Admitámoslo, a los fotógrafos nos encantan los accesorios. Son contados los casos en los que alguien saldrá únicamente con su cámara y una lente a fotografiar sea cual sea la situación. Que si el trípode para hacer largas exposiciones, que si el flash para iluminar a nuestro modelos, que si el disparador remoto para trabajar cómodamente y no trepidar las imágenes... Y así habría un largo número de accesorios que pueden convertirse en imprescindibles para según qué tipo de fotografía.
Esto me lleva a lanzarte a la siguiente pregunta: ¿Son suficientes una cámara y un objetivo para conseguir buenas fotografías? Pues en la mayoría de situaciones puede que sí, pero habrá ocasiones en las que necesites algo más. En el presente artículo voy a hablarte de por qué los filtros pueden convertirse en un accesorio de vital importancia para incluir en tu equipo, sobre todo si te gusta la fotografía de paisaje.
Qué Es Un Filtro y Sus Clasificaciones
Como te decía, un fotógrafo puede hacer sus tomas únicamente con su cámara y una lente. En principio no se necesita nada más. Pero es cierto que hay un gran número de accesorios que nos ayudan a mejorar el resultado de nuestras imágenes y lograr efectos que difícilmente podemos conseguir en el momento de la edición, a pesar de lo avanzada que esta pueda ser.
Sobre todo si eres un amante de la fotografía de paisaje, sabrás que uno de esos accesorios son los filtros ópticos, aunque no sirven exclusivamente para este tipo de tomas por supuesto. Su uso puede extenderse, y en este artículo lo veremos. Aunque antes de explicarte los tipos de filtros que hay y que son más populares, detengámonos un momento para recordar qué es exactamente un filtro.
Un filtro es un accesorio que puede estar fabricado de diferentes materiales y que se sitúa por norma general delante de la lente de nuestra cámara, con el fin de filtrar la luz que llega a esta. Digo delante porque con el paso del tiempo han aparecido nuevos sistemas que nos permiten usar los filtros en otras posiciones.
Obviamente, no todos los filtros son iguales. Cuando busques uno te darás cuenta de que hay de diferente tamaño, forma, material y por supuesto, precio. Podemos decir por tanto que los filtros atienden a diferentes clasificaciones, y entre ellas, las más comunes son:
- Por mecanismo de acoplamiento, donde podemos diferenciar los filtros de rosca, el sistema de portafiltros, y los nuevos sistemas de clip-in y magnético. Respecto a los filtros de rosca no hace falta que te compres uno por cada lente que tengas con un diámetro diferente. Gracias a las anillas adaptadoras podrás utilizarlos en varias de esas lentes. Al igual que el sistema de portafiltros que también lleva varias anillas para poder usarlo con diferentes objetivos. Respecto a los diferentes sistemas de filtros, si quieres ampliar la información y conocerlos en profundidad te sugiero que leas nuestro artículo Conoce los 5 Sistemas de Filtros Actuales.
- Por forma. Esta clasificaciones está directamente relacionada con el mecanismo de acoplamiento, y según ella podemos diferenciar los filtros redondos, los filtros cuadrados, los filtros rectangulares y los filtros de pestaña o clip-in.
- Por calidad del material, una clasificación en la que podemos diferenciar básicamente dos tipos de filtros: los de resina y los de cristal o vidrio óptico. ¿Qué debes saber a este respecto? Pues que si puedes, es mejor que evites los filtros de resina y optes por filtros de cristal. Estos te aportarán una mayor calidad, y menos problemas de nitidez, viñeteos y dominantes de color.
- Y por último y no menos importante, por el efecto conseguido, de lo que hablaremos a continuación cuando profundicemos en cada uno de los filtros más usados, aunque a modo de avance podemos distinguir entre:
- Protección de la lente.
- Eliminación de reflejos indeseados, y mayor saturación y contraste.
- Efecto seda y largas exposiciones con luz diurna.
- Equilibrio de la exposición.
