Define la RAE, en una de sus múltiples acepciones, concretamente en la primera:
Luz: agente físico que hace visible los objetos.
Es bueno, gracias a la luz, vemos. Pero, ¿qué es ver? Según la RAE, también en su primera acepción,
Ver: percibir por los ojos los objetos mediante la acción de la luz.
¡Estupendo! Entonces vemos porque hay luz. Ahora bien, también es cierto que en condiciones de luz escasa nuestra capacidad de distinguir texturas y colores, se merma paulatinamente hasta que desaparece por completo. Lo mismo ocurre con las cámaras, con los sensores concretamente; cuanto menor es la intensidad de la luz que reciben, menor es su capacidad para registrar tonos.
Aunque humanos y cámaras compartimos esta carencia, es importante señalar que la causa es diferente. Lo que nos diferencia es que nosotros no tenemos la posibilidad de subir la ISO de nuestros sensores (la retina).
Hablemos de la ISO: El Único Parámetro No Creativo
Las creencias populares se convierten en dogmas de fe con relativa facilidad. Tantos años haciendo fotos sobre la base de conceptos aprendidos de oídas, sin conocer los fundamentos, pueden provocar resultados no deseados y lo peor, totalmente convencidos.
Que el famoso triángulo de exposición, aquel en el que en cada uno de sus vértices se sitúan ISO, apertura y velocidad, para obtener una exposición correcta, sea equilátero no es casual; pretende otorgar a cada parámetro un peso igual al de los demás en el resultado final: la exposición. Y en realidad, debido a la reciprocidad, así es.
Pero también hay que considerar que de estos 3 parámetros solo la velocidad y apertura, son creativos, es decir, los que determinan qué tipo de imagen vamos a obtener: congelada, con movimiento, con más o menos profundidad de campo… El tercero, la ISO, parece de apoyo, de menor importancia; tanta menos que hemos aprendido que la ISO genera ruido y que solo debemos de recurrir a ella cuando no quede más remedio. Veremos que no siempre es así.
La norma que se escucha con frecuencia es utilizar el ISO más bajo, siempre que sea posible. ¿Seguro? Veamos.
Cuándo un ISO Más Bajo No Quiere Decir Menos Ruido
Fácil y sencillo. Aunque razonando así nos llevamos por delante el proceso creativo. Llegas a un escenario, lo analizas y decides que la exposición creativa (apertura y velocidad) debe de ser una, una cualquiera, la que consideres oportuna. Pero resulta que la luz es escasa para esa elección de exposición –digamos en tres pasos-.
¿Qué hacemos? La mayor parte de los aficionados, harán todo lo posible con tal de no subir la ISO para evitar generar demasiado ruido. Incluso muchos tomarán la foto subexpuesta pensando en ajustarla con posterioridad durante el revelado digital.
¡Error! Creo firmemente que, siempre que sea posible, deberíamos de respetar nuestra idea creativa y recurrir a subir la ISO, en vez de abrir la apertura, bajar la velocidad o ambas a la vez. Hay varios aspectos a considerar:
- Que el número de pasos que necesitemos sea razonable para las posibilidades que ofrece nuestro equipo. No parece razonable, en general, pensar en subir 7 u 8 pasos de ISO –o sí, yo lo hago- en una cámara de bajas prestaciones. Valorad los límites de tolerancia al ruido: tanto el vuestro, como el de vuestro equipo.
- Tenemos que asegurarnos que la exposición resultante tras subir la ISO es correcta, no vaya a ser que también quede subexpuesta; con lo cual el problema sería otro.
- Y más importante: si vas a hacerme caso, debes de saber el porqué; a continuación lo explico.
Lo que en general se desconoce es que en algunas ocasiones una foto con una ISO elevada puede generar menos ruido que la misma foto con el ISO nativo (100 habitualmente).
¿Cuántos de vosotros diríais que una foto realizada a ISO 800 puede tener menos ruido que otra realizada a ISO 100, obviamente, manteniendo la apertura y velocidad constantes? Pues sí, hay casos en los que esto ocurre. En general, cuando la exposición que requiere la escena no alcanza el límite de las altas luces. En este escenario, lo recomendable es subir la ISO hasta que se alcance el mencionado límite, sin superarlo nunca.
