Hay acciones que nuestros ojos son incapaces de distinguir por la rápido que se producen: un cristal rompiéndose, una micro expresión en el rostro, el impacto de un objeto cayendo en el suelo...
Algo que llevaba fascinándome desde hacía tiempo es la fotografía de alta velocidad, así que decidí ponerme manos a la obra y experimentar con mis propios ejemplos para congelar el movimiento. ¿El movimiento de qué? Pues el movimiento del agua al explotar un globo de agua. Y todo ello lo vamos a ver con el formato de Cómo hice esta foto, aunque en esta ocasión, no sera una única toma sino una serie. ¡Quédate y descubre todos los secretos que se esconden tras las fotografías de este artículo!
Cómo Se Hizo la Serie Explosión de Globos de Agua
La fotografía puede inmortalizar momentos, momentos que incluso no somos capaces de apreciar en toda su plenitud a simple vista. Un ejemplo de ello es la explosión de un globo de agua. En el instante en el que pinchamos el globo todo se sucede a una velocidad vertiginosa. Lo pinchamos y lo siguiente ya es el agua en el suelo. ¿Pero no te gustaría ver a cámara lenta todo el proceso? ¿el momento en el que la goma estalla y empiezan a salir las gotas de agua?
Eso podemos hacerlo gracias a los vídeos en cámara lenta, pero también gracias a la fotografía, ya que podemos congelar en una imagen en el momento de la explosión y lograr una captura de lo más fascinante. Eso sí, para poder hacerlo deberemos estar muy atentos, tener paciencia, y realizar muchos intentos.
A continuación analizaremos 3 ejemplos distintos para descubrir los secretos que hay tras estas tomas, y así que puedan inspirarte y servirte de ejemplo para realizar tu propia sesión con globos de agua.
Materiales Necesarios para la Sesión
Antes de empezar a ver cómo se hicieron las fotografías, lo primero que haremos será repasar qué materiales utilizamos para la sesión. Por un lado tendremos:
- Lo más importante... ¡globos! No hace falta que sean expresamente de agua. De hecho, te aconsejo que adquieras de varios tipos, así como también de diferentes tamaños, ya que necesitarás realizar muchas pruebas y seguro que tras hacerlas compruebas que te resulta más fácil trabajar con algunos de ellos. Piensa también que cuánto más grande sean, más impactante será la explosión de agua.
- Un grifo y agua para rellenar los globos.
- Si vas a disparar en un interior es mejor que tengas preparado debajo un cubo o barreño sobre el que caiga el agua, ya que de lo contrario mojarás toda la estancia y los muebles y aparatos eléctricos pueden sufrir un grave peligro.
- Un objeto punzante. Puede ser un dardo, un imperdible o una aguja. Con él lo que haremos será pinchar los globos para causar la explosión de agua.
- Unas pinzas, hilo de pescar y un soporte sobre el que puedas sujetar el globo para alguna de las tomas. Esto te lo explicaré con detalle en el último ejemplo.
- Un fondo negro para el último ejemplo, aunque no es estrictamente necesario.
Por otro lado, respecto al material fotográfico necesitarás lo siguiente:
- Tu cámara con un objetivo, por supuesto. En mi casó opté por utilizar una focal fija, pero te servirá el cualquiera.
- Un trípode para facilitar el trabajo.
- Y para el último ejemplo necesitarás un flash y triggers para poder disparar el flash fuera de la cámara.
Y ahora que ya sabemos qué es lo que necesitamos para realizar la sesión, pasemos a conocer cómo se hicieron las tres fotografías de ejemplo.
Ejemplo 1: Globo Explotando al Aire en Exterior
Ojalá la explosión de un globo de agua fuera tan lenta como para apreciar el momento justo en el que el globo se rompe y el agua sale disparada. Lamentablemente no lo es, pero gracias a la fotografía podemos intentar capturar ese instante si ajustamos de forma adecuada la cámara.
El primer ejemplo que realizamos durante esta sesión fue el más sencillo de todos. ¿Cómo fue el planteamiento? Pues lo primero de todo fue escoger un lugar en exterior, porque de ese modo nos resultaba más cómodo trabajar y no pasaba nada si el suelo se mojaba.
Algo muy importante fue contar con la ayuda de mi compañera fotográfica Noemí, ya que realizar este tipo de tomas solos puede resultar un poco complicado. Nosotras nos dividimos la faena, de modo que ella sería la persona encargada de preparar los globos y explotarlos en el momento justo para que saliera la explosión en la toma, mientras que yo ajustaba y componía la toma y la disparaba.
He dicho que fotografiamos en un exterior, pero antes de empezar a disparar como unas locas lo que hicimos fue buscar un buen fondo.
Queríamos que el globo y la explosión de agua destacara, y un fondo con demasiada información y color iban a alejarnos de ese propósito. Realizamos varias pruebas con diferentes fondos, hasta que dimos con el que concluimos que nos gustaba y nos permitía tener espacio suficiente para realizar la sesión sin problemas. Aun así, tuvimos que trabajar con aperturas amplias para desenfocar un poco el fondo y destacar más el globo, aunque eso supusiera perder el foco en alguna de las gotas de agua que saltaran.
