Aunque muchos otros animales pueden aprender órdenes y trucos, los perros suelen ser las mascotas más pacientes y que más toleran nuestras "monerías". Eso nos abre un sinfín de posibilidades fotográficas para llevar a la práctica con ellos: desde fotografías más naturales para capturarlos plena en acción, como sesiones planificadas en estudio e incluso con atrezzo.
En este artículo veremos y analizaremos diferentes fotografías con perros para que puedas inspirarte, y veremos al final un caso práctico para que aprendas paso a paso cómo realizar una sesión fotográfica con tu mejor amigo peludo.
1. Descubriendo el Mundo
Iluminación difusa, tonalidades cálidas y una escasísima profundidad de campo son la combinación perfecta para conseguir una fotografía tan dulce como esta. Si quieres transmitir ternura, sin duda esta combinación de factores es una apuesta segura que nunca falla.
Por otra parte, algo también muy importante es colocarse a la altura de los ojos del perro, para mostrar el mundo desde su perspectiva. Además esto ayuda a crear una bonita profundidad en la toma, ya que si disparamos desde nuestra altura, el fondo de nuestra fotografía será el suelo.
En cambio, poniéndonos a la altura del perro, el fondo estará mucho más alejado y conseguiremos un desenfoque mucho más pronunciado si disparamos con una profundidad de campo escasa. Esto contribuirá a romper con la bidimensionalidad de la fotografía y dotarla de una gran profundidad.
2. Libertad
Sin duda, una de las fotos más divertidas que puedes hacer con un perro es capturarlo corriendo. Sus caras de felicidad y sus poses dinámicas siempre son geniales.
Para ello deberás aumentar bastante la velocidad de obturación para congelar el movimiento del perro, y configurar tu enfoque automático en modo de seguimiento para disparo continuo (normalmente denominado AF-C) para poder disparar en ráfaga sin perder el foco.
En este caso, además, se ha usado una profundidad de campo escasa para focalizar más todavía la atención en la cara del perro. Se ha conseguido reducir tanto gracias a una distancia focal larga y a una apertura de diafragma amplia.
3. Road Trip
Son muchos los perros que disfrutan enormemente asomándose a través de la ventanilla de un coche, y puedes aprovechar esos momentos de felicidad para capturar sus mejores caras.
Eso sí, si quieres realizar la captura con el coche en marcha deberás disparar a una velocidad muy rápida si pretendes congelar el fondo, tal y como se ha hecho en esta fotografía. Con una velocidad más lenta, el fondo aparecerá movido, cosa que no tiene por qué ser mala, puede darle a la toma una sensación de velocidad muy interesante también.
4. ¡Agua!
Algo que también adoran muchos perros es jugar con agua. Y, además, las gotitas de agua pueden darnos muchísimo juego para jugar con el bokeh.
En esta fotografía, se han empleado los 3 factores que influyen sobre la profundidad de campo para reducirla lo máximo posible:
- Se ha usado una distancia focal larga.
- Se ha abierto el diafragma mucho.
- La distancia del sujeto a la cámara se ha reducido para captar un primer plano del perro.
Gracias a esta escasa profundidad de campo, el plano de enfoque es muy estrecho y el agua lanzada con la manguera queda a diferentes alturas, creando este desenfoque tan atractivo con gotitas de diferentes tamaños.
Como ves, se ha disparado a una velocidad bastante rápida, no solo para congelar el movimiento del perro sino también para congelar las gotitas en el aire.
5. ¡Mlem!
No solo tenemos que centrarnos en fotografiar al perro en su totalidad, sino que podemos hacer tomas más cercanas e incluso tomas macro de diferentes partes: sus ojos, su nariz, sus almohadillas...
En esta fotografía nos encontramos un caso muy interesante: el enfoque se ha situado en los ojos del perro para darle énfasis a esa mirada, que probablemente esté viendo alguna chuche, por su expresión. Sin embargo, aun desenfocada la lengua gana un gran protagonismo, tanto por su cercanía a la cámara como por su contraste de color.
6. White
Jugar con el color es una manera espectacular de conseguir que nuestras fotografías llamen la atención. En este caso, se ha buscado resaltar el mimetismo del perro blanco con el paisaje nevado. Los paisajes nevados siempre pueden ayudarnos a crear capturas muy minimalistas y armónicas gracias la homogeneidad de la que dotan a todo el paisaje.
Sin embargo, que la cabeza del perro haya coincidido con los árboles oscuros no es casualidad. El fotógrafo ya ha buscado bien el encuadre para que la parte más importante (la cabeza del perro) resalte en este paisaje nevado y no se pierda entre tanto blanco.
Por otra parte, también es interesante remarcar que esta fotografía sigue la ley de la mirada, una de las reglas de composición más básicas que nos dice que cuando capturamos a un sujeto en movimiento, debemos dejar más espacio (llamado "aire") hacia la zona a donde se dirige ese sujeto, para acompañar el movimiento y crear una toma más dinámica.
