La regla de la mirada dice que hay que dejar más aire dentro del marco en la dirección en la que se mira. Pues bien, esta foto no la cumple. ¿Te gusta?
El primer paso siempre es el más difícil. En ocasiones puede incluso resultar complicado averiguar en qué dirección debes darlo, pero en el caso de la fotografía, y en mi humilde opinión, es muy claro: debes comenzar por abandonar el modo AUTO.
Se acabó el recreo a la hora de realizar fotos. El modo de supervivencia, como recientemente me han dicho. Realizar fotos se parece más a una clase intensa, de esas que requieren toda nuestra atención, que a un recreo en el que nos entretenemos pulsando un disparador.
Las fotos se hacen en AUTO; se realizan al margen del modo AUTO.
Saliendo del modo auto
Cuando menciono el modo AUTO creo no equivocarme si afirmo que la mayor parte de la gente estará pensando en la cámara, en su modo AUTO. Y no se equivocan. Como ya mencioné, el uso de este modo debe ser desterrado para afrontar la realización de fotos de una forma más, digamos, artesanal.
Supongo que hasta aquí todos estaremos más o menos de acuerdo, pero ¿y si te digo que hay más de un modo AUTO?
No, no me refiero a los modos semiautomáticos de prioridad a la velocidad y a la apertura.
Tu cerebro también funciona en modo AUTO. De la misma forma que conducimos sin pensar, nos subimos en un bicicleta después de muchos años o recorremos un camino sin siquiera darnos cuenta de por donde hemos caminado, el modo AUTO funciona cuando cogemos la cámara.
Aprendemos por repetición, bombardeando al cerebro con las mismas lecturas una y otra vez. Una vez aprendido, nuestro cerebro funciona como un mantra, repitiéndose hasta la saciedad, recordándonos todo lo que hemos leído y aprendido; y lo hace de forma inconsciente.
En consecuencia, para avanzar y mejorar, debemos romper esa rutina involuntaria, debemos obligarnos a pensar.
Decidir la apertura, la velocidad y la ISO, es lo mínimo a exigirnos como fotógrafos. Es un proceso complejo que requiere esfuerzo y entrenamiento. Previo a la toma, debido a la necesidad de realizar un buen aprendizaje de las funcionalidades asociadas a cada concepto; durante la realización de la fotografía, porque será necesario rememorar todo lo aprendido para aplicarlo en ese instante, con la diligencia debida; y, posteriormente, para criticar nuestras decisiones y aprender de nuestros errores.
La clave de la mejora está en ti
Pensemos en todas las normas y reglas que hemos leído en multitud de ocasiones. La regla de los tercios, la regla de la mirada, la regla del movimiento, la regla de… ¿Cuántas veces aplicas estas reglas por convicción y cuántas por convención?
Si solo estás aplicando las reglas por convención, tu cerebro funciona en modo AUTO. Pero no te preocupes, tenemos modo AUTO para todo, incluso para después de haberlo abandonado.
Además de las reglas, existen otras cuestiones que también aplicamos por convención, cuestiones que, lejos de ser reflexionadas, son decididas en automático, inconscientemente. Por ejemplo:
- Los objetivos angulares son para paisaje. ¿Por qué?, ¿quién lo dice?, ¿qué sagrada escritura afirma tal cosa?, ¿qué Ley nos obliga? Es solo nuestro cerebro que recuerda lo que hemos leído y hace que tengamos fe ciega en tal afirmación.
- Que si los teles largos son para fotografiar sujetos en la distancia, o retratos. ¿¡Ah sí!?, ¿por qué?, ¿y si no tengo un tele largo no puedo hacer retratos?
- Que si no se pueden realizar retratos con angulares. ¿Y por qué una figura incuestionable como Arnold Newman los hacía?
- Que si usar el flash a plena luz del día es una tontería, y me lo ha dicho uno que disparaba en AUTO, con el flash de la cámara levantado, a tipos a 30 m de distancia. Y cuando le pregunto porque lo hace él, me responde que es en Auto y que se dispara solo. ¡Ole!.
- Y muchas otras más que podría enumerar. Un último ejemplo: Esta es muy buena: la que prohíbe situar sujetos en el centro de la fotografía –entiéndase motivos principales-. Así, se ven fotos difíciles, de esas que piden a gritos una composición centrada y que alguien se ha esforzado en descentrar. Eso sí que requiere un esfuerzo ímprobo.
Haz lo que quieras
El saber te hace libre.
Cuando llegas al mundo de la fotografía hay mucho que aprender. Aprender tan solo lo básico puede suponer todo un reto. Por no hablar de las mil y una reglas y conceptos, que todos debemos aprender para –según se dice- después olvidarlas o, según los menos dramáticos, romperlas.
Siempre me han resultado paradójicos y extraños, estos mensajes. No tiene sentido esforzarse en aprender algo para luego obviarlo. Teniendo en cuenta, además, que la mayor parte de las susodichas reglas provienen de la evolución del conocimiento del hombre. Es bueno ver pintura.
Si yo fuese un profesional bueno, haría lo que me demandasen mis clientes. Si fuese uno excelente, haría lo que me diese la gana y seguro que tendría clientes igualmente. Sin embargo, parece que los aficionados estamos obligados a hacer lo que nos dicen que tenemos que hacer, sin cuestionarnos nada.
Nada más lejos de la realidad. Es justo al contrario. No nos debemos a nadie. Tenemos libertad total para hacer o deshacer a nuestro antojo sin que eso suponga un desagravio a un cliente.
Por tanto, yo defiendo el uso del material como nos venga en gana, pasando de los convencionalismos y adoptando aquello que más nos convenga, guste o, simplemente, como decidamos en cada momento.
Pero recuerda
La diferencia entre un buen resultado casual y uno buscado, es el conocimiento. Sin él no tendrás criterio propio e inevitablemente estarás condenado a repetir el mantra de aquello que has aprendido por convención; porque sí, porque es lo único que sabes.
Resumiendo
Saber exponer correctamente no convierte a nadie en un fotógrafo de éxito, pero es lo mínimo que tienes que saber.
Conocer las reglas, el porqué de los convencionalismos, su origen y evolución, la teoría en definitiva, te hará más sabio y te aportará elementos de decisión, que estarán ahí, ocultos en algún lugar de tu cerebro. Si quieres decidir libremente, aprende.
Creo que para ser un gran fotógrafo existen –además del conocimiento- otras variables que influyen en ello: algo tiene que ver el esfuerzo, la suerte y sobre todo el talento. Sobre el esfuerzo, nada que aportar, es una constante. Sobre la suerte, …, tampoco, solo que es menos constante que la anterior. Y sobre el talento, solo puedo deciros dos cosas: que todavía no sé si se adquiere con la práctica y el tiempo y que sí sé que no viene empaquetado en la caja de la cámara o en la de un objetivo carísimo. El talento es otra cosa.
Así pues para mejorar como fotógrafo, aprende y abandona el modo auto.
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