¡Qué fascinantes son los ojos! ¿verdad? Al margen de sus funciones fisiológicas y de sus complejidades, los ojos son esenciales para la comunicación no verbal y la expresión. Aunque también juegan un papel esencial en las cualidades estéticas del rostro humano.
¿Cuántas veces hemos escuchado que 'los ojos son el espejo del alma'? Eso es porque son capaces de reflejar nuestras emociones, nuestros miedos e incluso de mandar mensajes sin palabras. En este artículo queremos enseñarte a fotografiarlos, pero esta vez desde cerca, desde muy muy cerca.
Cómo Fotografiar el Iris de los Ojos Humanos
Cuando vemos un globo ocular desde tan cerca muchas veces sentimos una mezcla emociones que van desde el temor a la fascinación. Nos preguntamos ¿yo también tengo un iris con esas texturas tan extrañas? Si te fijas y dejas volar la imaginación parecen como misteriosos paisajes de otros mundos inexplorados repletos de cráteres y dunas.
Hasta ahora, te hemos insistido siempre que enfoques a los ojos en los retratos y que le des importancia a la ley de la mirada para conseguir una buena composición. E incluso te hemos enseñado a potenciar una mirada con Lightroom.
Sin embargo, hoy vamos a centrarnos en fotografiar una parte del ojo, el iris. Queremos captar la textura, impresionar al espectador y, por supuesto, dejarlo hipnotizado... ¿Cómo podemos conseguirlo? ¿Qué material necesitamos? ¿Qué parámetros de la cámara debo usar? Resolveremos todas esas dudas punto por punto:
#1. Material
Lo más recomendable para realizar este tipo de macrofotografías es usar un objetivo macro de focal media (60-105 mm). Si no lo tenemos podemos optar por algunas alternativas a la fotografía macro como son: tubos de extensión, lentes de aproximación o anillos de inversión. Lo importante es que no estemos demasiado cerca del ojo para no intimidar demasiado al sujeto, el cual tenderá a cerrar el ojo y protegerlo como un acto reflejo.
Otro elemento que resultará imprescindible es un trípode para anclar nuestra cámara en él y tener la mayor estabilidad posible. Si no tienes uno será más complicado conseguir una foto completamente nítida, pero puedes probar a colocar tu cámara sobre una mesa o una superficie plana y estable.
Por último, utiliza un disparador remoto para hacer tus fotos a distancia, sin tener que tocar el botón de la cámara. Si no dispones de un disparador a distancia, también puedes optar por usar el disparador automático de la cámara como alternativa.
#2. Iluminación
Una buena iluminación jugará un papel fundamental para conseguir una buena captura. Necesitaremos mucha luz, directa y constante. Escoge un día soleado para situaros cerca de una ventana que deje pasar la luz natural, pero sin que el sol incida de forma directa sobre nuestro sujeto o su ojo.
Podrías utilizar un flash externo o un flash anular para conseguir una buena iluminación si no tienes luz suficiente, pero no es lo más aconsejable... Piensa que esa luz tan intensa y brillante incidiendo sobre el ojo de nuestro sujeto puede resultar muy incómoda para él o ella.
Si utilizamos iluminación extra, también corremos el riesgo de conseguir un resultado más artificial. Podremos obtener una iluminación muy plana y el reflejo del foco de luz o del círculo del flash anular. Por lo tanto, si buscamos una captura más realista tendremos que optar por jugar con la luz natural.
#3. Ubicación
Si no quieres que el sujeto mire directamente a la cámara, tendrás que pedirle que mire en alguna dirección concreta. Ten en cuenta que según hacia dónde mire tendrá un reflejo u otro en el ojo. Por eso es importante elegir una ubicación bonita o agradable e intentar que no salga la cámara ni el objetivo.
Un paisaje como el mar, una pradera o algún elemento arquitectónico interesante, pueden ser algunas ideas. Si no es posible esto, puedes pedirle que mire hacia arriba para que se refleje el cielo o hacia la ventana y así, de paso, obtener más luz. Si no quieres que se refleje nada en el ojo de tu modelo, tendrás que evitar reflejos o fuentes de luz intensas.
Intenta que el ojo se coloque lo más de frente posible a la cámara. Lo ideal es que tú coloques la cámara en el trípode y que el sujeto se siente en una silla junto a una ventana y con el cuerpo y la cabeza apoyados sobre una superficie, como una pared o una mesa. Así conseguiremos la mayor estabilidad posible por ambas partes.