7. Otoño
Otra fotografía que juega con el color, pero en este caso buscando el contraste de colores para llamar la atención. El amarillo destaca muchísimo sobre las tonalidades en blanco y negro del hocico del perro, y además contrasta con el verde intenso del fondo.
En esta fotografía, al igual que te comentaba antes, no vemos al perro en su totalidad. Nos centramos en su nariz, que junto con la hojita son los únicos elementos que aparecen nítidos en la toma y que, por tanto, se llevan todo el protagonismo.
8. ¡Dame mi Juguete!
Jugar con los diferentes tipos de plano y ángulos siempre puede darnos mucho juego para conseguir fotografías diferentes y originales. Aquí se ha decidido disparar en un ángulo cenital, es decir, disparando desde arriba, de forma perpendicular con el suelo, para captar este ángulo tan interesante del perro mientras juega.
Además, se ha situado en primer término la mano del fotógrafo estirando del juguete para transmitir una visión en primera persona, lo que dota a la toma de profundidad y tridimensionalidad.
La escasa profundidad de campo, por otra parte, nos ayuda a centrar la atención justo en lo que interesa: la cara del perro.
9. Barrido en la Playa
El barrido es una técnica muy interesante que consigue fotografías con un dinamismo y una sensación de velocidad únicos. Y practicarlo con nuestros amigos peludos puede ser una experiencia muy divertida y que nos puede proporcionar capturas impresionantes.
La técnica del barrido consiste en disparar a velocidades más lentas de lo que en realidad necesitaríamos para congelar el movimiento del sujeto fotografiado, pero debemos acompañar el movimiento del sujeto con nuestra cámara, a la misma velocidad y en la misma dirección. Con ello, conseguimos congelar al sujeto y crear un fondo movido, que transmite perfectamente esa sensación de movimiento tan especial.
Ya te contamos paso a paso cómo realizar un barrido, así que si te interesa esta técnica te recomiendo que le eches un vistazo a nuestro artículo: "6 Consejos para Hacer un Buen Barrido Fotográfico".
Además, realizamos esta fotografía precisamente en un Fototip de nuestra Zona Premium, donde te explicábamos con todo lujo de detalles cómo conseguir un buen barrido. ¡Te dejo un pequeño fragmento por aquí para que puedas verlo!
Por otra parte, al igual que la fotografía del perro en la nieve, observa que aquí también se ha seguido la ley de la mirada, dejando más aire en la parte derecha de la toma, hacia donde se dirige el perro. Además, también se sigue la regla de los tercios: el horizonte se sitúa en el tercio superior y el perro queda en la parte izquierda de la toma, coincidiendo con los puntos fuertes que marca esta famosa regla de composición.
10. Dog Model
Como te comentaba antes, los perros aprenden fácilmente órdenes como sentarse o quedarse quietos, algo ideal para poder realizarles sesiones fotográficas más controladas. Aun así, deberás armarte de paciencia porque normalmente los perros aguantan poco rato en estas poses tan graciosas, así que ser rápido, paciente y disparar en ráfaga serán tus mejores armas para conseguir capturas en las que tu perro parezca un auténtico modelo.
En este caso, además, se ha jugado con colores complementarios para que los tonos marrones y amarillos del perro y su outfit destaquen por encima del azul intenso del fondo de estudio.
11. Newborn
Nuestros perros son como nuestros pequeños bebés peludos, y como tal nos morimos de ganas por fotografiarlos como si de nuestros hijos se trataran. ¿Qué mejor que hacerles una sesión newborn cuando son cachorritos para tener un recuerdo para toda la vida?
En este tipo de sesiones a bebés siempre se busca una escasa profundidad de campo y unas tonalidades muy neutras para transmitir esa ternura y suavidad, con un toque casi onírico. En esta fotografía se ha jugado con esos mismos factores para crear una fotografía muy dulce de este precioso cachorrito.
12. El Mejor Regalo
Y es que sin duda el atrezzo puede darnos fotografías únicas, muy atractivas, tiernas e incluso divertidas. Sobre todo en momentos festivos del año, hacer una sesión temática con nuestro peludo puede ser una buena manera de practicar, de pasarlo bien, de conseguir una gran fotografía y de obtener un recuerdo único para toda la vida.
¡Y además nos puede servir también para felicitar las fiestas a la familia!
Nosotros también lo hicimos en Navidad para crear una bonita tarjeta de felicitación navideña. ¿No lo recuerdas? ¡Échale un vistazo al artículo y al Fototip! → Aprende a Crear tu Propia Felicitación Navideña y Descarga Nuestra Plantilla.
13. Perrhijo
Como te comentaba antes, nuestros perros son como nuestros hijos, "perrhijos" les llama mucha gente y no les falta razón. Los mimamos como parte de la familia que son.
Y esos momentos tan tiernos e íntimos también pueden ser inmortalizados en una preciosa fotografía como esta. Lo mejor en estos casos es la naturalidad y la espontaneidad, así que no fuerces estas escenas. Espera pacientemente el momento perfecto, ¡y dispara! Conseguirás tomas mucho más tiernas y naturales.
