La fotografía es no una afición barata y, por eso, cuidar de todo aquello que tenemos es totalmente imprescindible. Sea como sea tu cámara, debes evitar que se dañe o que se deteriore. Sólo así podrás disfrutar de ella durante mucho mucho tiempo ¿te interesa verdad?
El problema es que cuando compramos algo, al principio lo tratamos con mucho cariño porque no queremos que se estropee, se ensucie o, simplemente, se lleve algún golpe. Pero con el tiempo nos relajamos y con el paso de los años o debido al propio uso, puede terminar estropeándose.
Por eso hoy vamos a hacer un listado completo de los cuidados básicos que deberíamos llevar a cabo con nuestro equipo fotográfico. Es la única forma de proteger nuestra inversión y evitar que el tiempo haga estragos en ella para poder disfrutar de su compañía el máximo tiempo posible.
El Cuidado Básico del Cuerpo de la Cámara
Aunque quizás la parte más delicada de la cámara puede ser el objetivo, en el cuerpo se encuentra el alma de la cámara. Los elementos que contiene este último son también muy importantes: el visor por el que encuadramos, los espejos que hacen que podamos ver a través del visor, el sensor que capta las imágenes, los circuitos internos que hacen que todo funcione a la perfección.
Por eso es imprescindible que cuidemos el cuerpo y tengamos en cuenta esta serie de consejos de almacenaje, protección, transporte, uso habitual y limpieza.
Almacenaje del Cuerpo de la Cámara
Tanto si tenemos una cámara con objetivos intercambiables como si no, es importante que mientras no la usemos la guardemos en un sitio seco, fresco y limpio. No nos interesa que nuestro equipo fotográfico entre en contacto con la humedad o la suciedad y que pueda llegar hasta su interior y estropearlo.
Siempre que puedas, guárdala en una bolsa o mochila fotográfica adecuada para cámaras. Además de estar acolchadas, suelen estar hechas un material impermeable que repele la acumulación de condensación. A veces incluyen también bolsitas antihumedad para mayor protección, aunque también puedes meterlas tú si no las llevan por defecto.
Por otro lado, si tienes una cámara con objetivos intercambiables, guarda tu cámara con una lente puesta o, si prefieres dejarla sin ningún objetivo puesto, deberás almacenarla con una tapa protectora colocada.
Transporte Correcto de la Cámara
El hecho de disponer de una bolsa o mochila especialmente diseñada para guardar y transportar cámaras es muy importante. Tendrás la seguridad de que la cámara va a ir bien sujeta y acolchada. Durante el transporte, una cámara mal protegida o mezclada con otros elementos sueltos puede llevarse golpes o arañazos que, seguro, no le harán ningún bien.
Otra manera de cuidar la cámara de caídas y golpes y que, además, nos ayudará a evitar temblores y trepidaciones en nuestras fotos es el hecho de sujetar bien nuestra cámara y, sobre todo, no dejar nunca suelta la correa.
Si siempre tenemos la correa en el cuello (incluso cuando la cámara esté colocada en un trípode), estaremos reduciendo al máximo las posibilidades de que caiga al suelo. Además, mientras no utilices la cámara, si la dejas sobre una superficie como una mesa, asegúrate de que la correa no queda nunca colgando. Así evitarás que mascotas y niños tiren de ella o que cualquier otra persona la estire sin querer y, por lo tanto, la cámara termine en el suelo.
Protección del Cuerpo de la Cámara
Mientras tomemos fotos deberemos prestar especial atención al clima. En ambientes con polvo o mucha humedad (playas, desierto, cascadas, nieve...) intentaremos tener la cámara expuesta lo menos posible. El calor y el frío extremo tampoco son buenos para ella, así que evita el sol directo y trata de protegerla de las altas y las bajas temperaturas.
Es más, aunque el cuerpo o la lente estén sellados, no te confíes. No dejes que la cámara se moje demasiado o que cubra de polvo porque el contacto con estos elementos puede llegar a ser muy dañino igualmente.
Si necesitamos protección extra en estas circunstancias, debemos ser conscientes de que existen armaduras de goma o, incluso, carcasas para fotografía acuática que, además de evitar que la cámara se moje, reducirán también la posibilidad de que un golpe la dañe.
Limpieza Básica del Cuerpo
Un fallo habitual es el de centrarnos en limpiar las lentes o el sensor y olvidarnos del armazón exterior de nuestra cámara. Si te fijas bien, te darás cuenta de que el polvo, la grasa de nuestras manos y la suciedad del ambiente se adhieren especialmente a las rendijas, botones y diales de nuestras cámaras.
