La fotografía se compone de muchos elementos que nos ayudan a determinar si una imagen es excepcional o no es tan buena. Composición, nitidez, técnica... ¿Pero qué hay del contraste? ¿Se te había pasado por la cabeza este componente cuando he empezado a enumerar la lista?
Aunque no lo creas, el contraste es uno de esos componentes esenciales de la fotografía del que no lo conocemos todo. Es por ello que en este artículo hemos querido despejar todas las dudas que hay acerca de este importante término fotográfico, para que descubras exactamente qué es, los tipos de contraste que hay (porque sí, hay más de uno), y para que que puedas aprovechar toda esa información para mejorar tus imágenes. ¡Vamos allá!
¿Qué Entendemos por Contraste en Fotografía y Qué Tipos Hay?
Cuando nos hablan de contraste en fotografía, seguro que la mayoría de nosotros visualiza el deslizador de cualquier programa de revelado llamado precisamente Contraste. Pero, ¿qué es realmente el contraste?
Pues el contraste significa diferencia. Una diferencia que en fotografía suele hacer referencia a la luminosidad y cromaticidad de una imagen. Es decir, nos ayuda a comprender cómo la luz y el color influyen en una fotografía. Luz y color... dos de los aspectos fundamentales con los que podemos trabajar para conseguir capturas de lo más alucinantes, y que sin duda afectan a la composición de la fotografía.
Una vez vista la definición de contraste, vamos a analizar los diferentes tipos de contraste con los que podemos encontrarnos o que podemos buscar conscientemente en nuestras tomas.
1. El Contraste Tonal
Empezamos con el contraste más obvio y común de todos, el contraste tonal. Este se ocupa de la luminosidad de una captura, por lo que de algún modo nos explica el papel que tiene la iluminación en fotografía y cómo se relaciona con el brillo o la opacidad de los elementos de una imagen.
Es decir, se crea cuando en una imagen aparecen tonos claros y tonos oscuros que se encuentran directamente el uno al lado del otro. Es el caso del siguiente ejemplo visual.
En esta fotografía observamos un fondo con tonos muy oscuros, al igual que la indumentaria del sujeto y algunas zonas del instrumento, que contrastan con los tonos claros de las manos y los brazos del sujeto, las baquetas y la zona superior del tambor.
El contraste tonal puede ayudarnos mucho en la composición de nuestra imagen, ya que si sabemos cómo utilizarlo podremos dirigir la mirad del espectador que observa la fotografía hacia la zona que más nos conviene. El ojo primero prestará atención a las zonas más iluminadas de la fotografía, y después se fijará en los detalles que rodean a esta. Por no hablar de que el contraste tonal también ayuda a definir los diferentes elementos de una imagen.
Es muy común que al hablar de contraste se utilicen fotografías en blanco y negro para ilustrar el concepto, aunque obviamente encontraremos también fotografías en color contrastadas. La explicación a esto radica en que cuando incluimos el color, estamos añadiendo una variable más a la ecuación, y por tanto, más elementos de distracción. Al observar una toma en blanco y negro resulta más sencillo identificar el contraste tonal.
Podemos decir por tanto que el contraste tonal es el equilibrio entre las áreas claras y oscuras de una imagen, y este se puede clasificar en tres categorías:
- Contraste medio. Cuando la fotografía tiene una amplia gama de tonos, que van desde el blanco puro al negro puro.
- Contraste alto. Cuando en una fotografía las sombras son muy oscuras y las luces son muy brillantes, es decir, que hay una diferencia significativa entre los elementos más brillantes y más oscuros. Por ejemplo, cuando fotografiamos la luna en un cielo nocturno, o cuando capturamos siluetas.
- Contraste bajo. Cuando el rango tonal de una fotografía vira hacia tonos más grises, con sombras que no están muy marcadas y altas luces que no son muy brillantes, lo cual puede otorgarle a la imagen un aspecto suave y plano. En este caso la diferencia entre los elementos más brillantes y los más oscuros será mucho más sutil, y no hay ni blancos ni negros puros. Por ejemplo podemos verlo cuando fotografiamos en condiciones de niebla o humo.
Y ahora puede que por tu cabeza pase aquello de fotografías en clave alta y clave baja, ¿verdad? ¿Tienen algo que ver con el contraste tonal? Pues lo cierto es que no son lo mismo. De hecho, muchas veces se tiende a pensar que la clave alta se asocia a un alto contraste, y la clave baja a uno bajo, y no tiene por qué ser siempre así.
Es más, con la iluminación en clave alta obtendremos imágenes brillantes que no poseen muchas sombras y en las que no hay presencia de negros absolutos, por lo que no hay tanto contraste. Mientras que la iluminación de clave baja nos proporciona fotografías mucho más oscuras y con sombras marcadas en las que suele haber más contraste.
Esto es algo que debemos tener en cuenta a la hora de realizar nuestras tomas, y por supuesto saber también que cada uno de estos tipos de iluminación a su vez transmiten una serie de sensaciones, siendo más dramáticas y emocionales las tomas en clave baja, y más positivas y de ensueño las tomas en clave alta.