14. ¡Splash!
A muchos perros no solo les encanta jugar con el agua, también adoran literalmente lanzarse de cabeza a la piscina o al mar. Congelar el momento en el que el perro salta al agua puede proporcionarnos fotografías muy interesantes, tanto por las poses del propio perro como por las formas de la salpicadura del agua.
Pero si además consigues fotografiar ese momento, mitad dentro del agua y mitad fuera, ¡puedes obtener tomas increíbles! ¿Cómo se ha conseguido esta toma? Se ha usado una GoPro para poder disparar desde dentro de la piscina, pero con un accesorio muy especial: el Dome.
Este accesorio es una cúpula que nos permite conseguir de manera muy fácil estas tomas mitad dentro y mitad fuera del agua, y además distorsiona ambas partes para eliminar ese "efecto lupa" que se crea debajo del agua, haciendo que coincidan perfectamente.
15. Silueta al Atardecer
Esta fotografía junta dos elementos muy interesantes con los que siempre nos gusta jugar en fotografía: las siluetas y los reflejos.
Sin duda son dos factores que consiguen atraer la atención totalmente, y pueden ayudarnos a conseguir capturas geniales, jugando con la composición y la simetría. Así que no esperes a que aparezcan por sí solos: ¡búscalos!
Un Caso Práctico
Y para terminar, quiero mostrarte un caso práctico que hice hace muy poquito, con mi nuevo miembro de la familia: esta preciosa peludita llamada Katla, que también es la protagonista de la portada de este artículo.
Hacerle fotos a un cachorro es mucho más complicado que hacérselas a un perro adulto, principalmente por dos motivos:
- Suelen tener una energía infinita, lo que complica más la tarea de que se queden quietos y nos miren.
- Todavía no conocen las órdenes básicas de sentarse o estarse quietos.
Pero aun así, vale la pena armarse de paciencia e intentarlo, porque se consiguen fotografías preciosas que serán un recuerdo para toda la vida. Porque esta fase dura tan poquito y crecen tan rápido, que es una lástima dejar que pase sin fotografiarla como es debido.
Eso mismo pensé yo, así que con solo 3 mesecitos cogí a la pequeñaja y me la llevé al jardín, dispuesta a conseguir al menos una buena fotografía con la que recordar esta preciosa etapa. Tenía claro que quería desenfocar el paisaje para crear un bokeh muy atractivo y centrar la atención en la perra, por eso elegí utilizar mi 50 mm. y disparar a su máxima apertura de diafragma: f/1.8.
Me tumbé en el suelo para ponerme a la altura de sus ojos y de paso también desenfocar el césped que quedaba en primer término, para darle más profundidad a la toma. Situé la velocidad de obturación en 1/1600 seg., no solo para congelar cualquier movimiento de la perra (que no paraba quieta ni un instante) sino también para compensar esa gran entrada de luz que suponía estar disparando con un diafragma tan abierto. En realidad para congelar los movimientos de la perra no sería necesaria tanta velocidad, pero había que jugar con el triángulo de la exposición para que la toma no se quemase.
A partir de aquí tuve que utilizar el accesorio más importante para este tipo de sesiones: ¡la paciencia! Ten en cuenta que un perro hace lo que quiere y cuando quiere, sobre todo cuando es cachorro y ni siquiera ha aprendido las órdenes más básicas. Pero no desesperes, ¡persevera y vencerás! Lo mejor es usar el modo ráfaga para que no se te escape ningún momento, porque en estas situaciones las buenas fotografías duran literalmente un instante.
Fue difícil que la perra me mirase directamente a cámara, porque cuando la llamaba o hacía algún ruido para llamar su atención, directamente se levantaba y venía corriendo a por mí. Estaba obsesionada con que me mirase y, al final, esta fotografía es una de mis favoritas de la sesión, que no está mirando a cámara. Su expresión, su mirada y su carita de felicidad me encantan, y además se le ve claramente esa manchita rosa que tiene en la nariz y que tanto me gusta. Así que no te obsesiones siempre con que el perro mire directamente a cámara y estate preparado para captar cualquier expresión como esta.
Finalmente, también me gustaría explicarte la foto de portada, que como te comentaba la hice durante esta misma sesión y tiene exactamente los mismos parámetros que la que acabamos de ver.
Siempre me han encantado las fotografías en las que aparecen cachorritos minúsculos en objetos como tazas o regaderas, porque todavía se ve mejor lo pequeñitos que son. Sin embargo, con una perra que pesará de adulta unos 40 o 50 kilos, esto no era viable. A sus 3 meses pesaba ya más de 6 kilos y era imposible que cupiera en ningún objeto pequeño de la casa. ¡Así que decidí fabricarlo yo misma! Imprimí en 3D esta taza gigante para poder conseguir mi fotografía soñada.
Es una tontería, pero te lo quería contar para que veas que no tienes por qué desechar una idea por pensar que es imposible. Busca siempre la manera de darle una vuelta a esa idea para conseguirlo. ¡Vale la pena intentarlo!