Es muy habitual pensar que todos los fotógrafos profesionales disparan siempre en modo manual, simplemente porque tienen el mayor control posible de la situación. ¡Es impensable! ¿Cómo van a dejar que la cámara tome decisiones por ellos sin tener en cuenta su opinión? Pero, ¡sorpresa!, ¡la mayoría sí que usan los modos semiautomáticos en algunos casos!
Confiésalo, ¿sabes realmente qué tienen que ofrecernos estos semi-automatismos? En este artículo te vamos a contar cómo, cuando y por qué te puede interesar utilizarlos. No te cierres en banda a conocerlos simplemente porque creas que su uso no es profesional. Lee el artículo y toma tu propia decisión después.
Los Modos Semiautomáticos son tus Aliados No tus Enemigos
Después de muchos años en el mundo fotográfico y de muchas conversaciones sobre el tema, suelo coincidir con mis colegas de profesión en que, hoy en día, los modos semiautomáticos están tremendamente demonizados. Se ha creado una especie de rechazo instintivo hacia ellos, subestimándolos e infravalorándolos.
Es cierto que para llegar a ser un fotógrafo profesional, debes empezar aprendiendo a utilizar el modo manual y ser capaz de manejarlo con soltura a la hora de dominar la iluminación de una escena. Pero, eso no significa que debas ignorar para siempre los semi-automatismos.
No eres el más profesional porque solo uses el modo manual. Nadie va a pensar que eres peor fotógrafo por emplear un modo de disparo semiautomático, créeme, simplemente es una preferencia que puedas tener. Lo sabemos de buena tinta, hasta los más grandes fotógrafos usan los modos de disparo semiautomáticos y en muchas más situaciones de las que crees.
Hoy vamos a explicarte de forma sencilla qué son los modos de disparo semiautomáticos y cuándo te conviene utilizarlos, para que tú mismo/a puedas probarlos en situaciones concretas y decidas si son para ti o no.
Primero Recuerda el Triángulo de la Exposición
Si ya sabes utilizar el modo manual a la perfección, debes entender sin problemas este gráfico. Pero vamos a recordar un poco en qué consiste el triángulo de la exposición, que nunca viene mal. En fotografía, tres son los elementos que determinan cuanta luz pasa hasta el sensor de nuestra cámara para hacer nuestras fotos:
- Apertura del diafragma: abertura mecánica que se abre y se cierra para dejar pasar más o menos luz y que se representa con el número f. Si el nº f es bajo, el diafragma está más abierto y si el nº f es alto, el diafragma está más cerrado.
- Velocidad de obturación: tiempo en el que el sensor está expuesto a la luz. A más velocidad menor tiempo de exposición y viceversa.
- ISO: sensibilidad con la que reaccionará el sensor a la luz. Cuanto más alta la ISO, más sensible al sensor y menos luz necesitará.
Cuando usamos el modo manual, nos aseguramos de jugar con estos tres parámetros y conseguir exponer correctamente nuestras tomas. Para saber si lo estamos haciendo bien, nos servimos del exposímetro (cuando se coloca en el cero), ya que gracias al fotómetro integrado de la cámara, es el que nos avisa de que la luz que hay en la escena es la misma que llega al sensor.
Pues bien, los modos de disparo semiautomáticos, nos ayudarán a relacionarnos de otra forma con estos tres elementos del triángulo de exposición. Con los años, estos semi-automatismos se han ido perfeccionando y las cámaras actuales trabajan de un modo mucho más preciso, por lo que si cuentas con una buena iluminación rara vez te fallarán.
Modos de Disparo Semiautomático más Habituales
El modo automático puro y duro hace las fotos por nosotros, prohibiéndonos configurar cualquier parámetro de los antes mencionados. Mientras que, con el modo manual podremos manejar los tres parámetros del triángulo libremente.
Aquí tampoco entrarían los modos escena (SCENE), que están disponibles en algunas cámaras y que son completamente automáticos, solo que adaptados a diferentes tipos de situaciones (retrato, deporte, noche, etc).
