"Aprecio la sencillez, la verdadera belleza que perdura en el tiempo, y un poco de ingenio y el eclecticismo que hacen la vida más divertida." - Elliot Erwitt
Lo serio también tiene sonrisa. Puede informar, vender o proponer, pero siempre sabrá hacerlo desde la sátira y la comedia. Se trata de una de las figuras más importantes de la fotografía en el siglo XX. Y aún sigue trabajando.
Tengo que reconocerlo. Lo conocí muchos años después de haberme iniciado en la fotografía. Mi primera reacción fue culpar a mi profesor por no haberme acercado a este artista, pero con el tiempo entendí que un fotógrafo de esta calidad tarde o temprano aparecería frente a mí. Sólo era cuestión de que mi propia fotografía madurara para poder entender que este arte de escribir con luz es una cuestión que no necesariamente tiene que pasar por lo complicado, donde tal vez sea suficiente una pizca de magia y otra más grande de sencillez. Todo llega en su momento.
Y de esto va Elliot Erwitt. O por lo menos así lo he percibido desde que cayó en mis manos un libro (“To the dogs”) donde publicó una vasta serie de fotografías sobre perros: las realizó a lo largo de su carrera y en ellas plasmó la esencia canina… aunque también humana. La relación que él tiene con los perros y la que capta en cada una de las fotografías que componen este libro obligan página a página a reírse del mundo, a hacerlo más fácil todo. Quizá como los propios perros viven. Aunque es cierto que también tiene un aspecto que puede acercar a la tristeza. Algo que él mismo ha querido dejar claro:
“Algunas personas piensan que mis fotos son tristes, algunos piensan que son divertidas. Divertido y triste, ¿no son realmente lo mismo?”
Los Comienzos de Elliot Erwitt
Como gran parte de los fotógrafos europeos del siglo pasado, la Segunda Guerra Mundial tuvo mucho que ver en su vida. Nació en 1928 en París, en el seno de una familia rusa, aunque gran parte de su niñez la vivió también en Italia (Milán). Sin embargo aquellos difíciles tiempos obligaron a su familia a exiliarse con rumbo a los Estados Unidos, a la ciudad de Nueva York propiamente.
No tardó mucho tiempo en entrar en el mundo de la imagen: en 1940, cuando se muda con su familia a la ciudad de Los Ángeles, comienza a trabajar, con tan solo 12 años de edad, en un estudio de fotografía ubicado en Hollywood revelando copias firmadas de las estrellas del cine.
Nueve años después ya trabajaría como fotógrafo profesional, aunque tendría que alternar su pasión con el tiempo que el servicio militar exigía. En 1953 su rumbo como profesional de la lente toma una fuerza que no se detendrá nunca más. Incluso hoy en día Erwitt sigue más que activo: al terminar su obligación militar, se reencuentra con Robert Capa y Edward Steichen, a quienes había conocido en un viaje previo por Nueva York. Lo invitan a formar parte de la agencia Magnum a la que nueve años más tarde dirigiría como presidente. Hoy en día sigue siendo miembro activo de la agencia, con 87 años de edad.
Por su lente pasarían personajes destacados de la historia del siglo pasado, como Ernesto Che Guevara, John F. Kennedy o Marylin Monroe. Su trabajo periodístico compaginaba muy bien con otros de carácter comercial. En ambos territorios Erwitt siempre ha manejado algo con mucha soltura y que no es otra cosa por la que Cartier-Bresson es más que reconocido: el manejo del “momento decisivo”, o aquella fracción que la creatividad ha logrado robar al tiempo con grandes dotes de magia.
Producción
Su trabajo se ha publicado prácticamente en todo el mundo. Más de cuarenta años de carrera y una calidad de primer nivel bastan para lograr eso. Pero a la par de su trabajo fotográfico, en la década de los setenta comienza a realizar documentales y en la siguiente década realiza diversos programas, cargados de ironía y humor, para HBO.
Y si seguimos la línea del tiempo, nos encontramos con un artista que no se ha detenido ni un segundo, ya que desde entonces compagina su trabajo como fotógrafo (prensa y comercial), con el de curador de exposiciones y editor de publicaciones. Galerías y museos son los destinos donde normalmente llega toda la creatividad de este artista: el Museo de Arte Moderno de Nueva York, el Instituto Smithsonian de Washington, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid o el Barbican de Londres, son algunos de los sitios por donde ha transitado su obra.
En lo personal (además de aquel libro dedicado al mundo canino), me quedo con su trabajo en el que ordena aquel desacomodo del mundo. Eso sí, su sugerencia esta cargada de elementos absurdos, incongruentes…
En su página personal te recomiendo que busques la serie llamada Phototoons (dentro de la sección Portafolios): un perro casi humano, una persona con rostro de bulldog, una garza que compite con un grifo por la forma más sutil, dos personas dialogando frente a dos cuadros en blanco que no dicen mucho y una novia que lleva como pareja un auto igualmente ataviado. Ese es el mundo del que Erwitt nos hace reír, dentro de la tristeza que en algunas ocasiones enmarca. Vaya dualidad.
Acércate a su Obra
Para ver su trabajo en la más famosa agencia da visita Magnum. Y para comprar copias de su trabajo lo mejor es hacerlo en Art.com. Para conocer su trabajo en primera persona nada mejor que su propia página web (¡no olvides ver la serie de Phototoons!).
En Vimeo podrás ver el video “Elliott Erwitt´s Great Scottish Adventure”, donde se habla de su trabajo, se incluye una breve entrevista y donde podrás ver la forma en que trabaja actualmente. Un lujo para quienes estamos aprendiendo. Y para escucharlo sin intermediario alguno, nada mejor que ver el video “Elliott Erwitt (Director´s Cut)”, donde deja claro quienes han sido los personajes más interesantes que ha fotografiado: personas simples y perros.