Para poder limpiar el exterior, deja siempre un objetivo puesto o la tapa de la cámara. Utiliza una pera de aire y/o un pincel para retirar los restos de polvo o partículas más grandes. Haz hincapié en zonas como los diales, las ranuras y las juntas, que es donde se suele acumular una mayor cantidad de residuos.
Si quieres una limpieza más a fondo, vaporiza el alcohol isopropílico sobre la gamuza, sin empaparla demasiado, y limpia suavemente el cuerpo y las hendiduras. Esta sustancia es muy recomendable porque no es abrasiva y se volatiliza con rapidez.
¡Nunca eches el alcohol directamente sobre la cámara ni utilices cualquier tipo de sustancia!, asegúrate primero de que es apta para su uso en equipo fotográfico y que no lo dañará.
La limpieza del visor es esencial para que la visión del fotógrafo sea óptima, así como la pantalla LCD. Para limpiar el visor, quita el protector de goma, usa la pera y la brocha para quitar las partículas grandes y, finalmente, utiliza la gamuza húmeda para acabar de limpiarlo. Realiza el mismo procedimiento para limpiar la pantalla LCD.
Si hacemos hincapié en el orden de uso de los accesorios es por algo. Si pasas la gamuza sin haber utilizado primero la pera o la brocha para quitar las partículas de suciedad más grandes, es probable que al arrastrarlas con la gamuza, realices una fricción y estropees o rayes la superficie.
Cambiar el Objetivo de Manera Segura
La principal ventaja de disponer de una cámara con objetivos intercambiables es, precisamente, poder utilizar el objetivo que mejor se ajuste a cada situación fotográfica. El hecho de separar lente y cuerpo es una situación crítica, pues es una puerta de entrada para suciedad a la parte interior de nuestro equipo fotográfico.
Por eso, hay algunas cosas que debes tener en cuenta cuando cambies de objetivo:
- Hazlo en un lugar limpio. Libre de polvo, arena o corrientes de aire. Si puedes cambiar de objetivo en casa, antes de salir al aire libre, mejor.
- Hazlo con el cuerpo de la cámara mirando, siempre que sea posible, hacia abajo. Evitarás que caiga suciedad en el sensor.
- Ten el sensor al descubierto el menor tiempo posible. Escoge antes de desmontar la cámara qué objetivo vas a colocar después.
- Práctica muchísimo para que tus movimientos al cambiar de objetivo sean rápidos y precisos.
- No seas agresivo/a en el momento del cambio. Un simple golpe puede ser suficiente para dañar algún pin del delicado engranaje que comunica el cuerpo y el objetivo.
Limpieza del Sensor de la Cámara
Aunque vayamos con todo el cuidado del mundo, probablemente llegará el momento en el que necesitemos limpiar nuestra cámara de fotos por dentro. La manera de saber si es necesario limpiar nuestro sensor es muy fácil de identificar, porque solo tendremos que hacer una foto.
Bastará con que cerremos el diafragma todo lo que podamos (usando un número f alto) y hagamos una foto a, por ejemplo, una pared blanca o al cielo. Si nuestro sensor está sucio, en la fotografía aparecerán pequeñas manchas oscuras. Si esto ocurre, ha llegado el momento de limpiar el sensor.
Pero antes de ver cómo podemos limpiar el sensor de nuestra cámara, es importante remarcar una cosa. El interior del cuerpo de una cámara de fotos es muy delicado. No sólo por el sensor, también por mecanismos tan frágiles como los cristales que nos permiten ver el encuadre antes de disparar.
El mínimo contacto puede provocar un desajuste que los convierta en inservibles así que precaución. Limpiar un sensor no tiene demasiada complicación pero al ser un elemento tan delicado, puede darnos miedo hacerlo. Por esto, si no estamos muy seguros de lo que vamos a hacer es mejor que acudamos a un especialista para que nos limpie la cámara.
Si finalmente decides hacerlo tú mismo/a, en este artículo te contamos cómo hacerlo paso a paso y de forma correcta. Recuerda que siempre deberás trabajar con los materiales adecuados, en un ambiente limpio y armándote de mucha paciencia.
El Cuidado Básico de los Objetivos de la Cámara
Como sabes, la cámara de fotos tiene dos partes principales: el cuerpo y el objetivo. Si tu cámara no tiene lentes intercambiables, muchos de los consejos que vamos a ver para su cuidado no te harán falta y por lo tanto, nos será mucho más fácil mantenerla en un estado óptimo.