Sin embargo, los modos semiautomáticos nos dan el control sobre alguno de esos parámetros, dejando que la cámara calcule el resto. Así que, estos estarían a medio camino entre el modo manual y el automático.
Vamos a ver en detalle cuáles son los modos semiautomáticos más utilizados y en qué situaciones podremos hacer uso de ellos. La mayoría de cámaras réflex y evil cuentan con estos modos, pero asegúrate de saber si tu cámara los tiene o no, porque habrá tipos de cámaras más básicos que no los incorporarán.
Modo Prioridad a la Apertura (A, Av)
Este modo permite al fotógrafo seleccionar una apertura de diafragma concreta, dejando que la cámara sea la que calcule automáticamente la velocidad más adecuada para conseguir una correcta exposición.
Se suele utilizar cuando lo que realmente nos interesa es controlar al máximo la profundidad de campo de la toma. Ya sea porque nuestra prioridad es lograr un bello desenfoque con una zona muy concreta nítida, o bien todo lo contrario, que busquemos la mayor nitidez posible en toda la escena fotografiada.
Recuerda que... para conseguir una profundidad de campo reducida abriremos el diafragma (usando un f bajo) y para lograr una profundidad amplia lo cerraremos (usando un f alto). Por tanto, mientras nosotros nos preocupamos por la apertura, la cámara decidirá qué velocidad nos conviene más según la cantidad de luz que estamos dejando pasar.
¿Cuándo nos conviene usarlo? Pues cuando trabajamos fotografiando elementos estáticos que sabemos que no se van a mover inesperadamente. Como, por ejemplo, en fotografía de retrato, cuando dirigimos nosotros al modelo y le pedimos que pose inmóvil.
También podremos usarlo en fotografía de paisaje, cuando no haya un viento demasiado fuerte que mueva los elementos de la escena para que no salgan trepidados. La fotografía macro es otro género que nos puede interesar, siempre y cuando no sean insectos vivos u otros elementos en movimiento.
Nos convendrá en situaciones controladas donde podamos trabajar con trípode y necesitemos usar aperturas cerradas para lograr la máxima nitidez.
Modo Prioridad a la Velocidad de Obturación (S, Tv)
Este semi-automatismo nos deja controlar la velocidad de obturación, para que sea la cámara la que nos proponga una apertura de diafragma acorde a lo que necesitamos en ese momento.
Lo usaremos cuando nuestra prioridad sea jugar con el movimiento, ya sea para congelarlo o bien para capturarlo. Aquí la profundidad de campo no nos resultará tan relevante y pasará a un segundo plano, siendo el tiempo que dejemos pasar la luz hacia el sensor, el protagonista.
Recuerda que... si usamos velocidades altas, el tiempo de exposición será muy bajo, fracciones de segundo, y eso nos permitirá congelar una escena en movimiento. Por contra, si empleamos velocidades lentas, segundos completos, obtendremos imágenes más creativas que capturen el movimiento.
¿Cuándo nos conviene usarlo? Nos vendrá genial en fotografía de vida salvaje, por ejemplo, donde queramos congelar a un ave en pleno vuelo o a una ardilla en el aire saltando de rama en rama. De igual modo, será ideal para fotografía de deportes extremos, como el snowboard o el skate.
Cuando busques tiempos de exposición largos, como en fotografía nocturna de las estrellas o lightpainting también será una buena ocasión. Incluso para larga exposición diurna, utilizando filtros ND, podrás lograr un bello efecto seda en una cascada o paisajes con unas nubes únicas y originales.
Modo Programa (P)
El modo Programa es quizás el menos utilizado entre los fotógrafos. En realidad, según la teoría parece un semi-automatismo útil, ya que nos propone diferentes combinaciones de diafragma y velocidad para poder elegir el que más nos convenga y que darán como resultado la misma exposición (como un modo automático personalizado).
Sin embargo, en la práctica no parece tan interesante, porque a medida que cambia la luz, también cambia tanto la velocidad como la apertura. Por lo tanto, deberemos estar constantemente fijándonos en los parámetros y en como se modifican, en lugar de estar pendientes de hacer la foto y ganar tiempo.