Para poder explicarte todo esto mejor, además de la información que te vamos a dar hemos querido aportarte pruebas reales que te muestren las diferencias entre los distintos filtros. Para ello hemos acudido a una localización con un paisaje con agua en el que comprobaremos cómo una misma fotografía puede variar utilizando un filtro u otro. Dichas fotos estarán ajustadas mínimamente para mejorarlas levemente pero sin alterar el efecto producido por los filtros. ¡Vamos a verlo!
1. El Filtro Ultravioleta o Filtro UV
Los primeros filtros que vamos a ver son los filtros ultravioleta, también conocidos como filtros UV. Estos filtros, de todos los que vamos a hablar, son los únicos que no generan ningún efecto apreciable en nuestras fotografías. Los filtros ultravioleta son totalmente transparentes, y se usan sobre todo para proteger nuestras lentes. Es por ello que también se les conoce como filtros protectores.
¿Pero solo protegen nuestras lentes si somos fotógrafos de paisaje? ¡En absoluto! Es cierto que si estamos en plena naturaleza y vamos paseando puede que exista un mayor riesgo de caernos y que nuestro equipo sufra golpes, pero ese riesgo no es exclusivo de la fotografía de paisaje. A veces del modo más tonto podemos darle sin querer un golpe a nuestro equipo, y llevar este filtro puede suponer la diferencia entre que nuestro objetivo sobreviva o sufra daños irreparables. Aunque bueno, seamos conscientes de que si el golpe es tremendo el filtro tampoco hará milagros.
Eso sí, cuando vayas a adquirir tu filtro ultravioleta infórmate bien y opta por comprar un filtro de calidad. No tiene ningún sentido tener un buen equipo y luego poner un filtro delante de este que no la tiene. Piensa que un filtro no deja de ser otro cristal que estamos poniendo entre nuestra lente y la imagen que queremos captar, lo que podríamos interpretar como un paso más por el que tiene que cruzar la luz. Así que si el filtro no es lo suficientemente bueno, las consecuencias de usarlo pueden ser bastante malas, pudiendo incluso restarle nitidez a nuestras fotografías.
De hecho, aún tratándose de filtros con calidad, hay muchos fotógrafos que optan por no usarlo precisamente porque piensan que les resta nitidez a sus fotografías. Sin duda, se trata de un filtro con tantos defensores como detractores.
Además, respecto a su uso ten cuidado porque este filtro dependiendo de donde nos llegue la luz, puede llegar a causar reflejos indeseados. Es por ello que tendrás que vigilar muy bien la aparición de flares y la posible difracción que puede aparecer en tus fotografías, ya que esto podrá mermar la calidad de tus tomas.
Como ves el uso del filtro UV es un poco controvertido. Hemos visto que no produce ningún efecto, pero sí que puede servirnos para proteger a nuestra lente del polvo, arañazos y posibles golpes, a cambio de poder encontrarse con ciertos problemas de difracción o flares en algunas situaciones. Así que tú decides si merece la pena el uso de este filtro o no.
2. El Filtro Polarizador o Filtro CPL
Los segundos filtros que vamos a ver son los filtros polarizadores. Estos filtros, a diferencia de los anteriores, sí que afectan al resultado de la imagen, ya que solo dejan pasar la luz polarizada. Eso sí, para que el filtro polarizador pueda hacer bien su trabajo la luz tiene que incidir de manera totalmente lateral o preferiblemente a unos 45 grados.
Vale, pero ¿para qué querríamos polarizar la luz? ¿Qué efectos conseguimos con este filtro? Pues el hecho de polarizar la luz nos servirá para saturar y contrastar más los colores de nuestras fotografías, así como también para eliminar los reflejos indeseados.
Para poder lograrlo lo que haremos será primero acoplar el filtro a nuestro objetivo, y a continuación, a diferencia de otros filtros, el polarizador tiene una anilla que podemos ir girando, y que lo que hace realmente es acentuar más o menos la polarización de la luz. Así pues, una vez puesto deberemos girarlo poco a poco hasta conseguir que el reflejo, el contraste y los colores aparezcan como queremos.
