Hoy tenemos el placer de conversar con Iván Gil, un fotógrafo profesional de conciertos que nos contará todo lo que debemos saber sobre esta disciplina tan interesante. Todo aderezado con las mejores experiencias y anécdotas del panorama musical español.
¿Te quedas a descubrir la fotografía de conciertos, de la mano de Iván Gil?
- ¡Hola Iván! En primer lugar, agradecerte que nos hayas dedicado tu tiempo para enseñarnos a través de tu experiencia. Lo primero de todo, cuéntales a nuestros lectores quién es Iván Gil y a qué se dedica. ¿Cuándo empezó tu pasión por la fotografía y en concreto por la fotografía de conciertos?
¡Hola! Antes de nada, gracias por darme la oportunidad de darle visibilidad al trabajo de los que estamos a pie de escenario y/o entre bambalinas. La verdad es que todo esto empezó como empiezan las grandes aventuras, ¡por casualidad!
Mi primer recuerdo con una cámara es del día de mi comunión, haciéndole fotos a una de mis primas mientras hacía el burro saltando desde un pequeño muro (de noche), al parecer la oscuridad siempre estuvo ahí… Cuando pude, y gracias a la insistencia de un gran amigo, acabé haciéndome con mi primera réflex, una Sony alpha 33 y me perdí en un mundo lleno de posibilidades, pasando por el macro y paisaje hasta aventurarme con la nocturna (disciplina que, sin saberlo, me ayudó mucho para los conciertos).
Llegó una época de mi vida en que pasaba mucho de mi tiempo libre en salas de conciertos, como público. Con el tiempo descubrí que había algunos intrépidos que hacían fotos de esos conciertos a los que íbamos a quedarnos afónicos, así que empecé a investigar un poco… Y llegó el día, el 27/02/2016 (guardo la entrada, sí), iba a un concierto de Second, el primer grupo que fotografié, y después de haber pedido información para hacer algún curso especializado en la fotografía de conciertos alguien me dijo: ¡alguna vez tendrá que ser la primera!
Pues allí que me fui con mi equipo, nada adecuado para esa situación, y me presenté en la sala Salamandra de l’Hospitalet de Llobregat, a la que le debo mucho, ya que me dejaban entrar sin acreditación de fotógrafo, solo necesitaba la entrada (algo poco común en este mundillo).
Total, que ahí empezó mi aventura en la fotografía de conciertos. A día de hoy, no concibo un concierto sin cámara.
- Hemos visto que has realizado varias exposiciones llamadas “En directo suena mejor”. ¿Qué nos puedes contar sobre ellas? ¿Qué supuso para ti poder exponer tu trabajo?
Sí, por ahora ha habido 3 ediciones de “En directo suena mejor”. Digamos que nació por “presión”. Llevaba 9 meses haciendo fotos de concierto, ya había cambiado mi equipo y, entre eso y la experiencia que fui cogiendo, iba mejorando el resultado, así que el dueño del bar donde nos reuníamos antes de los conciertos me propuso exponer mi trabajo. La verdad es que al principio no me apetecía demasiado, ya sabes, las dudas de la primera vez... pero después de insistir un par de veces más, me tiré a la piscina.
La verdad es que el proceso de montar una exposición fue muy emocionante, sobre todo la primera cuando no sabes dónde te estás metiendo, ¡a la vez que divertido! Ese momento de ver entrar a gente que conoces, o no, por RRSS, otros fotógrafos o hasta músicos que has fotografiado, es realmente gratificante. Reconozco que cada vez que se inaugura una nueva edición paso los mismos nervios que con la primera.
Tengo en mente hacer una 4ª edición, pero aún no hay fecha, es un proyecto más allá de los escenarios (pero relacionado totalmente con la música) y mucho más maduro, o eso creo…
- Debe ser como un sueño poder retratar grupos que has admirado durante años. De los que has fotografiado hasta ahora, ¿qué grupo o cantante es el que has disfrutado más fotografiando y por qué? ¿Y cuál todavía no has fotografiado y te encantaría?
Bueno reconozco que, alguna vez, me he puesto nervioso antes de ir a hacer fotos a algún grupo, sobre todo cuando empecé a tratar con ellos directamente.
No me atrevo a decirte solo un grupo con el que haya disfrutado más que con otro, cada uno es diferente y cada uno genera una situación especial a su manera. Aunque reconozco tener predilección por Love of Lesbian, Sidonie, Mi Capitán y El Kanka (creo que no era un secreto…).
Love of Lesbian y Mi Capitán son la cara y la cruz, nada tiene que ver un estilo con otro, pero ambos me ponen la piel de gallina, y he tenido la oportunidad de vivir cosas muy chulas con ellos.
Sidonie es como estar en casa, he visto y fotografiado tantos conciertos suyos que siempre salgo con una sonrisa de oreja a oreja, porque sé que tengo material muy interesante, ¡además de echarnos unas risas!