Recuerda que... el modo Programa nos permite tener algo más de control que con el modo automático puro, al dejarnos elegir diferentes combinaciones e incluso otras configuraciones como la ISO o el modo de medición.
¿Cuándo nos conviene usarlo? Este modo se utiliza normalmente para imprevistos o casos de urgencia donde necesitamos ajustar una exposición correcta rápidamente y nos interesa conseguir la toma con un buen encuadre que tener los mejores parámetros. Por poner un ejemplo, podría ser en una reunión familiar con niños corriendo y jugando.
Finalmente, también vale la pena mencionar que estos tres modos semiautomáticos, así como el modo manual, nos permiten elegir entre usar una ISO MANUAL o una ISO AUTO. Este no es un modo como tal, pero sí que nos vendrá bien saber configurarlo.
Solo tendremos que indicar a nuestra cámara cuál es la ISO máxima que estamos dispuestos a tolerar y también la ISO mínima. Activar esta función nos vendrá bien en situaciones en las que la luz sea cambiante y necesitemos disparar fotos rápidamente para captar momentos irrepetibles, como por ejemplo en fotografía de bodas o eventos.
Por contra, no nos interesará demasiado activarlo cuando trabajemos con un trípode, donde la velocidad de obturación no será un problema. Ni tampoco será útil en sesiones de fotos de estudio, donde tendremos el control absoluto de la iluminación de la escena.
Razones para Disparar en Manual
Como ya hemos comentado, disparar en manual es la mejor forma de trabajar la luz de nuestras fotografías, porque seremos nosotros los que decidamos en cada momento qué parámetros serán los que utilice la cámara en la toma de la imagen. Son tres las grandes ventajas de disparar en manual que lo hacen un modo de disparo más que interesante para según qué situaciones:
- Es el modo recomendado para principiantes. Si estás empezando en fotografía te interesa abandonar cuanto antes el modo automático. Primero necesitas aprender a manejar los parámetros del triángulo de exposición a la perfección, entender cómo funciona cada uno y practicar mucho. Con modo el modo manual evolucionarás como fotógrafo porque te ayudará a ganar soltura y rapidez. Aunque muchos fotógrafos coinciden en que pasar por los semi antes de sumergirse del todo en el modo manual, también les ha ayudado a comprender el triángulo de exposición y les ha resultado una transición fundamental. Así que, tampoco descartes probar esto.
- Nos permite ignorar el fotómetro incorporado. Disparar en uno de los modos semiautomáticos significa, invariablemente, depender del fotómetro de nuestra cámara. En la mayoría de situaciones esto puede ser más que suficiente, pero habrá momentos en los que o querremos o necesitaremos utilizar un fotómetro de mano para medir la luz de la escena. En estos casos, la única manera que tendremos de exponer correctamente la imagen es utilizando el modo manual.
- Nos permite hacer dos fotos idénticas. Cuando disparamos con el modo automático (o alguno de los semiautomáticos), la cámara elige los parámetros que va a usar en función de la información que reciba a través del fotómetro. Esto significa que el mínimo cambio en la composición de la imagen puede dar pie a que la cámara interprete que se trata de una situación lumínica distinta y, por lo tanto, los parámetros utilizados sean diferentes. Habrá situaciones en las que necesitaremos tener exactamente la misma exposición en distintas fotografías, como podría ser la fotografía de estudio, la de deportes o, incluso, las distintas tomas en las que se descompone una panorámica. En todas estas situaciones, usando el modo manual podremos medir la iluminación de la escena una sola vez y, a partir de ahí, disparar sin preocuparnos por los parámetros. Eso sí: debes estar seguro de que la iluminación no variará en lo más mínimo, en ese caso deberás volver a exponer tus fotografías.
Razones para Usar los Modos de Disparo Semiautomáticos
A pesar de las bondades del modo manual, sí existen diferentes motivos por los que puede ser interesante tener en cuenta los modos de disparo semiautomáticos:
- Exponer manualmente es más lento. Sí es cierto que, con un poco de práctica y conociendo bien el comportamiento de la cámara, el hecho de medir la exposición y preparar la cámara con los parámetros adecuados, puede llevarte apenas unos pocos segundos. Sin embargo, siempre será más lento que el proceso propio de los modos semiautomáticos. En algunas situaciones fotográficas, puedes llegar a perder la oportunidad de hacer una buena foto solo por el hecho de andar midiendo la luz de la escena y configurando la cámara. Esto, con los modos semiautomáticos, no te pasará.
