Seguramente, al escuchar la palabra 'ritmo' pienses instintivamente en música. Es un elemento fundamental en las melodías que tiene la capacidad de producir emociones y hacer que nos movamos casi sin darnos cuenta. ¿Quién no se ha sorprendido a sí mismo marcando el ritmo de una canción chasqueando los dedos o dando toques con el pie al mismo tiempo que la música?
Pues de la misma manera que sucede con los sonidos y los oídos, también pasa con las imágenes y los ojos. Más en concreto, con la fotografía. Solo que en este caso, en lugar de hablar de vibraciones, hablamos de elementos visuales (puntos, líneas, formas, objetos...) que se repiten en el espacio de acuerdo a un determinado patrón u orden. Y al igual que en el mundo de los sonidos, el ritmo visual tiene la capacidad de trasmitir sensaciones.
En este artículo vamos a conocer en qué consiste el ritmo como elemento compositivo, algunos de los tipos de ritmo más utilizados y cómo sacarles el máximo partido en tus fotografías. ¿Te apuntas?
Qué es el Ritmo y Cómo Detectarlo
Tal vez resulte un poco complejo tratar de buscar una definición para el ritmo sin hacer alusión al sonido. Digamos que, de igual modo que en la música, el ritmo visual trata de establecer una melodía dentro de una composición a través de patrones, formas, líneas o elementos repetidos o constantes dentro de ella.
Este tipo de composiciones, suelen ser placenteras para el ojo humano, el cual identifica el orden y la repetición como algo agradable. Ese efecto tranquilizante y equilibrado es el que debemos tratar de trasmitir cuando buscamos el ritmo dentro de nuestra composición.
Existe una buena manera de detectar el ritmo visual en una fotografía. Si tapando una parte de la imagen eres capaz de predecir lo que aparecería en la parte tapada de mantenerse la estructura que se aprecia en la parte visible, entonces tienes un patrón, tienes repetición y tienes, por tanto, una composición con ritmo.
Algunos Tipos de Ritmo Interesantes
Se puede conseguir ritmo visual utilizando diferentes modelos de esquemas. Pero no es necesario que hagamos una clasificación exhaustiva de los tipos y subtipos de ritmos visuales.
Solamente por lo infinito del lenguaje visual, seguramente siempre acabarían apareciendo contraejemplos. Pero sí me parece interesante repasar algunos de los tipos de ritmo que podemos encontrar con más frecuencia en las fotografías.
Ritmo Uniforme
Un ritmo uniforme se consigue cuando un mismo elemento se repite a intervalos regulares. Si son intervalos o distancias muy cortas entre los elementos (como ocurre con la fotografía de los limones) el ritmo es rápido.
Sin embargo, si la repetición de los elementos está más espaciada, con intervalos más grandes (como vemos en la foto de las plumas de pavo real) el ritmo se considera más lento.
Ritmo Alterno
El ritmo alterno se consigue cuando dos o más elementos distintos se repiten de modo alterno. El ejemplo más claro para ilustrar este tipo de ritmo son las teclas de un piano, pero los patrones pueden ser texturas, colores, objetos de diferente tamaño, o incluso personas colocadas en posiciones iguales y diferentes de forma alterna.
Ritmo Progresivo
Se trata de un ritmo muy similar al uniforme y alterno, pero añadiendo perspectiva. Si los elementos se disponen de forma que unos están más cerca y otros más lejos, conseguiremos ritmos crecientes y decrecientes. Lo puedes ver en la fotografía de las naranjas que están sobre la cinta transportadora, que trasmiten esa sensación movimiento y parece que se van alejando.
El objetivo suele ser, por tanto, trasmitir una sensación de tensión o movimiento dentro de la composición. Los postes de la luz en una carretera o la vista de una escalera en picado o en contrapicado también pueden aportar un ritmo progresivo a tus capturas. Fíjate en la foto que vemos arriba. Desde esta vista parece que somos capaces de prever que la mujer baja hacia nosotros.
Ritmo por Simetría
El ritmo por simetría es posible cuando dividimos la imagen usando un eje imaginario de modo que a un lado se obtiene la imagen especular del otro. Se puede realizar con uno o varios elementos a la vez y mezclar diferentes tipos de ritmo. Las líneas muchas veces (aunque no siempre) también pueden ayudarte a conseguir simetrías.
Otro recurso excelente para conseguir la simetría en tus capturas consiste en fotografiar un paisaje que se refleja en el agua. En esta captura vemos que el horizonte divide en dos la fotografía y marca el eje entre el paisaje real y el del reflejo en el agua.