Y El Kanka, a parte de que me encanta lo que hace, súmale que trabajar con él es muy divertido. Y además hay una pizca de melancolía en esta historia, lo conocí por casualidad en un pequeño festival en una casa rural en Huesca, yo estaba allí echando una mano a un amigo. Aún no me había aventurado con la fotografía de conciertos y ellos tocaban allí, por la tarde empezaban los conciertos, mientras que por la mañana se hacían diferentes actividades. Bueno, resumiendo, fue la primera vez (y la última) que El Kanka ha hecho capoeira, por un trato que hicimos…
Y tengo dos músicos a los que les tengo muchísimas ganas, uno es Fito Cabrales (Fito y Fitipaldis) y el otro Enrique Bunbury. Además de haber crecido escuchándoles y que me flipa la música que se hace en nuestro país, creo que son dos referentes importantes. Aunque por pedir, podría pedir fotografiar a Joe Satriani, Slash o Adele.
- ¿Encuentras diferencias entre fotografiar a grupos más conocidos y a grupos menos famosos? Ya no solo en cómo actúan, sino también en la gente que acude al concierto o en las reacciones del público. ¿Qué prefieres?
La verdad es que hay grandes diferencias, sobre todo en la técnica a seguir para hacer las fotos. Con los grupos menos conocidos los recursos no son los mismos, y eso conlleva iluminaciones, a veces, un tanto complicadas, y tienes que hacer fotos más conservadoras.
En los grupos más famosos, el handicap lo tienes en la altura del escenario, que suele ser mucho más alto y, estando a pie de escenario, a veces se hace un poco complicado. Pero tienes la ventaja de que sabes que, por norma general, vas a tener una buena iluminación y puedes preparar el concierto con anterioridad.
Y respecto al público, la gran diferencia es la cantidad de personas que tienes detrás. Los grupos con menos repercusión tienen sus fieles seguidores, que siempre te dan algún momentazo. En los grupos más famosos, tienes la emoción que se vive en las primeras filas, y es que ya lo dice Santi Balmes: primeras filas nuestra obsesión…
- ¿Encuentras diferencias entre fotografiar a un solista o a un grupo más grande? ¿Qué prefieres?
Sí, ¡sin duda!
Normalmente un solista o cantautor, suele ser más intimo y el espectáculo pasa a ser puramente musical. En cambio, los grupos más grandes suelen llevar una puesta en escena mucho más llamativa, tanto en el juego de luces como en la puesta en escena.
No sabría decirte qué me gusta más, salen fotos muy interesantes en esos conciertos íntimos, tienes más tiempo para sacar tu lado más romántico y plasmarlo en las fotos que haces. En cambio en un grupo grande, todo es velocidad, todo pasa muy deprisa y en el escenario hay más gente. El cantante que se acerca a interactuar con el público, el guitarrista que se marca un solo brutal y lo da todo, el bajista que va a visitar al batería...
En definitiva, me gusta la intimidad de alguien que sube al escenario guitarra en mano y la emoción del "¡¿qué pasará en el siguiente segundo?!".
- Cuando un grupo te gusta mucho y tienes que fotografiarlo, ¿te ha costado alguna vez luchar contra el fan que llevas dentro para concentrarte en tomar fotos y dejar de lado la diversión?
Reconozco que la primera vez que acompañaba a Love of Lesbian iba muy nervioso, a pesar de que ya los había conocido en un concierto en Tarragona y llevaba un tiempo hablando con Juli (uno de los guitarras).
Pero una vez saco la cámara, es como mi escudo. Ahí ya no hay nervios, entras en modo fotógrafo y, después de tantos conciertos, el modo fan queda a un lado. Aunque es fácil verme cantar, incluso bailar, mientras estoy haciendo fotos.
- Seguro que la mayoría de nuestros usuarios se están preguntando algo muy importante: ¿Cómo empezar en este tipo de fotografía? ¿Cómo podemos acceder a fotografiar un concierto? ¿Qué permisos hay que pedir?
¡Aquí viene la gran pregunta! Bueno, hay un par de maneras.
Una es conocer los lugares de tu zona donde te dejen entrar con tu cámara, sin poner restricciones. Esto se ha ido complicando con el tiempo, pero aún queda alguno que apuesta por las “ jóvenes promesas”.
Y luego está la más común, que es entrar a colaborar con algún medio (revista digital). Siempre te abren más puertas, ellos suelen gestionar el tema de pedirte acreditación de prensa y así tener acceso a conciertos que como freelance es más difícil llegar, pero también está el tema de que hay que tener un nivel mínimo en el trabajo que haces.
Yo opté por la primera, como te decía antes, la sala Salamandra me abrió sus puertas y ahí pude aprender e ir mejorando concierto a concierto. También hice contactos, hasta que empecé a colaborar con Indielovers, a los cuales les debo mucho.
- Algo también relacionado con esto y que nos gustaría preguntarte, es cómo funciona el tema de los derechos de imagen de los cantantes e integrantes de los grupos musicales. ¿Alguna vez has tenido algún problema con esto? ¿Se necesita permiso expreso por parte de la gente que actúa en el concierto?
Este es un gran debate. Con acreditación de prensa no hay ningún problema, ya que se usa a nivel informativo, aunque hay que respetar la privacidad de los menores, cada vez más frecuentes en estos eventos.
