La vida es un continuo proceso de decisión en el que en el mejor de los casos sólo tenemos 2 caminos y tenemos que decantarnos por uno, con sus ventajas e inconvenientes; pero que supone la renuncia al otro camino (prescindiendo de lo positivo del mismo). En el campo de la fotografía este aspecto de decisión es continuo: vertical u horizontal, focal larga o corta, mayor o menor profundidad de campo, picado o contrapicado, etc.
Estas decisiones pueden no ser demasiado trascendentales. Aunque, a veces, son de tal calado que dependiendo de la decisión suponen un cambio radical, o bien permiten mantener una línea continuista frente a las últimas decisiones que hayamos tomado.
¿A qué viene esta reflexión filosófica? Pues, simplemente, a que considero que se trata de una descripción perfecta sobre la situación en que me encuentro actualmente: en los próximos meses voy a sustituir mi querida Nikon D7000, pero no tengo claro si optar por una cámara de formato completo (full frame), o bien por una cámara de las denominadas 4/3 (cuatro tercios) / micro 4/3 / sin espejo...
Mi Historia Fotográfica
Como ya os he contado en más de una ocasión, comencé en esto de la fotografía de forma más o menos decidida hace más de 12 años con una cámara compacta en la que la gestión de parámetros como la apertura o el tiempo de exposición era muy reducida.
Mis padres, al ver que dedicaba cierto tiempo a esto de la fotografía, me compraron mi primera cámara réflex digital allá por el 2008, una Nikon D60, con un 18-55mm de kit, a los que pronto añadí un focal fija de 50mm, un Nikon SB-600, un trípode y algunos accesorios tipo Strobist como paraguas, trípode de flash, disparadores, etc. Después hice mis primeros pinitos en fotografía de aproximación con tubos de extensión y lentes de aproximación, etc.
Así, después de algo más de 2 años con la D60 consideré que era el momento para, siguiendo en el campo de las APS-C, adquirir un modelo que se podría catalogar como semi-profesional. Era 2011 y la Nikon D7000 suponía una evolución increíble, como ya os comenté, más de 100 veces mejor que mi D60 :)
En los últimos años, 6 para ser exactos, la D7000 me ha dado muchísimas alegrías y me ha permitido progresar gracias a su fantástico rango dinámico, su mayor número de puntos de enfoque, sus modos de disparo en modo ráfaga y, por supuesto, gracias a la incorporación a mi equipo de otras ópticas como un gran angular, un 85mm, un macro, un teleobjetivo largo (70-300) y flashes y disparadores TTL compatibles con Nikon.
¿Y ahora qué? Sí, te prometo que ya he revisado las 6 razones por las cuáles podría resistirme a cambiar mi D7000, y aún así creo que ha llegado el momento de tomar una nueva decisión en cuanto a la compra de una nueva cámara. En mi cabeza hay aspectos que quiero mejorar:
- mayor portabilidad
- mejor respuesta en condiciones de luz reducidas
- nuevas opciones de conectividad
- mejor calidad de imagen
- etc.
Reconozco que algunos de estos aspectos son incompatibles en el abanico de opciones actuales, pero teniéndolos en cuenta, creo que el camino de decisión se bifurca básicamente en dos alternativas:
- El camino del formato completo, obviamente manteniéndome en Nikon, pues es importante la inversión que ya he realizado en lentes y accesorios compatibles con este fabricante. Esta alternativa mejora sin duda la respuesta ante condiciones de luz reducidas y, con las lentes adecuadas, también ofrece la mejor de las calidades.
- El camino de las cámaras 4/3, con las aparentes ventajas de portabilidad y un menor coste en accesorios equivalentes, pero también con menores prestaciones especialmente en cuanto a su respuesta a ISOs altos, o con las menores posibilidades de obtener reducidas profundidades de campo.
Quizás tú te encuentres en una situación similar, así que en los próximos apartados del artículo contrastaré las características de ambos grupos de cámaras para ver lo positivo y negativo de cada uno de ellos.
#1 Visor Electrónico (EVF) Vs Óptico (OVF)
Comenzaremos por comparar el visor que acompaña a las cámaras de formato completo frente al que incluyen las cámaras de 4/3. Las primeras incluyen un visor óptico (Optical Viewfinder), mientras que las segundas tienen uno electrónico (Electronical Viewfinder).
El visor óptico que acompaña a las cámaras de formato completo nos ofrece una cobertura del 100% y, sobre todo, una apariencia más natural y tradicional. Pero carece de información añadida que sí es capaz de incorporar uno electrónico: histograma, resultado en tiempo real (en función de los ajustes seleccionados), ampliación para revisar el plano exacto del enfoque, etc.
