Seguro que ya tienes la mente puesta en tu próximo destino. En plenas vacaciones de verano seguro que ya has despejado la duda de dónde irás este año de aventura o de viaje cultural, lo que más te guste. (¡En menos de un mes me voy de viaje a Japón!)
Es posible que ya estés pensando en los preparativos, sobre todo en lo que se refiere a los aspectos fotográficos del viaje. Si estás en esta situación, te interesa leer este artículo.
No hay nada más emocionante para un fotógrafo que la perspectiva de llevar a cabo una gran aventura con la cámara al hombro. Seguro que es algo que ya has sentido. Nuevos lugares, nuevas experiencias, nueva gente… Se abre ante ti una infinidad de posibilidades que documentar y conservar.
Sin embargo, prepararte para un nuevo viaje puede ser una tarea abrumadora: elegir el equipo adecuado, asegurar que te llevas todo lo que vas a necesitar, localizar los sitios que quieres fotografiar, planear las fotos con antelación y un sinfín de cosas más.
En estos últimos años he tenido la suerte de viajar a muchos destinos, cerca y lejos de casa. Con el tiempo, he ido aprendiendo de mis (a veces muchos) errores y he desarrollado un método para estar segura que todo estuviera listo.
Por eso, voy a compartir este proceso contigo.
Buscar y elegir los mejores lugares para fotografiar un destino concreto
Dedícale tiempo a investigar en profundidad sobre tu destino y comprobarás que todo ese tiempo invertido te permitirá volver a casa con algunas imágenes espectaculares.
¿Por qué gastar tiempo en ver fotos de otros?
Me han hecho esta pregunta en muchas ocasiones y reconozco que tiene sentido. La gente me dice que lo quiere es hacer sus propias fotos, no copiar o imitar las de otros. Y aunque podría escribir un ensayo sobre la imposibilidad de que dos fotógrafos vean lo mismo y lo fotografíen de forma idéntica, ese no es el propósito de este artículo, ni el de tu investigación fotográfica.
En realidad no buscas ideas para copiarlas, sino información que te ayude a identificar la gente, cosas y lugares que te gustaría captar con tu cámara. Siempre hay margen para las sorpresas en un viaje, pero es interesante conocer de antemano algunos elementos llamativos que fotografiar. Y sobre todo, es importante que conozcas las dificultades con las que te podrías encontrar por el camino.
De esta forma estarás preparado. O al menos, mucho más que si no haces ese trabajo de investigación.
Cómo llevar a cabo tu trabajo previo de investigación
Puedes elegir entre dos formas, y ambas son igualmente prácticas y útiles:
- Ya has decidido un destino y quieres ver qué puede ser interesante en la zona, ciudad o país.
- Estás viendo detenidamente fotos que te llaman la atención y decides que merece la pena organizar un viaje a ese lugar.
La mayor parte de la gente entra dentro de la primera categoría. Sabes dónde vas. Puede que incluso conozcas algunos lugares que quieres fotografiar mientras estés allí. La fotografía no es el objetivo principal de tu viaje, por lo que necesitas maximizar el poco tiempo que tienes disponible con tu cámara.
Sin embargo, si eres de los que les gusta planear un viaje fotográfico, resulta muy divertido descubrir imágenes y encontrar nuevos sitios que te gustaría visitar e inmortalizar. Hace poco, por ejemplo, viendo fotos de Roma, una ciudad en la que he estado muchas veces, encontré un par de rincones de los que nunca había oído hablar. Ya imaginarás que no tardé mucho en volver para llevarme un recuerdo...
No busques únicamente lugares. Busca todo aquello que te resulte interesante.
¿Por dónde empezar?
En realidad la búsqueda no empieza con tu destino. Empieza con tu concepto.
¿Qué traes de vuelta a casa que contiene la esencia de tu experiencia mientras estabas viajando?. ¿Era la gente o los paisajes?.¿Te atrajo la cultura, los colores, una textura?. ¿Te fijaste en los detalles, o viviste algún evento especial?.
