Hace unos días descubrí el sitio de un fotógrafo, Stephen Wilkes, con una colección de fotografías que ha denominado "Day to Night" en las que, en una misma fotografía, se muestra una transición en la escena que recoge la vida diurna y nocturna de un determinado sitio. Sin duda, unas fotografías especializadas tomadas fundamentalmente en la ciudad de Nueva York que no dejan indiferente a nadie. Así que, me pareció interesante reflexionar sobre la técnica y el postprocesado aplicados y los he recogido en este artículo. ¿Quieres saber más?
Lo primero: visita el sitio de Stephen Wilkes para ver de lo que hablo
Probablemente no conozcas el trabajo de Stephen Wilkes, pero se trata de un profesional que lleva más de 20 años en el sector de la fotografía, donde ha realizado múltiples trabajos y recibido numerosos premios.
Solo hace falta darse una vuelta por su galería para ver la calidad de su obra.
Pero en este artículo me centraré en la técnica para conseguir un efecto parecido al de su serie Day to Night que encontrarás dentro de su página en el menú Fine Art > Night and Day en lo que se refiere a la transición entre el día y la noche, más allá de otros tratamientos que puedas querer aplicar en tus fotos y que el mismo aplica.
El sitio
Busca sitios que cambien notablemente del día a la noche
Lo espectacular del efecto es conseguir plasmar en tu fotografía un cambio que va mucho más allá del cambio de la luz del sol o la ausencia de éste.
Sitios que tengan dos usos, como por ejemplo la vida diurna y noctura de una playa y su paseo marítimo, el centro de una ciudad en la que la iluminación de los edificios la transforme completamente, ubicaciones con tráfico en el que ls estelas de luz que dejan los coches por la noche puedan jugar a nuestro favor, son dos buenos ejemplos que Stephen Wilkes aplica con gran acierto.
Cuando tengas el sitio, elige bien tu ubicación
El principal reto que tendrás, una vez hayas dado con el sitio que quieres fotografiar, es decidir donde vas a ponerte con tu cámara.
Ten en cuenta que el proceso puede llevar varias horas, por lo que lo ideal sería poder hacer las fotos desde un sitio donde pases completamente desapercibido.
Alguna posición en alto poco o nada transitada sería lo ideal, ya que necesitas espacio para trabajar con tu equipo, completamente estable y segura.
Elije bien el momento del día
Lo que queremos hacer en este experimento es recoger tanto la actividad del día como de la noche. Según esto, necesitaríamos idealmente 24 horas.
Pero si lo piensas bien, lo que necesitas es recoger esos momentos de distinta actividad, con una mayor o menor transición entre el día y la noche.
Si no dispones de todo el día, que será lo más normal, puedes jugar con el tramo del atardecer. Empezar a una hora en la que haya actividad por la tarde e ir recogiendo tomas a lo largo del atardecer y anochecer hasta que sea noche cerrada. Y es que probablemente hata más actividad a las 10 de la noche que a las 4 de la mañana.
Puede ser interesante documentarse antes sobre los horarios de la puesta de sol. Hace algunas fechas publicamos un artículo en el que te hablábamos de aplicaciones para conocer las salidas y puestas de sol para iPhone, aunque hay muchas también para Android e información disponible en Internet para consultarla en el ordenador.
Equipo y ajustes
Usa un trípode
Este punto casi me lo podía saltar. Habrás adivinado que para este tipo de fotos necesitarás un trípode.
Pero cuidado: no solo vamos a hacer largas exposiciones en las fotos nocturnas, sino que podemos estar haciendo fotos en distintos momentos del día, lo que implica que la cámara debe estar fija durante varias horas. Por ello, será imprescindible contar con un buen trípode y poner en práctica todos los consejos para usar el trípode y que la foto salga lo más nítida posible al usarlo que te hemos dado en otros artículos.
Por ello, es importante que los revises y los tengas en cuenta. De otro modo puedes encontrarte con que se ha echado a perder el trabajo de varias horas cuando luego vayas a procesar las fotos en el ordenador.
Usa un disparador remoto
Si has revisado los consejos anteriores a los que hacía referencia habrás visto que uno de los puntos de los que te hablaba era del uso de un disparador remoto.
El disparador te permitirá accionar el obturador de la cámara cada vez que lo necesites, evitando trasladar vibraciones a la cámara.