También hay que tener en cuenta si la fotografía es con fin comercial o informativo. Si es el segundo caso, no hay problema, siempre y cuando tengas la acreditación de prensa. Si es con fin comercial, entonces la cosa cambia. Por ejemplo, hay un disco de Vetusta Morla (15151), un directo que se grabó en el Wizinck Center de Madrid, y la portada de este disco es una foto del público. Al parecer, se pusieron en contacto con las personas que salían en la foto y se les podía reconocer para pedirles permiso, y a su vez les regalaban el disco.
Con los artistas no hay ese problema, ya que son personajes públicos en un evento, mientras no se vulnere su privacidad, no hay problema. Otro tema es cuando les acompañas durante todo el concierto y haces fotos en el backstage. Personalmente intento hacer fotos que no comprometan la privacidad de nadie pero, aún así, si veo alguna duda, pregunto antes de publicarla, ya que esas fotos las ven los grupos antes de que las publique.
- Y respecto a esto, ¿la sala de conciertos también tiene algo que decir respecto a las fotografías? ¿Alguna vez ponen ellos a su propio fotógrafo?
La sala o el organizador, cada concierto es un mundo. A veces el organizador te dice que tienes las 3 primeras canciones, otros te dejan todo el concierto e incluso algunos te dicen las 2 primeras, la 6ª y las 2 últimas (esto último solo me ha pasado una vez, pero ha pasado).
Y aunque la sala tenga su fotógrafo no es incompatible con que el grupo lleve su fotógrafo o haya fotógrafos de prensa. Me parece genial que las salas tengan a una persona para hacer ese trabajo, y así respetar el de los demás. Con la fiebre de las RRSS, coger una foto de otra persona, sin permiso ni consulta, se ha convertido en una costumbre bastante injusta, a mi parecer.
- Vamos a entrar ahora un poco más en materia fotográfica. ¿Qué equipo fotográfico no puede faltar en tu mochila cuando vas a fotografiar un concierto? ¿Qué objetivos sueles utilizar? ¿Y cuál te encantaría tener (pero aún no tienes) y por qué? ¿Hay algún accesorio que creas imprescindible para este tipo de fotografía?
Reconozco que con el paso de los años he podido poner en mi mochila algo más que lo imprescindible, pero he tenido que dar vueltas hasta encontrarlo. No pueden faltar objetivos luminosos (f/2.8), cámaras que tengan buen rendimiento a ISOS altos y bastante paciencia, ¡jajajaja!
¿Qué equipo usar? Aquí entras en la eterna batalla: Canon o Nikon, Full Frame o APS-C, mirorless o con espejo… Bueno, todo eso ya va a gustos. Personalmente uso dos cámaras.
La primera, una Nikon D7100. Me decanté por esta cuando empezaba en este mundillo, porque me da margen suficiente con la ISO y por la variedad de objetivos que podía adquirir, cosa que con la Sony que tenía era bastante más complicado.
Con el tiempo me hice con una Nikon D750. Necesitaba probar una full frame y fue todo un acierto. Es mucho más fácil conseguir luz con ella, a parte de la velocidad a la que trabaja el procesador.
Como objetivos, uso un Tokina 11-16 mm. f/2.8 para la D7100, un Sigma 24-70 mm. f/2.8 y un Tamron 70-200 f/2.8 para la D750, todos ellos sin estabilizar (esto también va a gustos). Al final en un concierto es fácil que le des algún golpe o se te moje un poco, así que prefiero que tenga lo justo para funcionar, para evitar averías.
Algo importante a tener en cuenta es que en este mundillo el uso del flash no está permitido, así que lo que es imprescindible para evitar tentaciones, ¡es no llevarlo! A no ser que vayas a hacer backstage, en ese caso, nunca está de más…
Y lo que me gustaría tener, una Nikon D5 con un Sigma Art 24-70 mm. f/2.8. Voy a por el babero, ¡ahora vuelvo! Jajajaja.
- ¿Sueles usar el modo manual o prefieres el uso de algún modo semiautomático? ¿Por qué?
Una vez vi un meme que decía algo así como, todos son fotógrafos hasta que llega uno y pone el modo M… Fuera bromas, tiro en manual, me da la versatilidad de adaptarme a cada momento de una manera más precisa y con las Nikon tienes muy a mano velocidad y diafragma, así que puedo variarlo sin perderme nada.
Lo único que mantengo en modo automático es el balance de blancos. ¡Imagínate estar compensando la temperatura cuando pasas de fríos a cálidos en mitad de una canción!
- ¿Qué crees que es mejor en estos casos, disparar en RAW o en JPG? ¿Por qué?
Sin duda, el RAW. En este tipo de fotografía, con tanto contraste entre luz y oscuridad y tanto cambio en el color de las luces, necesitas toda la información posible para la edición de la foto.
Mi primer concierto lo hice en JPG y… te puedes imaginar... ¡jajajaja!
- Algo que siempre les gusta a nuestros lectores es conocer los parámetros recomendados para cada tipo de fotografía. En fotografía de conciertos, ¿qué parámetros sueles utilizar? ¿Por qué?
¡Aquí hay manías y anécdotas por igual!
Normalmente, de salida, pongo mi cámara en ISO 2500, f/2.8 y 1/250 seg., así consigo luz y velocidad suficiente para congelar el movimiento hasta del batería.