Pero cuando el cuerpo y la lente pueden separarse, los cuidados a tener en cuenta aumentan. Sin duda, el principal responsable del resultado final de nuestras fotografías es el objetivo, así que es realmente importante tenerlo muy mimado. Veamos cómo conseguir mantenerlo en perfecto estado.
Almacenaje de las Lentes
El cristal de la lente es la parte más importante de nuestro equipo fotográfico pero también es la más delicada. Si está sucio o en mal estado, puede llevarnos a obtener fotografías con poca definición o con manchas oscuras.
Para evitar esto, lo mejor que puedes hacer es guardar los objetivos en un lugar seco, fresco y limpio. De esta manera, evitarás que la lente entre en contacto con polvo, suciedad o humedad.
Ten en cuenta que estos elementos pueden llegar a entrar dentro del objetivo siendo imposible limpiarlos. Además, si la humedad atraviesa la lente puede llegar a formar incluso hongos que echarían a perder por completo el objetivo.
A la hora de guardar los objetivos, no olvides tampoco colocar ambas tapas (la delantera y la trasera) y, a ser posible, mételos también en su bolsa o funda para que queden bien acolchados. Una bolsita antihumedad dentro de la funda del objetivo también te ayudará a protegerlo más.
Protección de los Objetivos
A la hora de proteger un objetivo durante su uso tenemos varias opciones:
- El filtro UV. Son cristales transparentes que se enroscan en el objetivo y protegen, así, el cristal propio de la lente. No restan luz, pero pueden disminuir un poco la nitidez de la imagen resultante. Sin embargo, si se dañan serán más fáciles (y baratos) de sustituir que un objetivo. Si quieres saber más sobre los filtros, encontrarás información en este artículo.
- El parasol. Aunque su uso principal sea el de evitar la incidencia directa de la luz en el sensor de la cámara, tienen otra función muy importante: evitar los golpes. Cuando hay un parasol puesto, el cristal del objetivo queda más protegido y, por lo tanto, todos los golpes que pueda recibir serán absorbidos, por él. Además, tener un parasol colocado delante de nuestro objetivo nos dificultará mucho el acceso al cristal, de manera que nos será más complicado tocarlo accidentalmente.
- La tapa. Totalmente imprescindible para mantener el cristal de nuestro objetivo en buen estado. Siempre que no estés haciendo fotos, coloca la tapa. Aunque te dé pereza estar colocándola y quitándola, tener la tapa siempre a mano te salvará de más de un susto. Además, debes tener en cuenta un par de cosas: la primera es que debes colocarla con cuidado, por mucha prisa que tengas. Y la segunda, es que debes asegurarte de que queda bien ajustada. De lo contrario puedes terminar por rayar el cristal, así que vigila mucho.
Transporte Correcto de los Objetivos
Hay diversas maneras de transportar un objetivo:
- Bolsas de tela. Son, seguramente, la peor opción de todas. Las bolsas de tela suelen venir de serie cuando compramos un objetivo nuevo y, aunque son muy útiles para guardarlos a resguardo de polvo y suciedad en general, no son acolchadas y, por lo tanto, los objetivos pueden llevarse golpes igualmente.
- Compartimentos en la mochila fotográfica. Probablemente la opción más utilizada es llevar todo el equipo junto en una mochila o bolsa especialmente diseñada para ello. En estos casos debemos tener muy en cuenta algo: cada compartimento debe ser especial para cada objetivo. La mayoría de estos compartimentos están formados por separadores que se unen a las "paredes" de la mochila con un sistema de velcro. Hay una forma de asegurar la lente: coloca el objetivo en el espacio que, en teoría, debería ocupar y, acto seguido, coloca el separador asegurándote que agarra con fuerza el objetivo. Antes de terminar, comprueba que la lente no puede entrar en contacto con otros elementos de tu equipo para, así, evitar golpes y rayaduras.
- Portaobjetivos. Otra opción muy válida pues son pequeñas bolsas acolchadas especialmente diseñadas para transportar objetivos. Existen muchos modelos, de muchas formas y distintos tamaños. Igual que con los compartimentos en las mochilas, a la hora de hacerte con uno de estos, asegúrate de que tu objetivo cabe bien y queda bien sujeto dentro.
Además, dado que antes hemos hablado de los filtros, es importante mencionar que en el mercado existen fundas especialmente diseñadas para transportarlos. Si dispones de un número importante de filtros, puede ser una buena idea hacerte con un portafiltros.
Eso sí, antes de sacar a pasear tu equipo fotográfico, párate a pensar qué es lo que realmente necesitas. Plantéate si hace falta que te lleves todos los objetivos o filtros que tengas. Ten en cuenta que como en casa, en ningún sitio, así que no pasees inútilmente tu equipo fotográfico, seguro que te evitas más de un disgusto.
