La fotografía cada día tiene menos límites. Hasta hace muy poco tiempo, el agua había sido uno de sus grandes enemigos, pero ahora se ha convertido en un escenario muy demandado. La fotografía acuática está de moda, aunque es normal que muchos de vosotros todavía dudéis ante la idea de meteros con vuestro equipo en el agua. Y es que en este medio, un pequeño error logístico se paga muy caro literalmente. Pero siendo cuidadoso, cualquiera puede disfrutar de ésta tecnología.
De momento contamos con dos opciones cuando se trata de ir al agua: cámaras acuáticas, o fundas/carcasas con las que proteger nuestro equipo. Yo voy a hablar de éstas últimas, concretamente, las de las DSLR, ya que son las que utilizo y las que más interrogantes crean.
Qué Es una Funda Acuática
Una funda o carcasa acuática es un plástico que se cierra herméticamente para evitar que el agua se introduzca en su interior. Cada vez más marcas están lanzado sus propios modelos al mercado, por lo que existe una amplia gama de precios. Pero éste es un producto con el que no te la puedes jugar, así que es necesario investigar un poco previamente y no lanzarte a por la más barata que encuentres.
Al final acaban siendo una buena inversión porque no sólo sirven para meterse con ellas en el agua; también pueden ser utilizadas para proteger la cámara del polvo o la arena (desierto), en ambientes con elevada humedad (niebla) o cuando llueve.
Diferencias entre Funda y Carcasa Acuática
Las carcasas están hechas de plástico rígido y con ellas se tiene acceso a la mayoría de los botones de la cámara. Son las que han llevado tradicionalmente los fotógrafos de surf y los de submarinismo. Se les puede acoplar un sistema de iluminación (fundamental en las profundidades), están hechas a medida para cada cámara, y su precio como os podréis imaginar es bastante elevado.
Las fundas (también llamadas Bolsas Estancas), son una opción más económica aunque hay que tener cuidado con ellas. Muchas marcas de dudosa reputación las fabrican con materiales de baja calidad para satisfacer la gran demanda del mercado, aunque también hay fabricantes serios que crean productos de gran calidad.
Estas fundas o bolsas se caracterizan por estar confeccionadas en PVC flexible que permite el acceso aunque algo incómodo a los controles de la cámara. La parte delantera lleva un cristal a través del que se fotografía. En algunas de estas fundas se puede integrar un flash.
Yo uso las de la marca alemana EwaMarine. Hace unos años un amigo me dejó probar la suya él llevaba ya varios años utilizándola y el resultado me convenció.
Se cierra con un sistema de 2 rieles que comprimen el plástico y 3 tornillos que fijan estas piezas. Aunque parezca algo rudimentario, nunca me ha dado ningún susto, y eso que yo me meto en el agua cada semana así que he tenido oportunidades para ello. Pero éste plastiquito se ha enfrentado a olas que me lo han hecho pasar mal a mí, se ha visto envuelto en unos cuantos revolcones en orillas bravas, y ha conocido profundos fondos marinos. Vamos, que es un producto todoterreno.
Qué Carcasa Acuática Comprar para tu Cámara
A la hora de elegir la tuya, es importante que tengas presente el uso que le quieres dar. Las fundas están fabricadas para funcionar a diferentes profundidades máximas, así que presta atención a esto. Si no prácticas submarinismo, con una que baje 3 o 5 metros tendrás más que suficiente. Ten en cuenta que para una profundidad mayor necesitarás también plomos que te ayuden a hundirte, una botella de aire y focos, además de conocimientos avanzados sobre buceo, claro.
Esto puede parecer muy obvio, pero elije una funda que se adapte al tamaño de tu cámara. Lógicamente si no cabe en ella no te va a servir de nada; pero tampoco es conveniente que quede demasiado espacio libre ya que luego el plástico sobrante puede ser molesto. Consulta con el fabricante los modelos que se pueden utilizar en cada funda.
Y no te olvides del objetivo: debe quedar lo más ajustado posible al cristal frontal. De este modo evitarás que tus fotos pierdan calidad al estar demasiado separado el objetivo del cristal.
Si piensas ponerle flash algún día, busca un modelo diseñado para ello, si no es muy posible que el flash acabe rebotando dentro.
Consejos de Uso
Ya has hecho la investigación previa, has elegido tu funda o carcasa, y llega la hora de la verdad: hay que meterse en el agua. Con la cámara dentro de la funda el acceso a los botones se complica, así que es mejor establecer los ajustes fuera y cruzar los dedos para no tener que hacer modificaciones en mitad de la sesión.
Si la cámara va a estar sobre la superficie del agua, sube un paso el ISO; si va a estar bajo el agua, súbelo como mínimo 2 (conforme te alejas de la superficie la luz disminuye rápidamente).
Enfoque automático: importantísimo. No se puede enfocar manualmente a través del plástico...
Si vas a hacer fotos bajo el agua, no olvides ponerte una máscara para poder ver. Que tu cámara funcione debajo del agua no significa que tus ojos también lo hagan ;)
A menos que busques una composición muy específica, colocar el punto de enfoque en el centro te facilitará el trabajo.
Otra cosa de la que tendrás que prescindir en el agua es del zoom, así que es mejor utilizar objetivos fijos. Al principio es un fastidio si no estás muy acostumbrado, pero al final agradecerás tener una preocupación menos, y ganarás en calidad.
Es recomendable introducir en la bolsa uno de esos saquitos que absorben la humedad que se puede formar en el interior (por condensación). Esto se debe al cambio de temperatura entre el agua y la superficie.
No traigas tu cámara enfundada desde casa; espera a llegar al sitio en el que vayas a trabajar para hacerlo. De esta forma podrás observar las condiciones de luz y ser más preciso en los ajustes. Además, la diferencia de temperatura será menor.
Y una Vez en el Agua, Paciencia y Probar, Probar, Probar
Presta atención al exterior del cristal frontal, que puede acumular gotas o incluso sal si estás en el mar y ésas gotas se secan.
También asegúrate de que el objetivo de tu cámara está bien pegado al cristal; si no es así es posible que la foto pierda calidad y/o que aparezca viñeteada. Si te sobra espacio para el objetivo dentro de la funda, simplemente agárralo de manera que queden juntos.
Al principio todo esto puede resultar un poco tedioso, y es posible que obtener los resultados esperados te lleve unos cuantos días de práctica. Pero cuando consigues tu primera foto ?wow?, te das cuenta de que el esfuerzo ha merecido la pena.
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