Eso sí, quizás el principal inconveniente del visor electrónico, en aquellas cámaras que no disponen de una adecuada implementación de este tipo de visor, es una baja tasa de refresco y problemas de fidelidad con respecto al resultado final. Aunque si te decantas por modelos medio-altos de Sony, Panasonic, Fuji, Samsung u Olympus, por poner algunos ejemplos, puedes olvidarte de muchos de estos inconvenientes.
#2 Enfoque Automático
Una de las principales características que, especialmente para fotógrafos deportivos, aún hace que se decanten por cámaras réflex de formato completo frente a las 4/3 más evolucionadas es su mejor y más rápido sistema de enfoque automático, especialmente cuando hablamos del seguimiento de sujetos en movimiento.
No obstante, modelos profesionales de 4/3 como Olympus OM-D Em-1 Mark II o Panasonic GX8 parecen recortar cada vez más las enormes distancias que existían hace sólo unos años, y empiezan a incorporar sistemas de auto enfoque tipo phase detection, no basándose sólo en contraste como la mayoría de cámaras de cuatro tercios.
#3 Tamaño y Peso
Sin duda, éstos son los aspectos por los que las 4/3 se han abierto paso, pues el tamaño y el peso de estas cámaras realmente sorprenden si los comparamos con los de las cámaras de formato completo. Y no sólo hablamos del cuerpo, sino también de los objetivos (en el caso de los objetivos interviene el menor tamaño del sensor, del que hablaremos posteriormente), que también es muy significativo.
Este tamaño y peso hace que las cuatro tercios sean el formato preferido para aquellos amantes de la discreción propia de disciplinas como la fotografía social o street photography. Y también para aquellos otros que no quieren ir con pesados "maletones" cada vez que quieren llevar 2 ó 3 objetivos distintos.
Eso sí, en función del tamaño de tus manos, el ahorro en peso y tamaño de las cámaras cuatro tercios puede suponer también un problema en términos de ergonomía y facilidad de manejo, botones dedicados, etc.
Como ves, el menor tamaño es una ventaja importante, aunque también puede ser un inconveniente si la reducción de tamaño resulta tan excesiva como para imposibilitar un manejo adecuado. Aunque en este caso, muchos modelos de cuatro tercios ofrecen la posibilidad de adquirir grips que permitan mejorar el agarre y manejo de la cámara añadiendo un peso contenido.
#4 Lentes y Accesorios Disponibles
Aunque cuando Olympus y Panasonic, allá por 2008, decidieron iniciar juntas la aventura de crear el nuevo formato cuatro tercios, el número de ópticas disponibles y accesorios era limitado, hoy día hay una amplia variedad de ópticas para este formato.
Además, a diferencia de lo que sucede con otros formatos, las ópticas de los distintos fabricantes en principio son completamente intercambiables entre cuerpos de distintas marcas, lo que asegura aún más la inversión realizada en lentes.
Por si esto fuera poco, el tamaño del sensor de las cuatro tercios hace que requieran ópticas más contenidas en tamaño lo que redunda en menor peso, como ya vimos anteriormente, y también en menor coste de fabricación. Además, gracias al denominado factor de recorte, podrás utilizar focales más cortas, ya que la equivalencia con el formato completo se va a 2x.
Eso sí, tampoco esperes gangas. Si quieres objetivos de calidad tendrás que pagar cientos de euros y en algunos casos, miles de euros, pero siempre menos que por el equivalente de formato completo. Echa si quieres un vistazo a los dos zooms pro de Olympus: el 12-40mm f/2.8 y el 40-150mm f/2.8, para hacerte una idea del precio que puedes llegar a pagar por las mejores lentes del formato.
Por último, a pesar de lo dicho y aunque el abanico de lentes focales fijas y zooms de todas las distancias para las cuatro tercios están bien cubiertos, la variedad aún no es tan alta como la del consolidado formato completo. No olvidemos que el formato cuatro tercios tiene apenas 8 años.
Y si nos desplazamos, por ejemplo, hacia el campo de la iluminación, la variedad de flashes o disparadores es aún más reducida y limitada en comparación con las cámaras de formato completo.
#5 El Tamaño Del Sensor
Hemos dejado para el quinto punto la más obvia de las diferencias: el tamaño del sensor. Digo lo de obvia porque da nombre a ambos formatos, tanto el completo (basado en el tamaño del sensor de las cámaras analógicas de 35mm) y el cuatro tercios, cuyo tamaño representa un cuarto del completo y proporciona, por tanto, un factor de recorte de 2x.
¿En qué afecta esto? En primer lugar, en los aspectos ya comentados de menor tamaño y lentes menos voluminosas; pero también en la reducción del campo de visión, lo que se traduce en una mayor focal equivalente, como consecuencia del denominado factor de recorte.