Limpieza de las Lentes y de los Filtros
Recuerda el dicho: más vale prevenir que curar. Así que trata de no ensuciar tus objetivos para no tener que limpiarlos a cada momento. Ten en cuenta que muchos de los objetivos del mercado tienen en sus cristales resinas y materiales antipolvo o antirreflectantes que se reducen cada vez que los limpiamos así que, cuanto menos los toquemos, mejor.
Sin embargo, hay veces que es totalmente inevitable tocar sin querer el cristal o que termine ensuciándose por culpa del entorno en el que estamos trabajando. En estos casos, deberemos limpiar el cristal del objetivo.
Si no eres extremadamente cuidadoso con la limpieza de tus lentes puedes terminar por rayar de manera irreversible el cristal de tu objetivo así que, sé cauteloso/a. Lo primero que tienes que hacer es adquirir un kit de limpieza. O, en otras palabras, hacerte con una pera de aire, un paño de microfibra, un poco de líquido limpiador (no vale cualquier líquido, debe ser alcohol isopropílico) y un pincel de cerdas simétricas.
Con la pera de aire y con el pincel limpia los restos de polvo más grandes. Después, echa un poco de líquido sobre la gamuza (no lo hagas directamente sobre el cristal) y limpia haciendo círculos desde el centro del cristal hacia el exterior. Sécalo bien y, si es necesario, repasa las esquinas con el pincel. Repite el mismo proceso con los filtros que haya adheridos a la lente.
¿Tienes dudas todavía? En este artículo te contamos cómo limpiar correctamente y paso a paso tus objetivos y tus filtros.
El Cuidado Básico de las Baterías
Las baterías son lo que hace funcionar todos los circuitos internos de nuestra cámara, así que nos interesa que tengan una buena salud. Además, una batería en mal estado puede llegar a destruir la parte interna de una cámara de fotos, así que deberás tener mucho cuidado. Toma nota de estos consejos:
- Guárdalas en su funda. Algunas baterías vienen con una funda completa o con un pequeño plástico que protege los elementos más sensibles para evitar que éstos entren en contacto con suciedad. Úsalos siempre que no tengas las baterías colocadas en la cámara.
- Evita darle golpes. Lógico ¿no? Los golpes y caídas pueden dañar seriamente la estructura interna y externa de las baterías.
- Cuidado con las temperaturas muy bajas. A temperaturas bajas una batería puede descargarse más rápidamente. Un truco para evitar esto es llevar las baterías que no estés usando en un bolsillo que esté en contacto con tu calor corporal, así mantendrán una temperatura agradable.
- Si no vas a usar la cámara en mucho tiempo, quita las baterías y déjalas guardadas en su funda. Si vas a tenerlas almacenadas durante un período largo es recomendable que (aunque las cargues antes de guardarlas) las vuelvas a cargar antes de usarlas.
¿Tienes más dudas acerca del cuidado y mantenimiento de las baterías de tu cámara? En este artículo te contamos cómo alargar su vida útil.
El Cuidado Básico de las Tarjetas de Memoria
De igual manera que cualquier otro dispositivo electrónico, las tarjetas de memoria no responden muy bien a los cambios bruscos de temperatura, humedad o suciedad. Protégelas de los agentes externos como el frío o el calor extremo y trata de mantenerlas alejadas de los líquidos.
¡Ojo! No te la dejes en un bolsillo del pantalón y lo metas luego en la lavadora. Tampoco las olvides, por ejemplo, dentro un coche que vas a aparcar bajo el sol. En ese caso, probablemente se derretirá el plástico de la carcasa debido al calor y correrás el riesgo de que se dañen de forma irreparable.
Los pines de las tarjetas son delicados y sensibles así que evita que se ensucien. Si es así, también puedes limpiarlos con una gamuza impregnada con alcohol isopropílico. Evita a toda costa que se rayen o que sufran cualquier tipo de contacto con la electricidad estática.
Siempre que estén fuera de la cámara o del lector de tarjetas, nuestro consejo es que las metas dentro de su protector o cajita de plástico, así te asegurarás de guardarlas de forma adecuada.
Finalmente, si te dedicas profesionalmente a la fotografía o el vídeo y tienes muchas tarjetas, puedes adquirir un maletín de transporte y almacenaje de tarjetas para guardarlas todas juntas de forma segura. Y si eres un fotógrafo/a aventurero/a, recuerda que también existen cajas protectoras resistentes al agua.