¿Recuerdas tu anterior cámara de fotos? ¿Aún la conservas? ¿Crees que podrías sacar fotos fascinantes con ella ahora? Si lo hacías antes... ¿por qué piensas que hoy sería imposible? Sin duda la tecnología nos ha ayudado a conseguir mejores capturas y nos ha puesto infinidad de facilidades a la hora de fotografiarlo todo.
Sin embargo, es posible conseguir buenas fotos con tu antigua cámara si sabes hasta dónde es capaz de llegar y cuáles son sus limitaciones. ¿Te atreverías a desenterrar tu antigua réflex digital y ponerla a prueba? ¡En este artículo de hoy vamos a hacerlo! Acompáñanos en este viaje en el tiempo...
Las Cámaras de Hace 10 Años...
La tecnología avanza muy deprisa y eso puede hacernos pensar que una cámara digital que compramos hace a 4 o 5 años se ha podido quedar obsoleta si la comparamos con los últimos modelos que han salido al mercado.
Hoy en día apenas nos da tiempo a presumir de los avances de nuestra nueva cámara porque en seguida se lanza otra más nueva y con unas características un poco mejores... Es entonces cuando nos cuestionamos si hicimos bien comprando la actual o si deberíamos haber esperado a comprar la siguiente.
Por tanto, no es de extrañar que cuando hablamos de nuestra cámara de hace 10 años, seguramente nos la imaginamos como la primera 'camara sapiens' que acababa de descubrir el fuego. Es cierto que un equipo fotográfico de hoy en día siempre será mejor que uno de hace una década, pero eso no significa que ya no se puedan hacer buenas fotos con él.
Tu vieja cámara no tiene porqué estar destinada al olvido. Para demostrártelo, yo misma voy a hacer la prueba. Vamos a intentar resucitar mi vieja cámara y ver si somos capaces de sacarle partido.
Desenterrando mi Antigua Cámara Réflex Digital
La Nikon D60 fue mi primera cámara réflex digital. Antes de esa recuerdo la Nikon Coolpix 7600, una compacta pequeñita que no tendría más de 7 megapíxeles. Pero la D60 significó el gran paso a las 'cámaras de verdad' y fue un regalo de Navidad que me pareció (en aquel momento) el mejor del mundo.
Al principio me costó un poco hacerme con una cámara tan avanzada para mí (comparada con la compacta) pero con los años fui capaz de conseguir fotografías tan bellas como esta de la Torre Eiffel que hice allá por el 2011. Seguramente hoy en día podría hacer esta foto mucho mejor sin usar trípode y sin tener que subir tanto la ISO, evitando así el ruido que veis, pero entonces era lo que tenía.
Mi Antigua Nikon D60
Estas son algunas de las especificaciones que más te llamarán la atención de mi antigua cámara:
- Megapíxeles: 10
- ISO Máximo: 1600
- Modo Live View: No
- Pantalla Táctil: No
- Grabación de Vídeo: No
- Velocidad de ráfaga: 3 fps
- Peso: 552 gr
- Tamaño Pantalla: 2,5''
- Sistema de Enfoque: 3 zonas
Cualquier fotógrafo que viera hoy en día estas características se reiría a carcajadas, pero en 2008 es lo que una cámara de iniciación podía ofrecernos. La pregunta es, si en aquella época mi D60 era lo más de lo más y me parecía que era una buena cámara... ¿lo seguirá siendo? ¿Aún podré conseguir fotos buenas con ella? ¿Cómo podría hacerlo?
Aprendiendo a Trabajar dentro de unas Limitaciones
Para poder sacarle partido a nuestro equipo y poder usarlo en la actualidad, lo primero que debemos conocer son sus fortalezas y sus debilidades para poder hacer fotos teniendo ambas cosas en cuenta.
#1. Límites en la Sensibilidad ISO
Lo más habitual en un cámara antigua es que su rendimiento sea insuficiente cuando utilicemos ISOs altos. Hoy en día podemos disparar fotografías con una ISO mucho más elevada que 1600 ó 3200, pero hace 10 años eso era impensable, las cámaras no llegaban a tanto y, si llegaban, el ruido apreciable era bastante alto.
Vamos a probar con la Nikon D60. Haremos diferentes fotos subiendo la ISO para ver hasta dónde es capaz de llegar sin que aparezca demasiado ruido. Según las especificaciones, su ISO Máximo es de 1600 pero, si nos fijamos en la foto, vemos como con una ISO 800 el ruido ya es apreciable.
¿Cómo podemos solucionar esto? Pues lo más recomendable es que optemos por usar la cámara cuando sepamos que tendremos una buena iluminación y que evitemos disparar fotografías en situaciones en las que la luz sea demasiado escasa. También podremos compensar la falta de luz usando accesorios de iluminación, como un panel led o un flash externo.