Después de elegir exactamente el lugar, lo siguiente fue montar el trípode y colocar la cámara para componer aproximadamente la imagen. En este punto te recomiendo que no cierres demasiado el encuadre, ya que cuando el globo explota el agua se expande, y si tu composición es demasiado cerrada puedes perderte parte de la magia de la toma.
A continuación había que configurar la cámara adecuadamente. Para ello el valor más importante era el de velocidad de obturación, ya que para poder captar la explosión y congelar las gotas de agua en el aire necesitábamos disparar con una velocidad de obturación muy alta. Aquí podíamos elegir entre disparar con el modo de prioridad a la velocidad de obturación, o directamente disparar con el modo manual y controlar todas las variables de la toma.
Los valores que pusimos nosotros no tienen por qué ser los mismos que configures tú si intentas hacer el ejercicio, ya que dependen un poco de la iluminación que tengamos en el ambiente. Nosotros fuimos probando diferentes ajustes.
La velocidad la establecimos en 1/3200 segundos, la apertura la fuimos variando de f/2.8, a f/4 e incluso f/8. ¿Por qué? Pues porque por un lado queríamos que el globo y las gotas de agua salieran nítidas, pero al mismo tiempo si el fondo se apreciaba demasiado la imagen perdía impacto. Es por ello que terminamos haciendo más fotos a una f/2.8 aunque eso supusiera tener gotas desenfocadas en primer término. En realidad, en cierto modo, le aportaban más tridimensionalidad a la imagen. Y por último, en cuanto a la sensibilidad ISO terminamos ajustándola en automático por una simple razón, el día había salido nublado y había constantes cambios de luz, así que decidimos que ese parámetro podía decidirlo por nosotros la cámara y así evitábamos tener que estar reconfigurándolo constantemente. De lo contrario, lo hubiéramos dejado fijo.
Otra cosa muy importante a configurar es el disparo en ráfaga, ya que este nos ayudará a captar varios de los momentos estelares de la explosión de agua. ¿Y cuál fue el siguiente paso? ¡Pues empezar a explotar los globos y a disparar nuestras tomas!
Aquí tengo que decir que resulta muy importante mantener una buena comunicación y sincronizarse con nuestro compañero. Noemí tenía preparado el globo y la aguja con la que lo pincharía, y una servidora hacía la cuenta atrás para que procediera a pinchar el globo y la cámara empezara a disparar. De ese modo, y tras varios intentos, logramos fotos tan espectaculares como las que te enseño a continuación.
Como ves, conforme más llenamos los globos y más grandes eran estos, más impresionante resulta la explosión de agua.
Ejemplo 2: Globo Explotando en el Rostro del Modelo
Para el segundo ejemplo necesitamos un poco más de colaboración. Además de contar con la ayuda de Noemí, llamamos a Jesús para que saliera de modelo en la toma. ¿Qué íbamos a hacer ahora? Pues lanzarle el globo de agua a nuestro modelo y captar cómo este impactaba y se rompía al chocar en su cara. Suena bruto, lo sé. Y de hecho es muy importante que tengáis cuidado y aviséis a vuestro modelo de que esté preparado para el impacto para evitar posibles lesiones en el cuello. En nuestro caso Jesús se apoyó sobre una barandilla para tener un punto de apoyo extra, y antes de la sesión hizo algunos movimientos de cuello para calentarlo.
Es importante también llenar los globos todo lo que podamos, y no solo porque la explosión de agua sea más impactante, sino porque será más fácil que al chocar con el rostro del modelo estallen. Si no tienen la suficiente agua lo que harán será rebotar, y parecerá como si le hubiéramos dado una bofetada a nuestro pobre modelo.
Otra punto recomendable es que antes de empezar a disparar le lances varios globos de prueba para que se acostumbre al impacto y evite cerrar los ojos o poner expresiones de pánico ante el inminente impacto.
Lo que hicimos fue lanzar los globos con agua desde dos posiciones distintas. Primero probamos a lanzarlos desde arriba, que era más sencillo y menos agresivo de cara al modelo. Noemí se subió a una escalera y le lanzaba los globos desde arriba. Luego quisimos probar a lanzarlos desde un lateral, y aquí es donde tu modelo tendrá que tener especial cuidado con el cuello para evitar que el impacto cause daños.
Aunque nos cambiamos de posición, el lugar en el que estábamos era el mismo que en el anterior ejemplo ya que así evitábamos preocuparnos de mojar el suelo. La iluminación seguía siendo la misma, así que mantuvimos los ajustes con los que habíamos trabajado en el caso anterior, con una velocidad de obturación alta para captar el impacto del agua al explotar el globo en el rostro del modelo.
Y una vez llegados a este punto repetimos el procedimiento, establecer una buena comunicación para sincronizarnos y poder congelar el momento justo, por supuesto, disparando también en modo ráfaga para obtener la secuencia completa y después escoger la mejor captura de todas.
Ejemplo 3: Globo Explotando sobre Fondo Negro y con Flash
Y para terminar llegamos al último ejemplo, en el que fuimos un paso más allá y nos desplazamos a un interior para trabajar con luz artificial. Aquí es donde añadimos algunos de los materiales extra que hemos mencionado al principio del artículo, como:
- El fondo negro.