2. El Contraste de Color
Por otro lado, tenemos el conocido como contraste de color. Observa la fotografía de arriba. ¿A dónde se dirige tu mirada primero? ¿A la silla amarilla, verdad? ¿Por qué? ¿A qué se debe? A esto responde precisamente el contraste de color.
El contraste de color se ocupa de la cromaticidad de una imagen, y responde a la idea de que el color tendrá más impacto cuando se contrasta con un color contrastante.
Por lo tanto, en este caso nuestra mirada se dirige a la silla amarilla en primer lugar porque es el único elemento que a pesar de tener las mismas dimensiones y disposición en el encuadre que el resto de sillas, tiene una clara diferencia, su color. Y eso sin duda es lo que capta nuestra atención.
Por norma general, podemos clasificar los colores como colores primarios (rojo, azul y amarillo) y colores secundarios (verde, naranja y morado), aunque los colores también pueden dividirse entre colores cálidos y colores fríos.
El contraste de color se produce cuando se combinan entre ellos y se logra un equilibrio entre colores cálidos y fríos, lo que también se logra empleando los colores complementarios. Así pues, algunos de los contrastes de color más populares y que seguro que has visto en más de una ocasión son:
- Rojo/verde
- Naranja/azul
- Amarillo/violeta
¿Pero cómo se logra el contraste de color en nuestras fotos? Si prestas atención a aquello que te rodea seguro que acabas encontrando elementos que poseen este tipo de contraste. De hecho en la naturaleza encontrarás muchos ejemplos.
Aunque eso sí, siempre te resultará más sencillo crear tú mismo esos contrastes de color, y por ejemplo si vas a realizar una sesión de retrato, tener pensado ya en qué entorno vas a realizar las fotografías para saber cuál es el color predominante, y en consecuencia indicarle al modelo que se vista con ropa del color que lo complemente.
¿Y por qué nos interesa trabajar con el contraste de color? Pues porque es una estupenda manera de guiar la mirada de nuestro espectador y construir una historia, pero no solo eso, sino que nos ayudará mucho a que nuestro motivo fotográfico destaque del resto de la escena.
Respecto al contraste de color, si quieres ampliar la información y ver más ejemplos que te ayuden a comprender cómo funciona, te recomendamos que le eches un vistazo a nuestro artículo Utiliza el Contraste de Color para Crear Fotografías Más Impactantes, en el que hablamos exclusivamente de este tipo de contraste.
3. El Contraste Conceptual
En tercer lugar encontramos un tipo de contraste menos obvio que los dos anteriores, que sigue siendo igual de eficaz, pero que tiene más que ver con conceptos e ideas que con aspectos físicos reales. De hecho este tipo de contraste agrega profundidad a la fotografía y anima al espectador a interactuar con ella, ya que verá cosas juntas en una misma escena que no se espera ver.
A veces el contraste conceptual se apoya en el contraste tonal y el contraste de color para destacar el elemento protagonista, como es por ejemplo el caso de la fotografía de arriba, donde la ficha que destaca es justamente más clara y de otro color que el resto. Pero no siempre tiene por qué ser así.
El contraste conceptual es una técnica empleada para transmitir una narrativa en una composición. Las imágenes con contraste conceptual son imágenes más abstractas y subjetivas que se basan en ideas y que resaltan las diferencias entre los elementos.
¿Ante qué tipo de fotografías podemos enfrentarnos en este caso?
- Imágenes que contrastan lo viejo con lo nuevo
- Imágenes que contrastan diferentes escalas y tamaños (grande o pequeño)
- Imágenes que contrastan elementos artificiales y naturales
- Imágenes que contrastan diferentes formas
Por ejemplo en esta fotografía, solo aparecen en escena dos manos, la de un niño y una persona mayor. Puede que no tenga la composición más cuidada del mundo, o que no tenga ni siquiera color, ¿pero transmite o no transmite fuerza? Generaciones distintas unidas con un simple gesto. La diferencia de edad en este caso es la que representa el contraste conceptual de la toma, y la piel nueva contra la piel llena de arrugas y de experiencia es la que cuenta la historia de esta fotografía.
Otro tipo de contraste conceptual con el que podemos encontrarnos es el contraste de texturas, como es el caso de la siguiente imagen.
En esta captura se combinan dos texturas muy diferentes. Por una lado tenemos a la izquierda una textura mucho más suave y líquida, mientras que a la derecha la textura parece más rugosa, cuarteada y sólida. Además, si nos fijamos a esta imagen también le acompañan los otros dos tipos de contraste. El lado izquierdo es mucho más claro que el lado oscuro (contraste tonal) por lo que nuestros ojos se dirigen antes hacia él, y además coincide que el color también destaca mucho más que el negro de la parte derecha (contraste de color). Es un ejemplo sencillo, en el que podemos decir que se han empleado los tres tipos de contraste para crear una composición fuerte.
¡Aprovecha el Contraste en Tus Fotografías!
Y una vez llegado a este punto, creo que ya conoces un poco más acerca de lo que es el contraste, pero sobre todo, de cómo sabiendo emplearlo a la hora de hacer nuestras capturas podemos lograr que estas sean mucho más impactantes.
¿Te parece ahora lo suficientemente importante este concepto? Te animo a que en tus próximas sesiones fotográficas lo tengas en cuenta, y que veas como tus imágenes poco a poco subirán de nivel.