No tienes por qué elegir uno o limitarte a esta breve lista. Tan sólo necesitas pensar en el tipo de imágenes que quieres. Ve con un plan en mente y las posibilidades de éxito serán mayores. Algunos lo llaman visualización previa, yo en cambio prefiero llamarlo “saca la cabeza del agujero” porque lo que cuenta es el resultado final.
Las peores decepciones que me he llevado con mis fotos de viaje ha sido cuando he visitado un destino sin tener ni idea, esperando que algo extraordinario ocurriera como por arte de magia. Pues no. La magia no surge: hay que buscarla.
¿Dónde buscar?
Estas páginas web no deberían de sorprenderte. Son mis principales fuentes de inspiración cuando empiezo a preparar un viaje fotográfico.
Siempre busco en estas cuatro páginas porque cada una tiene algo que le falta a la otra. Puede ser una vista distinta de un paisaje, un mapa, información del fotógrafo sobre cómo la hizo. Son complementarias.
En realidad, no tienes que investigar sólo sobre el punto de vista o desde dónde está tomada una foto. Imagínate que vas a viajar a tu destino soñado y descubres que has planeado el viaje en una época del año nefasta. Puede que los parques nacionales estén cerrados si es temporada baja. O que la dirección del sol no sea la óptima. O incluso que haya un congreso en la ciudad que haga que los precios del alojamiento estén por las nubes.
Consulta foros o guías de viaje para saber en qué época del año es mejor viajar o es temporada baja. Descargate una aplicación en el móvil que te permita anticipar la posición del sol en una fecha determinada. La mayoría de las ciudades publican los principales eventos que van a acoger. Ve a tu buscador favorito y teclea “próximos eventos en [nombre de la ciudad]” para ver la agenda.
Trata de anticiparte a cualquier imprevisto que ayude a conseguir ese concepto fotográfico que buscas.
Aunque siempre hay margen para la improvisación
El hecho de que planifiques e investigues sobre el tipo de fotografía que quieres hacer durante tu viaje no significa que tengas que ajustarte a un estricto programa de actividades. Lo que consigues con ello es hacerte una idea sobre qué esperar y cómo planear algo que te interesa realmente. Siempre tendrás tiempo para explorar y nunca se sabe qué oportunidades inesperadas surgirán durante tu viaje.
Es tu viaje. Emplea tu tiempo como quieras. Un poco de planificación no hará más que ayudarte a no dejar nada por el camino.
Cómo planificar una fotografía
El trabajo previo de búsqueda de localizaciones es muy importante. No sólo te dará ideas nuevas de lugares o sitios concretos desde los que harás fotos increíbles, también te ayudará a descartar aquellos que no te resulten tan interesantes.
Ahora que ya tienes una lista de lo que quieres fotografiar, es hora de que pienses en cómo llevarlo a cabo.
Tienes predilección por la gente (pero no te atreves)
El mero hecho de pensar en fotografiar a gente durante un viaje es suficiente para que muchos fotógrafos sientan escalofríos y tengan un pánico incomprensible. Acercarte a completos desconocidos y preguntarles si les importa que les hagas una foto puede ser todo un desafío. No dejes de intentarlo, la gente es la que hace que un lugar sea especial, y este tipo de fotos suelen dar muy buenos resultados en la fotografía de viaje.
Pero antes de aprender cuáles son las mejores técnicas y trucos para captar a la gente durante tu viaje, lo primero que tienes que hacer es investigar dónde encontrarla.
Un gran lugar de encuentro son los mercados. Y lo mejor de ellos es que están en todas partes. No importa el destino al que vayas, siempre habrá algún mercado, generalmente de alimentación, en el que los locales se reúnen para abastecerse.
Otro punto de encuentro interesante suelen ser los eventos extraordinarios. Entre ellos, puedes encontrarte con un festival, un evento cultural (por ejemplo una procesión de Semana Santa o un desfile de Carnaval) o incluso una boda. Todos ellos suponen grandes oportunidades fotográficas en los que te encontrarás con mucha gente participando en algo excepcional.