- Un soporte.
- Hilo de pescar.
- Unas pinzas para sujetar el globo.
- Un barreño para no mojar el suelo.
- Un flash externo y triggers.
La fotografía la realizamos en un garaje con la puerta abierta, ¿y por qué os digo esto? Pues para explicaros que teníamos luz ambiente, y que eso explicará en parte los parámetros con los que trabajamos en este ejemplo.
Lo primero que hicimos fue montar el fondo de tela negro sobre un soporte como este. No hace falta que utilicéis lo mismo, podéis usar una cartulina negra o incluso la parte negra del reflector. Una vez montado lo llevamos al fondo de la estancia para alejarlo lo suficiente del punto en el que colocaríamos el globo. La razón es sencilla, íbamos a trabajar con un flash, y no queríamos que el fondo se iluminara, por lo que si lo alejábamos del set principal resultaría más fácil.
A continuación montamos un segundo trípode con columna descentrable para utilizarlo como soporte del que colgaríamos los globos, ya que para este ejemplo no queríamos que se vieran ningunas manos sujetándolo. ¿Y cómo lo hicimos? La verdad es que se puede hacer de diferentes maneras. Nosotros optamos por cortar un trozo de hilo de pescar, sujetar con él la atadura del globo y engancharlo a la cabeza del trípode para que quedara colgando. Por seguridad le añadimos una pinza para reforzar la sujeción y que el globo no se cayera antes de tiempo. El hilo de pescar básicamente lo escogimos porque al ser transparente evitaríamos que se viera en la toma si llegaba a salir. Después añadimos el barreño justo debajo del globo, para que cuando lo pincháramos el agua cayera en él y evitáramos mojar el suelo.
El siguiente paso fue colocar el trigger en la cámara para poder disparar el flash desde fuera. ¿Dónde? Pues probamos con tres posiciones distintas: ambos laterales del globo y a contraluz. Con estos esquemas de iluminación lograríamos por un lado crear un mayor contraste y resaltar la textura de las gotas de agua, y por otro evitaríamos iluminar el fondo.
Una vez colocado llegó el momento de realizar algunas pruebas de iluminación. Para ello primero colocamos la cámara, y con el flash apagado hicimos algunas tomas. Nuestro propósito era obtener una toma negra, para que no se viera el fondo. Eso sí, teniendo presente que la velocidad de obturación tenía que ser alta. En este punto es importante señalar que hay flashes que solo te permiten disparar hasta 1/250 de velocidad antes de que aparezca la cortinilla del obturador en la toma. Ten esto en cuenta si tu flash no es de sincronización de alta velocidad, porque 1/250s será el valor máximo con el que podrás disparar la toma.
A continuación encendimos el flash y fuimos probando diferentes configuraciones de cámara y potencias del flash hasta conseguir que el globo se viera bien expuesto. En nuestro caso, como os comentaba antes, teníamos luz ambiente que procedía del exterior. Es por este motivo que subimos la velocidad mucho, a valores de 1/4000 segundos e incluso 1/8000 segundos en algunas tomas, ya que nuestro flash es HSS y nos lo permitía.
¿Hace falta llegar a estos extremos? ¡En absoluto? De hecho si no tenéis iluminación de ambiente probablemente no hará falta ni que disparéis a 1/250s, ya que el destello del flash siempre tiene la misma potencia, lo que cambia es el tiempo que estará activo ese destello. Además pensad que cuanto menos tiempo esté el destello del flash activo conseguiremos congelar mejor las gotas de agua en el aire.
En cuanto a la apertura, trabajamos con un f/8 para tener enfocadas todas las gotas de agua, y la sensibilidad ISO la dejamos en 3200 (también realizamos algunas tomas con f/16 y ISO 4000). Ya teníamos claros los parámetros y la iluminación, así que llegó el momento de empezar a disparar las tomas. Dividimos el trabajo nuevamente, Noemí se ocupaba de pinchar los globos y yo de disparar la toma. Y aquí el secreto radica en armarse de paciencia y realizar muchos intentos hasta dar con la foto perfecta. Aquí os dejo dos ejemplos de las fotografías que realizamos, con la iluminación lateral y el contraluz.
Para terminar también quisimos probar una última toma diferente. Para ella necesitábamos de nuevo a nuestro modelo, quien sujetaría un globo de agua grande lleno de agua con sus manos. El flash lo pusimos a 45º desde atrás del modelo, de forma que lograríamos que se vieran sus manos pero no él entero. Así al pinchar el globo parecería como si sus manos estuvieran sosteniendo el agua. A continuación os dejo las pruebas.
¡Consigue Tu Propio Ejemplo!
¡Y hasta aquí llega el artículo! ¿Te han gustado los resultados? Como has podido ver, dos de las cosas más importantes para conseguir este tipo de fotografías son sin duda la paciencia, y por supuesto realizar muchos intentos. Es una sesión perfecta para poner en práctica cuando hace calor, así que anímate y consigue tus propias explosiones de agua.