La fotografía es sencilla: salimos al campo, las calles de nuestra ciudad, un viaje...etc., hacemos mil fotos y cuando regresamos a casa, siempre hay alguna que nos gusta. Así comienzan nuestros primeros éxitos en la fotografía. Pero, ¿qué ocurre cuando dominamos la técnica, estamos contentos con nuestros resultados pero queremos algo más y queremos comenzar a contar historias de algún modo?. La fotografía es comunicación visual, no nos cansaremos de decirlo y como cualquier otro idioma podemos aprenderlo y comunicar con él.
En mis viajes y expediciones he fotografiado de todo, pero aunque jamás dejará de impresionarme la grandeza de la naturaleza salvaje, nada me ha conmovido más con los años y la experiencia que el ser humano. No hay mejores historias que aquellas en las que los seres humanos son protagonistas. Por eso, aquí os dejo algunos consejos para mejorar vuestra fotografía documental. ¿Quieres acompañarme?
Identifica el Centro de Interés
Para contar una historia en una o varias fotografías, debes identificar el sujeto o interés de la fotografía. Para ello, no necesitas irte al otro lado del planeta: practica con aquellos que tengas cerca: tus abuelos, tus hijos, amigos...etc. Hay muchas historias cotidianas que nunca dejan de ser interesantes: un día en el trabajo, la vida de un anciano...etc. Esta práctica te será de gran ayuda a la hora de elaborar tus historias en territorios fuera de tu zona de confort.
Hay fotógrafos con talento, pero uno de los motivos por los que esta disciplina artística es tan popular es porque todos podemos aprenderla y comunicar a través de ella a nuestra manera. Es cuestión de práctica, y los fotógrafos con más experiencia y talentosos siempre os confesarán que no hay mejor ayuda para alcanzar una buena fotografía y una comunicación clara que mucha práctica. Que no os asuste hacer malas fotos, lo importante es repetir y repetir.
Investiga Todo lo que Puedas
Estudia aquello que quieres fotografiar. Plantéate si quieres contar una historia en una sola fotografía a través de un retrato o en una serie de imágenes. Una buena documentación te facilitará la tarea. Cuando quieres documentar una historia en fotografía, el trabajo empieza mucho antes de coger la cámara. Cuando más conozcas a tus sujetos, mejores historias podrás contar con tus fotos.
Dale Forma a la Historia que Quieres Contar
Una historia debe tener una introducción, desarrollo y conclusión. Piensa cómo vas a presentar tus imágenes. Lo mismo que cuando escribes una redacción o una novela, debes plantear tus localizaciones, protagonistas y una línea argumental. Con distintos encuadres, ángulos y distancias podrás ir configurando cada capítulo de la historia.
Aprende de Trabajos de Otros Compañeros
Hay grandes series de fotos y muchas historias se cuentan a diario. Ver imágenes te ayudara a aprender, eso si, busca fuentes fiables que presenten trabajos de calidad. Ver fotos ayuda, y ayuda mucho. Copiar estilos es una buena forma de comenzar a buscar tu firma personal, eso que haga de tu trabajo algo diferente y personal.
Cuando domines una técnica o un tipo de enfoque de un modo natural, querrás desarrollarlo y terminarás dándole tu toque personal. Lleva tiempo pero, cuando comiences a hacerlo, será una señal de que tu fotografía evoluciona.
Mantén un Proceso de Edición Igual en Toda la Serie
Ayuda a la continuidad de la historia, es decir, que la postproducción de las imágenes de la misma serie no haga que difieran unas de otras.
Cuando tengas tu historia, debes pensar en la edición que realizarás en las fotos: todos los ajustes deben estar en la misma línea para que, cuando pasemos de una fotografía a otra, no dé la sensación de que estábamos viendo trabajos distintos. Debes mantener al público en la misma historia.
Recuerda que en fotoperiodismo y en la fotografía documental, tendemos sólo a realizar ajustes básicos en las fotos. Siempre perseguimos una fotografía real y nunca manipulamos la escena de una fotografía.
Si Tienes Tiempo, No lo Dudes, Inviértelo en tu Historia
Para mí el tiempo y el lugar de una serie de fotografías es muy importante, cuanto más tiempo inviertas en ellas mejor resultado obtendrás. Si tienes tiempo, inviértelo en tu historia. La prisa suele ser una mala compañera a la hora de contar historias. Apuesta siempre por menos fotografías pero de más calidad.
Cuanto más tiempo pases en un lugar más posibilidades tendrás de conseguir una mejor fotografía, así que, si tienes que elegir entre muchas fotos pero poco tiempo en muchos lugares o menos fotos en menos lugares, yo siempre elegiría la segunda opción. Es preferible una historia contada en 8-12 fotos buenas que en 24 fotos flojas de contenido.
Sin embargo, nunca dudes a la hora de realizar una foto, no pienses que tendrás una segunda oportunidad. Si te marchas de un lugar sin la foto que necesitas para tu historia puede que no la consigas nunca. Incluso si no es la mejor foto, hazla. Es mejor tener algo que nada.
Piensa que cada oportunidad será la última. Si tienes tiempo y consigues la foto que quieres repítela, búscala desde distintos ángulos, no hace daño querer mejorar una fotografía bien hecha.
Cuando estés sobre el terreno y decidido a contar una historia, siempre debes estar preparado. Tú sólo controlas una parte del proceso, por lo tanto, siempre debes estar alerta, ya que nunca sabes qué variables pueden cambiar.
Recuerda que, en muchas ocasiones, los fotógrafos tenemos que ser más que fotógrafos, y se nos pedirán otras aptitudes y cualidades que no sólo las técnicas (fotográficamente hablando), así que alerta, siempre alerta. Ser paciente y observador es extremadamente importante. En muchas ocasiones no encuentras nada que fotografiar durante horas o simplemente no ocurre nada, entonces, te relajas y cuando llega la acción si no estás atento, la oportunidad pasará de largo.
Si sospechas que en un lugar se desarrollará una escena importante, un lugar donde se reúnan los protagonistas de tu historia, acude allí. Sé discreto y paciente, cuando llegue el momento haz la foto. Para encontrar ese instante decisivo tan importante para el fotoperiodismo hay que ser un fotógrafo despierto.
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