Ritmo Lineal
El ritmo lineal es el que se crea gracias a las líneas, como su propio nombre indica. Se puede tratar de líneas dispares o de diferentes tamaños o formas, mientras que haya un patrón identificable entre ellas. La arquitectura y los edificios o monumentos son el mejor recurso para practicar con este tipo de ritmo.
Ritmo por Ondulación
El ritmo ondulante también es un tipo de ritmo muy común en fotografía. Consiste en fotografiar composiciones que incluyan ondas, como las dunas del desierto, las olas del mar, las nubes en el cielo, la hierba de un monte, la tierra yerma o el cabello largo de una mujer. No es necesario que todas las ondas sean perfectas o iguales, lo importante es que establezcan un ritmo general que trasmita esa sensación de paz, serenidad y elegancia.
Ritmo Radial o Concéntrico
Este tipo de ritmo se crea de modo circular y expansivo alrededor de un punto central. Desde este punto específico, se va expandiendo y dilatando en forma de espiral, ondas o círculos. En el ejemplo vemos como la cúpula superior es el centro de interés y la escalera de caracol se va expandiendo y agrandando hacia fuera.
La Ruptura del Ritmo
El ritmo puede trasmitir sensaciones en fotografía por su mantenimiento, pero también por su ruptura. Un patrón no interrumpido generalmente está asociado a sensaciones de placidez y armonía. Sin embargo, si es demasiado riguroso, puede trasmitir una monotonía demasiado simple.
Por eso tampoco debemos descartar la idea de saltarnos las reglas para conseguir buenas capturas. La ruptura en un determinado punto del ritmo presente en el resto de la imagen, genera tensión y tiene el efecto de concentrar la atención sobre el elemento que rompe el patrón.
Este efecto suele ser más acentuado cuanto más abrupta sea la ruptura del ritmo y cuando la ubicación de dicha ruptura se sitúa en uno de los puntos fuertes de tu instantánea. En el ejemplo de arriba donde los tablones de colores marcan un patrón, vemos como el círculo con la bombilla crea una ruptura armónica y agradable.
Trucos para Sacarle Partido al Ritmo en tu Composición
Yuxtaposición
Si quieres sacarle partido al ritmo en tu composición, trata de conseguir captar diversos patrones en una sola fotografía para enfatizar la sensación de ritmo. En la foto que tenemos de ejemplo, contamos con un ritmo uniforme (se repite el mismo patrón), un ritmo lineal (contiene linealidad) y un ritmo simétrico (por el reflejo del agua).
No es tan difícil, mira bien a tu alrededor y encontrarás muchos modos de yuxtaponer varios tipos de ritmo y ganar mayor fuerza en tus composiciones.
Blanco y Negro
Si además del patrón te interesa enfatizar la textura del elemento o elementos fotografiados, el blanco y negro va a ser tu mejor aliado para conseguir ritmo.
Si vas a fotografiar flores, como la que tenemos en el ejemplo, podrás aprovechar la naturalidad de sus patrones y formas para conseguir un ritmo muy armonioso.
Simplicidad y Minimalismo
Otro modo de enfatizar el ritmo consiste en mantener tu composición lo más simple posible. Esta fotografía solo cuenta con un elemento: una cuerda.
Al elegir el blanco y negro también estamos apostando por la simplicidad, porque estamos asilando el color y centrándonos en la textura. Sin embargo, el detalle y el minimalismo compositivo son lo que hace que esta composición gane fuerza.
El Poder del Tres
Finalmente, otro truco que puedes utilizar para sacarle partido al ritmo consiste en utilizar el número 3. Desde la antigüedad, la trinidad ha formado parte de nuestra cultura, mitos, leyendas e historia del arte. El poder de este número puede ser un gran recurso para tus composiciones, ya sea con objetos, formas o colores.
No tiene porqué ser siempre así, pero los números impares (3, 5, 7, 9) suelen dar muchas veces mejor resultado que los pares en tus composiciones. Pruébalo y ya me contarás.
¡Te Toca Marcar el Ritmo!
Ahora que ya sabes lo que es el ritmo visual, te toca a ti marcarlo con tu cámara. Conociendo algunos de los tipos de ritmo que puedes componer y los trucos que te he dado para enfatizar la sensación de ritmo en tus capturas, es hora de probarlo.
Te propongo un ejercicio muy sencillo para practicar a partir de ahora. Cuando contemples una fotografía, trata de identificar si tiene ritmo dentro de su composición (y de qué tipo es). Te darás cuenta de que hay más ritmo de lo que pensabas en la mayoría de composiciones que ves a diario.
Después, como siempre, solo te faltará coger tu cámara y ponerte a hacer fotos. Pero esta vez, sin olvidarte de que el ritmo puede ser el elemento fundamental para conseguir tu próxima gran instantánea. ¿Te atreves a ponerle ritmo a tus fotografías?