Por último, no descartes la posibilidad de fotografiar a la gente en su rutina habitual o llevando a cabo sus tareas diarias. Y esto incluye desde coger el transporte público hasta cocinar. Cualquier actividad vale porque lo extraordinario a veces también se esconde detrás de lo ordinario.
Una vez que hayas determinado los lugares que puedan ser más propicios para hacer esas fotos, preocúpate de conocer mejor a la gente. Sé consciente de cualquier reacción que vaya a despertar tu cámara: algunos tendrán miedo de tu teleobjetivo, en otros lugares no podrás fotografiar a las mujeres. Todo dependerá de dónde te encuentres.
Infórmate de antemano y evitarás situaciones embarazosas que podrían incluso ser comprometedoras.
Tu pasión es la ciudad
Es muy fácil hacer fotos sosas de edificios. Trata de captar el alma de la ciudad.
Cualquier entorno urbano te ofrece un abanico infinito de posibilidades. Seguro que los sujetos se multiplican, incluso en el más pequeño de los pueblos. Con sólo andar un par de manzanas, tendrás tiempo a fotografiar siluetas de edificios, gente de camino al trabajo, detalles arquitectónicos abstractos, una actividad frenética en la calle o incluso una escena placentera en un parque.
También podrás captar elementos del pasado y del presente a través de la arquitectura, componer una escena callejera, adentrarte en un callejón solitario y, metros después, encontrarte de bruces con uno de los iconos de esa ciudad.
Pero para conocer una ciudad en profundidad, tienes que estar preparado para recorrerla una y otra vez, y no cansarte de ir a los mismos sitios en distintos momentos del día o diferentes días de la semana. Combina la agitación con la calma, el revuelo que arma un artista callejero o la tranquilidad de una zona de restaurantes por la mañana temprano. Las ciudades son organismos tremendamente cambiantes que mutan rápidamente y que cuentan con mil caras.
Sólo explorando durante horas, serás capaz de quedarte con lo que más te guste. Tú eliges.
Te interesan los paisajes
En esta disciplina no sólo tendrás que hacer un trabajo previo para determinar la localización. Deberás tener en cuenta además dos factores importantes. El primero es la meteorología. El segundo es la luz.
Si tienes un interés especial en fotografiar paisajes urbanos o de naturaleza y quieres contar con las mejores condiciones de luz, no puedo dejar de recomendarte que le eches un vistazo a Photopills. Hoy por hoy es la aplicación más completa para planificar cualquier tipo de foto de paisaje y creo que es una herramienta imprescindible para fotógrafos de todos los niveles.
Tengo que reconocer que la primera vez que la utilizas, resulta sorprendente comprobar la multitud de herramientas y posibilidades que incluye. Algunas de las más interesantes son:
- Planificador del sol y la luna con mapa que te permitirá posicionarte donde tú quieras en el mundo.
- Información del Sol con todo lo que necesitas saber sobre el sol, crepúsculos y horas mágicas.
- Información de la Luna que incluye un calendario, sus fases, las fechas de las superlunas, y por supuesto, las horas de salida y puesta.
- Tabla de hiperfocales que te permitirá visualizar cómo la distancia hiperfocal cambia con la apertura y la distancia focal. Además te ayudará a entender las relaciones entre apertura, distancia focal y distancia hiperfocal.
- Visores 3D de realidad aumentada (RA) de sol, la luna, la vía láctea, el ecuador celeste y de la estrella polar.
De todas formas, si en algún momento sientes que necesitas ayuda, no dejes de pasarte por la Academia, donde encontrarás artículos, vídeos, manuales, calculadoras y otras secciones que responderán a todas tus dudas. Y si aún te quedan preguntas por responder, no dejes de escribir al equipo de Photopills, ¡son estupendos y estarán encantados de responderte!
Ahora viene lo malo: por ahora sólo está disponible para iOS, aunque en breve empezarán el desarrollo para Android.
Qué equipo elegir y cómo ponerlo a punto
Tu primera pregunta, y seguramente la más importante, será “¿Qué cámaras y objetivos me voy a llevar?”.