Una vez empieza el concierto, acabo de ajustar, teniendo en cuenta que al bajar por debajo de 1/160 seg. empiezan a salir movidas las fotos. Esto suele ser en casos bastante extremos, normalmente suelo jugar con el diafragma para conseguir más profundidad de campo y cuando llego a f/5.6 o f/6.3 empiezo a jugar con la velocidad. Teniendo en cuenta siempre la ISO para evitar todo el ruido posible.
La anécdota, ese pique sano entre fotógrafos. Viene un compañero cual niño pequeño que ha hecho una trastada y nos dice, mirad, la he hecho a f/11… De ahí nació un grupo de WhatsApp, F11 Team, y bueno, ¡quizá algún día tengamos un proyecto en común más creativo de fotografía de concierto!
- Para tratar de congelar los movimientos de la gente necesitamos usar velocidades de obturación altas. Pero en este tipo de fotografías también es importante ganar cuanta más luz mejor, por lo que habría que usar velocidades algo más lentas. ¿Cómo decides a qué velocidad disparar? ¿Cómo podemos evitar la trepidación?
Como comentaba antes, suelo tirar de ISOs altas para poder jugar un poco con la velocidad, pero la experiencia me ha enseñado que no hace falta tirar a unas velocidades súper altas para congelar el movimiento. Puedes jugar en los márgenes, con 1/160 seg. puedes congelar a cualquier músico que no se mueva demasiado. A un batería, que mueve las manos bastante rápido, ahí ya empiezas a tener algún problema, pero subiendo a 1/250 seg. se suele solventar.
Aunque también entra en juego la paciencia, saber cuándo disparar a cada cual según la luz que tengas. Pero con 1/250 seg. puedes fotografiar a alguien saltando, si lo pillas en el momento justo, ese momento que está como en gravedad 0, ahí lo congelas. O incluso a un batería, siempre y cuando el tempo de la canción no sea muy alto.
- Al tratarse de ambientes tan oscuros, está claro que hay que usar ISOs altas sí o sí. ¿Cómo lidias con el ruido en tus tomas?
Si no puedes con el enemigo, ¡únete a él!
Con la D7100 trabajo entre 2500 y 3200 ISO, habiendo puntos de luz y la reducción de ruido de la cámara. Luego con Lightroom, la salvas bien.
Con la D750 tengo un poco más de margen, puedo subir hasta 6400 ISO, y sigo aprovechándome de los recursos de la cámara para reducir el ruido, y por supuesto luego la edición.
- Imagino que la luz en un concierto debe ser una locura para un fotógrafo, tan cambiante en intensidad y en colores. ¿Cómo te enfrentas a ello? ¿Usas algún modo de medición concreto para evitar sobreexponer o subexponer tus fotografías?
Aquí mi solución es la experiencia, medición puntual, mecanizar movimientos para variar rápidamente velocidad y diafragma, y confiar ciegamente en el potencial de la cámara.
Personalmente, me fijo en lo que quiero sacar bien expuesto, y el resto como quede, excepto en las escenas que quiero sacar un plano general desde el final de la sala o todo el escenario. Aquí ya entra en juego lo que conozcas al grupo o si has hecho los deberes antes de ir al concierto, es decir, sabes que en una canción en concreto el escenario va a estar más iluminado que en otras, ese es el momento de disparar un plano para sacar a toda la banda en acción.
Al igual que sabes que en algún momento se va a iluminar toda la sala o todo el público que esté en el recinto. Hay que estar hábil para saber dónde ponerte en ese momento y sacar un plano general cuando encienden esas luces.
- Al igual que la luz es una locura, imagino que los movimientos de los integrantes del grupo también. ¿Algún consejo que puedas darnos para conseguir siempre un buen enfoque en estos casos?
Como con todo, cada maestrillo tiene su librillo. Dependes un poco de tu equipo en estas situaciones, porque hay cámaras que enfocan muy bien en condiciones de luz complicadas. Piensa que en estos casos hay muchos contraluces y a veces ningún frontal, así que dependes de la cámara totalmente. Eso, o si es un momento muy concreto y quieres jugártela con el f/11... ¡jajaja! Puedes jugártela y enfocar a mano.
Hablando más en serio, utilizo un punto de enfoque y voy moviéndolo según me interese. Dejar a la cámara enfocar a su libre albedrío puede ser un juego de azar bastante frustrante. Aunque confieso que no lo he probado nunca.
- Y respecto a esta locura en los movimientos, a la hora de componer un buen encuadre imagino que también debe ser complicado. ¿Qué consejos sobre composición puedes darnos que hayas aprendido a lo largo de tus años de experiencia?
Bueno, como bien dices, a menudo es una locura, así que todo depende de lo que conozcas al grupo, si has podido hablar con ellos o no, y la confianza que tengas con ellos. Pero el gran truco es la paciencia, como en casi todas las disciplinas de fotografía.
Si los has fotografiado más veces y tienes relación con ellos, a menudo te regalan momentos, estiran alguna pose molona o te lanzan una mirada cómplice. ¡Ahí es donde hay que estar ágil!
