¿Te ha pasado alguna vez, que has disparado una fotografía de un paisaje increíble y ha resultado ser totalmente decepcionante? No te preocupes, no estás solo. Es algo que yo creo que nos ha pasado a todos, y es que hay paisajes muy difíciles de fotografiar.
Esto mismo me pasó fotografiando esta preciosa roca en los acantilados de Valahnúkamöl, en Islandia. Una roca imponente y enorme en medio del mar se convertía en una piedrecilla sin ningún interés en mi fotografía. ¿Qué hice para conseguir al final que mi fotografía reflejara su impresionante tamaño? Te lo cuento paso a paso a continuación.
El Lugar
Antes de explicarte a qué retos me enfrenté para fotografiar esta roca, te voy a mostrar un poco cómo es el lugar, para que te sitúes.
Los acantilados de Valahnúkamöl, en la península de Reykjanes (Islandia), tienen muchas formaciones de roca volcánica muy interesantes, pero sin duda la reina del paisaje es una impresionante roca que asoma en medio del mar. Quería capturar su grandeza, porque realmente llegas allí al borde del acantilado y te quedas boquiabierto mirando esa imponente roca, sobre todo si el mar está agitado. Sus tonalidades negras y verdes contrastaban mucho con el cielo neblinoso y me dije: esto va a ser un fotón.
Pero al disparar la primera fotografía llegó la decepción: ¡la roca se veía minúscula! No se apreciaba para nada el tamaño real que tenía. Incluso agregando a un sujeto en el primer término para captar más la atención, solo conseguía que se viera la roca aún más insignificante al lado de una persona gigante.
¿Cómo conseguí que mi fotografía pasara de la imagen de la izquierda a la imagen de la derecha? ¡A continuación te cuento todo el proceso de "prueba y error" que seguí paso a paso!
Primer Intento: Gran Angular
Mi primer instinto fue fotografiar el lugar con mi gran angular (un Tokina 11-16 mm.), ya que mi intención era captar toda la costa volcánica y que la roca se viera imponente al fondo, en medio del mar.
Sin embargo, en la fotografía resultante la roca no tenía ningún interés. Quedaba tan pequeña en el encuadre que no se apreciaba para nada el tamaño real que tenía. Y os puedo asegurar que es una roca enorme.
¿Por qué ocurre esto? Ya te lo contamos en profundidad en nuestro artículo "¿Por Qué mis Fotografías de Paisaje no son Atractivas?". Las fotografías tienen 3 planos de información:
- El primer plano o primer término, que es la zona más cercana a la cámara y donde el centro de interés captará la mayor atención.
- El plano medio o segundo término, donde el centro de interés captará la atención siempre y cuando sea lo suficientemente grande o destaque por contraste.
- Y el plano lejano o fondo, donde el centro de interés solo llamará la atención si es enorme, o si usamos algún elemento en primer término que nos dirija hacia él, como ya vimos en el artículo Descubre las Grandes Aportaciones del Primer Plano en Fotografía de Paisajes".
En este caso, la roca se queda en el fondo y no es lo suficientemente grande ni llamativa como para destacar demasiado por sí sola, por eso parece pequeñísima en comparación con su tamaño real.
Si tratamos de incorporar a un sujeto en el primer término mirando hacia la roca, para tratar de dirigir la mirada del espectador hacia ella, conseguimos el efecto contrario al buscado. En lugar de destacar, parece hacerse más pequeña todavía a causa de la perspectiva distorsionada que produce el gran angular, exagerando todo lo que queda en el primer término y empequeñeciendo los demás planos de la fotografía.
Segundo Intento: 35 mm.
Visto lo visto, decidí cambiar de objetivo. Pensé que quizás mi 35 mm. sería la lente perfecta para captar un poco de paisaje pero darle más protagonismo a la roca, al no ser tan angular.
Efectivamente la roca no quedaba tan minúscula, pero aun así quedaba demasiado pequeña, no llamaba especialmente la atención.
Era una roca infinitamente más grande que una persona y me hacía gracia agregar un sujeto en la fotografía para que la roca quedara imponente a su lado. Sin embargo, al estar la roca alejada en medio del mar, cualquier persona en primer término parecía un gigante comparado con ella.
