Cuando empezamos a entrar en el mundo de la fotografía, lo más normal es que lo hagamos con la cámara que tengamos por casa.
Estas cámaras suelen ser compactas o cámaras de gama baja, pues alguien que no siente una curiosidad especial para la fotografía, raramente hará una gran inversión en un equipo fotográfico. Así que, cuando empezamos a hacer fotos, solemos empezar con cámaras sencillas. Pero tarde o temprano hay un momento que a todos nos llega: el momento de plantearnos si deberíamos comprar una cámara nueva.
Ya sea para renovar un equipo que ha quedado anticuado con el tiempo o para ampliarlo comprando una cámara de una gama más alta. ¿Cómo podemos saber si ha llegado este momento? ¿Qué deberíamos hacer para no tomar una mala decisión?
Analiza Tu Situación Actual
Es lógico: antes de decidir si es el momento de introducir un cambio en tu mundo, debes ser consciente de si realmente necesitas o no ese cambio. Por eso, antes de empezar a mirar los nuevos modelos de cámara que hayan salido al mercado, debes analizar dos cosas:
- Lo que necesitas. Este es un buen momento para mirarte a ti mismo. Qué tipo de fotografía haces y qué tipo de fotografía te gustaría hacer.
- Lo que tu cámara actual te da. ¿Es tu cámara el mejor aliado para aquello que quieres hacer? ¿O más bien te plantea una serie de impedimentos que te limitan creativamente?
Dicho así en general, puede ser complicado ver qué tenemos y qué necesitamos en nuestro equipo. A continuación, algunos puntos a tener en cuenta que te pueden ayudar a aclararte las ideas:
¿Qué Necesitas? ¿Qué Tienes?
Calidad de imagen.
Íntimamente relacionado con el sensor que tenga tu cámara y con la calidad óptica de la lente que tenga puesta. En caso de tratarse de una cámara compacta o cualquier otro modelo sin la posibilidad de intercambiar objetivos, puede ser un motivo decisivo para comprar una cámara nueva.
Si tienes la posibilidad de cambiar de objetivo (en el caso de que uses, por ejemplo, el objetivo del kit que venía cuando compraste la cámara) quizás con probar con una óptica nueva, te bastará. Sea como sea, y dejando de lado todo lo que pueda influir el objetivo, ¿la calidad que te da el sensor es la adecuada para ti?
Sensores más grandes suelen llevar a mejor calidad de imagen, así que observa cómo reacciona la cámara que tienes en distintas situaciones (fotografía nocturna, fotografía rápida...) para poder analizar correctamente este punto.
Necesidad de focales distintas.
Ya lo hemos mencionado en el punto anterior pero si crees que puedes necesitar una cámara nueva puede ser porque el rango focal del que dispones te suponga una limitación.
En caso de disponer de una cámara con objetivos intercambiables, atrévete a probar cosas nuevas: pide que te presten alguna lente muy diferente a la que ya tengas para descubrir si es esa la necesidad que tienes. Fíjate en si realmente necesitas esa diferencia de focal o si esa focal que no tienes te ayudaría a hacer las fotos que te gustaría hacer.
El procesado.
¿Qué tal se comportan los archivos que tu cámara te proporciona cuando intentas procesarlos? ¿Puedes disparar en RAW con el equipo que tienes? Si eres de los que les gusta poder llevar las fotografías al extremo en el plano del procesado, el hecho de poder disparar archivos sin compresión puede ayudarte a descubrir que necesitas una cámara nueva.
La velocidad de la cámara.
Las cámaras compactas suelen tener cierto retraso entre el momento en el que aprietas el disparador y el momento en el que efectivamente se toma la fotografía. Con las cámaras compactas de gama alta este tiempo es más reducido y con las cámaras tipo réflex, prácticamente inexistente.
Pero esta no es la única velocidad que debería importarte a la hora de plantearte si debes cambiar de cámara o no: la velocidad de enfoque, la velocidad de ráfaga, la velocidad a la hora de guardar las fotos en tu tarjeta de memoria (aunque esto depende también de ésta última)...
El flash.
Si usas el flash de tu cámara... ¿estás contento con él? Si no lo usas... ¿es porque no te da lo que necesitas? ¿Dispones de la posibilidad de añadir un flash externo a tu cámara? ¿Te gustaría experimentar con la iluminación externa usando, por ejemplo, un equipo Strobist?
Y por último
Pero, para mí quizás lo más importante de todo: ¿tu cámara actual dispone de controles manuales? La única manera de aprender fotografía de verdad es aprendiendo a controlar una cámara, así que... ¿puedes hacerlo con tu equipo?
¿Ha Llegado el Momento de Comprar una Cámara Nueva?
Después de analizar todo lo que te da tu equipo y todo lo que necesitas (o crees necesitar), has llegado a la conclusión de que podría ser interesante buscar una compañera fotográfica nueva. Eso es lo que tienes que hacer: buscar.
No te dejes llevar por los últimos lanzamientos del mercado o por las cámaras con las máximas prestaciones posibles. Antes de decidirte por un equipo nuevo busca, mira y analiza todas las posibles opciones y valora si te puedes permitir el cambio o si es realmente lo que te interesa hacer.
Si me permites un consejo personal: muchas veces vale más la pena ahorrar y tardar un poquito más en conseguir la cámara perfecta para ti, que correr a comprar una cámara porque está bien de precio o porque en ese momento no puedes permitirte gastar más. Si tienes claro el modelo de cámara que necesitas (sea ésta del tipo que sea) ve a por ella, aunque tardes más en conseguirlo. Al final, saldrás ganando.
Y si, por supuesto, crees que no necesitas dar el paso a una cámara nueva, no lo hagas. Sólo tú puedes decidir qué necesitas para disfrutar más de tu afición y cómo puedes llegar más lejos. Así que si tu cámara actual te da todo lo que pides en una cámara, ¿para qué calentarte la cabeza con un cambio de equipo? Quizás te salga mejor comprar algún complemento nuevo: filtro, trípode, mando a distancia, flash externo... ¡Hay tantas opciones!
Resumiendo...
Si tienes una cámara de fotos que funciona bien y que te permite hacer las fotografías que quieres hacer, no la cambies. Exprime el equipo del que dispongas hasta que se te quede pequeño, hasta que te limite en tu actividad fotográfica, hasta que necesites algo que no pueda darte.
Ese será el mejor momento para plantearte comprar una cámara nueva. No importa si este cambio es simplemente para renovar una máquina que se ha quedado anticuada o para conseguir una cámara mejor. Y si al final das el paso... recuerda que no debes empezar a disparar como un loco con tu nueva compañera!