Además de la mayor focal, otro aspecto a considerar, que a menudo pasa desapercibido es la profundidad de campo equivalente, a la que también hay que multiplicar el factor de recorte.
Veamos un ejemplo: un objetivo de 25mm f/2.8 sobre una cámara de cuatro tercios permite, en términos de exposición, la misma cantidad de luz que ofrecería sobre un sensor de formato completo, sin embargo, en términos de la profundidad de campo lograda, el resultado ofrecido por la lente sería equivalente al logrado por un objetivo 50mm f/5.6 sobre formato completo. Es lo que se conoce como apertura equivalente.
Por último, decir que el menor tamaño del sensor también afecta a una menor calidad de imagen a ISOs elevados y un rango dinámico más reducido, aunque ambos son aspectos que las cámaras de cuatro tercios están tratando de paliar gracias a procesados de la señal más potentes e inteligentes.
#6 La Profundidad de Campo
Ya lo hemos visto anteriormente, la profundidad de campo que nos proporcionan las cuatro tercios está afectada también por el factor de recorte, viéndose multiplicada por 2 si la comparamos con el formato completo.
Esto resulta un problema cuando buscamos potenciar el bokeh de nuestras imágenes y lograr un fuerte desenfoque en el fondo. Pero también puede convertirse en una ventaja si queremos asegurar que todos nuestros sujetos se sitúen enfocados en una foto grupal, o bien no queremos exigir al máximo la potencia de nuestros flashes.
Veamos un ejemplo de esto último: disparando con el 25mm f/2.8 mencionado anteriormente sobre un sensor de cuatro tercios, logramos un resultado equivalente al de un 50mm f/5.6, pero, en términos de iluminación, el sensor necesita exponer correctamente para una apertura de f/2.8 y no de 5.6.
Si en lugar de pensar en el uso de iluminación artificial, pensamos en luz ambiente, el concepto de profundidad de campo equivalente también puede suponer una ventaja, pues podemos utilizar aperturas que dejan pasar mucha luz (fs bajos), pero consiguiendo profundidades de campo más amplias, que nos asegurarán disponer de sujetos nítidos sin necesidad de reducir el tiempo de exposición (si los sujetos no están en movimiento), o incrementar la sensibilidad ISO.
#7 La Calidad de Imagen
En condiciones de luz adecuadas, te costará mucho distinguir los resultados proporcionados por una cámara de formato completo y una buena cuatro tercios. Eso sí, donde sí es apreciable esta diferencia es cuando la luz empieza a escasear.
El comportamiento de los sensores de 4/3 no es malo, pero en términos de ruido el tamaño sí que importa, así que las cámaras de formato completo, con un sensor que es casi cuatro veces mayor que el de las 4/3 hace que sea difícil competir con él.
Hasta sensibilidades cercanas a los 1600 ó 3200 ISO, las cuatro tercios resisten la comparación. Sin embargo, todo lo que exceda estas sensibilidades, pone de manifiesto las limitaciones de un menor tamaño de sensor.
Eso sí, recuerda que gracias a la mayor profundidad de campo equivalente de las 4/3 y a los potentes sistemas de estabilización de imagen de muchas cámaras de este formato, si disponemos de objetivos suficientemente luminosos y los abrimos al máximo y bajamos el tiempo de exposición, podremos reducir considerablemente el nivel de sensibilidad ISO necesario.
#8 El Precio
A pesar de lo que muchos puedan pensar, y aunque la diferencia entre formato completo y cuatro tercios sea considerable, las cuatro tercios no son cámaras "de juguete" y, por tanto, sus precios deben ser acordes a las posibilidades que nos ofrecen.
Es cierto que podemos encontrar cámaras de cuatro tercios a partir de los 300 Euros, pero si realmente queremos cámaras de este formato que puedan suponer una alternativa, o al menos acercarse a algunas de las prestaciones que nos ofrecen las cámaras de formato completo, no deberemos escatimar ni en el cuerpo, ni en los objetivos.
Si comparamos, por ejemplo, los dos modelos que yo ahora mismo me estoy planteando, éstas serían las diferencias en precio:
- Formato Completo: Nikon D750 (1.800 Euros) + Tamron 24-70 f/2.8 (1.000 Euros) + Tamron 70-200 f/2.8 (1.400 Euros) = 4.200 Euros.
- Formato 4/3: Olympus OM-D EM-5 Mark II (900 Euros) + Olympus M.Zuiko 12-40 f/2.8 (800 Euros) + Olympus M.Zuiko 40-150 f/2.8 (1.000 Euros) = 2.700 Euros.