#2. Límites en los Megapíxeles
Cuanto más antigua sea la cámara más limitaciones en cuanto a cantidad de megapíxeles tendrá. Como sabemos, el número de megapíxeles es el número de puntos que una cámara es capaz de captar de una escena dada.
Esa cifra nos da una idea del tamaño de las fotografías tomadas, pero no tiene nada que ver con la mayor o menor fidelidad de la fotografía con respecto a la escena retratada. La ventaja de tener más megapíxeles es que podremos realizar recortes (reencuadres) sobre la foto original y cuantos más píxeles, mayor será el tamaño al que podremos realizar impresiones sin perder calidad.
Debemos tener en cuenta también que la calidad del objetivo que esté montado en la cámara también será un aspecto importante a tener en cuenta. Por tanto, los megapíxeles no hacen que una foto sea mejor pero si que es cierto que nos limitan a la hora de imprimir o reencuadrar. Vamos a hacer una foto con la D60 con la idea de reencuadrarla en edición.
Si nos fijamos en el recorte, se aprecia una pérdida de calidad, por lo que no podríamos hacer una ampliación impresa con un tamaño demasiado grande. ¿Cómo podemos solucionar esto si queremos fotografiar elementos lejanos?
Pues podemos hacer varias cosas, una de ellas es acercarnos más a los elementos que haya en la escena que nos interese fotografiar. Será mucho más efectivo que tomar las fotos desde lejos pensando que las encuadraremos más adelante. Tendremos que hacer el esfuerzo de reencuadrar in situ y no en edición. Otra opción, si no podemos acercarnos, es optar por usar un teleobjetivo o cambiar a una focal larga, si disponemos de una lente zoom.
#3. Límites en la Velocidad de Disparo
Además de los megapíxeles, las cámaras de ahora tienen otras características muy mejoradas como la velocidad de escritura y de lectura o la velocidad del disparo en ráfaga.
Cuando hagamos fotos con una cámara antigua, tendrás que tener paciencia a la hora de disparar fotos para no saturar el búffer y pedirle más de lo que puede dar. La velocidad de escritura será muy lenta y el reloj de arena que indica que la cámara está procesando aparecerá a menudo en la pantalla.
Si tu idea es llevar tu vieja cámara a fotografiar fauna salvaje o eventos deportivos, va a suponer todo un reto para ti, teniendo en cuenta las limitaciones que tendrás. Capturar el movimiento con ráfagas más limitadas y un sistema de enfoque básico no será sencillo.
Hagamos pruebas con la D60 y el gato de la suerte que mueve el brazo. Primero seleccionamos el Modo de Disparo Continuo. Usamos una velocidad de obturación de 1/30s y una apertura de f/4.5, dejando la ISO a 400 porque sabemos que subirla más supone ruido asegurado. El brazo del gato no se mueve demasiado rápido y aun así vemos como no sale nítido.
¿Cómo podemos solucionar esto? Para conseguir congelar el movimiento tenemos que aumentar la velocidad de obturación hasta 1/400s. Como no podemos subir más la ISO hemos dejado a 400. Por lo que solo nos queda la opción de aumentar la apertura para conseguir más luz, reduciendo bastante la profundidad de campo. Con un apertura de f/2.8 logramos una fotografía correcta pero un poco subexpuesta. Sin embargo, la exposición se puede corregir fácilmente al revelar el archivo RAW.
#4. Límites en el Enfoque
Los sistemas de enfoque automáticos de las cámaras antiguas tampoco van a ser tan precisos y versátiles como los de las cámaras actuales. Por lo tanto, vas a tener que olvidarte también de esos avanzados sistemas de enfoque que detectan automáticamente a un sujeto y lo siguen cuando se mueve.
Ahora toca volver a experimentar con el sistema de enfoque automático de punto central a la hora de componer o usando ese botón de bloqueo de enfoque que quizás ya dabas por olvidado.
Como ves en la foto, en la Nikon D60 encontramos tres puntos de enfoque, o zonas donde la cámara enfoca. Uno es el central y dos más a ambos lados (y solo los vemos a través del visor).
En el menú lo único que puedes elegir es cómo puedes seleccionar los puntos de enfoque:
- Sujeto más cercano: la cámara selecciona automáticamente el elemento que detecta que se ubica más cercano a la cámara. Suele ser el modo predeterminado.
- Zona dinámica: tú seleccionas manualmente el punto de enfoque (uno de los tres), pero si el elemento sale de ese punto, la cámara enfocará basándose en la información del resto de puntos de enfoque. Útil para fotografiar elementos en movimiento.
- Punto único: tú seleccionas el punto de enfoque con el multiselector (uno de los tres) y la cámara enfoca única y exclusivamente esa zona. Útil para fotografiar sujetos estáticos.
El que mejor veo que me funciona es el punto único, porque el modo de sujeto más cercano y el de zona dinámica no parecen tan precisos, sobre todo porque son más lentos.