Y si cuentas con un disparador con intervalómetro, mejor. Ya te hemos hablado en dZoom de los disparadores con intervalómetro. Se trata de un tipo de disparadores programables con los que puedes establecer la frecuencia de disparo sin tener que estar pendiente de la cámara.
Si tu disparador tiene intervalómetro, fenomenal. Si no lo tiene, tendrás que estar mñas pendiente del reloj, pero puedes hacer las fotos igualmente.
Las baterías, cargadas a tope
Este detalle es importante. Vamos a dejar la cámara encendida durante varias horas y vamos a hacer unas cuantas fotos.
Aunque el consumo sea mínimo mientras no estemos disparando, asegúrate de contar con baterías cargadas a tope al inicio de la sesión para que no te dejen tirado en medio del experimento.
Fija el enfoque manual y usa el modo de prioridad de apertura
A nivel de ajustes, vamos a utilizar el ISO más bajo que podamos para evitar en lo posible la aparición de ruido en las fotos y vamos a utilizar el modo de prioridad de apertura. De este modo estableceremos una misma apertura para todas las fotos garantizando que no se produzcan variaciones en la profundidad de campo entre ellas.
Y además, debes utilizar el modo de enfoque manual.
Si utilizas el enfoque automático, cada vez que vayas a hacer una foto la cámara tratará de enfocar. En condiciones de poca iluminación el sistema de enfoque puede presentar problemas, afectando al correcto enfoque en cada una de las tomas.
Por ello, lo mejor es fijar el enfoque en modo manual y realizar el ajuste al principio con la ayuda de una tabla de hiperfocales. Si no estás familiarizado con el concepto de hiperfocal no dejes de leer este artículo donde te explicamos sus bases, y si necesitas una herramienta para poder llevar siempre contigo una calculadora de hiperfocales en tu smartphone no te pierdas este otro artículo.
Haz varias fotos en cada momento
Supongamos que estás haciendo fotos cada 15 minutos o cada 30 minutos para completar tu serie.
Es bueno que cada vez que hagas fotos, realices varias, con varios segundos entre foto y foto.
Son fotos iguales, o casi. Tendrás varias fotos de ese momento y puede que una te interese más que la otra por cómo aparecen las luces o cualquier otro elemento dentro de la foto.
El postprocesado
Ya tenemos las fotos. Ha llegado el momento de realizar el montaje, y para ello voy a utilizar Photoshop.
La base que te cuento aquí se puede utilizar con otros programas como GIMP. Simplemente necesitamos que la herramienta elegida pueda trabajar con capas.
Lo primero que haremos es revisar las fotos que hemos hecho y elegir aquellas que queramos utilizar para el montaje. Elegiremos solo una de los intervalos en los que hayamos hecho fotos y, si alguna otra no te gusta, puedes descartarla también.
Carga cada foto seleccionada en una nueva capa en nuestro fichero Photoshop, ordenandolas por el momento del día. Una vez las hayas cargado todas, solo verás la foto de la capa superior, ya que su opacidad no te dejará ver las demás.
A continuación vamos a crear la magia, y lo haremos con un método tan sencillo como la creación de máscaras de capa.
Lo primero que debes hacer es pensar qué partes quieres que muestren el día y qué partes quieres que muestren la noche. Una vez que lo tengas decidido, elige la herramienta de transición adecuada.
La base es siempre la misma. Pintando sobre la máscara de capa decides que parte quieres que se vea y qué parte no. El color blanco deja que se muestre la imagen de la capa, mientras que el color negro la convierte en transparente.
Con esta idea, puedes utilizar las herramientas de gradiente lineal o circular para ir definiendo las partes de cada foto que quieres mostrar consiguiendo una transición más o menos suave o trabajar directamente con el pincel, pintando sobre la máscara.
Si te fijas en el ejemplo, he ido pegando cada una de las fotos en su capa correspondiente, dejando en la parte superior la primera de la serie (día) y en la capa más inferior la foto con la noche más cerrada.
A partir de ahí, he ido creando máscaras de capa en las fotos, y he pintado sobre la máscara con un gradiente. Con ello he generado el efecto de mantener el día en el lado derecho de la fotografía y la noche a la derecha.
¿Te animas a probarlo?
Creo que se trata de un mecanismo tan ingenioso como sencillo de hacer fotos diferentes. Así que, si te animas, prueba a realizar este mismo proceso con los consejos que te dejo en este artículo y enseñanos los resultados. Y, por supuesto, si surgen dudas, aquí estamos para resolverlas.
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