Carlinhos Brown. F/2.8 1/100. ISO 1.800. +1,3 EV. 70-200 mm a 70 mm. Espera el momento y mientras esperas, posicionate.
Aunque suelen ser más frecuentes en verano, en cualquier momento del año podemos encontrarnos con multitud de conciertos repartidos por toda la geografía. A los ya habituales de estrellas/grupos de primera línea en locales más o menos especializados, ahora se suman los conciertos urbanos, los que muchas localidades organizan con motivo de las fiestas patronales.
Y aprovechando que te gusta la fotografía, también te resultará interesante conseguir algunas fotos de tus grupos, músicos, cantantes… preferidos. Aunque, como me decía un conocido, esto no es soplar y hacer botellas.
Fotografiar conciertos tiene su complejidad
Ya se ha comentado en algunos artículos publicados, por lo que en esta ocasión, no vamos a reeditar su contenido, sino que intentaremos ayudarte a aprovechar el material que tienes disponible.
Tenemos que enfrentar múltiples dificultades: la luz cambiante, la cantidad de luz disponible, el enfoque, la distancia a la que nos encontremos del escenario, la cámara, el objetivo que utilicemos, la forma de medir la luz… Todos ellos son aspectos que incidirán en la calidad de los resultados y, en consecuencia, todos ellos deben ser considerados.
El reto
Conseguir buenas imágenes, interesantes, con el equipo que tenemos. Ahí es nada.
Lo fácil es hacer la lista de la compra antes del concierto. Por ejemplo la que yo haría:
- una cámara de sensor completo –de esas con un tratamiento exquisito del ruido (por eso de las ISO elevadas), unos 1.600 €;
- un objetivo tele medio 70-200 muy luminoso, f/2.8 o menos (por eso de que suele haber poca luz), 1.600 € más;
- ya puestos un flash, o varios, aunque no te dejen utilizarlos, estos son baratos 90€;
- mejor que un flash, un par de equipos PRO de 500W o más –que el dinero no sea un problema- aquí subimos a unos 1.500€ y,
- si no llega, podríamos finalizar realizando una instalación de luces que supla las carencias de las que ha instalado la organización; lo cual –obviamente- no es factible ni me atrevo a valorar.
Por tanto, no vale de nada desear lo que no tenemos, habrá que conformarse con la felicidad que proporciona maximizar el rendimiento de nuestro equipo; que no es poco.
Como se dice por aquí, o importante é ter sentidiño e non levar golpes na cabeza (lo importante es tener sentido y no llevar golpes en la cabeza).
Pues con esta premisa, seguimos.
Iluminancia
Inconscientemente asociamos la palabra concierto a actividades musicales nocturnas, pero la realizad es que hay conciertos a todas horas y en todo tipo de escenarios. Así, los requerimientos del equipo variarán en función de las condiciones a las que nos enfrentemos. No sólo eso, también la configuración del equipo y la criticidad del dominio de la técnica.
Obviamente, no será lo mismo un concierto al aire libre durante el día, que ese mismo concierto durante la noche; uno realizado en un local de copas con un rincón adaptado para conciertos, que el realizado en una sala especializada; la iluminación que instalan para un grupo de primera línea, que la utilizada por un grupo local poco conocido.
Por tanto, habrá escenarios y condiciones de iluminación que no ofrezcan dificultades para obtener buenos resultados casi con cualquier equipo.
¡Ojo, no digo que sea lo mismo un objetivo de kit que uno pata negra; ni una full frame que una cámara de gama de entrada!
En todas las situaciones la iluminancia de una escena es la misma para todos, independientemente de la cámara y el objetivo que cada uno use; otra cosa es como puedas aprovecharla.
Tranquilidad
Las buenas ópticas siempre han sido caras. Los buenos cuerpos, también. -Que rara me ha quedado esta última frase-. El paso del tiempo ha jugado en favor de los equipos más modestos, que hoy ofrecen calidad a ISO moderadamente elevadas; impensable con equipos de primera línea de hace 8 o 10 años.
En consecuencia, cualquier cámara de entrada admitirá la utilización de un ISO 1.600 ofreciendo, como contrapartida, un nivel de ruido razonable.