¿Y sirve este filtro únicamente para fotografía de paisaje? Pues la verdad es que no. Lo cierto es que el hecho de que sature y contraste los colores nos viene muy bien cuando vamos a fotografiar la naturaleza, incluso la eliminación de reflejos puede ayudarnos a que en nuestras tomas se puedan apreciar los fondos de un lago o del mar. Pero ahí no termina la utilidad de un filtro polarizador.
Uno de los usos más populares de este filtro es para eliminar los reflejos en la carrocería de los coches. Cuando realizamos fotografías de automóviles este filtro puede sernos extremadamente útil porque con él evitaremos que se produzcan reflejos indeseados en la pintura y en el parabrisas de estos, mostrando el vehículo de una manera mucho más limpia y sin distracciones.
Incluso en la disciplina de retrato a veces puede venirnos bien, para matizar el brillo en la cara de nuestro modelo, o incluso para eliminar los reflejos de sus gafas si es que las llevan.
3. El Filtro de Densidad Neutra o Filtro ND
Ahora es el momento de ver uno de los filtros más populares entre los fotógrafos de paisaje, los filtros de densidad neutra o también conocidos como filtros ND. Este filtro lo que hace es reducir la intensidad de luz que penetra en el objetivo y le llega a la cámara, afectando por igual a toda la imagen. Realmente, el filtro actúa como si le colocáramos unas gafas de sol a nuestro objetivo, y eso nos permite trabajar con largas exposiciones a plena luz del día. ¿Para qué querríamos esto? Pues para conseguir el famoso efecto seda en el agua o bonitas trazas de movimientos en las nubes.
Piensa que reducir el tiempo de exposición implica que la cantidad de luz que llega al sensor es mayor porque estamos exponiendo la toma durante más tiempo. Esto si tenemos poca luz no supone ningún problema porque podemos compensar con las otras variables del triángulo de la exposición (apertura de diafragma y sensibilidad ISO). Pero si es de día y disponemos de mucha luz, por mucho que bajemos la ISO o cerremos el diafragma, no podremos aumentar mucho el tiempo de exposición si no queremos sobreexponer la imagen. Esto nos lleva a elegir entre dos opciones: u olvidarnos de conseguir efectos tan chulos como el efecto seda a plena luz del sol, u optar por adquirir uno de los accesorios más importantes del fotógrafo de paisaje, el filtro de densidad neutra.
El filtro ND puede ser de varias formas, de hecho los encontrarás circulares, cuadrados e incluso de clip-in. Además, podemos encontrar filtros ND de diferentes densidades, es decir, que le resten más o menos pasos de luz a nuestra fotografía. Los hay ND2, ND4, ND8, ND16, ND32, ND64 e incluso ND1000, y por supuesto podemos usar varios a la vez, aunque ya sabes que cuantos menos elementos pongamos frente a la lente menos riesgo corremos de afectar a la nitidez de la toma.
Por otro lado, respecto a estos filtros también podemos dividirlos ente fijos y variables. Los filtros ND fijos tienen una densidad concreta única, mientras que los filtros ND variables pueden cambiar de densidad y son de forma circular. Conforme vamos girando su anilla podremos aumentar la densidad o reducirla según nos interese. Aunque eso sí, si utilizas este tipo de filtros deberás tener especial cuidado en no usarlos en sus extremos, ya que en ellos aparecen halos raros que estropearán tu fotografía y no le darán un aspecto uniforme.
Sea del tipo que sea el filtro ND con el que trabajes, es esencial que dispongas de un trípode. Cuando se trata de fotografía de larga exposición esto es un requisito indispensable. Piensa que vamos a trabajar con tiempos de exposición largos, por lo tanto cualquier movimiento que sufra la cámara afectará a la toma. Así que el uso de un buen trípode e incluso de un disparador remoto si dispones de él, te ayudará a que solo salga con desenfoque de movimiento aquello que se mueve en nuestro encuadre exclusivamente, como el agua o las nubes por ejemplo, pero no el resto de elementos.
