Lo conoces, sabes para qué sirve y te has aprendido el valor de sus números f de memoria. La apertura del diafragma es uno de los 3 parámetros fundamentales en la fotografía y sabes perfectamente que variando el tamaño del agujero que forma en medio del objetivo, como si de una pupila se tratase, regulas la cantidad de luz que entra por él. Pero, ¿alguna vez lo has visto en pleno funcionamiento? ¿Conoces cómo regula esa apertura? Si quieres saber más, no dejes de leer este artículo.
Podría explicarlo con palabras, pero estoy seguro de que viéndolo en acción en un vídeo queda mucho más claro.
Lo que has visto es el rapidísimo funcionamiento de un diafragma automático en una cámara digital moderna. Antes de hacer la foto, el diafragma está abierto al máximo para permitir toda la entrada posible de luz y así un correcto enfoque automático. Al pulsar el disparador, en una fracción de segundo, el diafragma mueve unas láminas a una velocidad de vértigo hasta formar la abertura que le hemos indicado con el número f, se toma la foto, y finalmente las láminas vuelven a su posición original.
Pero de lo que quiero hablarte hoy es de esas láminas, hojas o palas que forman el diafragma. Y es que, como has podido ver, el hecho de que las encargadas de regular el tamaño de las aberturas sean un pequeño número de hojas, hace que dichas aberturas no sean círculos perfectos. Y esto tiene una pequeña pero a veces relevante repercusión en las fotos.
Cuantas más hojas, ¿mejor bokeh?
Es probable que hayas escuchado que cuantas más hojas tenga el diafragma, mejor será el resultado del bokeh, pero esto no es del todo exacto. Tal y como te explicamos en este post, el bokeh es la calidad de la imagen desenfocada, y esto depende de la calidad y distribución de las lentes principalmente. Sin embargo, mucha gente asocia el bokeh solamente con los círculos de luz que se forman al desenfocar las fuentes de luz puntuales, y aquí sí es cierto que, como verás a continuación, cuantas más hojas formen el diafragma, más redondos serán estos puntos de luz en todas las aperturas, lo cual es considerado de más calidad.
Pero, como todo en el arte, esto es muy subjetivo y hay gente a la que le gusta que estos puntos de luz tengan forma poligonal. “¿Cómo? ¿Podemos hacer que estos puntos tengan formas?” Así es, y vas a ver cómo a continuación.
En los puntos de luz desenfocados
Habrás podido comprobar que al hacer una foto con muy poca profundidad de campo y desenfocar el fondo, las luces lejanas como farolas, coches o incluso estrellas, no aparecen como puntos, sino que crecen en tamaño y forman grandes círculos luminosos. Cuanto más desenfocado esté, más grande será el círculo. Pero, además, se produce un curioso fenómeno con estas luces desenfocadas, y es que toman la forma de la abertura que les hace de diafragma.
Por eso, si nuestro diafragma está formado por 6 hojas, al cerrarse éstas, formará un hexágono como el que ves en la portada,y por lo tanto luces con forma de hexágono. Si está formado por 8 hojas, formará un octógono. Si tiene 10, un decágono. Y así, cuantas más hojas, más lados tendrá la abertura, pareciéndose más a la forma de un círculo. El objetivo del ejemplo puedes ver, contando los ángulos o los lados, que tenía un diafragma de 9 hojas.
Cuando tenemos el diafragma abierto al máximo, las hojas se esconden dejando pasar la luz por toda la circunferencia del objetivo, por lo que en el mínimo f de nuestro objetivo estos puntos serán siempre redondos. Es al cerrar dos o tres pasos cuando podemos empezar a apreciar esta forma poligonal en las luces.
Pero, si te fijas en las últimas fotos de ejemplo, verás que llegados a los valores más cerrados del diafragma todo empieza a estar más enfocado y los puntos de luz ya no son polígonos grandes. Al contrario, se aprecia que se forman unos haces de luz formando estrellas. Y ése es el segundo efecto, que vamos a ver ahora.
En los puntos de luz enfocados
Este segundo fenómeno, que ocurre por la difracción de la luz en los ángulos de nuestra abertura poligonal del diafragma cuando ésta es muy pequeña, consigue que de todas las fuentes luminosas puntuales salgan unos rayos o haces de luz. Se producirá un haz o punta de estrella por cada ángulo en el diafragma, es decir, uno por cada hoja. Pero observa el siguiente ejemplo, tomado a f16:
¿Notas algo raro? El objetivo con diafragma de 8 hojas produce, efectivamente, unas estrellas con 8 puntas en todas las fuentes de luz. Sin embargo, el objetivo con 9 hojas parece que produce muchas más. En concreto, son estrellas con 18 puntas. Lo que ocurre es que cada haz de luz no sale en una sola dirección, sino que se difracta en ambos sentidos. Cuando el objetivo tiene un número par de hojas, cada esquina tiene justo en el extremo opuesto otra, de manera que los haces que producen ambas se superponen. En cambio, si tiene un número impar, esto no ocurre, por lo que se ve cómo cada haz viaja en ambos sentidos, produciendo estrellas con el doble de puntas.
Objetivos manuales
Como pudiste ver al comienzo del artículo, en los objetivos con diafragma electrónico, éste se cierra sólo en el instante antes de tomar la foto y es muy difícil de ver. Sin embargo, en los objetivos con diafragma manual podemos ver cómo se abren y cierran perfectamente pues somos nosotros quienes lo accionamos. Así, podemos ver perfectamente cómo a máxima apertura la abertura es completamente circular, pues las palas del diafragma se retraen. Según cómo estén diseñadas estas palas, al ir cerrando se hace más apreciable la geometría poligonal que forma. Aquí puedes ver un diafragma manual de 6 hojas, por lo que en los puntos de luz muy desenfocados formará hexágonos y, al cerrar mucho el diafragma, en los puntos de luz enfocados formará estrellas de 6 puntas.
Otras situaciones
Estas formas no aparecen sólo en las luces desenfocadas por la noche. Aparecen también en los flares a diafragmas bastante cerrados, produciendo toda una suerte de polígonos de luz de distintos tamaños y colores que nacen desde la fuente de luz. O también se ven en fondos que con luces muy heterogéneas, pues en esencia son como muchas pequeñas fuentes de luz que se rigen por el mismo fenómeno que veíamos en el ejemplo del puente. Y a mí me gusta tomarme como un juego el fijarme siempre en estos detalles de fotos y películas, sabiendo que, aunque no puedo adivinar qué objetivo se usó para hacer la toma, puedo saber al menos cómo estaba formado su diafragma.
Bonus: cómo modificar estos efectos
¡Y aún hay más! Como hemos visto, los puntos de luz muy desenfocados toman la forma de la abertura por la que pasa la luz. Si en vez de ser ésta un polígono, hacemos que tome una geometría arbitraria que nosotros le damos, efectivamente, estos puntos de luz formarán dicha geometría. Esta posibilidad tan curiosa te lo explicamos con mucho más detalle en este artículo.
¿Y si quisieras conseguir que los puntos de luz formaran las estrellas tan llamativas que hemos visto, pero no pudieras permitirte cerrar al máximo el diafragma? Pues hay una solución, y son los llamados “filtros de estrella”, que, como no podía ser de otra manera, te explicamos todo lo que quieras saber sobre ellos en este otro artículo. ¡A jugar con la luz!