La respuesta no es sencilla, y generalmente es necesario que lo sopeses con calma. Cuando algún amigo o un lector del blog me pregunta qué cámara debería de llevarse a su próximo viaje, siempre respondo lo mismo: “Depende”. La verdad es que no hay una elección única, mágica y perfecta, es más el resultado de considerar los pros y los contras.
Para empezar, piensa cuáles son las metas de tu viaje: qué esperas fotografiar, y qué piensas hacer con las imágenes a tu vuelta a casa. El equipo que lleves será muy diferente si vas a pasar unos días en Nueva York o si vas a estar dos semanas de safari por Tanzania.
Cuando empecé a combinar mi pasión por la fotografía con los viajes, solía cometer un error de principiante: meter demasiadas cosas en la mochila. Es inevitable, tarde o temprano terminarás arrepintiéndote de haberte llevado un equipo que finalmente no usas. Ese exceso de peso y volumen terminará siendo una carga cuando tengas que arrastrarlo por aeropuertos, estaciones de tren, autobuses o incluso andando por la calle.
Hablando de cargar peso en balde, tengo que confesarte que en muchas ocasiones he optado por llevarme el trípode para fotografiar atardeceres o amaneceres, y al final no lo he usado para nada. A veces ha sido porque los horarios no cuadraban con mis planes de viaje, otras porque la meteorología no acompañaba, o incluso porque es complicado conciliar la fotografía con tus acompañantes de aventura. Pero no me resisto, la próxima vez volveré a meter el trípode en la maleta.
Así es que, llegada la hora de la elección, piensa con calma qué equipo será el que te permita conseguir lo que quieres a lo largo del viaje. Extiende todo tu equipo en la cama o en el suelo, selecciona poco a poco lo que te llevarás y descarta lo que dejarás en casa. Y cuando creas que ya lo tienes claro, dale una segunda vuelta para asegurarte de tu elección.
Ese punto dulce de llevar justo lo necesario puede parecer difícil al principio, pero es bastante menos complicado de lo que imaginas.
Un truco que uso siempre es hacer una lista tareas en Evernote. La primera vez tendrás que hacer una lista completa con todo lo que tengas (cámaras, objetivos, filtros, trípode, cargadores, etc.). Luego, es tan sencillo como ir pinchando cada casilla dependiendo de si vas a llevar ese objeto o no.
La ventaja de Evernote es que la lista se queda almacenada en la nube y siempre está ahí para consultarla desde cualquier dispositivo. Además, también es una buena forma de comprobar que no te dejas nada en el hotel antes de marcharte.
A mí me va bien tener una lista virtual, pero si prefieres, puedes hacer una en papel. Eso sí, ¡no la pierdas!
Una vez que tengas seleccionado el material, llega el momento de comprobarlo. Sé minucioso para no encontrarte con sorpresas de última hora. Aquí tienes una lista de cosas que hacer:
- Limpia tu(s) objetivo(s).
- Limpia tu(s) cuerpo(s).
- Comprueba que el sensor no tiene motas de polvo. Y si las tiene, asegúrate de limpiarlas con cuidado.
- Carga todas las baterías. Es aconsejable que tengas al menos dos, por si alguna se agota antes de tiempo, o deja de funcionar.
- Vacía y formatea tus tarjetas de memoria.
- Verifica los ajustes de tu cámara y ponlos en los valores estándar. ¡No sería la primera que dejo el ISO en 1600 y no me doy cuenta hasta después de haber hecho muchas fotos!
- Limpia la bolsa o mochila donde irá tu equipo.
Por último, si tienes pensado llevar un ordenador portátil, dedica un rato a limpiarlo y asegúrate de que tienes un montón de espacio libre. Esto es igualmente válido para los discos duros externos que vayas a llevar como copia de seguridad. Y no olvides dejar una copia de seguridad de tus archivos fotográficos en otro lugar que no sea tu casa para que no se pierdan por si ocurriera algo en tu ausencia.
Qué accesorios llevar y por qué
Aunque la cámara es la pieza clave de cualquier equipo fotográfico, no tardarás en darte cuenta de que a veces será necesario añadir ciertos accesorios. Gracias a ellos conseguirás mejores resultados conforme te vuelvas más exigente con tus imágenes.