Lo que de verdad resulta más complicado es enfocar en modo manual. La D60 es una cámara que tampoco cuenta con modo live view, por lo que tampoco podremos enfocar manualmente haciendo zoom sobre la zona que nos interese para asegurar la nitidez.
Aprovechando las Limitaciones como una Ventaja
Aunque pueda parecer irónico (o que directamente haya perdido la cabeza) las limitaciones de las cámaras antiguas pueden ayudarnos a obtener mejores fotos, porque nos obligarán a mejorar nuestras habilidades fotográficas para poder compensar las propias deficiencias de la cámara.
Me explico, ¿no crees que hacer fotos con una cámara con una velocidad de ráfaga de 9 fps o con un sistema de enfoque automático con detección de rostros, puede que esté mermando tu capacidad como fotógrafo? Si la cámara prácticamente lo hace todo por ti y te acomodas a que ella lo haga todo... ¿cuándo estás aprovechando tus conocimientos técnicos?
Con una cámara antigua vas a tener que currártelo como hacías antes porque no tendrás esas comodidades a las que te has ido acostumbrando. Si tienes que conseguir una foto con unos recursos más limitados te verás obligado a planificar bien la toma, pensar bien en la composición y en el encuadre y estar seguro de qué parámetros serán los mejores en cada situación actuando con la mayor rapidez.
Lo único que deberás tener en cuenta es que tu cámara antigua estará limitada y ser consciente de hasta dónde puede llegar, para no sentirte frustrado con los resultados que obtienes. Las facilidades de una cámara actual, como son el bracketing de enfoque, la pantalla táctil y abatible o los 50 puntos de enfoque no los tendrás en una cámara vieja. Sin embargo, tendrás la oportunidad de desarrollar (a la fuerza) la técnica fotográfica pura y dura, siendo tú el que domine de verdad a la cámara y no al revés.
Otros Usos que Podemos Darle a nuestra Antigua Cámara
Después de realizar las pruebas con tu antigua cámara, ¿te ha convencido lo suficiente como para seguir utilizándola? Si no quieres venderla de segunda mano porque no crees que valga la pena o porque piensas que no sacarás mucho por ella, ahí van algunos usos alternativos:
- Utilízala en situaciones extremas. ¿Cuántas veces has dudado si llevar o no la cámara encima por miedo a que se estropee? Puedes llevar tu antigua cámara en esas ocasiones en las que crees que tu equipo correrá peligro, como puede ser en la playa, en la nieve o en una ruta espeleológica. Si le pasa algo a esa cámara no será lo mismo que si le pasa algo a la nueva.
- Úsala como cámara de repuesto. Imagínate que haces el viaje de tu vida y tu cámara actual se estropea, la pierdes o que te quedas sin batería y no llevas el cargador. En ese momento seguro que desearías haber llevado tu vieja cámara ¿verdad? Si la metes en la maleta, te salvará la vida. Ya sabes lo que dicen, más vale malo conocido...
- Llévala siempre en el coche. Si eres un fotógrafo viajero (o no) pero te desplazas a menudo en coche, puedes llevarla siempre en la guantera o en un sitio que no te moleste (carga de vez en cuando la batería eso sí). De este modo, si no llevas la cámara nueva, tendrás a mano la vieja para situaciones inesperadas donde una foto te encuentre a ti.
- Regálasela a un amigo o un familiar. Si conoces a alguien en tu entorno que quiera empezar a aprender fotografía o saber si le gusta, tu cámara puede ser perfecta para romper mano. Incluso si tienes hijos o sobrinos pequeños y quieres compartir una afición con ellos desde ya, es la mejor ocasión para sacar ese/a profesor/a que llevas dentro.
¿Un Objeto Inservible o un Reto Fotográfico?
Es indiscutible que una cámara réflex digital de iniciación de hace 10 años no podría competir jamás con una de hoy en día. Sin embargo, no podemos olvidar que cuando nuestra antigua cámara fue lanzada al mercado era una cámara top y seguramente fue analizada por expertos y profesionales siendo considerada una buena cámara.
Si hace una década podías conseguir buenas fotografías con tu antigua cámara ¿qué te impide conseguirlas ahora? Absolutamente nada. Así que nunca subestimes una cámara de fotos por su antigüedad ni tampoco pienses que no puedes comprar una cámara que ya tiene más de 3 o 4 años por ser 'vieja'.
Conociendo las limitaciones de una cámara puedes sacarle el máximo partido posible, independientemente de los años que tenga. De hecho, a más de uno/a quizás nos vendría bien sacar nuestra antigua cámara y demostrarnos a nosotros mismos que aún somos capaces de conseguir buenas fotos sin contar con las facilidades de nuestra cámara de hoy en día.
¿Serías capaz de volver atrás en el tiempo, cuando no todo era tan fácil? ¿Aceptarías el reto? Si tienes algún consejo o experiencia personal rescatando tu vieja cámara no dudes en compartirlo con nosotros en los comentarios.