#4. Parámetros
Una vez tenemos al sujeto bien ubicado con la iluminación correcta y hemos colocado la cámara anclada en el trípode a la altura del ojo del sujeto, toca hacer la foto. Recuerda que usando objetivos macro o sus alternativas, conseguir que todo nos salga nítido no será fácil. Por lo tanto, trata de colocar tu cámara lo más paralela posible al iris.
La apertura de diafragma que elijas no debe ser ni demasiado alta ni demasiado baja. Si usas aperturas amplias (como f/1.8) tendrás luz, pero el área nítida será mínima y no conseguirás que todo el iris salga enfocado. Mientras que, si usas aperturas reducidas (como f/16) conseguirás nitidez, pero imágenes oscuras. Prueba a usar una apertura media como f/5.6 o f/8 y ve jugando con el resto de los parámetros.
Si no queremos que nuestro iris salga movido o borroso también necesitaremos usar una velocidad de obturación alta, mínimo de 1/125. Por último, activa el modo live view para enfocar manualmente, es decir, con el anillo de enfoque de tu cámara. Haz zoom y enfoca justo sobre la unión entre la pupila y el iris (no lo hagas en las pestañas, ni en el párpado)
Por último, realiza tu disparo a través de un disparador remoto por cable o inalámbrico. Si usas el disparador automático ponlo con uno o dos segundos de retardo como mucho, para que tu sujeto no esté aguantando demasiado tiempo con el ojo abierto. Si se sugestiona, puede que cierre el ojo justo cuando oiga la señal acústica que avisa que se va a realizar la captura.
#5. Edición
Finalmente, tendremos que revelar nuestra fotografía. Te recomendamos que realices tus capturas en formato RAW para así sacarle el máximo partido a tus fotografías. Si no conoces las bondades de disparar tus fotos en formato RAW echa un vistazo a este artículo.
Con Lightroom, Photoshop o el programa de edición fotográfica que tú utilices, podrás ajustar la exposición y reducir el ruido, en caso de que hayas utilizado una ISO un poco más alta de lo normal para ganar luz. Si el color de los ojos del retratado es llamativo, no dudes en subir la intensidad de ese color, e incluso la saturación.
Nuestro consejo, si usas Lightroom o el Filtro Camera RAW de Photoshop, es que reduzcas las sombras para resaltar más los detalles y que bajes las altas luces para equilibrar la iluminación. Ahora la clave estará en aumentar la claridad y el enfoque para que esas texturas que parecen paisajes alienígenas resalten y se vean bien.
#6. Consejos Extra
Avisa a tu modelo de que la sesión llevará su tiempo y de que va a tener que armarse de paciencia. Si es la primera vez que lo haces, será difícil que te salga una buena foto a la primera y necesitarás bastantes intentos. Le pedirás que se cambie de posición buscando la luz adecuada para evitar los reflejos, tendrás que encuadrar, reencuadrar, enfocar y reenfocar, etc.
Deja que el sujeto haga descansos de vez en cuando. Es difícil mantener el ojo abierto durante mucho rato y puede resultar molesto. Además, si no pestañea solo conseguiremos un ojo lleno de lágrimas, y eso tampoco nos interesa. Cambia de ojo también, puede que sus texturas incluso te gusten más.
Un buen truco para evitar ojos cerrados es pedirle a tu sujeto que parpadee justo antes de disparar la foto. Así se reducirá la probabilidad de que ocurra en el momento del disparo. Por último, ten cuidado con no salir tú mismo reflejado en el ojo (a no ser que tu intención sea más artística y desees que tu cámara o tú salgáis en reflejo como un elemento más de la composición)
¡Ojo! ¡Mucho Ojo! ¡Y Cuantos más Mejor!
Ahora que ya tienes la foto de un ojo, no te quedes solo en esto. Prueba también a fotografiar los ojos de otras personas de diferentes edades y que sean de diferentes colores. Cuando ya le hayas pillado el tranquillo, atrévete también con los ojos de tu mascota u otros animales: un gato, un perro, un pez, una iguana, un caballo...
¿Necesitas inspiración? No te pierdas el trabajo del fotógrafo armenio Suren Manvelyan, uno de los fotógrafos de ojos más famoso. Destacan especialmente dos de sus colecciones. Una es Your Beautiful Eyes donde fotografía 35 ojos humanos y sus intrincadas texturas y otra es su colección Animal Eyes, donde podemos ver desde muy cerca los ojos de decenas de animales diferentes.
¿Y tú? ¿Has fotografiado ojos alguna vez? ¡Comparte tu experiencia y tus consejos con nosotros!