los pies?
Pues lo mismo ocurre con las cámaras.
Hay manos más grandes y hay manos más pequeñas. Y hay cámaras más grandes y cámaras más pequeñas también. Y es fundamental que la cámara te resulte cómoda en las manos. Es como unos zapatos con los que tienes que andar. Si la cámara es demasiado pequeña y no te sientes cómodo sujetándola o accediendo a los botones, probablemente sea mejor decantarse por otro modelo.
Mi requisito número 2: Que vea bien a través del visor
Llámame sentimental si quieres. Pero lo primero que eché de menos cuando tuve mi primera cámara digital fue no disponer de un visor en condiciones a través del que mirar.
Por distintos motivos como puede ser, por ejemplo, la posición de agarre de la cámara y su peso, es preferible mirar a través del visor que a través de la pantalla, salvo que estés utilizando un trípode. Estoy siempre hablando de cámaras réflex, en las que su peso hace que la forma de sujetarla incida de forma directa a la trepidación.
Y existe mucha diferencia de lo que se ve a través del visor de cada cámara, donde puedes encontrar cámaras con visores pequeños y oscuros y otras con visores más grandes y luminosos.
Lo que ves a través de tu ojo es lo que te va a ayudar a componer a la hora de disparar. Y cuanta más y mejor información tengas, más ayuda a la hora de componer.
Mi requisito número 3: Que me quede dinero para ampliar el equipo
Los cuerpos de las cámaras evolucionan mucho más rápido que los objetivos y otros accesorios. Un cuerpo de, pongamos, 4 años, probablemente se vea superado por el desarrollo de nuevos elementos en su interior (el sensor principalmente).
En cambio, un buen objetivo puede tener una vida útil mucho mayor siempre que el fabricante del cuerpo no cambie el sistema de montura y quede incompatible.
Quédate con dinero para poder ampliar el equipo. Pronto empezarás a querer añadir objetivos y otros accesorios a tu equipo, y si inviertes demasiado en el cuerpo de la cámara no podrás hacerlo a corto plazo.
Conclusión
Tal vez hubieras preferido que te hubiera dicho un modelo concreto de cámara, pero creeme: la cámara no hace al fotógrafo. Si te gusta la fotografía y practicas, seguro que consigues fotos memorables con cualquier cámara.
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