Si vas con ellos y puedes subirte al escenario, el batería siempre es un gran aliado. Puedes esconderte bien para que el público no te vea y aguantar ahí para que ellos te vean y te dediquen un momento.
Si no, también puedes estar a pie de escenario, pendiente de todo lo que puedas. Si conoces los temas siempre es más fácil cazar el momento. Y a lo que componer se refiere, la suerte y la audacia deben estar de tu lado, es decir, yo prefiero tirar a un plano un poco más abierto y si hace falta recortar un poco a la hora de editar, pues se recorta. Aunque intento que la foto quede lo más ajustada posible, me gusta dejar un poco de margen al error, por si no ha salido recta, y para no tener que cortar un mástil de una guitarra o algún brazo...
- ¿Hay diferencias entre fotografiar conciertos en una sala o en un exterior? ¿Cambias tu manera de configurar la cámara dependiendo de si estás en interior o en exterior? ¿Cuál prefieres?
Hay alguna diferencia importante, sobre todo dependiendo de la hora del concierto. Si estás en un festival de verano, que empiezan los conciertos a las 17h., pues te olvidas de ISOs altos y del f/2.8, a la vez que puedes olvidarte de escenas con luces espectaculares, aunque a veces dejan detalles interesantes esas iluminaciones de día.
Otra gran diferencia es el humo. Cuando estás en exterior el humo se va disolviendo más rápido, así que si la imagen que quieres conseguir cuenta con humo, vas a tener que volver a tirar de paciencia o rezarle a los dioses para que no haga mucho viento.
Y la que quizá más me guste, es la cantidad de gente que hay en un concierto exterior, por norma bastante más que en uno de interior, así que si vas a por un plano general viendo al público y además tienes la suerte de poder subirte a la torre de los técnicos, ¡te garantiza un fotón!
¿Así que cuál prefiero? Pues tenerlo todo bajo control dentro de una sala me gusta mucho, pero también lo espectacular del bullicio de la gente dándolo todo, definitivamente, no puedo elegir uno u otro…
- Dependiendo del concierto, se suele ubicar a los fotógrafos a pie de escenario o más alejados. ¿Qué ubicación prefieres tú? ¿Es un problema estar alejado del escenario o es peor estar muy cerca?
Normalmente la ubicación suele ser a pie de escenario, sobre todo si vas como prensa, ya que a menudo solo te dejan estar 3 canciones. Durante el resto del concierto no te dejan utilizar la cámara y, en ocasiones, te mandan al fondo de la sala, muy pocas, y ahí, o tienes un teleobjetivo como dios manda u olvídate de sacar buen material…
Ahora bien, si vas con la banda, la suerte está de tu lado y podrás recorrerte toda la sala a tu antojo, teniendo en cuenta que no debes molestar al público. Tú estás trabajando, ¡pero ellos han pagado su entrada para disfrutar del espectáculo!
Así que toca volver a conocer al grupo o hacer los deberes y estudiarlo antes de ir a fotografiar, para saber dónde debes estar en cada momento, incluso encima del escenario, pero tratando de evitar que te vean. Aún no sé con cuántos conciertos desde el escenario te convalidan el título de ninja… ¡jajajaja!
- ¿Se hace difícil compartir un mismo espacio con diversos fotógrafos? ¿Alguna vez te ha supuesto un problema o hay suficiente espacio para todos?
Con esta pregunta quiero aprovechar para decir que, aunque siempre existe esa competición de ver quién se lleva LA FOTO del concierto, lo que no puede faltar nunca es el respeto entre compañeros. Al final hay sitio para todos, y hay que tratar de no meter tu cámara por medio y vigilar de no tropezarte con nadie. Aunque todos los que estamos allí sabemos que puede pasar que haya una intrusión por un despiste, pero nada que no se solucione con una cerveza al acabar.
El otro caso es que siempre te encuentras con alguien con quien tienes más relación, ahí suelen haber, lo llamaremos bromas. Alguien que te empuje un poco y al mirar ves que se le escapa una sonrisilla traviesa, pero siempre teniendo en cuenta que no vas a estropear la foto.
- Después de hablar un poco sobre parámetros, luz, ubicación... ¿Cuál dirías que sería para ti la situación ideal para fotografiar un concierto?
Como he comentado varias veces, no hay una ubicación concreta, al final hay que conocer el grupo para saber dónde ubicarte en cada momento y, si tienes la suerte de trabajar con ellos varias veces y creas un vínculo más allá de lo profesional, nace la magia: una mirada, un momento que alargan para que puedas hacer la foto, algún "Daniel el travieso" que te coge el parasol del objetivo, una escapada para cantar entre el público o que les saquen en volandas, y así podría estar un buen rato…
En resumen, para sacar una foto genial tiene que haber conexión con la banda y anticiparte a lo que va a pasar, para tener el mejor sitio posible para cuando llegue el momento.
- Hablemos ahora del procesado, que ya sabemos que es un tema que trae siempre controversia. ¿Retoque sí o retoque no? ¿Cómo sueles procesar normalmente tus fotografías?
Bueno, cuando empezaba solía decir que: ¡editar es de cobardes! Craso error...
Rápidamente me di cuenta de que no era posible, ya que el cambio de luces, las sombras y los puntos de luz son muy exagerados. Así que normalmente las edito y, en algún caso concreto, retoco (ya lo he confesado).