Entonces caí en la cuenta: ¡necesitaba alejarme! El sujeto estaba demasiado cerca del objetivo y la roca demasiado lejos, por narices el sujeto iba a parecer enorme comparado con ella. Él quedaba en el primer término de la fotografía y la roca al fondo, y no era tan grande como para destacar al fondo.
Alejándome del sujeto, el tamaño relativo de ambos empezó a reducirse y poco a poco estaba consiguiendo lo que buscaba. Pero aun así, no era suficiente.
Tercer Intento: Teleobjetivo y Compresión de la Perspectiva
Obviamente al alejarme con el 35 mm. me sobraba encuadre por todos lados, así que decidí cambiar a mi teleobjetivo (un 55-300 mm.). Con él podría alejarme más de la roca y, aprovechando la compresión de la perspectiva que crean los teleobjetivos, conseguiría que el tamaño relativo de la roca fuera mayor que el de la persona, que era lo que quería conseguir para que la roca llamara al fin la atención y se convirtiera en un verdadero centro de interés en la fotografía.
¿Pero qué es la compresión de la perspectiva exactamente? ¿En qué consiste?
Cuando disparamos con un gran angular, el espacio que hay entre los elementos de la toma parece ensancharse y los planos de la fotografía, cuanto más lejanos, más parecen empequeñecerse. Es por eso que si disparamos una fotografía a un paisaje muy amplio con un gran angular, todo parece quedarse pequeño, aplanado.
Con los teleobjetivos se consigue el efecto contrario, la distancia entre los elementos disminuye, "se comprime", y los planos más lejanos de la fotografía parecen aumentar de tamaño si los comparamos con los planos más cercanos. Esto es lo que conocemos como "compresión de la perspectiva". Gracias a este fenómeno se consiguen, por ejemplo, fotografías donde la luna aparece enorme detrás de edificios o formaciones rocosas, como ya vimos en el artículo "Cómo Hice Esta Foto: «Luna Llena sobre el Campanario de Llagostera»".
Y gracias a la compresión de la perspectiva, al fin logré que esa roca tuviera en mi fotografía el tamaño que tenía en la realidad. Pero aún se podía mejorar...
Fotografía Definitiva: Ganando Altura
Había conseguido lo que buscaba pero la fotografía no me terminaba de convencer del todo. Quería alejarme más para que el tamaño relativo de ambos elementos fuera todavía más exagerado y, sobre todo, había algo que no me gustaba especialmente: había perdido el mar.
Alejarme y aprovechar la compresión de la perspectiva me habían brindado tamaño pero también habían comprimido muchísimo la distancia que había entre la roca y la costa, con lo cual prácticamente ni se apreciaba que la roca estaba en medio del mar. Definitivamente debía buscar algún sitio desde donde pudiera ganar algo de altura para que se viera un poco más el mar.
Miré a mi alrededor y lo vi claro: ¡la montaña! Justo al lado del parking había una colina, así que decidí subirme a ella para ganar distancia y altura, que era justamente lo que necesitaba.
Desde allí sí pude conseguir al fin la ansiada fotografía: la roca en medio del mar, imponente, enorme, y el sujeto frente a ella, minúsculo. Gracias a la incorporación del sujeto en la toma, nuestro cerebro automáticamente dota de tamaño el resto del paisaje, y por eso la roca impresiona tanto al primer vistazo, porque enseguida nos damos cuenta del gran tamaño que tiene.
Fíjate, que la fotografía sin el sujeto no tiene tanta gracia, no parece que la roca sea tan grande como cuando incorporamos a una persona en el encuadre. Sin el sujeto, nuestro cerebro no puede saber exactamente qué tamaño tiene la roca, y parece más pequeña que antes, ¿verdad?
¿Lo Prefieres en Vídeo?
Sin duda este ejercicio de prueba y error es muy visual, así que quizás prefieras ver el proceso en vídeo. En nuestra Zona Premium encontrarás el Fototip que amplía y complementa este artículo, a continuación puedes ver un pequeño fragmento.
¿Te Animas a Probar la Compresión de la Perspectiva en tus Fotos?
Ya has visto cómo ha cambiado la fotografía simplemente cambiando de objetivo y alejándonos. Este es un truco que puedes usar en multitud de paisajes para conseguir que tus fotografías destaquen mucho más.
¡Aprovecha la compresión de la perspectiva!