- La mayoría de las veces no necesitas controlarlo todo. Decidir que quieres controlar todo el proceso fotográfico es una decisión personal y muy respetable, pero seamos realistas, pocas veces necesitarás controlarlo absolutamente todo. Muchas veces solamente buscarás tener una profundidad de campo determinada o una velocidad que te permita, por ejemplo, capturar el movimiento. Si este es tu caso, los modos de exposición semiautomáticos te servirán a la perfección, pues te permitirán controlar únicamente aquello que necesites (diafragma o velocidad) y el resto, será automatizado.
- La tecnología ha avanzado mucho. Es cierto que una de las principales razones para utilizar el modo manual es que, a veces, el fotómetro de la cámara puede fallar y darnos una exposición incorrecta en nuestras fotografías. Sin embargo, esto ha ido evolucionando y, por norma general, las situaciones en las que esto sucede son muy concretas (grandes cambios en la iluminación, grandes contrastes lumínicos...), así que los modos de disparo semiautomáticos nos pueden dar excelentes resultados en la mayoría de los casos. Por otro lado, teniendo en cuenta que los "posibles errores" que pueden llevar a una mala exposición en el modo automático se dan por culpa del sensor de nuestra cámara, si utilizamos el modo de disparo manual basando nuestra medición en el fotómetro de la cámara, podemos llegar a tener exactamente el mismo problema que hemos definido anteriormente.
¿Qué Modo Debo Utilizar en Cada Situación? Las 3 Preguntas Clave
Si todavía tienes dudas acerca de qué modo de disparo te conviene más usar en cada situación, tenemos el método definitivo que te ayudará a tomar la decisión correcta. Solo debes responder a estas tres preguntas y según la respuesta que obtengas sabrás cuál elegir.
- ¿Qué Intención Creativa Tengo? Simple. ¿Cuál es tu objetivo? ¿Qué tratas de capturar? Si buscas un efecto específico como una escasa profundidad de campo o una larga exposición para conseguir efectos más creativos, quizás sí que te interese usar un modo semiautomático.
- ¿Cuánta Luz hay en la Escena? La cantidad de luz que haya en el entorno es otro factor importante. A no ser que cuentes con la cámara más luminosa del mercado, cuando haya poca luz la mayoría de cámaras pueden tener dificultades para obtener una medición precisa de los parámetros. Por eso, en esos casos es mejor disparar en manual.
- ¿De Cuánto Tiempo Dispongo? Todo depende de la situación en la que estés. Habrá momentos en los que no podrás pensar los parámetros si quieres conseguir una toma única y tendrás que tirar de automatismos. Pero habrá sesiones preparadas a conciencia donde podrás estar tranquilo/a y elegir los parámetros manualmente sin presión ninguna.
Tu Decisión: Modos Semi ¿Sí o No?
El modo manual es el mejor para aprender, sí. Pero ¿y después, qué? Una vez dominemos a la perfección el modo de exposición manual, ¿debemos obligarnos a tomar todas las fotografías, por norma, en este modo?
Personalmente, opino que lo importante es conocer nuestro equipo para poder dominarlo y utilizarlo de la manera que queramos. Entonces, una vez sepamos cómo exponer y cómo aprovechar los distintos parámetros de manera independiente, ¿por qué no aprovechamos los avances de la tecnología que nos regala un procedimiento automatizado que nos puede facilitar mucho esta labor?
Cada fotógrafo es completamente libre de utilizar el método que mejor le parezca para tomar sus fotografías, lo importante es que seamos conscientes de todas las alternativas que existen y de sus distintas características para, así, poder elegir con mayor conocimiento causa.
Así que, ¿Qué opinas tú? Modos semi... ¿Sí o no? ¡Deja tu comentario!