Hemos hablado largo y tendido en dzoom sobre fotografía macro o fotografía de aproximación, hemos hablado de técnica, de equipo o de las principales dificultades que entraña dicha disciplina entre otros muchos aspectos.
Por tanto, en éste artículo me gustaría enfocar hacia un plano puramente metódico, cómo organizar un trabajo de campo eficaz para lograr inmortalizar uno de los más bellos procesos que nos ofrece la naturaleza, ¿me acompañas?
Conociendo a las libélulas
Siempre me ha llamado la atención la perfección de su vuelo, color y halo de misticismo que las rodea. Parecen desmarcarse en cierto modo del resto de insectos y, en realidad, resulta que son diferentes, pues se integran dentro de un grupo denominado Paleopteros, los insectos alados más primitivos . Convivieron con los afamados dinosaurios tal y como las conocemos, y poco ha cambiado desde entonces.
Poseen un ciclo vital mediante el cual explotan dos nichos ecológicos tan dispares como el agua y el aire, y es ese justo momento, el paso de un medio a otro, el que llamamos metamorfosis imaginal, es decir, la fase en la que el individuo acuático o ninfa se convierte en imago o individuo adulto en fase reproductiva. Conforma un proceso apasionante, un cambio de estructura radical en el cual podremos observar desde la emergencia a través de la exuvia, hasta la formación de las alas y su posterior primer vuelo.
Sin embargo, llegar a presenciar este efímero proceso conlleva una dosis extra de paciencia y metódico trabajo de campo, ¿te interesa? ¡Sigue leyendo!
Trabajo de campo
Fotografiar la metamorfosis de las libélulas implica, en primer término, conocer algunos aspectos previos que serán imprescindibles si no queremos dar vueltas y vueltas sin sentido, si no queremos perder demasiado el tiempo.
Ejemplar en plena emergencia tras haber rasgado la exuvia. Tratándose de metamorfosis nocturna, fue necesaria la utilización de linterna para enfocar y flash.
Realicé seguimientos de varias charcas, tanto en plena naturaleza como en entornos urbanos, de tal forma que cada mañana de cada día durante aproximadamente mes y medio, se recogieron exuvias de entre las plantas acuáticas que crecen en aguas estancadas o de movimiento lento. En un cuaderno dibujaba la charca a estudiar e iba anotando qué tipo de exuvia encontraba (varían según la especie), en qué zona de la misma y en qué fecha. Es relativamente fácil el recuento debido a que los restos quedan bien anclados a las ramas.
Pero… ¿Cuándo podemos encontrarlas? De nada serviría salir al campo a tomar notas si no conocemos con cierta aproximación la época en la que se realiza el proceso metamórfico.
La primera exuvia que observé fue un 31 de Marzo (hay que tener en cuenta que se realizó en la provincia de Badajoz, sur de la península, donde la primavera llega antes que en zonas norteñas) y se trataba de exuvias grandes propias de imagos grandes, suelen corresponder a ejemplares con metamorfosis nocturna (como las del género Anax). No fue hasta un 13 de Abril cuando pude observar exuvias pequeñas y medianas correspondientes a imagos pequeños que realizan metamorfosis diurna (como las del género Orthetrum).
¿Lo resumimos?
- Comienzan a principios de primavera, entre finales de marzo y principios de abril, finalizándose a finales de mayo (siempre teniendo en cuenta las ligeras variaciones para cada región geográfica).
- Podrás encontrarlas en zonas de aguas tranquilas como charcas, riachuelos, o zonas de corrientes lentas en ríos de mayor caudal.
- Presta especial atención a las orillas, a la hora de realizar el proceso se “anclan” a las ramas que emergen e incluso pueden llegar a alejarse varios metros en busca de alguna roca que consideren segura.
- Cuaderno en mano, dibuja la charca o zona de trabajo y ve apuntando las exuvias que vayas encontrando cada día, su posición y fecha, te proporcionará una valiosa información.
Comparativa de dos tipos de iluminación con flash para metamorfosis nocturna. En la primera, con flash frontal, destacan las texturas superficiales. En la segunda, con flash a contraluz, damos importancia a las transparencias.
Conocemos los lugares que frecuentan para realizar metamorfosis, cuándo las hacen y el método de trabajo a seguir para tener unas mínimas posibilidades de éxito, estamos preparados para dar el siguiente paso y fotografiar el proceso de principio a fin, desde la salida del agua hasta su primer vuelo.
Fotografiando el proceso
En el momento de organizar las salidas fotográficas debemos tener en cuenta una última cuestión: la hora. Según pude observar, los géneros con imagos de mayor tamaño suelen realizar el proceso una o dos horas posteriores al ocaso, mientras que los géneros o especies de menor tamaño tienden a realizarlas al amanecer.
La especie que servirá como ilustración para este artículo será Orthetrum cancellatum, de metamorfosis diurna. La emergencia de la libélula es un proceso relativamente corto en comparación con el proceso metamórfico global, de cuatro horas aproximadas de duración, donde contaremos desde la salida del agua hasta su primer vuelo.
Esquema secuencial de la metamorfosis de un ejemplar de Orthetrum cancellatum.
La duración del proceso fue de cuatro horas y diez minutos.
Mismo ejemplar de la ilustración anterior, las alas y el abdomen se estiran, la coloración se marca.
7 Consejos a tener en cuenta
- No olvides el objetivo macro, aunque son insectos relativamente grandes te permitirá realizar encuadres con el individuo entero y obtener detalles del proceso.
- Durante la metamorfosis no pueden moverse, aprovecha para crear un correcto esquema de luces si fuera necesario o colocar difusores para la luz directa del sol.
- Lleva trípode, el proceso es lento y nos evitará cansar los brazos en exceso. Por otro lado, dicho accesorio nos permitirá fijar un encuadre y homogeneizar toda una serie.
- Dependiendo de la localización, probablemente necesites unas botas de agua, vadeador o traje de neopreno.
- Imprescindible llevar flash y linterna si decides fotografiar la metamorfosis de especies nocturnas, te ayudará a encontrar ejemplares en proceso y a la hora de enfocar.
- Para realizar series completas, como la que ilustra este artículo, será necesaria la utilización de pinzas de sujeción en el caso de que la superficie en la que se encuentren pueda moverse por la acción del viento.
- Paciencia, se trata de fotografía de naturaleza, naturaleza salvaje, y aunque los primeros días de observaciones no obtengamos resultados, con cierto tesón y constancia finalmente podremos disfrutar de tan interesante joya natural.
Este es el aspecto final de un individuo de la especie Orthetrum cancellatum tras finalizar la metamorfosis imaginal, aun no había realizado su primer vuelo.
Las libélulas son insectos muy comunes en época estival, seguro que muchos de vosotros habéis intentado fotografiarlas pero, ¿alguien ha intentado fotografiar su metamorfosis? Quizá no levantéis la mano demasiados pero, al menos, espero que os haya picado la curiosidad y haya conseguido que estéis bien atentos esta primavera.
“Guía de las libélulas de Europa y África del norte” JACQUES ET. AL. D'AGUILAR