A veces la foto te pide borrar un pie de micro o el entorno que rodea al artista para conseguir un negro absoluto con un punto de luz. Pero normalmente con Lightroom consigo casi todo lo que quiero. No suelo necesitar mucho tiempo de edición en una foto. Con el tiempo también vas cogiendo tu estilo y se hace más fácil hacerlo.
- Fotografiar un concierto debe ser emocionante, pero a la vez imagino que hay que estar pendiente en todo momento de lo que ocurre para reaccionar a tiempo en los momentos clave. ¿Cómo te preparas tú para no perderte ninguno de estos momentos clave?
Por suerte hoy contamos con mogollón de información visual para poder anticiparnos a lo que va a pasar, es cuestión de ver vídeos de directos de la banda con la que vas a trabajar para saber qué va a pasar, eso si es la primera vez que vas a fotografiar a un grupo.
Si has trabajado con ellos más veces, tienes comodín, puedes hablar con la banda para que te expliquen de manera detallada qué va a pasar durante el concierto, puedes hablar con el técnico de luces para saber cuándo te van a iluminar al público, e incluso sabes cuándo va a bajar el cantante al foso.
- Respecto a lo que hablábamos de los momentos clave. ¿Crees que es importante conocer las canciones del grupo para saber cuándo van a venir los momentos de “subidón” y tratar de adivinar cuáles serán los momentos de mayor euforia del grupo? ¿O tratas de improvisar según vas viendo que se desarrolla el concierto?
Aunque se trata de mantener en secreto el repertorio de un grupo antes del concierto, se puede intuir, más o menos, cuál va a ser el ritmo del concierto y lo que pasa en cada canción.
Por ejemplo, la canción “Algunas plantas” de Love of Lesbian, sabes que siempre te da un momento épico en cada concierto. O Sidonie y su “Un día de mierda”, siempre Marc Ros se pasea por el público subido a caballito en los hombros de alguien de la Crew. Kitai te regalan un momentazo cuando tocan al aire libre, normalmente pasado un poco la mitad del concierto, sacando al batería por encima de las cabezas del público, mientras toca. Mikel Izal se tira al público, Dorian tira confeti al empezar la segunda canción y en la última…
La diferencia entre la foto en el momento justo o una foto más de concierto, es conocer a quién vas a fotografiar. En mi caso intento dejar pocas cosas al azar.
- A veces supongo que debe ser difícil pillar al cantante "con buena cara". ¿Esperas a algún momento concreto para poder captar sus mejores expresiones? ¿Has aprendido algún truco en tus años de experiencia para conseguir sacarlos con su mejor cara?
Realmente salen fotos curiosas, que nunca verán la luz, en mi caso por que no me parece la mejor foto y por respeto al cantante, otra cosa es cuando te dedican su mejor carantoña…
Para mí, el truco es contar siguiendo el tempo de la canción. Si cuentas sabes cuándo va a acabar una frase, y entonces salen con mejor cara. Aunque supongo que habrán más trucos, pero a mí me funciona bien este.
- Por curiosidad, ¿cuántas fotos aproximadamente puedes llegar a disparar en un concierto? ¿Y cuál es el porcentaje de las que luego realmente aprovechas? Porque con tanto movimiento y tanta luz cambiante, imagino que debe ser difícil obtener una buena captura.
En este caso, depende. Como prensa, contando que normalmente tienes 3 canciones, entre 400 y 500 fotos, y suelo aprovechar entre un 10% y un 12%.
Cuando voy con la banda, depende pero puedo llegar a las 2000/2500 fotos, aunque mi récord está con Love of Lesbian, en el estreno de “Espejos y espejismos” con 3200. En este caso el porcentaje sube bastante, porque las fotos de backstage son más tranquilas y da tiempo de prepararlas, y puede rondar el 20%.
Por supuesto no se publican todas, pero hay algunas elegidas para la 4ª edición de “En directo suena mejor”.
- Imagino que esta disciplina fotográfica implica un gran desgaste en equipo al disparar tantas fotografías en tan poco tiempo, ¿no? ¿Qué piensas respecto a esto?
En estos 5 años y pico creo que rozo el medio millón de fotos, además trabajando a ISOs altas, así que sí, el desgaste del equipo se nota: suciedad en el sensor, golpes en los objetivos, alguna cerveza que te salpica, alguna vez que te la juegas y metes la cámara debajo de un cantante que se tira agua por encima…
Tienes que contar con que una vez al año, mínimo, vas a tener que hacerle una puesta a punto a tu equipo, ¡pero la verdad es que merece la pena!
- ¿Qué crees que es lo más difícil a la hora de fotografiar un concierto y cómo te enfrentas a ello?
Para mí, lo más difícil es fotografiar el backstage, sacar momentos íntimos sin ser invasivo, ¡ahí vuelven a entrar en juego las técnicas de ninja!
Hay que pensar que el grupo está en un momento íntimo y de concentración, aunque salgan y se lo pasen genial. Llegar a ese punto requiere trabajo antes, así que me gusta “no ser visto”, dejarles aire y no agobiar. Incluso saber cuándo tienes que guardar la cámara y esperar 10 minutos para seguir.
