El mundo en el que vivimos es tridimensional. Sin embargo, la fotografía se caracteriza por tener únicamente dos dimensiones. Siendo esto así, ¿cómo puede ser que parezca que algunas imágenes tienen profundidad? Se trata de la mayor ilusión óptica del mundo fotográfico: la perspectiva. ¿Qué caracteriza a la perspectiva? ¿Cómo sacar el máximo provecho de la sensación de profundidad en nuestras imágenes?
¿Qué Es la Perspectiva?
Como ya hemos dicho, se trata de una ilusión óptica a través de la cual los objetos de tres dimensiones pueden reproducirse en una superficie de apenas dos dimensiones. Hay un elemento totalmente indispensable para crear la perspectiva: el horizonte.
Así pues, antes de hacer una fotografía, deberemos determinar dónde queremos ese horizonte. Puede ser, incluso, que no aparezca en la fotografía pero deberemos ser conscientes de dónde está para poder dirigir correctamente los elementos que nos generarán la perspectiva.
Existen dos tipos de perspectiva diferentes:
La Perspectiva Lineal
Es aquella provocada por la convergencia de las líneas. Es decir, aquellas líneas que en realidad son paralelas pero que, dependiendo del ángulo de visión del que dispongamos, se convertirán en líneas convergentes que se dirigirán hacia el horizonte que hayamos determinado (como las vías del tren que parece que se junten).
Encontraremos este tipo de líneas en cualquier parte y debemos ser conscientes de que, cuantas más líneas haya en nuestra fotografía, más acusada tiende a ser la sensación de profundidad. ¿Cómo podemos potenciar la perspectiva lineal? Tienes dos opciones:
- El ángulo de visión. Los ángulos de visión que más te ayudarán a potenciar las líneas convergentes serán los ángulos picados y contrapicados (es decir, con la cámara por encima y por debajo, respectivamente, del sujeto). Por el contrario, el ángulo de visión situado al mismo nivel que el sujeto, el cenital (situando la cámara justo encima del sujeto) o el nadir (situando la cámara justo debajo del sujeto) pueden llegar a eliminar la sensación de profundidad.
- La focal utilizada. El objetivo usado para tomar la fotografía también será muy importante: mientras que un teleobjetivo acostumbra a aplanar las imágenes y, por lo tanto, a terminar reduciendo la sensación de profundidad de éstas; los gran angulares nos ayudarán a darle más fuerza a estas líneas convergentes que estamos buscando.
Por supuesto, esto no son leyes inmutables y en todo caso dependerá únicamente de la fotografía que estemos tomando y de la composición que queramos utilizar en ella.
La Perspectiva Aérea
También se conoce como perspectiva atmosférica y seguro que la has experimentado en un gran número de fotos. Es especialmente visible en la fotografía de paisajes. ¿Te has fijado en la diferencia de tonalidad y nitidez entre los elementos más cercanos y los que se encuentran más cerca del horizonte? Es por el efecto de la perspectiva atmosférica: los objetos menos nítidos, y con un color menos saturado y más cercano a los tonos azules son considerados por el ojo humano como objetos más lejanos.
Este tipo de perspectiva es más complicada de potenciar, pues depende de elementos ajenos a nuestro equipo fotográfico, como la distancia real que haya entre el objeto a fotografiar y la cámara o las partículas que haya en el aire. Pero si conocemos esto, nos será más fácil deducir en qué situaciones la perspectiva aérea será más forzada: tormentas de arena, lluvia, niebla, neblina... serán los ambientes perfectos para forzar un poco más la perspectiva aérea.
Y hablando de forzar la perspectiva...
La Perspectiva Forzada
La perspectiva no es sólo algo inevitable que podemos potenciar o intentar anular. Podemos jugar con ella para hacer composiciones que lleguen a engañar al ojo humano para que no sepa la distancia que hay entre dos objetos o, simplemente, para que piense que la distancia es una cuando en realidad es otra. Dispones de hasta tres maneras de engañar el ojo:
La posición de los objetos
Cuando un objeto tapa a otro significa que el objeto "tapador" está más cercano a la persona que lo mira que el objeto "tapado". Así pues, si lo que queremos es engañar el ojo para que no sepa distinguir la distancia entre dos objetos, podemos intentarlo construyendo la fotografía de manera que ninguno de los dos quede por delante (en el encuadre) que el otro.
El tamaño de los objetos
Para el cerebro humano, grande es cerca y pequeño es lejano. Pero ¿qué pasa si el cerebro no puede saber si algo es grande o pequeño? Intenta aplicar esto a la fotografía y tendrás una imagen que desorientará a todo aquel que la mire.
La definición de los objetos
Es decir, el grado de enfoque que tengan. Por norma general, cuando utilizamos una profundidad de campo pequeña para una fotografía, solemos enfocar el elemento que está más cercano a nosotros. De manera que enfocado suele ser cercano y desenfocado, lejano.
Pero si cerramos diafragma y utilizamos una profundidad de campo grande, estaremos consiguiendo que todos los elementos de la imagen queden "en el mismo plano" eliminando así, en cierto modo, la sensación de profundidad.
Por otro lado, si optamos por enfocar un objeto que no sea el más cercano a la cámara, conseguiremos una fotografía que llame más la atención y, probablemente, que tenga mucha más profundidad a ojos del espectador.
Por supuesto, a la hora de empezar a practicar esto, verás que en la perspectiva de una fotografía no actúa el tamaño de los objetos de manera independiente de su definición o posición, por ejemplo.
De hecho, la mayoría de veces nos encontraremos que aquello que está lejano está, a la vez, tapado por otros objetos más grandes y más enfocados. Pero el hecho de conocer la teoría nos servirá para, en algún momento, poder jugar con ella.
Si quieres aprender a jugar un poco más con la perspectiva, ¡recuerda que en dZoom te dimos 6 consejos para hacerlo!
Lo Importante Es No Quedarse Parado
Esta frase que tan importante es en muchísimos aspectos de la vida, también lo es a la hora de utilizar la perspectiva en nuestras imágenes.
Estamos acostumbrados a la perspectiva que nos ofrecen nuestros ojos, pero esta perspectiva no es la única que existe. Moverse, buscar nuevos ángulos de visión para analizar cómo cambia la perspectiva, utilizar distintas focales.
No quedarse parado con aquello que tenemos en general es lo que nos proporcionará fotografías con una nueva manera de ver el mundo.