Aquí tienes una lista de algunos de los accesorios que deberías de considerar llevarte.
- Baterías. Ya lo he dicho, pero insisto en que es fundamental que tengas al menos dos. De este modo, si se agota o se estropea, siempre tendrás a mano una (o varias) de repuesto.
- Cargadores. ¡Y no sólo los de las baterías de tu cámara! No te olvides de los de tu móvil, tu portátil (si tienes pensado llevarlo) y cualquier otro gadget. Y por supuesto, no te dejes de comprobar el sistema eléctrico de tu destino, por si necesitas algún adaptador de enchufe.
- Tarjetas de memoria. Además de vaciarlas y formatearlas, lleva unas cuantas de más por si acaso. Es mejor no haberlas usado durante el viaje, que darte cuenta de que no tienes espacio suficiente para seguir haciendo fotos, obligándote a buscar una tienda de fotografía donde sea y pagar el precio que sea (si es que la encuentras).
- Toallita de microfibra. Es un accesorio muy útil, que ocupa poco y que te ayudará a mantener la lente del objetivo limpia de polvo y huellas.
- Trípode. Dependiendo del tipo de fotografía que te guste practicar puede que, al igual que a mí, un trípode te resulte imprescindible. Yo soy una apasionada de los amaneceres y los atardeceres así es que suelo llevarlo casi siempre conmigo, pero valora bien si efectivamente lo vas a usar a lo largo de tu viaje. No hay nada peor que ir cargando con un trípode a cuestas si no piensas usarlo.
- Filtros. De nuevo, dependerá de la disciplina fotográfica que te guste. No obstante, nunca está de más tener a mano un filtro polarizador. Ligero, no ocupa mucho espacio, crea contraste y evita molestos reflejos. En cuanto a los filtros de densidad neutra y degradados, los utilizarás si tienes pensado hacer exposiciones largas.
- Disparador remoto. Otro accesorio necesario si te planteas hacer exposiciones largas, fusiones de varias tomas y macrofotografía. Gracias a él podrás hacer fotos más nítidas, evitando las vibraciones.
- Parasol. Piensa en llevarlo sobre todo si vas a un destino soleado y quieres evitar esos halos que aparecen debido a la incidencia lateral de la luz en las lentes del objetivo.
- Limpiador de sensor. Existen varios accesorios para limpiar el sensor. Yo uso un “Arctic Butterfly 724", que aunque no es precisamente barato, funciona perfectamente y deja el sensor impecable. No obstante, no siempre lo llevo conmigo, depende del destino al que vaya y si voy a cambiar frecuentemente de objetivo o no. A veces prefiero llevar un todoterreno Nikon 18-200 mm y olvidarme de todo.
Comprueba dos (o incluso tres) veces que te vas llevar todos los accesorios necesarios. Piensa que hay algunos esenciales como los cargadores, las baterías y las tarjetas de memoria.
En una ocasión, uno de mis compañeros de viaje se dejó el cable del cargador en casa y tuvimos que ir a un mercado caótico de un pueblo perdido en medio de la nada intentando encontrar ese cable. Finalmente lo conseguimos, pero perdimos un tiempo precioso que podíamos haber dedicado a cualquier actividad mucho más interesante.
Además de la lista que mencionaba anteriormente, una de las formas de evitar estos despistes es colocar cargadores, cables y batería de cada uno de tus dispositivos (cámara, teléfono, ordenador) juntos y a la vista.
Si no tienes pensado descargar tus fotos durante el viaje, asegúrate que llevas suficientes tarjetas de memoria. De nuevo, es mejor que te sobre alguna sin utilizar a que te falte y tengas que preocuparte por comprar alguna más.
Por último, si planeas llevar mucho equipo, no está de más que te plantees contratar un seguro. Y no te olvides de tomar las precauciones necesarias para evitar que te roben tu equipo fotográfico.
Trucos para hacer la maleta y cómo llevar el equipo de un sitio a otro
Una vez que tienes claro el equipo fotográfico que te vas a llevar, tu siguiente misión será determinar cómo lo transportas de un sitio a otro. Y recuerda, tu mochila o bolsa tiene que ser lo más cómoda posible. Cuando la llenes con el equipo, tu espalda y tus hombros te lo agradecerán.
