La fotografía de comida es una de mis disciplinas favoritas. Supone un reto importante, porque tiene el objetivo de hacer lo más deseable y atractivo posible el plato que estás fotografiando. Te permite llevar la creatividad a límites insospechados: puedes tocar, cambiar, manipular y jugar con lo que fotografías para hacer todo tipo de pruebas. Y si no sale bien siempre puedes repetir el plato y volver a empezar.
Hoy os presento esta toma de un postre llamado Delicia de Chocolate del restaurante La Santa del cocinero Paco Guzmán. ¿Te gustaría saber cómo la hice? Te lo cuento a continuación.
El Factor Clave en una Foto de Comida
Una foto de comida tiene que vender el producto. El objetivo de esta foto es hacerte la boca agua, hacer que te apetezca comer eso que ves, y a poder ser que te haga pedir mesa en el restaurante.
Las fotos de comida deben dignificar el plato, aunque a veces he tenido que fotografiar platos cuyos ingredientes tenían unos precios estratosféricos y su presentación era digna de un rey, otras veces tengo que fotografiar cosas más humildes y simples, como una tortilla de patatas, o en el caso que nos ocupa hoy, un vaso con fresas, cereales y chocolate.
Los platos espectaculares, bien presentados y con ingredientes raros, son, en mi opinión, de los más fáciles de fotografiar, ya que el plato en sí ya tiene algo que llama la atención y es interesante de por sí, por lo que cualquier foto sencillamente correcta dará buen resultado.
El reto es coger algo común, algo que no sea sorprendente y hacerle una foto que lo haga parecer espectacular.
La forma más habitual de mejorar las fotos de un plato es cambiar su presentación, llevándola fuera de lo común, como en estos ejemplos:
Pero eso es, quizás, más cosa de cocineros. Como fotógrafo también tienes una herramienta a tu disposición que puede tener mucha importancia: la iluminación.
La Iluminación lo es Todo
A mí me gusta decir que las cosas no son como son: varían según cómo estén iluminadas.
Todos hemos visto alguna vez un callejón que de día puede ser un lugar precioso y de noche lo pasamos corriendo porque parece una escena de película de terror. Y es que la iluminación juega un papel muy importante en nuestra percepción de la realidad.
Como fotógrafos esto es algo que tenemos a favor, podemos crear lo que queramos gracias a una iluminación adecuada.
En el caso de la Delicia de Chocolate y tras ver el montaje del postre en el vaso, tuve claro que había que mejorar esa imagen. El cliente quería mostrar el plato tal y como se sirve en el restaurante por lo que hacer uno en un plato bonito no era una opción.
El Esquema de Iluminación Utilizado
Para esta foto me decidí por un esquema muy usado en retratos de atletas, se trata de iluminar los laterales del sujeto, haciendo que las zonas en sombra coincidan en el centro del sujeto.
Eso crea un contraste muy interesante y aporta tridimensionalidad al sujeto.
Elegí hacerlo sobre fondo negro, ya que habíamos utilizado casi todos los “escenarios” que encontré interesantes en el restaurante, y el fondo negro suele ser un recurso efectivo.
Como ves hay un softbox de 60x90 a cada lado, y los angulé hacia delante hasta conseguir que el fondo no recibiese luz y así quedase totalmente negro y que la caída de luz crease el efecto en el centro del vaso que he mencionado antes.
Como base, en lugar de utilizar la mesa que no tenía nada de interesante, recurrí a una bandeja de camarero boca abajo. La textura rayada de esta bandeja aporta un valor añadido a la foto y el color plateado se funde genial con el fondo negro.
Esta combinación de plata, rojo y negro junto al alto contraste y una composición sencilla crea una foto muy atractiva que resalta el producto.
Algunos Retos Añadidos
La fotografía de comida tiene algunos retos añadidos a la fotografía de producto, el principal es que la comida no es algo fijo, sino que va cambiando. Sus texturas, densidades, colores, y muchas otras cosas cambian con el paso del tiempo.
Para hacerlo más fácil en estos casos, lo que yo hago es pedir al cocinero el plato o superficie donde se va a servir, y preparo mi esquema de luz con eso. Una vez tengo claro el encuadre y la iluminación les pido que sirvan el plato.
Cuando el plato llega a mí, a menos que haya que corregir algo por el contenido, la foto ya está hecha, solo esperando a su protagonista. Esta técnica la aprendí haciendo retratos con famosos, ya que dispones de ellos por un tiempo muy limitado, todo se tiene que preparar de antemano, ya que cuando llegan tienes apenas unos minutos para realizar las fotos y si tienes que modificar tu iluminación pierdes todo el tiempo para conectar con tu sujeto.
En este caso uno de los problemas era la nata, que se apelmazaba en cuestión de segundos.
Así que, tras preparar las fotos con el vaso vacío, les pedí que montasen el postre sin la nata, me aseguré de que estaba todo bien, y añadimos la nata en el “set” de la foto.
Ya ves que no hace falta un plato espectacular para conseguir una buena foto de comida.
¿Te animas a probar? ¿Tienes alguna foto de comida que quieras compartir con nosotros?