La dificultad radica en decidir cuándo debemos de comenzar a subir el ISO. Para no entrar en disquisiciones complejas que expliquen la respuesta eléctrica del sensor y como esta se altera al modificar la ISO, voy a quedarme en la mención de algunas cuestiones importantes que deberían de ayudaros a decidir la forma de exponer las escenas.
Como punto de partida, me parece importante señalar que el sensor tiene una sensibilidad constante que controlamos mediante apertura y velocidad; la ISO es una amplificación que se produce con posterioridad a la captura realizada por el sensor y previamente a la grabación del RAW.
- En primer lugar, es importante recordar que el ISO genera ruido, siempre. En esto estaremos de acuerdo todos.
- En segundo lugar, cada vez que incrementamos el ISO de nuestra cámara reducimos el rango dinámico efectivo del sensor. Se estima una reducción de medio paso por cada paso de ISO incrementado. Así, a mayor ISO menor contraste podremos registrar.
- En tercer lugar, el mayor ruido siempre se produce en las zonas más oscuras, aquellas que se codifican con menos bits de información y, en consecuencia, recogen menos información –tonos posibles- de la escena, luego debemos de evitar su utilización en zonas de las que queramos conservar la textura.
- En cuarto lugar, siempre es peor –hablando de ruido-, para una escena dada, añadir pasos en el revelado digital que subir la ISO en la cámara a la hora de captar la escena. Esto es importante, porque si forzamos hacia el negro todos los tonos de la escena, digamos en tres pasos, la mayor parte de la escena será irrecuperable. Esto es mucho más crítico cuanto menor rango dinámico tenga nuestro sensor, porque el rango efectivo de la escena también será menor.
¡Ojo! Lo expuesto en el apartado anterior tiene base física y está directamente relacionado con el rango dinámico y la capacidad del sensor para registrar un determinando rango dinámico (diferencia entre las luces más altas y las más bajas, que es capaz de registrar sin quemar las primeras, ni perder textura en las segundas, respectivamente).
Veamos algún ejemplo.
Todas las fotos incluidas en este artículo han sido realizadas subiendo la ISO, aunque en todas ellas tenía margen para abrir diafragma, bajar velocidad o una combinación de ambas cosas.
Analicemos la foto de la hoja. F/8. 1/50”. ISO 640. 105 mm macro. Podéis observar que la cicatriz de nitidez que deja la profundidad de campo en la imagen es mínima. Eso a f/8. A f/2,8 sería todavía mucho más estrecha, perdiendo -bajo mi criterio- ese margen necesario para la facilitar su interpretación. A menos velocidad tampoco podría dispararla, ya que comprometería seriamente la nitidez debido a la trepidación (porque la hice a pulso). La foto esta forzada hacia las luces unos dos pasos, que he vuelto a resituar donde me interesa en el procesado; pero con menos ruido.
Otro ejemplo. En los bosques en los que no pega la luz del sol, todos los tonos son medios y sombras. Al no tener altas luces que proteger, podemos sobreexponer los tonos medios y las sombras en varios pasos. En el revelado digital, devolveremos los tonos a donde queramos, pero sin ruido. Es el caso de la fotografía del tronco, en la que las segundas sombras -que se muestran en su parte cortada- no hay ruido. F/8. 1/80”. ISO 400. A ISO 100 podía haber realizado la foto y estaría bien expuesta. Subí la ISO dos pasos que luego bajé y resitué. Si os fijáis en la foto, en el centro superior, hay una pequeña zona de cielo que he perdido, pero no tiene peso en la imagen.
Conclusión
Debemos aprovechar el rango efectivo de nuestros sensores evitando situar zonas con textura en los primeros pasos, donde el ruido tiene más presencia.
En consecuencia, la norma general expresada con anterioridad de utilizar el ISO más bajo posible, siempre que sea posible, debería ser reformulada quedando como sigue: Se debe de aprovechar el rango dinámico al máximo, utilizando para ello la ISO más baja posible.
Si los parámetros de apertura y velocidad de obturación son insuficientes –con ISO 100- para obtener una exposición correcta, sube la ISO todo lo necesario hasta alcanzar el límite de las altas luces. En el revelado digital podrás resituar todos los tonos donde te interese, pero con una imagen más limpia, y con menos ruido.
Si quieres dominar la luz, ya puedes ponerte las pilas; si pensabas que esto de hacer fotos no tenía nada que ver con la física y las matemáticas, lamento decepcionarte; la buena noticia es que no es necesario conocer la formulación que lo explica, tan solo basta con entender los principios.
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