Si te gusta la fotografía de naturaleza y vives cerca del mar estás de enhorabuena, puesto que tienes a tu alcance la posibilidad de conseguir unas fotografías verdaderamente espectaculares. Eso sí, a continuación te voy a dar una serie de consejos a tener en cuenta antes que alguna ola acabe cubriendo todo tu cuerpo, y lo peor, tu equipo fotográfico.
Si de verdad quieres conseguir unas fotografías de costa impresionantes tienes que pensar que cuanto más cerca estés del agua mejor. Pero para ello tienes que conocer bien la zona e ir preparado.
Dentro de la fotografía de costa podríamos encontrarnos con distintos entornos. Por ejemplo, las playas de arena sería lo más sencillo pero también lo menos espectacular, puesto que normalmente no hay muchos elementos con los que componer. Luego estarían las playas de roca, que dan mucho más juego. Podemos encontrar playas donde las rocas están pulidas por el mar, creando unas formas redondeadas casi perfectas. Por otro lado, están las rocas escarpadas, creando formas muy diferentes entre sí.
¿Conoces el estado de las mareas?
La diferencia de altura en pleamar y en bajamar puede ser muy grande.
Hay que conocer el terreno antes de ponerse a hacer fotos y sobre todo, dependiendo del mar en el que estemos, hay que contar con las mareas. Por ejemplo, la marea en el Mar Mediterráneo apenas cambia a lo largo del día. Sin embargo, las playas del Atlántico suben y bajan varias veces al día, lo que se conoce como bajamar y pleamar. La diferencia de altura puede variar en metros, poniéndonos en un grave aprieto si no hemos tenido esto en cuenta. Sabiendo a qué hora baja y a qué hora sube (tarda horas en subir y bajar) no habrá ningún problema.
Para saber toda esa información se puede consultar diversas webs o apps como por ejemplo tablademareas.com.
Pero aparte de la seguridad, es importante saber la altura del agua puesto que el entorno cambia completamente y puede que nuestra roca esté tapada por el agua a la hora que habíamos planeado fotografiar. Por lo tanto, una planificación a largo plazo es determinante si queremos fotografiar un lugar concreto al amanecer o al atardecer.
Equípate bien y disfruta
18mm, f/16, 3,2 segundos, ISO 50. En esta ocasión no tenía a mano el filtro ND así que tuve que cerrar el diafragma y reducir el ISO para poder aumentar el tiempo de exposición.
El hecho de estar muy cerca de la roca del primer plano hace que puedan pasar cosas como esta, de ahí que sea necesario ir bien equipado. Las olas eran normales, sin embargo, hay que tener en cuenta que tras un número de olas normales suele llegar una más grande.
La estación ideal para hacer este tipo de fotografía sería el verano, puesto que no necesitas ningún tipo de equipación especial. Si estás en una playa de arena es suficiente con ir descalzo, de manera que no pasa nada si te acercas a la orilla y se acerca una ola. Si es de roca, podemos comprarnos unos escarpines para no hacernos daño en los pies.
Si por desgracia no hace tanto calor como para que el agua no nos congele los pies tendremos que optar por otras opciones, como puede ser un vadeador o unas botas de pesca altas.
Gracias al vadeador te puedes meter dentro del agua y obtener puntos de vista únicos. Eso sí, siempre pendiente de las olas y sin necesidad de correr riesgos.
Sin duda, la mejor opción y la más aparatosa es el vadeador. Con el vadeador prácticamente te olvidas del agua y te concentras en fotografiar puesto que ya no te vas a mojar. Con las botas altas también te puedes olvidar en cierta manera, aunque no puedes adentrarte mucho en el mar, pero sobre todo no puedes agacharte.
Por supuesto, no hace falta llegar siempre hasta la orilla. Muchas veces podemos situarnos sobre una roca o un punto más elevado desde el que tengamos una buena perspectiva.
¿Qué equipo utilizar?
Un vadeador y los filtros suelen ser imprescindibles para conseguir fotos impactantes en la costa.
Una técnica de fotografía que suele llamar mucho la atención cuando fotografiamos el agua suele ser la larga exposición a través de filtros de densidad neutra. Gracias a esto conseguimos plasmar un "efecto seda" debido al movimiento del agua durante la exposición. Este tipo de fotografías pueden transmitir sensación de paz o tranquilidad, sensación de movimiento, una atmósfera diferente.
Así que un elemento indispensable es el trípode. Hay que asentarlo bien en la arena, puesto que lo normal es que las olas golpeen las patas, creando trepidaciones echando al traste nuestras fotografías. Además, precisamente ese momento es el que esperamos para disparar. Lo recomendable es plantarlo bien una vez tenemos el encuadre deseado y apretarlo bien pero con cuidado de no romper una pata. También es recomendable utilizar un disparador, precisamente para evitar que la foto salga movida.