Como ves, la diferencia se sitúa entre un 30% y un 40% a favor de la opción 4/3. Aunque hay que advertir la mayor calidad de la combinación réflex elegida, ya que probablemente habría sido más justo comparar con la EM-1 Mark II de Olympus. Sin embargo, su comercialización en España aún no está muy extendida, de ahí que no la hayamos incluido en la comparación.
Por último, también conviene advertir que el zoom tele de la opción 4/3 tiene mayor alcance equivalente (80-300) que el FF elegido.
#9 Otros Aspectos: Autonomía, Vídeo, Conectividad, Estabilización...
Además de las diferencias indicadas, existen otros elementos que también diferencian a estos formatos. Por ejemplo:
- La autonomía de las baterías de las 4/3 es más reducida, tanto por el tamaño de éstas (en consonancia con el tamaño de los cuerpos), como por la necesidad de estar continuamente alimentando el EVF.
- La calidad de imagen en los vídeos que ofrecen las cámaras de formato completo es muy elevada, pero en términos de estabilización de imagen las cámaras 4/3 están un paso por delante.
- En términos de conectividad, cada vez son más las opciones que ofrecen las cámaras de uno y otro formato, aunque las 4/3 destacan por mayores opciones de conectividad con opciones como: WiFi (presente también en muchas cámaras de formato completo), Bluetooth, NFC, etc.
- Aunque lo comentaba anteriormente, los sistemas de estabilización de imágenes incluidos, por ejemplo, en los cuerpos de la gama OM-D de Olympus (de 5 ejes) son una auténtica pasada. Y lo mejor de todo es que están en el cuerpo, por lo que cualquier objetivo que se monte se beneficiará de este sistema.
- La resolución de imagen, en función del destino de nuestras fotografías, también puede resultar diferencial. En este sentido, las cámaras de formato completo ofrecen un mayor número de megapixels y, por tanto, mayores posibilidades de impresión a grandes formatos, situándose prácticamente siempre por encima de los 20 Megapixels. Por su parte, en el caso de las 4/3, la resolución más habitual se encuentra en torno a los 16.
Éstos son sólo algunos apuntes, aunque hay muchos más. Seguro que me ayudas en la sección de comentarios a completarlos, ¿a que sí?
#10 Tu Punto De Partida
Además, de las diferencias inherentes a ambos formatos, otro aspecto a considerar es el punto de partida de cada fotógrafo. Como decía al inicio, yo vengo de una trayectoria de más de 9 años con cámaras réflex digitales de Nikon y con un equipo que sería compatible, en muchos casos, con una cámara de formato completo de esta marca.
Para otros fotógrafos cuyo bagaje y equipo dentro del mundo de las réflex digitales sea inferior, quizás el salto al formato 4/3 pueda no suponer tanto un romper y volver a empezar, como lo supone para mí en este momento. Aunque hay que destacar la existencia de muy buenos conversores de objetivos réflex a 4/3, eso sí, nunca ofreciendo todas las posibilidades de comunicación que ofrecen para sus formatos nativos.
Por otro lado, si contemplamos esta nueva adquisición como un segundo cuerpo y no como un sustituto, quizás la inversión previamente realizada no se perciba como un desperdicio, sino como otra opción de la que dispondremos cuando la necesitemos. Aunque las diferencias actuales entre APS-C y 4/3 sí que me inclinan a decantarme claramente por este último formato, por lo que para mí no tiene mucho sentido mantener estos dos formatos.
La otra alternativa sería deshacerme en el mercado de segunda mano tanto del cuerpo como de los objetivos propios de formato APS-C, para reducir el coste de adquisición del equipo de formato completo, o incluso para empezar a manejar un equipo con dos cuerpos que sí que veo realmente complementarios FF y 4/3. Aunque en este caso la inversión, a pesar del retorno del mercado de segunda mano, sería aún mayor.
#11 ¿Conclusión?
Como toda decisión importante, supone una incertidumbre y, sobre todo, el vértigo propio de un salto que puede o no ser equivocado y que podría suponer un cambio radical. Ésta es la situación en la que me encuentro y quería compartirla contigo por si te encuentras como yo (y puedo haberte aportado algún argumento que no contemplabas), o por si estuviste así hace algo de tiempo y tomaste una decisión.
¿Por qué no nos cuentas tu opinión al respecto?, ¿has realizado alguna vez este salto que yo aún no me atrevo a dar?, ¿resultó bien?, ¿en qué formato aterrizaste y por qué? La experiencia de otros resulta muchas veces ese pequeño empujón que necesitamos para decidir y yo ahora necesito que alguien me lo dé. ¿Puedes ser tú?
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