Dependiendo de la densidad de nuestro filtro ND, puede que te toque componer la toma y enfocar la zona que deseas antes de colocar el filtro, ya que a veces es tanta a luz que se resta que no podríamos hacerlo de otro modo.
Por último, algo muy importante también cuando trabajamos con este tipo de filtros es mantenerlos limpios. En general con todos los filtros claro, pero este que se usa sobre todo para conseguir el efecto seda en cascadas, ríos o el mar, al estar muy próximo al agua, suele empañarse y estar salpicado con gotitas de agua cada dos por tres. Así que ten siempre a mano un paño de microfibra para poder mantenerlo limpio y así conseguir imágenes perfectamente nítidas.
Y para terminar, ¿sirve este filtro solo para paisaje? Pues aunque en la mayoría de los casos se usa precisamente para esta temática, también se puede utilizar en los casos en los que queremos trabajar con una profundidad de campo escasa, pero al haber tanta luz en el ambiente nos resulta imposible equilibrar la toma con el resto de parámetros.
Eso puedo ocurrir por ejemplo en fotografía de retrato. Imagina que estás en un exterior a las 14h de la tarde, quieres fotografiar a tu modelo con el fondo desenfocado para que así destaque más, pero es tanta la luz que hay que es impensable que abras mucho la apertura de diafragma. Aunque hay otras soluciones como usar distancias focales más largas o alejar al sujeto del fondo, también podemos emplear un filtro de densidad neutra para restar luz a la toma y así poder trabajar con aperturas más amplias.
Y también se puede utilizar en fotografía callejera, una temática en la que muchos fotógrafos optan por usar este filtro para irse a lugares concurridos y hacer que la gente aparezca con desenfoque de movimiento en la escena para darle un toque más artístico, o reflejar la vida frenética de la ciudad.
4. El Filtro Degradado de Densidad Neutra o Filtro GND
Una variante muy interesante de los filtros ND es el filtro degradado de densidad neutra, también conocido como GND. Este filtro también reduce la intensidad de luz que le llega a la cámara, pero en este caso no de manera uniforme. La diferencia entre un filtro ND y uno GND es que este último en vez de tener el mismo sombreado en toda la superficie, lo hace de manera gradual, de ahí su nombre.
Estos filtros por tanto tienen una parte más oscura, y otra más clara que llega a ser totalmente transparente. ¿Qué utilidad tiene esto? Pues equilibrar la exposición de una imagen que tiene una disparidad muy grande entre la luminosidad de las diferentes partes que la componen. Esto que puede sonar un poco enrevesado es más sencillo de lo que parece.
Imagina un paisaje con el cielo muy claro, y la zona inferior muy oscura porque está a la sombra. Si quisiéramos lograr una exposición equilibrada, lo tendríamos complicado. Si optamos por exponer adecuadamente el cielo, el suelo saldría subexpuesto. Si optamos por exponer bien el suelo, entonces el cielo saldría sobreexpuesto. ¿Qué solución nos quedaría entonces? Pues trabajar con la técnica del horquillado o brackteing de exposición, de la que te hablábamos en este otro artículo y que consiste en realizar varias tomas con diferentes exposiciones para luego fusionarlas en el momento de la edición; o utilizar un filtro degradado de densidad neutra. Con este filtro lo que haríamos sería colocar su parte más oscura cubriendo la zona más clara de la imagen (el cielo), y su parte más clara cubriendo la zona más oscura de la imagen (el suelo). De esa forma las diferencias de luminosidad se compensarían y obtendríamos una toma equilibrada en cuanto a exposición se refiere.
Al igual que los filtros neutros, los filtros GND pueden estar fabricados de resina o vidrio óptico, y como antes, te recomendamos los de cristal ya que te ofrecerán una mayor calidad, y menos problemas en cuanto a dominantes de color, viñeteo o pérdida de nitidez.