Si eres del tipo de fotógrafos que colecciona bolsas y mochilas, lo primero será determinar cuál te vas a llevar. Para ello no tienes más que pensar cuántos días te vas y dónde te vas. Lógicamente, no te llevarás el mismo tipo de bolsa durante un fin de semana en Londres que si te vas tres semanas a la Patagonia.
Por el contrario, si has tenido la suerte de encontrar ya tu mochila o bolsa perfecta, la duda está despejada. Asegúrate de que está limpia y mete con cuidado tu equipo.
Te dejo algunos trucos que te pueden resultar de utilidad cuando estés haciendo la maleta.
- Si vas a volar, consulta las restricciones de equipaje de la(s) aerolínea(s) que vas a utilizar.
- Conforme vayas metiendo el equipo en la bolsa o la mochila, intenta repartir el espacio lo más eficientemente posible de tal manera que te quepa todo.
- Comprueba que todo el equipo está perfectamente protegido en caso de que la mochila o bolsa reciba un golpe.
- Si las previsiones meteorológicas anuncian lluvia, protege en equipo metiéndolo en bolsas estancas, como las que se usan en los barcos. Una buena marca es Exped. Y si tu mochila o bolsa no tiene protector contra la lluvia, Exped también ofrece buenas alternativas.
- Sé organizado y guarda cada elemento en el mismo sitio. De esta forma, siempre lo encontrarás rápidamente cuando lo necesites.
- Los cables son más frágiles de lo que parecen. Dóblalos con cuidado y protege los cabezales.
- Si te ha gustado el truco que mencionaba anteriormente (hacer una lista de tu equipo en Evernote), usa esa lista cada vez que te vayas de un sitio para comprobar que no te dejas nada y que todo está perfectamente guardado en tu mochila.
- Identifica tu mochila con una etiqueta en la que se vea tu dirección de email. Con esto conseguirás varios propósitos. El primero, es que tu mochila se diferenciará del resto. El segundo es que si la pierdes y alguien la encuentra, siempre te podrá contactar para devolvértela. Y el tercero es que no dejas la dirección de tu casa ni ningún otro dato personal a la vista.
Uno de los consejos que siempre doy es que, si vas a volar, no factures bajo ningún concepto tu equipo fotográfico. O al menos no lo esencial, a saber, cámara, objetivos, baterías, tarjetas de memoria y cargador. Llévalo siempre contigo en la cabina y si puedes llevarlo en los pies en lugar del maletero encima de los asientos, para no perderlo de vista, mejor.
Para terminar, si llevas trípode, lo ideal sería no facturarlo tampoco. Desgraciadamente la mayoría de los trípodes no caben dentro de una mochila. La única ocasión en la que conseguirás meterlo en cabina es cuando viajes con una maleta de mano. Si llevas una maleta grande o una mochila de gran capacidad, no te quedará más remedio que facturarlo para que vaya en la bodega.
Y no olvides lo más importante
Todos los destinos son únicos, pero a través de tu cámara serán aún más especiales. Serás tú el que con estilo, personalidad y forma de ver las cosas le des un toque auténtico a tus imágenes. Tu objetivo como fotógrafo será determinar qué es realmente original y captarlo de forma que signifique algo para ti.
Otro punto a tener en cuenta es que el resto de tu entorno tendrá una idea preconcebida de cómo es ese destino. Así que tienes dos opciones. La primera es mostrar lo que todo el mundo tiene en mente con algún toque especial. O bien puedes dejar a un lado esas ideas preestablecidas y mostrar lo que nadie imaginaba que pudiera estar allí.
El último consejo de esta guía es, quizá, el más importante. Recuerda que mientras viajas estás viviendo cosas alucinantes. No te dejes arrastrar por la fotografía y disfruta siempre de esos momentos. Si estás viendo un amanecer maravilloso, fotografíalo, pero piensa también en apartar la cámara un segundo de tu vista, olvídate de ella, y saborea la vida.
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