A la mirada hay que alimentarla. No vive sólo de clics. Las imágenes de los grandes fotógrafos son, sin duda, originales, únicas. Pero éso no quiere decir que en el fondo no lleven algún testimonio de obras realizadas anteriormente, algo que les conceda una fuerza mayor en su estructura. Seguramente dentro de la vasta obra de Steve McCurry exista mucho de Henri Cartier-Bresson y en la de Nick Brandt algo del espíritu de Ansel Adams.
Tal vez habría que dedicar algo más de tiempo para disfrutar y analizar el trabajo de grandes fotógrafos. Decirle a la técnica que ella por sí sola no puede ser la sustancia total de la obra. Y de esto trata esta serie de 12 grandes fotógrafos: de comentarle al obturador, al histograma o al Photoshop que en otro momento volveremos con ellos. Que ahora es el turno para que el ojo esté complacido y educado y para que conozca algo más de aquellos artistas que tienen mucho que enseñar al futuro de la fotografía. ¿Me acompañas?
Fotógrafo militante
Para comenzar, existe la opción de hacerlo por la puerta grande. Y no hay un nombre con mayor tamaño, por lo menos en la fotografía documental contemporánea, que Sebastiao Salgado. Un hombre que tomó la cámara profesionalmente a los 29 años para no detener desde entonces una carrera profesional que ha creado algunas de las mejores fotografías de la historia de este arte.
Son tantos los premios y los reconocimientos, que no habría espacio en este blog para intentar acomodarlos de buena manera. El W. Eugene Smith Memorial Fund, Hasseblad Foundation, miembro honorario de la Academia Americana de Artes y Ciencias, o el Príncipe de Asturias podrían dar un gran esbozo del nivel de aceptación de su obra.
Nació en 1944 en Aymorés, Brasil. Su primer momento como profesional no tuvo que ver con la fotografía, pero sí con la realidad social. Su formación como economista, donde trabajó para la Organización Internacional del Café y otros proyectos asignados por el Banco Mundial, fueron un punto de inflexión que lo llevaría a tener una cámara en sus manos: necesitaba documentar aquellas realidades que estaba conociendo en sus viajes constantes por el mundo, sobre todo en África. Su formación como fotógrafo fue completamente autodidacta y podría decirse tardía, pero su corazón tenía mucho que decir, lo que no significó ningún contratiempo.
Era el año 1973 cuando Salgado comenzaría a trabajar como fotógrafo, primero con temas de noticias y muy pronto como un artista documental, o como él mismo se llamaría, un “fotógrafo militante”, donde la comprensión del hombre tiene tanto peso como saber medir la luz o la marca del equipo.
Su calidad no podría tener otro espacio que la agencia Magnum Photos, pero para llegar ahí antes tuvo que pasar por la agencia Sygma y la francesa Gamma. En Magnum trabajó desde 1979 hasta 1994, año en que decidió conformar, junto con su esposa, su propia agencia de fotografía, Amazonas Images.
Los proyectos de Salgado
Una Leica y una visión en blanco y negro, han sido sus dos grandes compañeros en una carrera profesional dedicada a trabajar con la devastadora situación social y económica en que se encuentran los seres humanos. Su trabajo, plagado de inmejorables fotografías, tal vez no se puede conocer foto a foto. Necesita abordarse quizás serie por serie, empaparse de cada uno de sus ensayos fotográficos.
A mediados de la década de los noventa tuve la oportunidad de ver directamente en Madrid su ensayo “Trabajadores”. Eran mis primeros momentos como fotógrafo y creo que logré aprender más de este arte caminando por aquellos pasillos vestidos de magia y realidad, que todo el tiempo que había dedicado a estudiar fotografía.
Aquellos paisajes infernales de las minas de Indonesia o la dureza de los buscadores de oro retratados por el ojo de Salgado, me convencieron que una buena imagen tiene que estar dotada de una buena historia. De aquella exposición, subtitulada “Una arqueología de la era industrial”, salí con un libro de más de 300 fotografías que ha sido desde entonces mi verdadera guía de fotografía y humanidad.
Su travesía por más de 100 países ha derivado en otros importantes trabajos, como Latinoamérica, un ensayo impresionante que abarca la realidad humana desde México hasta Tierra del Fuego. En su serie Sahel documentó, con la ayuda de los equipos de Médicos sin Fronteras, la catástrofe que ocasionó una sequía descomunal en África y en Éxodos retrató el fenómeno de las migraciones humanas derivadas por la hambruna, los desastres naturales, la represión y las guerras.
Génesis su actual trabajo
El último ensayo de Salgado, que se está exponiendo a lo largo del mundo, es Génesis, el producto de la amplia visión de este artista-documentalista en el que ha invertido ocho años de trabajo. Se ha centrado en visitar territorios vírgenes del planeta: alrededor el 46% de la Tierra permanece aún en el mismo estado en que se encontraba en la época del Génesis, recuerda el propio Salgado.
Génesis ha sustituido los dramáticos momentos de la realidad social contemporánea por paisajes donde el esplendor es el verdadero protagonista. Las fotografías de los leones marinos comparten importancia con aquellos de imágenes volcánicas, los jaguares y caimanes de Brasil son fotografiados al igual que la neolítica etnia korowai de Papúa Occidental o los icerbergs de Alaska comparten espacio con los volcanes de África Central o las ballenas del Antártico. Es un pleno homenaje al estado natural de nuestro planeta donde Salgado y su esposa, Lélia Wanick, plantean mostrar la belleza de la naturaleza para recordarnos a todos la importante necesidad de conservar lo existente.
El trabajo se realizó con cuatro viajes de dos meses al año, donde se plantaron treinta destinos importantes para visitarlos en los ocho años que duró el génesis de este proyecto. Con la ayuda de organismos internacionales y otros locales, así como medios editoriales como Rolling Stone (Estados Unidos), The Guardian (Gran Bretaña), Paris Match (Francia), La Vanguardia (España) y La Reppublica (Italia), Salgado viajó y recorrió prácticamente la mitad del planeta a través de mulas, camiones, globos, aviones y barcos. En ese momento vivía plenamente su sexta década de vida: el cuerpo sin duda no pensó en el cansancio gracias a la efervescencia de su pasión.
El resultado de aquel retrato de la majestuosidad de la naturaleza recorre actualmente todo el mundo, a través de exposiciones o en la impecable edición de propio libro "Génesis", muy solicitado, por lo que seguramente dura pocos días en las librerías..
Aunque si quieres ver en primera línea el trabajo original y te encuentras en Barcelona (Cataluña) antes del 8 de febrero de 2105, puedes visitar la exposición “Génesis” en CaixaForum. La Sagrada Familia o el barrio Gótico sabrán esperar para otro día tu presencia.
Aunque también existe la posibilidad de acercarse a la obra de este gran artista a través de la visión de otro grande, Wim Wenders, quien junto con Juliano Ribeiro Salgado, hijo del fotógrafo, dieron vida a La Sal de la Tierra (The Salt of the earth), un largometraje documental sobre la vida y obra de Sebastián Salgado. Como no podía ser de otra manera al unir tantas dosis de maestría, el pasado Festival de Cannes otorgó al documental el Premio del Jurado.
Y tú, ¿conocías algo de la obra de este gran fotógrafo? ¿Te has inspirado alguna vez en algunas de sus fotografías?. Espero tus comentarios para poder completar este artículo.