- Nos has hablado de que has fotografiado también al grupo en el backstage. ¿Qué crees que ganamos, fotográficamente hablando, al poder fotografiarlos también detrás del escenario?
He tenido la suerte de fotografiar varias veces a diferentes grupos en el backstage, incluso haciendo making of para el videoclip “Doble corazón” de Mónica Naranjo. Que, por cierto, la portada del making of de este videoclip, es una foto mía.
Como te decía he fotografiado a varios grupos en el backstage y en alguna ocasión también en la grabación de algún disco. Para mí, lo más importante es pasar desapercibido para no influir en el comportamiento de los músicos y que salga todo natural. Creo que lo que se consigue con esto es una imagen más humana de ellos. Con la revolución de las RRSS creo que es importante mostrar esa parte mas íntima y cercana de los artistas, para poder normalizarlos un poco y hacer entender que viven bajo una presión importante. En definitiva, para intentar influir en el efecto fan y dejarles respirar un poco, a la vez que puedes enseñar su parte más humana y dejar de un lado al artista.
Además dar a conocer el trabajo que hay detrás de cada puesta en escena, que no es llegar y montar un sarao y todos para casa. Hay todo un grandísimo trabajo detrás, tanto en la creación de un disco, desde el punto mas artístico hasta el más técnico, y luego llevarlo a cabo encima de un escenario. Detrás de cada directo hay mucha gente detrás, desde la cara más visible del grupo hasta quien vende el merchandising, y creo que todos se merecen ese homenaje. Sin ninguno de ellos, la magia de la música en directo no sería posible.
- El Covid nos ha afectado muchísimo a todos, pero sin duda uno de los sectores más perjudicados ha sido el de espectáculos en directo. ¿Cómo ha sido vivir esto, dedicándote a la fotografía de conciertos?
La verdad es que ha sido un año duro, laboral y anímicamente, aunque a mediados de 2020 se hicieron algunos conciertos y pude quitarme la espinita. Los grupos hicieron verdaderos esfuerzos para poder tocar, así que decidí que iba a colaborar como mejor sabía hacerlo.
- ¿Cómo fue volver, al fin, a un concierto en directo después de 1 año de pandemia? ¿Qué sentiste? ¿Notaste una actitud diferente en el público y en los artistas?
Ya han pasado unos meses desde el regreso, y aunque últimamente me estoy enfocando más en otros proyectos y preparando la 4ª edición de “En directo suena mejor”, creo que no olvidaré la fecha del 27/03/2021. El día del concierto de Love of Lesbian que se celebró en el Palau Sant Jordi, con cinco mil asistentes.
Hubo 3 días previos a esa fecha, mientras se preparaba todo. Llegar allí con los nervios del primer test de antígenos y la presión de dar negativo. Un alivio recibir el primer resultado, pero aun quedaban 3 días más... Iba como fotógrafo oficial y, por supuesto, no quería perderme ese evento. Ver cómo va tomando forma ese escenario donde vas a pasar esos próximos días, cómo crece de la nada esa puesta en escena. ¡La verdad es que fue muy emocionante!
Mientras pasaban los días iban creciendo los nervios, que aunque habías dado negativo ese día, al siguiente tenías que repetir. Vivir la experiencia con todo el equipo fue algo indescriptible, realmente teníamos la mirada de todo el planeta encima nuestro.
Además, ver cómo se va dejando ver el inicio de la gira del nuevo disco V.E.H.N. también fue una sorprendente aventura, es impresionante la de trabajo que hay detrás de la presentación de un disco.
Pero el día que marcó realmente la experiencia fue el día del concierto, ver llegar a Santi Balmes y esperar el resultado del test, y la cara de quitarse un peso de encima al dar negativo. Más tarde pude hacerle una foto donde estaba el solo, pensativo. Recuerdo que al publicarla en su Instagram hacía una especie de confesión por los nervios que había pasado, y la presión a la que había estado expuesto…
Llegó la hora del concierto, y las ganas se respiraban en el ambiente, estar entre el público, reencontrarte con conocidos y ver que se les saltaban las lágrimas de la emoción, realmente gratificante todo. Se podría decir que aún dura la resaca emocional.
Cuando pensaba que ya estaba todo, al día siguiente vi que mis fotos estaban saliendo en las noticias y en algunos periódicos, ahí empecé a asimilar lo que había pasado. El no va más fue cuando el día después del concierto contactó conmigo un reportero de un periódico chino, que querían usar algunas de mis fotos para hacer una publicación, no me lo creía…
En resumen, fue emocionante vivir esa experiencia, y muy gratificante saber que mi trabajo estaba dando la vuelta al mundo. Así que aprovecho para agradecer a Love of Lesbian la oportunidad de vivir esa experiencia junto a ellos.
- ¿Cómo crees que evolucionará el panorama musical actual, a raíz de la pandemia?
A día de hoy parece que está volviendo todo un poco a la normalidad, aunque por supuesto se siguen manteniendo las medidas. Todas las personas que se dedican a este mundillo están volviendo a hacer lo que les apasiona, y se nota en los resultados.