Cómo configurar el equipo
ISO en AUTO. Limitado, si puede ser, a lo que consideréis tolerable en vuestro equipo. Hay quien limita a 1.600; yo lo hago a 6.400. Digo yo que es mejor conseguir la foto, aunque tenga ruido, que perderla por falta de luz. Luego ya veremos si la aprovechamos o no.
El diafragma abierto lo máximo posible. Disponéis de un 1.4, un 1.8 o un 2.8, ¡estupendo! Usadlo sin dudarlo. Máxima apertura todo el tiempo. Os ayudará a captar la luz necesaria y a separar al sujeto principal del fondo.
El modo Manual, solo en conciertos al aire libre y de día. Lo normal es usar prioridad a la velocidad. Los músicos se mueven, alguno –particularmente nervioso- más de la cuenta. En condiciones normales 1/200 será suficiente, aunque tengo fotos a 1/250 y 1/320. Pero la perdida de luz es muy acusada. Si el músico está quieto o sentado 1/125 o 1/60, es suficiente. Por debajo de 1/125, registrarás movimiento.
Medición puntual, no sé cómo es posible utilizar otra con tantas luces entrando y saliendo del encuadre. Control total.
Yo uso el bloqueo de la exposición. Hay quien no lo hace y me sorprende. Mide en el humo que hay alrededor de la figura y bloquea la exposición con una compensación de +1,7 EV o +2 EV. Esto te garantiza textura en el humo y que llevarás la exposición al extremo con un pequeño margen de seguridad de medio paso, aproximadamente. Quiere decir que el humo se quemará cerca de los focos, pero siempre puedes recortar un poco. Y si disparas en Raw, también podrás recuperar parte de la información que se muestra quemada en el visor de la cámara.
Y usa la ráfaga, de 3 o 5 fotos.
¿Qué objetivo?
El que tengas.
Yo he disparado con varios: un 70-300 mm f/4,5-5,6; un 50 mm f/1.8; un 18-70 mm f/3,5-4,5; un 16-35 mm f/4; un 105 mm f/2.8 y creo que alguno se queda en el tintero.
Si tengo que elegir uno me quedo con un 70-200 f/2.8. Si tuviese que llevar uno de apoyo sería un angular fijo un 35 mm con f/1.8, para el público y el escenario completo…
El 50 mm no me gusta para este tipo de fotografía, se me queda corto para el escenario y algo largo para el público, pero es muy luminoso.
Y los ultra angulares, demasiado angulares; con un par de fotos con ellos me basta para captar el escenario completo. No me puedo acercar todo lo que me gustaría para sacarles buen partido. Pero para gustos colores.
Incluso disparando desde el foso, delante del escenario, muchas fotos superan los 100 mm de focal.
¿No tienes un tele lo suficientemente largo como para conseguir primeros planos? Pues recorta la imagen. Una de las ventajas de los megapíxeles –tan aclamados popularmente- es que puedes recortar la imagen dejándola en su modesta mitad y, así todo, conseguir un fotografía con posibilidades de ampliación muy razonables. Ya te anticipo que para una web o red social vas muy sobrado. ¿No me crees?
Supongamos una cámara de 24 Mpx de sensor con formato 3x2, o sea, una réflex APS-C de 24 Mpx. En román paladino, 6000x4000 pixel. Supongamos un recorte a la mitad: 3000x2000 pixel. ¿A qué tamaño podríamos imprimir? Pues 3000x2,54 (el tamaño de una pulgada en cm) dividido entre los puntos por pulgada que queramos. Típicamente para una impresión de calidad óptima, al menos, 250 ppp. Esto es 30,5 cm por el lado largo. No está mal.
Alguno pensará que es poca resolución para la web. Una pantalla full HD ofrece 1920x1080 pixel, es decir, te sobran 1080; la diferencia hasta 3000. Pero si tienes dudas, exporta a 2048 y listo. Ya puestos, aprovecho para indicaros que los ppp no tienen ningún efecto en la resolución en pantalla, ya que esta es la que ofrezca cada dispositivo, monitor, móvil, tableta o lo que sea.
