La luz, materia prima esencial para la fotografía, a veces tan predecible, otras veces tan misteriosa, siempre tan fascinante. Debería ser objeto de estudio por todos los que nos apasiona la fotografía, porque sólo conociéndola en profundidad, podremos intentar dominarla para ponerla a nuestro servicio y así obtener mejores fotografías.
En este artículo quiero revelarte los cinco aspectos esenciales que te convertirán en el Señor de la Luz. ¿Me acompañas?
Cuáles son los Ingredientes Necesarios
Para obtener la pócima exacta que hará que tus fotografías ganen en calidad de luz, primero, has de conocer los ingredientes que necesitas, y luego dependerá de cada uno la forma de mezclar adecuadamente dichos ingredientes para obtener un resultado u otro.
Las combinaciones pueden ser casi infinitas, y los límites sólo los pondrá tu imaginación. Por eso, vamos a ver esos ingredientes uno a uno.
1. Ángulo
El ángulo de la luz es el primer ingrediente que debes aprender. Cuando la luz incide sobre los objetos desde diferentes ángulos, permite resaltar su volumen. Por eso, existe una gran diferencia cuando disparamos un flash montado sobre la cámara a cuando lo hacemos separado del eje de la misma.
Observa tu entorno, existen multitud de luces iluminándolo todo y casi todas ellas desde un punto de vista elevado. En muy pocas ocasiones el objeto está iluminado desde el mismo ángulo que lo estás mirando. Por ello, utilizar el flash montado sobre la cámara puede ser una opción rápida y cómoda para poder captar un instante en un momento concreto, pero si quieres obtener una fotografía en la que quieras resaltar el volumen, deberías plantearte la opción de separar tu flash del eje óptico de la cámara y empezar a jugar con los ángulos.
Observa como en la fotografía en la que se ha utilizado una iluminación a 45 grados resalta la textura de figura, sin embargo la fotografía iluminada de forma frontal aparece totalmente plana.
2 .Distancia
Depende de la distancia a la que coloquemos una fuente de luz sobre el objeto fotografiado obtendremos un resultado u otro. Una de las cualidades de la luz es que posee una reducida profundidad de campo, es decir, si acercamos mucho la luz a un objeto y a su vez alejamos este objeto del fondo conseguiremos este efecto. La luz alcanza al objeto y cae rápidamente tras él por lo que, al no llegar al fondo éste aparece totalmente negro.
La distancia de la fuente de luz tiene también una influencia en la calidad de la misma. Cuanto más alejemos la fuente de luz del sujeto fotografiado más dura será la luz mientras que cuanto más la acerquemos al mismo obtendremos una luz más suave. Este aspecto también lo podemos variar modificando el tamaño relativo de la luz. Éste será nuestro tercer ingrediente.
3. Tamaño Relativo
Puedes pensar que la dureza de la luz viene determinada por el tamaño de la fuente que la produce pero, en realidad, lo que tienes que tener en cuenta es el tamaño relativo, es decir, cómo de grande ve el sujeto la fuente de luz. El ejemplo más claro lo tenemos en el sol, una luz producida por una fuente de un tamaño enorme que, sin embargo, produce una luz muy dura debido a la distancia que se encuentra de la tierra. El sol aparece como un pequeño punto de luz, eso sí, tan potente que es capaz de iluminar un área inmensamente grande.
Para saber cuándo una luz es dura o suave, tendrás que fijarte en la transición entre las zonas iluminadas y las sombras, cuanto más suave sea esa transición, más suave será la luz, en cambio, si dicha transición es muy brusca, estarás ante una luz dura.
4. Alcance y Dispersión
Aquí tienes dos ingredientes en uno, ya que, ambos van muy relacionados y tienes que saber que, modificando uno deberás añadir más del otro para que el resultado sea satisfactorio.
Para conseguir aumentar o reducir la dispersión de la luz de nuestro flash tenemos varias opciones. Por un lado, variar el zoom del mismo, con un zoom abierto conseguiremos una mayor dispersión de la luz reduciendo su alcance. Por el contrario, si cerramos el zoom obtendremos un mayor alcance de luz pero más concentrado. También podemos conseguir modificar la dispersión de la luz utilizando telas difusoras, paraguas o ventanas para aumentarla, o bien, conos o nidos de abeja para reducirla.
Cuando colocamos un paraguas sobre el flash, lo que estamos consiguiendo es ampliar el tamaño aparente de la luz, ¿recuerdas?, así como ampliar la zona de cobertura que iluminará el flash, pero recuerda también que el grado de suavidad de la luz vendrá determinado por la distancia a la que coloques la fuente de luz del sujeto iluminado.
Cuando colocas cualquier material difusor frente al flash estás restándole alcance por lo que vas a necesitar más potencia para lograr la misma exposición que utilizando el flash desnudo.
5. Color
La luz que produce el flash es blanca, pero gracias a los geles de color, podemos variar el color de la luz llevándola al tono deseado. Yo te recomiendo el kit de Rosco Strobist donde encontrarás una amplia gama de geles que cubrirán todas tus necesidades. Los más utilizados son los que sirven para equilibrar el flash con las luces de tungsteno y las fluorescentes que son dos de las principales fuentes de luz que nos vamos a encontrar en nuestro entorno diario.
Con los filtros de colores no sólo podrás equilibrar dos fuentes de luz distintas sino conseguir efectos muy creativos. Simular luces de neón, variar la temperatura del color para obtener un tono más cálido en la piel de una modelo, variar la tonalidad de un atardecer llevándolo a tonos azulados o rojizos, en fin, sus posibilidades son tantas que una vez los descubras ya no podrás viajar sin estos pequeños trozos de acetato en tu mochila.
Para conseguir dramatizar la puesta de sol con tonos rojizos selecciona en tu cámara el balance de blancos en “Nublado” con ello llevarás la temperatura de color a tonos muy cálidos, pero para compensar el tono de tu modelo deberás colocar en el flash un gel azulado y conseguirás el efecto que ves en la fotografía. Para conseguir un tono más azul del cielo deberás seleccionar el balance de blancos en “tungsteno” y colocar un gel cálido o CTO en tu flash para compensar el tono de tu modelo. Sencillos trucos con resultados muy atractivos.
Un Último Ingrediente Fundamental
Tu creatividad será el ingrediente final para crear un guiso exquisito. Como habrás podido comprobar, los ingredientes mencionados en este artículo no son aislados unos de otros, sino que se relacionan entre sí. Ahora entra en juego tu talento para combinarlos sabiamente y obtener resultados extraordinarios.
Para saber más del comportamiento de la luz y de cómo sacarle todo su potencial, os recomiendo el blog de David Hobby y los libros “Sin Miedo al Flash” de José Antonio Fernández y “La iluminación en la fotografía, ciencia y magia” de la editorial “Anaya” obras que no pueden faltar en la biblioteca de todo aspirante a buen iluminador.
¿Y tú? ¿Conoces algún ingrediente más? ¿Nos muestras tus fotografías realizadas con Flash Externo? Tus comentarios serán los que completen este artículo.