Los conciertos que he visto hasta ahora están siendo brutales. Han tenido tiempo para trabajar la puesta en escena y de pensar en qué quieren ofrecer, así que creo que la escena musical está resurgiendo más fuerte de lo que ya estaba.
- ¿Hay alguna cosa que crees que se haya quedado en el tintero y sobre la que gustaría hablarnos antes de terminar?
La verdad es que he disfrutado mucho con esta entrevista, y realmente no se me ocurre nada que añadir, pero me gustaría aprovechar para dar las gracias a Indielovers por la confianza que depositó en mí en su momento y por todas las puertas que me abre, a Laura Ramos (Indielovers) por contar conmigo para su proyecto “Roadie advisorie”, un libro que cuenta cómo “se cocina una gira indie”. A Joaky y Vidal por confiar en mí para la portada y las fotos de promo de sus primeros discos en solitario. Y por supuesto a Love of Lesbian, Sidonie y Mi Capitán, porque gracias a ellos descubrí la otra cara de la música.
- Y para finalizar la entrevista, nos gustaría que “te mojes” un poco. ¿Cuál es la fotografía de la que está más orgulloso o que te gustaría destacar, por su complejidad o por alguna anécdota interesante asociada a ella?
La verdad es que tengo varias grabadas en la retina, desde Santi Balmes (Love of Lesbian) en el Liceu totalmente vacío, pasando por Marc Ros (Sidonie) refregando la guitarra contra un ampli, o Zatu (SFDK) tirado de rodillas delante de mí sobre el escenario del Cruïlla, hasta la foto más gamberra que he conseguido hasta ahora.
Y es que en mi andada por los backstage, estoy trabajando en una serie de fotos de músicos en el lavabo. Se trata de conseguir ese lado más gamberro de los artistas, ¡y Los Vinagres lo consiguieron y con nota!
Después de un concierto en la sala Upload de Barcelona, y habiéndolo pactado con ellos previamente en el backstage, nos lanzamos al lavabo de esa sala. Había preparado mentalmente la imagen, con lo que no contaba es que ellos se acababan de bajar del escenario, con todo lo que ello conlleva, y tuvieron que hacer una parada de emergencia antes de hacer la foto. Al verlos a los tres juntos no pude evitar empezar a disparar y de repente uno de ellos se bajó los pantalones, y ahí estaba yo, haciendo fotos…
Total que, si lo prefieres, ¡te enseño la foto y acabamos antes! ¡Jajajaja!
- Tras el reciente fallecimiento de Xavier Mercadé, un gran fotógrafo de conciertos del panorama nacional, Iván ha querido dedicar unas palabras a su trabajo en esta entrevista. DEP.
Antes de despedirme me gustaría recordar a uno de los referentes más importantes, quizá el más importante, que ha tenido esta disciplina: Xavi Mercadé, el que siempre estaba allí.
Llegó a crear varias tendencias, el selfie Xavi, que consiste en hacerte una foto con la banda delante de un espejo; o hacerse un Mercadé, es decir, cubrir 4 conciertos en una misma noche. Algo que para los demás es un trámite, digamos complicado de gestionar, él lo hacía casi cada fin de semana. No te dabas cuenta y de repente aparecía, y al rato se iba a otro concierto.
Personalmente tengo mucho que agradecerle, me dio grandes consejos, disfruté escuchándole mientras contaba sus inicios en este mundillo y tengo la suerte de compartir una vitrina con él en el Sidonie’s bar, "el peor bar del mundo" (en Poble Nou, Barcelona).
Hace unos días nos dejaba y, con él, un gran vacío en los fosos… Descansa en paz mestre.
Si estáis por Barcelona y tenéis un rato, pasaos por el Palau Robert y disfrutad de su andadura de 40 años por fosos y escenarios. Han alargado su exposición "Rockviu" hasta el día 5 de septiembre, así que aún tenéis tiempo de disfrutar del legado que dejó.
- Muchísimas gracias Iván por compartir tu tiempo y tu experiencia con nosotros, hoy hemos aprendido mucho contigo. Te deseamos mucha suerte en tus próximos proyectos y esperamos poder seguir disfrutando de esta emocionante disciplina fotográfica a través de tus increíbles capturas. ¡Un abrazo!
Muchas gracias a vosotros por dar visibilidad al trabajo que hacemos entre las sombras, y a los lectores que quieran atreverse con este mundillo, les animo a que prueben. ¡Se esconden muchas aventuras detrás de una foto de concierto! ¡Un abrazo!
* Fotografía de portada: Zatu (SFDK) en el Festival Cruïlla | Fotografía de Iván Gil
¿Te Animas con la Fotografía de Conciertos?
Ya has visto que la clave para conseguir buenas fotografías de conciertos es "hacer los deberes", como bien dice Iván Gil. Es decir, conocer al grupo y tener estudiado cómo se comportan en cada momento, e incluso conocer cuándo y cómo se van a mover las luces, para poder anticiparte. Y, sobre todo, ¡tener una gran capacidad de reacción y de improvisación!
Si quieres seguir a este increíble fotógrafo y disfrutar e inspirarte con sus fotografías de conciertos, no te pierdas su trabajo en Instagram.
¿Te animas a probar esta increíble disciplina fotográfica?