Lo habitual en este tipo de fotografía es utilizar el tipo de composición sujeto y fondo, por lo que se suele utilizar un objetivo gran angular con el fin de capturar un objeto (una piedra, roca, planta, etc..) en el primer plano y un fondo. Para que esté todo enfocado será necesario cerrar bastante el diafragma y utilizar la hiperfocal, ya que normalmente estaremos muy cerca del primer plano.
El efecto seda o agua en movimiento es un arma que podemos utilizar a nuestro favor para reforzar nuestra composición. Por ejemplo, podemos simplemente configurar un tiempo de exposición lo suficientemente largo (con 30 segundos es suficiente) para que todo el agua aparezca como si de niebla se tratase para crear un ambiente zen.
50mm, f/11, 25 segundos, ISO 100, filtro GND y filtro ND de 6 pasos.
Sin embargo, podemos configurar un tiempo de exposición más lento con el fin de capturar el movimiento de una ola que se acerca a nosotros. Este movimiento del agua trazará formas diferentes cada vez, y variará en función del tiempo que configuremos y la velocidad que lleve la ola. Así que una vez hemos observado el movimiento de las olas debemos probar a disparar en el momento justo y con distintas velocidades (si la ola es rápida bastará con una fracción de segundo).
Para poder aumentar los tiempos de exposición es necesario utilizar filtros de densidad neutra, ya que estas fotografías se realizan de día. Si las hacemos a plena luz del día recomiendo utilizar filtros que resten por lo menos 10 pasos de luz. Sin embargo, si estamos en horas crepusculares necesitamos filtros que resten menos pasos. Yo suelo utilizar un filtro circular de 4 pasos, sin embargo, llega un momento en el que hay tan poca luz (una vez se pone el Sol) que lo tengo que quitar. Esto implica tener que quitar los filtros y el portafiltros, por lo que recomiendo utilizar los filtros cuadrados, que podemos poner y quitar más fácilmente. Los filtros de densidad neutra que dan mejor resultado hoy en día son los Firecrest de Hitech, puesto que no tienen dominante de color y no viñetean (oscurecimiento en las esquinas).
Filtro Hitech Firecrest de 6 pasos salpicado por una ola al chocar contra una roca.
Si no se dispone de ningún filtro ND entonces se puede cerrar el diafragma al máximo, aunque habrá que tener en cuenta que cualquier mancha en el sensor aparecerá, por lo que se recomienda hacer una limpieza a fondo antes de salir a fotografiar.
Un buen momento es justo cuando se acerca la ola. Aunque para captar la espuma que deja el mar no hay nada como esperar el efecto de retroceso. Este movimiento crea formas curiosas en los objetos, rodeándolos.
Efecto retroceso de una ola creando una línea curva irrepetible que ayuda a guiar la mirada hasta la roca del primer plano, y después hasta el fondo. El tiempo de exposición fue únicamente de 0,6 segundos.
Como decía antes, el tiempo de exposición y el momento en el que disparemos será determinante para obtener un resultado u otro. Además, no hay dos olas iguales, por lo que es posible que volvamos a casa con varios encuadres idénticos con olas diferentes.
Si fotografiamos durante la puesta de sol o el amanecer necesitaremos unos filtros degradados, y para sujetar nuestros filtros serán imprescindible disponer de un portafiltros.
Pero no todo es fotografiar el primer plano, ya que podemos utilizar un teleobjetivo para recortar algo que nos interese, como una roca con forma peculiar mientras amanece.
Limpieza
Este tipo de fotografía es muy espectacular y no hay dos fotografías iguales, sin embargo, requiere de mucha paciencia. Cuando fotografiamos la naturaleza hay que tener en cuenta que no estamos en un estudio, a salvo de los elementos, y que nuestro equipo puede ensuciarse o mojarse, como es el caso.
Cuando estamos fotografiando con olas que van y vienen es más que probable que el agua nos salpique mojando nuestros filtros. A partir de este momento hay que saber que tenemos que limpiarlos a conciencia puesto que la sal crea una capa como de halo y todas nuestras fotografías empezarán a tener falta de nitidez, los contornos de las cosas tendrán falta de definición, como una bruma. En definitiva, que no podremos seguir haciendo fotos a menos que quitemos, cambiemos o limpiemos los filtros.
En la primera fotografía se estaba usando un filtro que había sido salpicado por el agua y "limpiado" por un trapo. Como se puede ver, al cambiar el filtro por otro limpio, la diferencia es clara.
Para limpiarlos no es suficiente con un trapo, puesto que lo único que hará será esparcir la suciedad por todo el filtro. Por eso, para estos casos lo que hago es comprar toallitas húmedas para limpiar las gafas. Además, son de un sólo uso, por lo que la suciedad no la voy arrastrando de un filtro a otro.
Este tipo de fotografía puede llegar a ser muy tediosa y desesperante, así que hay que tomárselo con filosofía y tranquilidad. Buscar un buen encuadre y esperar al momento adecuado. Si se nos moja un filtro, que pasará, podemos aprovecharlo para utilizarlo de "escudo" y cuando tengamos todo listo cambiarlo por uno limpio. El resultado valdrá la pena.