Lo que no se dice
Tan crítico como la luz es el enfoque. Si tienes una APS-C con un objetivo abierto a f/2.8 y estás en el foso de seguridad, la distancia al sujeto será de unos 3 o 4 metros. Supongamos 4, ¿sabes cuál es la profundidad de campo para una focal de 150 mm? Tan solo 8 cm. 18 cm para 100 mm; 10 cm para 100 mm pero a 3 m de distancia… y así podíamos seguir.
Cerrar el diafragma para conseguir mayor profundidad de campo no es una opción. Por tanto, tienes que utilizar los puntos de enfoque, en concreto, el que se sitúe sobre la zona que quieres nítida –típicamente la cara. Esto quiere decir que no puedes enfocar al bulto y reencuadrar, porque perderás el foco en muchas ocasiones obteniendo fotos no nítidas.
Las cámaras de marco completo ganan en profundidad de campo.
Nuevamente, si tu cámara es APS-C el recorte del sensor favorece la utilización de focales más cortas para la realización de planos más cerrados. Un 100 mm será equivalente a un 150 mm en una cámara de sensor completo.
Me parece fundamental el uso de tarjetas de memoria veloces. Si disparas en ráfaga son fundamentales. Clase 10, sí o sí. Con tasas de transferencia de al menos 90 Mb/s., ya podéis calcular que con 24 Mb de tamaño de foto vais algo justos, pero bueno. Con tasas de transferencia menores, tan solo dos fotos bastarán para superar la capacidad de almacenamiento intermedio de la cámara generando, en consecuencia, espera hasta poder disparar de nuevo.
Las cámaras tienen una memoria intermedia en las que almacenan las fotos antes de transferirlas a la tarjeta. Es una RAM con capacidad variable. Si la ráfaga es larga es fácil saturarla y si la velocidad de transferencia es baja, tardará más en liberarse, bloqueando el disparador hasta que se libere espacio.
La chicha esté en cómo, dónde y cuándo medir la luz
Medir la luz de un concierto no tiene nada de excepcional. El principio que rige para cualquier escena y situación rige en los conciertos. La peculiaridad es la velocidad a la que cambia la luz.
Supongamos que el cantante lleva una camiseta blanca. ¡Estupendo! Podemos medir la luz en ella y calcular una compensación de +2 EV. Siempre que las condiciones de luz se mantengan, la camiseta lucirá blanca y el resto de tonos caerán en su sitio.
Pero la luz cambia. En condiciones normales adaptamos la configuración a las condiciones de iluminancia que presenta la escena. En estudio, estas condiciones las decidimos nosotros, pero en los conciertos esta cambia de forma constante y lo que ahora mides, un segundo después ya no sirve. Entonces, ¿cómo podemos conseguir fotos bien expuestas? Analizando el patrón de la luz. En cada canción cambia, pero suele ser un patrón fijo. Mide la luz dónde y cuándo te interese, bloquea la exposición y espera a que se reproduzca de nuevo el patrón, es decir, a que se ilumine de nuevo el sujeto que quieres fotografiar.
Para mí es importante conservar las texturas del humo, evitando que aparezca quemado, como una enorme mancha blanca que rodea al protagonista –pero verás muchas fotos así –con el humo quemado- que tienen buena aceptación. Si la luz que ilumina frontalmente al cantante es pobre:
- prueba con las siluetas, pero no quemes el fondo.
- Cierra mucho el plano para evitar que aparezca el fondo y expón correctamente para la piel del músico.
- En general, busca detalles con planos cerrados.
Resumiendo
Me quedo con una frase que ya mencioné anteriormente: hay que conformarse con la felicidad que proporciona maximizar del rendimiento de nuestro equipo; que no es poco. Para conseguirlo debes conocer bien sus capacidades, sus limitaciones, su funcionamiento y la técnica.
Y ya para finalizar, recuerda:
- que fotografiar al conocido está bien, pero los desconocidos también dan mucho juego; no te centres solo en el cantante.
- Explora otras posibilidades, otros encuadres, otras velocidades...
Fredonia.