Hay muchísimas razones para buscar las fotografías en blanco y negro y otras tantas para hacerlo en color. Pero ¿en qué momento decides que esa imagen que acabas de tomar debe mantener sus tonos y pasarse al monocromo?
Es cierto que hay fotografías que piden (¡a veces a gritos!) un procesado u otro, sin embargo, no siempre será tan fácil y en ocasiones tendrás un dilema que sólo podrás solucionar tú. ¿Ya sabes qué debes mirar para tomar una decisión u otra? ¿Lo que debes tener en cuenta?
Primera Pregunta Obligatoria: ¿El Color Es el Protagonista?
Cada fotografía es un mundo y, por lo tanto, no hay "procesados tipo" para cierto tipo de fotografía. Cuando te toque revelar una imagen, deberás pararte a observarla. Pero para pararte a pensar si debes mantener o eliminar el color lo primero que tienes que hacer es analizar el papel que tiene éste en la imagen que tienes delante. Y para hacerlo, puedes basarte en estas tres preguntas:
- ¿Es importante? Pregúntate si, en la fotografía que estás tratando, tiene alguna importancia el color. Si es representativo. Qué es lo que cuenta el color y si dentro de la historia que cuenta tu imagen, es una parte fundamental.
- ¿Es protagonista? Después de analizar si el color tiene importancia dentro de tu fotografía, pregúntate cómo es esa importancia. ¿Es, quizás, el elemento más importante de la composición? ¿Destaca por encima de otros elementos? ¿Roba protagonismo a algún otro elemento?
Si la(s) respuesta(s) a la(s) pregunta(s) anterior(es) ha sido un sí, esta es la última pregunta que debes hacerte respecto a tu imagen:
- ¿Debe ser protagonista el color en tu imagen? Hemos llegado a la conclusión de que es el elemento que más destaca pero ¿es eso realmente lo que te interesa? Si crees que el color le roba protagonismo a cualquier otro elemento, analiza si ese elemento no es más importante dentro de la composición de la fotografía que el color.
Si la conclusión es que no, que el color es una parte imprescindible, totalmente necesaria, para que la foto que estás tratando sea la que quieres que sea, está claro que lo que debes de hacer es mantenerlo y, por lo tanto, descartar el blanco y negro.
Si, por el contrario, llegas a la conclusión de que el color le resta importancia a otros elementos de la imagen que podrían interesarte más, podría ser que el blanco y negro fuera tu mejor solución. Dicho así parece fácil, ¿no? Como hemos dicho al principio, cada foto es un mundo y no todo se centrará en el protagonismo que tenga o deje de tener el color.
Si el Color Le Roba Protagonismo a Alguien... Fíjate a Quién Se Lo Roba y Cómo
Quizás, en el momento en el que el color tenga un protagonismo que no te interesa, el blanco y negro sea la opción más fácil y rápida para tu fotografía. Pero puede darse el caso de que, por la razón que sea, no te interese eliminarlo. Para poder decidir qué es mejor para tu imagen, lo mejor será que sigas analizando la importancia que tiene el color en ella. Hay dos posibles elementos a los que el color puede quitar protagonismo:
- La composición. Hay una serie de elementos propios de la composición que pueden quedar ocultos tras una importancia "exagerada" del color: las líneas, las texturas, los espacios vacíos.
- El momento captado, esa escena que te llevó a hacer click.
Sea como sea si te interesa conservar el color, antes de decidir quedarte con el blanco y negro, busca otras alternativas: recomposición (haciendo el recorte adecuado puedes llegar a conseguir destacar otro motivo por encima del color), procesado del color (tratando los colores de una manera concreta, por ejemplo)...
¿Para Qué Es La Foto?
A veces la fotografía en sí no es la que tiene la última palabra en el procesado y es que en muchas ocasiones la imagen que estemos tratando no será una pieza individual, si no que formará parte de una serie, sesión o proyecto. En estos casos debes ser consciente del aire general que tendrán las otras fotos.
Y si, por ejemplo, estás trabajando en una serie de retratos en blanco y negro es posible que no haya sitio para una fotografía en color. Aunque, eso sí, no debes olvidar que tus series/sesiones/proyectos son tuyas (a no ser que tengas un cliente que te diga cómo debes hacer las fotos) así que eres tú el que tiene que decidir, al final, cómo serán. Si crees conveniente que una fotografía en color debe formar parte de una serie en blanco y negro, eres libre. Pero siempre siendo consciente de lo que haces y por qué.
Otra cosa que deberías plantearte es la función que va a tener esa fotografía en cuestión: no es lo mismo subir una imagen a una galería en internet, que publicarla en un periódico o utilizarla para una página web o cualquier otro espacio que tenga su propio código gráfico (eso significa que puede ser, por ejemplo, un espacio colorido en el que una imagen en blanco y negro no tenga cabida).
¿Cómo Está Tomada la Foto?
¿Bajo qué circunstancias y con qué equipo? Los colores pueden verse muy afectados por estas dos variables, así que es importante tenerlo en cuenta a la hora de decidir el procesado que debería llevar una fotografía. Hay cámaras (especialmente aquellas que son de gama muy baja) que no tienen una buena gestión del color. Además, hay iluminaciones con fuertes dominantes de color que pueden ser imposibles de arreglar incluso disparando en raw y cambiando, en el procesado, la temperatura de color.
Por otro lado, al hacer fotografías con muy poca luz o en situaciones lumínicas complicadas, pueden verse resentidos los colores. Son algunos ejemplos que deberían hacerte reflexionar sobre cómo son los colores de tu imagen y sobre si realmente vale la pena mantenerlos o trabajar en el blanco y negro puede ser más beneficioso para la fotografía.
La Prueba Definitiva: ¿Qué pasa si...?
Exacto, si todavía sigues sin saber qué deberías hacer con el color de tu fotografía, todavía te queda un as en la manga: probar. Convierte la imagen al blanco y negro y observa qué pasa.
Qué elementos ganan fuerza, qué elementos aparecen (porque antes estaban escondidos entre tanto color) y, sobre todo, qué ambiente general rodea la imagen que tienes delante.
No olvides probar diferentes maneras de tratar los tonos en el monocromo, hay multitud de maneras de interpretar los colores y una imagen con distintas interpretaciones puede variar mucho. Una vez hecho esto, compara ambas versiones y determina qué es lo que le va mejor a la imagen que estás trabajando.
Conclusión: ¿Blanco y Negro o Color?
Habrás deducido, después de leer el artículo, que no hay ninguna regla escrita sobre esto y que, por lo tanto, cada fotografía pedirá una cosa distinta. Hay muchos factores que te harán dudar a la hora de revelar una imagen en color o en blanco y negro, entre ellas la fotografía misma (hay unos tipos de fotografía que suelen funcionar mejor en blanco y negro y, también, fotografías individuales que piden a gritos un procesado concreto) pero también tú mismo (tu estilo fotográfico, lo que necesites de esa imagen en particular, lo que quieras transmitir con ella).
Con el tiempo, la práctica y, sobre todo, el ver muchísimas fotos acabarás desarrollando tu propio criterio personal que te ayudará a tomar la decisión de procesar una foto de una manera o de otra.
¿Y tú? ¿Tienes algún truco para saber cuándo debes convertir una foto al blanco y negro? ¿Alguna imagen con la que todavía no te hayas decidido?