Por supuesto, en este caso también encontraremos filtros GND con diferentes densidades, y lo que es más importante con diferentes formas y dureza en su transición. Así pues no utilizaremos el mismo filtro degradado neutro para realizar una foto de un atardecer en el playa con el sol escondiéndose tras el horizonte, que una foto de una paisaje de montaña con un cielo muy claro y un suelo oscuro.
Aunque existen filtros circulares degradados de densidad neutra, los más comunes tienen forma rectangular y necesitan del sistema de portafiltros. Gracias a este sistema, podremos colocar el filtro en sus guías para que se quede delante de nuestra lente, y lo podremos desplazar ligeramente hacia arriba o abajo para ajustar las diferentes partes del filtro a la imagen que vamos a capturar.
Además con este sistema también podremos voltear el filtro, porque pueden haber casos en los que necesitemos que el filtro esté en vertical (ya sea con la parte oscura arriba o abajo), pero también pueden darse situaciones en las que necesitemos usarlo de manera horizontal (con la zona oscura en la parte de la derecha o de la izquierda de la imagen).
Para utilizar este filtro es altamente recomendable trabajar con el modo manual de la cámara, porque de esa forma podremos controlar mejor la exposición de nuestra fotografía, de manera que midamos la luz en la parte más oscura de nuestra imagen, y a continuación gracias al filtro, logremos equilibrar las zonas más claras de esta.
¿Y se puede utilizar el filtro GND en más casos? Pues lo cierto es que su uso más extendido es la fotografía de paisaje. No obstante, lo podemos usar en otros casos en los que necesitemos oscurecer ciertas zonas de la imagen. Incluso para fotografía nocturna por ejemplo, si se trata de una escena en la que en la parte inferior de la imagen se ven las luces de una ciudad y distraen demasiado la atención. En ese caso podríamos utilizar el filtro con su parte oscura abajo, y así tratar de compensar la exposición de un cielo nocturno oscuro al que le están restando protagonismo las luces llamativas de una ciudad por la noche.
Combinando Varios Filtros a la Vez
Ya hemos visto cómo trabaja cada uno de los filtros de manera independiente, pero habrá situaciones en las que puedes combinarlos para conseguir la fotografía perfecta. Gracias a algunos sistemas de filtros eso es posible.
Por ejemplo, si quisieras lograr un bonito efecto seda de una cascada, pero al mismo tiempo desearas compensar el exceso de luz que hay en la zona superior de esta, tan solo tendrías que emplear un filtro ND para lograr dicho efecto, y añadir a la ecuación un filtro GND para compensar la sobreexposición del cielo. En nuestro ejemplo, la fotografía de arriba, puedes comprobar si la comparas con las que te enseñábamos en los puntos del filtro ND y el filtro GND, que en este caso hemos logrado tanto el efecto seda en el agua, como una toma equilibrada en la que el cielo ya no aparece sobreexpuesto.
Otra combinación muy popular es las del filtro polarizador más el filtro de densidad neutra, con los que podremos eliminar reflejos y saturar colores al mismo tiempo que trabajamos con largas exposiciones, tal y como se puede ver el la siguiente comparación.
Incluso podríamos combinar estos 3 filtros a la vez (CPL+ND+GND) para conseguir todos sus efectos en una única toma. Aunque recuerda que si vas a combinar varios filtros estos deben tener la suficiente calidad como para no producir efectos extraños en tus tomas o crear problemas de dominantes, viñeteos o incluso falta de nitidez.
¡Sácale Partido a los Filtros!
Ya has visto lo útiles que pueden resultar los filtros ópticos, sobre todo en lo que se refiere a fotografía de paisaje, pero también en muchos otros casos tal y como hemos visto en este artículo. Con ellos podrás conseguir resultados que difícilmente podrás imitar el el momento de la edición. Así que, ¿ te animas a descubrirlo por ti mismo?