Cuando vamos a realizar una sesión de fotografías con iluminación artificial es habitual tener una idea en la cabeza de lo que vamos a fotografiar. A partir de ahí escogeremos el material necesario, llamaremos a la persona adecuada, y le diremos que vista de tal manera. El entorno también es fundamental para obtener el resultado deseado. Si es en un estudio tenemos que decidir si usaremos un fondo de un color u otro. Si es en exteriores tendremos que elegir un fondo que nos guste.
El problema viene cuando queremos un fondo oscuro para nuestras fotografías y no disponemos de él. Gracias al control de la luz y al uso de modificadores seremos capaces de conseguir que nuestro fondo aparezca negro.
Lo más fácil sería decir que necesitas un fondo negro, pero aún y así tendrías que tener cuidado a la hora de iluminar para que la luz no le llegue al fondo. Si esto sucediera, a pesar de ser oscuro, se vería. Si quieres saber como puedes solucionarlo, ¡sigue leyendo!.
Ley del cuadrado inverso
Lo primero que tenemos que entender es cómo funciona la luz y cuáles son sus características. Para ello es necesario conocer la ley del cuadrado inverso. Esta ley se refiere a que la intensidad de la luz disminuye de forma inversamente proporcional al cuadrado de la distancia del punto donde se origina.
Si partimos de una situación en la que tenemos un sujeto iluminado a una distancia d, con una cantidad de luz A, y separamos el sujeto a una distancia de 2d, la intensidad con la que estará iluminado no será de la mitad, sino del cuadrado de esta, es decir, 1/4A.
¿Esto que supone y en qué nos puede ayudar conocer esta ley? Pues muy sencillo. Cuando iluminamos en estudio, todo lo que aparece en nuestra fotografía es porque la luz lo ha iluminado, por lo tanto, si la luz no llega es como si no estuviera.
Separando el sujeto del fondo
Una vez conocemos y entendemos cómo funciona la luz y cómo decae su intensidad conforme se va propagando tenemos más fácil conseguir nuestro objetivo.
Si tenemos a nuestro sujeto correctamente iluminado a 1m de distancia y nuestro fondo blanco a 3m, al fondo le llegará 1/9 de luz. Esto supone que necesitaríamos algo más de 3 pasos más de luz para que el fondo apareciera blanco. Hay que recordar que aumentar un paso o EV la luz significa que duplicamos la intensidad de esta. Cuando estamos en situaciones con poca luz, como en un estudio, aquellos elementos que están subexpuestos 3 pasos o más no suelen salir en la fotografía.
Otra conclusión que podemos sacar de la Ley del cuadrado inverso es que cuánto más cerca pongamos la fuente de luz de nuestro sujeto, menos luz llegará al fondo. Esto es así puesto que al estar más cerca necesitaremos menos potencia para tener el sujeto bien iluminado, por lo que la cantidad de luz que llegue al fondo será menor. Además, la distancia relativa con el fondo aumenta al estar más cerca del sujeto.
Focaliza la luz en un punto
Para conseguir nuestro propósito tenemos que conseguir que la luz no ilumine el fondo. Para ello podemos utilizar diferentes modificadores de luz.
Una ventana de luz genera una luz suave pero se dispersa en todas direcciones, por lo que resulta difícil de controlar. Sin embargo, en cuanto ponemos una parábola conseguimos que la luz se desplace en una dirección.
Aún y así, es posible, que dependiendo de la dirección con la que iluminemos, parte de la luz llegue al fondo. Otro accesorio que resulta muy útil para aislar al sujeto del fondo es el panal de abeja. Al colocarlo sobre la parábola conseguimos que solamente esté iluminado aquello que está colocado en su misma dirección. Los resultados son asombrosos puesto que podemos tener a nuestro sujeto a un par de metros de un fondo y no aparecer en la fotografía.
En ocasiones se pueden utilizar unas viseras, que sirven para bloquear el paso de luz en una dirección concreta. También son útiles las banderas, que impiden que la luz del flash ilumine allí donde nosotros no queremos que llegue, como puede ser el fondo.
Si no dispones de ningún modificador de luz aún tienes un último recurso y es el zoom del flash. Todos los flashes tienen un zoom con el que podemos mover el cabezal hacia delante o hacia detrás. Se representa en milímetros al igual que la distancia focal de un objetivo. El rango del zoom oscila entre 24mm y 105mm.
Si ponemos el cabezal en 24mm la luz del flash se dispersa mucho más que si lo ponemos en 105mm, donde concentramos la luz en un punto. Cuanto más zoom tenga el flash, más direccionamos la luz, con lo que evitamos que llegue, en este caso, al fondo.
Evita que la luz llegue al fondo
Cuando iluminamos con luz artificial podemos utilizarla para rellenar aquellas sombras que aparecen sobre nuestro sujeto o como luz principal, es decir, nosotros iluminamos a nuestro sujeto.
En el segundo caso tenemos la opción de conseguir un fondo oscuro, incluso en exteriores con luz natural iluminando toda la escena. Para ello simplemente tenemos que disponer de una fuente de luz potente.
El primer paso a realizar sería configurar los parámetros de la cámara para que la fotografía salga completamente oscura. Lo habitual es configurar un diafragma muy cerrado, f/16 o f/22. A partir de ahí tenemos que configurar la potencia del flash para que sea capaz de iluminar nuestro sujeto. De esta manera, estaremos simulando una situación parecida a la de un estudio, en donde sólo aquello que esté iluminado por nuestra luz artificial aparecerá en la fotografía.
Es recomendable que el sujeto esté separado del fondo. Para que la potencia del flash no tenga que ser muy grande se recomienda buscar lugares que estén en sombra, de manera que sea más sencillo obtener el fondo negro.